Vecinos que recorren calles buscando árboles frutales
Singular experiencia con cítricos y paltas.
Hay 5600 ejemplares en la Ciudad. Clarín compartió "este acto comunitario" en el barrio de Monte Castro.
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Ofelia Espinosa mira como un hombre con los pies descalzos trepa a su árbol y siente orgullo. Es un domingo a la tarde en una calle de siesta en Monte Castro. Cuarenta personas están reunidas en el frente de su casa en Juan Agustín García al 4400. Hay familias, jóvenes en bicicleta, matrimonios con nido vacío, grupos de amigos y hombres que trepan. Son admiradores de su árbol de pomelo rosado. Ese que hace 14 años plantó en la vereda junto a su hija y su esposo. Uno de los 50 ejemplares que existen en los barrios porteños.
En la Ciudad, hay un árbol cada siete habitantes. Alrededor de 5600 son frutales y ahora “están en flor”. Para identificarlos y recolectar sus frutos, estos cuarenta vecinos salieron a la calle. Los dirige Ludmila Medina, próxima a recibirse de la facultad de Agronomía de la UBA y una de las participantes del último censo de arbolado. Lleva una campera de lana multicolor que la recorta de los azules, grises, negros y marrones que predominan en la ropa de invierno del grupo. “Me gustaría que las personas miren más hacia arriba y reconozcan los árboles que los rodean”, dice a Clarín. Entre árbol y árbol, a veces pone las manos alrededor de la boca, a modo de megáfono, otras sólo eleva el tono. Todos la escuchan, no hay distraídos.
“Es la segunda vez que vengo y la primera que traigo a mis hijos. Salir de nuestras casas, recorrer las calles en conjunto, hacer uso y provecho de los frutos que nos pertenecen es un acto en comunidad y un mensaje que quiero darles”, dice Alexis Villeneuve. Simona de ocho años y Manuel de cinco lo escuchan. Ella dice que en su casa en Villa Crespo tienen una huerta con tomates y albahaca, que con su hermano la cuidan. Él está terminando una naranja que su papá bajó de un árbol en Juan Agustín García al 4500. Cuadras antes ayudó a recolectar paltas, conoció fresnos y miró en cuclillas, fascinado, una Monstera deliciosa o Costilla de Adán, como se conoce a la planta por la forma de sus hojas parecida a los huesos curvos.
En Andrea Silvestre hay más experiencia que asombro. En su mano derecha sostiene un bastón largo con una botella de plástico en el extremo. “Es un palo cosechero -explica- sirve para llegar a las copas altas. Tiene una ranura que engancha la rama y un agujero para atrapar el fruto”. La acompaña su madre que lleva una bolsa repleta de naranjas, paltas y pomelos. Son los de Ofelia.“Este árbol lo cuido yo y me agradece dándome una fruta. Es una satisfacción compartirlo”, dice Ofelia, mientras mira al hombre trepar.
¿Se pueden consumir los frutos de las veredas porteñas?
Algunos expertos afirman que la contaminación ambiental es un factor de riesgo y aconsejan no consumirlos. Argumentan que están expuestos a la combustión de vehículos, a palomas y roedores. Otros especialistas opinan que, bajo ciertas pautas, se pueden ingerir. Aconsejan evitar zonas de mucho tráfico, conocer la fecha en la que el árbol fue fumigado, volcarse por frutos que tengan una cáscara gruesa, lavarlos con agua o vinagre y pelarlos.
En sus recorridas, Ludmila Medina dice que hay que ser cuidadosos al tratar con hojas y plantas medicinales: por su ubicación, están más expuestas a deposiciones de animales. Sobre las frutos afirma que no hay estudios que muestren que la polución del aire los afecte y que éstos no tienen agroquímicos ni pesticidas.
El patrimonio verde de la Ciudad
Hay 5600 árboles frutales en las veredas de la Ciudad.
El árbol de palta lidera las calles porteñas con 1238 ejemplares. Lo sigue el níspero con 1066 y el limonero con 1033.
La mayor concentración de frutales está en la Comuna 9, integrada por Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda. En el otro extremo está Recoleta con dos ejemplares.
Link a la nota: http://www.clarin.com/ciudades/Vecinos-recorren-buscando-arboles-frutales_0_1594040752.html
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