Los mercados de Londres, pura felicidad para “foodies”
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Ya sea cerca de las principales atracciones urbanas, en barrios residenciales o en rincones escondidos, los mercados de alimentos de la capital británica proponen un recorrido entre aromas, sabores y colores. Además, algunas de las ferias más famosas, desde Portobello Road hasta Covent Garden.
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Esperando el tren en el andén de Ladywell, al sudeste de Londres, una chica rubia de pelo lacio viste pollera, chatitas y remera de mangas cortas. Tiene los ojos grises delineados de negro, unos 25 años y –como muchos de los habitantes de esta ciudad– el termostato corporal de quienes están acostumbrados al clima lluvioso y frío del Reino Unido.
Por eso, cuando el pronóstico anuncia que Febo asoma, se animan a mostrar las pieles. El disfrute puertas afuera tiene los días contados, por eso cuando es posible, se aprovecha de manera intensa. El sol convierte en un must el picnic en alguno de los espacios verdes, llevar a los chicos a los parques, asolearse en los bancos y beber y socializar en las puertas de los bares.
Pero hay un tipo de propuesta en la capital de Inglaterra que durante todo el año conserva el clima de vida estival. Los mercados de Londres –como los pubs, otro emblema nacional– son espacios sociales de encuentro, bulliciosos, cálidos. Tientan con aromas y sabores, presentan novedades y –por definición– promueven el intercambio.
En algunos se venden muebles y antigüedades; en otros, ropa, libros y artesanías; o se especializan en productos frescos y alimentos. Los hay barriales, muy turísticos e históricos. En casi todos venden flores y comida al paso. Borough Market, Covent Garden, Portobello Road y Notting Hill, Camden Lock, Broadway Market, Brick Lane son algunos de los más conocidos y concurridos.
En contraste al declarado Brexit, los mercados muestran la apertura de fronteras, la diversidad de sus habitantes y la convivencia en la gran ciudad: el vendedor de café colombiano y el de quesos franceses, el productor de mermeladas londinense y el de verduras de Cambridge, el afgano que cocina comida árabe y la española que despacha alfajores argentinos.
Los mercados especializados en alimentos atraen a fanáticos de la comida, cocineros y foodies o aficionados a la comida y la bebida (algo así como una tribu urbana gourmet del siglo XXI). Estos sitios ofrecen la posibilidad de conocer a los productores, probar sus elaboraciones y tomar contacto con la vida cotidiana de quienes eligen estos comercios al aire libre para hacer sus compras de la semana. A continuación, los elegidos.
Borough Market
Es un clásico, con diario y merchandising propios, muy cerca de London Bridge. Un mercado gigante, debajo de un puente por el que pasan las vías del tren –la London Bridge Rail–, y que continúa en plazoletas secas y callejones.
Se venden productos frescos, de almacén y comida caliente al paso. También hay bares y restaurantes. Es una visita obligada para turistas y foodies. Jamie Olivier, el chef británico más famoso en la actualidad, recomienda a los cocineros –o aprendices– pasar por la experiencia de hacer sus compras en este mercado.
Borough Market debe sus inicios a un puente, una vía que hace mil años conectaba –como hoy– el sur y el norte de Londres. Esta zona, donde en la actualidad se encuentran los elegantes puestos de chacinados italianos, vinos franceses, pan recién amasado, chocolate de Ecuador y la pesca del día proveniente de Flookburgh (península de Cumbria), se hizo conocida por ser un área fronteriza en la cual se concentraban pubs y también era visitada por artesanos, vendedores ambulantes, timadores y prostitutas.
Cuentan que durante bastante tiempo, en Southwark hubo dos mercados. Recién en 1756 se organizó la venta concentrada de alimentos provenientes de todo el reino. Incluso dicen que Shakespeare era un cliente habitual: se deduce a partir de una deuda que se encontró en un archivo.
En la década de 1970, la atención del público se desplazó hacia el mercado New Covent Garden, pero a fines del siglo pasado, Borough Market se renovó con la realización del Food Lovers’ Faire, una feria que seleccionaba los mejores productos británicos. Su éxito generó un mercado mensual en el cual confluían productores británicos y europeos, así como puestos con oferta de especialidades de distintas partes del mundo. Y el mercado volvió a florecer.
En fin, si antes se vendía el ganado en pie, hoy debajo del puente se puede encontrar un cerdo (casi) entero cocinado al spiedo. Por 8 libras (poco más de 10 dólares) Tim Clements y su equipo te lo ofrecen en sándwich, el Hog Roast Roll. Y este es solo uno de los platos que se puede saborear en uno de los doscientos puestos del Borough Market.
El local más antiguo de este mercado –y que aún permanece abierto– es Maria’s Market Café, de Maria Moruzzi. Ella comenzó a tomarle el gusto a la vida detrás del mostrador en 1961, a los siete años, cuando sus padres inauguraron un negocio en Park Street. “Café y desayuno inglés a buen precio”, es la fórmula existosa que hoy sigue ofreciendo María –sea a otros puesteros, turistas o famosos–, ahora ubicada en el corazón del mercado, en Three Crown Square. El lugar no pasa de moda.
Un día cualquiera, al mediodía, en los locales de comida caliente al paso se concentran turistas y oficinistas: hacen cola para probar la comida especiada de Etiopía, las salchichas alemanas o el clásico fish and chips, entre otras propuestas más o menos exóticas. Sobre la calle Stoney se suceden locales con mesas altas al aire libre. Se pueden comer ostras con champán y también empanadas argentinas.
En el área techada están los negocios más tradicionales de venta de carnes, flores, bebidas alcohólicas, especias, cereales, frutos secos, quesos, frutas y verduras. Y como una curiosidad entre tanto alimento: preste atención a Hobbs Barber, una barbería y peluquería minúscula y colorida. Si se entusiasma, entre. No necesita cita previa.
El mercado abre seis días a la semana, de lunes a sábados. Lo mejor es programar la visita entre miércoles y sábados, ya que lunes y martes no abren todos los puestos (boroughmarket.org.uk).
South Kensington Farmers Market
Son las 12 del mediodía de un martes y se cuentan cincuenta metros de cola –de niños y adultos– para ingresar en el Science Museum. En la vereda de enfrente está uno de los edificios más bellos de la ciudad, el que alberga el Victoria & Albert Museum. Justo a la vuelta de la esquina, en una calle peatonal, se esconden las tiendas de South Kensington Farmers Market. A esa hora ya están llegando los primeros comensales para adquirir su vianda.
Este mercado forma parte de la London Farmers’ Markets, una organización que administra una veintena de ferias en la ciudad. Uno de los objetivos que persigue esta asociación de granjeros es la venta de mercadería y platos elaborados a un precio justo para los productores, lo cual consiguen mediante la eliminación de intermediarios. Promueven, además, la compra y venta de productos de estación y la agricultura sustentable.
El mercado llegó a este barrio en 2013, con sus puestos de frutas y verduras frescas, jugos, pan y pastelería casera. Su fuerte –a diferencia de los mercados ubicados en otros barrios– es la oferta de comida caliente, ideal para el almuerzo.
La feria funciona sólo un día de semana, los martes, de 10 a 14. Y a partir del mediodía se llena de gente, en general estudiantes, jóvenes y profesores que trabajan o asisten al Royal College of Music, la Royal Geographic Society o la Universidad Imperial College, ubicadas en edificios vecinos.
Para comer –especialmente cuando el clima ayuda–, la mayoría elige hacer picnic en la plaza Queens Law, contigua al mercado, donde hay una antigua torre construida en 1887. La gente se ubica en los bancos de alrededor, en las mesas y sillas cercanas al césped, a la sombra de los edificios, en mesas con bancos para compartir o en la escalinata de la misma torre. Incluso, los habitues traen sus propios cubiertos, en lugar de usar los de madera que proveen los vendedores.
En el puesto del productor de pollos Tim Norris, por 6 libras (menos de 8 dólares) ofrecen tres opciones de cocina thai (más o menos picante). En Woodwards Farm, el one hit son las hamburguesas que cuestan 4,5 libras (1,3 dólares). También se pueden probar platos de cocina francesa (carne confitada por 7,5 libras), tartas saladas rellenas de carne (típicas inglesas) y pasta italiana. Para el desayuno o merienda hay scones y pastelería. Y para llevar a casa, pickles y conservas (www.lfm.org.uk).
Brockley Market
A ocho kilómetros de la estación Charing Cross, el distrito de Brockley se hizo conocido en los años 60 por ser un barrio bohemio y de artistas que se instalaron atraídos por sus escuelas de arte. El músico John Cale y el diseñador de moda John Galliano fueron algunos de sus habitantes ilustres.
A una cuadra de la estación de tren St. Johns, los sábados entre las 10 y las 14, funciona el Brockley Market. Al aire libre, rodeado de árboles, la feria se organiza en el estacionamiento de un colegio (Lewisham College). Hasta allí llegan productores de frutas, verduras, hortalizas y alimentos provenientes de Cambridge, Kent, Tenterden y los alrededores.
Además hay food trucks y puestos de comida. El mercado ofrece un pintoresco espectáculo visual tanto por lo colorido y variado de sus ofertas como por la diversidad de visitantes que alberga.
El fuerte de este mercado es la cuidada selección de productos ricos y saludables. Una diversidad de ofertas que contempla carne de cerdo, pollo y pescado; productos de huerta orgánicos y de establecimientos biodinámicos, vinos naturales, charcutería casera y pastelería libre de gluten.
Para desayunar, café de especialidad de El Salvador y una variedad de tortas; para almorzar hay muchas opciones, desde un sándwich de carne madurada o queso Halloumi frito, hasta pescados fritos, wraps de pollo especiados con menta, pan pita rellenos de carne o vegetarianos, y una gran variedad de pizzas caseras.
“El mercado tiene cuatro años; los visitantes son vecinos que esperan el sábado para hacer su compra semanal y cada vez veo más gente que viene especialmente por la buena reputación de los productos”, explica Toby Allen, organizador de Brockley Market.
Entre los puestos, es posible encontrar uno especializado en papas, con nueve variedades que el productor se encarga de recomendar según qué forma de cocción se prefiera. El de lácteos vende productos orgánicos y leche no pasteurizada, que los consumidores se encargan de hervir antes de consumir.
Otros ofrecen comidas típicas listas para llevar a un tradicional picnic inglés como las tartas individuales saladas (classic pie) y huevos escoceses (duros, envueltos en una masa de salchicha picada, empanados y fritos).
Lee Gentby tiene un negocio de cervezas artesanales en Nunhead Green y todos los sábados trae una selección de botellas y también un expendedor de cerveza tirada. “Tratamos de renovarnos en cada oportunidad, lo cual resulta sencillo porque cada semana surgen nuevos productores. Trabajando en pubs me interioricé en el tema y como me gusta probar las cervezas comencé a conocer a productores de distintas partes de Londres. Organizamos catas, actividades especiales y eventos en la calle”, dice. (www.brockleymarket.com).
Spa Terminus
En Bermondsey se encuentra la iglesia Saint James, con sus altas columnas, rodeada de plantas y césped recién cortado. Es sábado al mediodía y un cortejo nupcial se prepara para la ceremonia. “Abdul, aquí viene tu novia”, dice un cartel de tela sostenido por una niña de vestido claro y mucha puntilla.
Está a punto de subir los escalones. En el parque, la novia de blanco da pasos cortos con sus tacos altísimos y tomada del brazo del padre. Desde el interior del templo llega el sonido de una canción entonada por un coro.
Ajenos a este gran momento, a pocos metros, los puestos del Spa Terminus se presentan como una joya para gastronómicos y cocineros por la oferta exclusiva de productos para bares, restaurantes, hoteles y pubs.
El mercado está conformado por una serie de negocios escondidos bajo los arcos del ferrocarril, en una zona fuera del circuito turístico. Los comercios se suceden cruzando varias calles, a ambos lados de las vías.
Al igual que el Borough Market, este mercado está ubicado en el distrito de Southwark, un barrio con tradición en la producción de alimentos y venta mayorista, en el que conviven edificios modernos con restos de la típica arquitectura victoriana.
Un dato curioso es que esta zona posee la mayor proporción de residentes en el país nacidos en África, así como una importante población de América latina.
La remodelación del mercado en los últimos años atrajo a los productores de alimentos no sólo de Londres, sino también de todo el Reino Unido y de otros países de Europa que decidieron instalarse en Spa Terminus.
En varios de los negocios, quienes ofician de vendedores son los mismos productores. Es el caso, por ejemplo, de las panaderías, las queserías y las de conservas.
Aquí también se pueden ver los hornos y las cocinas; charlar sobre recetas e ingredientes y, sobre todo, probar, probar y probar todo lo que ofrecen para la venta. En Neal’s Yard Dairy, por ejemplo, sólo venden lácteos elaborados en el Reino Unido.
En las tiendas de las verduras orgánicas provenientes de granjas cercanas, también se venden cereales y frutos secos. El espacio es compartido con la oferta de quesos suizos y holandeses: aún con la remarcación post Brexit, los consumidores encuentran que sus precios resultan muy convenientes.
También se venden mermeladas y manteles para la mesa del té; miel, quesos y chacinados; café y panificados; pastas y granos; y una diversidad de carnes.
Para consumir in situ solo sirven café, pastelería y helados De lunes a viernes, desde muy temprano, los vendedores atienden a los encargados de restaurantes, mientras que los sábados de 10 a 14 es el momento de los visitantes y las ventas a los clientes minoristas, vecinos del barrio y curiosos que concurren especialmente aconsejados. Es que la visita a este mercado se recomienda de boca en boca.
A pesar de la cercanía, desde aquí no se ve el reloj en la torre de la iglesia, ni se escucha el coro del casamiento. Pero es un hecho: los consumidores gourmet no dudan y dicen ¡sí quiero! (www.spa-termi nus.co.uk).
Covent Garden
Aquí el viajero se encuentra con tres mercados diferenciados. En Apple Market se venden artesanías, joyas y accesorios de cuero, entre otros productos. En East Colonnade, los puestos ofrecen jabones, bolsos, ropa para niños, tejidos a mano, dulces, obras de arte y artículos para el hogar.
Ambos abren todos los días. En South Piazza, el Jubilee Market es distinto cada jornada. Los lunes se venden antigüedades, mientras que de martes a viernes hay ropa y artículos de decoración. Los fines de semana se venden artesanías.
Camden Lock Market
Inaugurado en 1974, se compone de tiendas y stands que venden desde ropa de época y de diseñadores, hasta joyas, zapatos y obras de arte. También hay variedad de puestos de comida.
Está ubicado en un antiguo almacén de madera donde se construían barcos, a metros del canal Regent.
Notting Hill y Portobello Road
Funciona como mercado desde el siglo XIX, pero ganó fama a partir de 1950 por la venta de antigüedades. Y más aún después de la película protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant, “Un lugar llamado Notting Hill” (incluso está la librería que aparece en el filme).
Hoy en este mercado se ofrece de todo: ropa, comida, plantas, frutas, cerámica y, por supuesto, antigüedades. Funciona los viernes y sábados, aunque una versión más pequeña del mercado también abre de lunes a jueves.
Broadway Market
Es uno de los mercados más antiguos de Londres, en el que conviven productores, artistas plásticos y artesanos. En los puestos se venden productos frescos, comida elaborada, ropa y plantas, mientras que en los negocios es posible comprar vajilla, objetos de diseño, cuadros y otros regalos.
Brick Lane Market
Un gran mercado de pulgas en el East End de Londres. A pocos metros unos de otros, son varios mercados en uno: Boiler House Food Hall, el Tea Rooms, el Backyard Market, el Sunday UpMarket y el Vintage Market. Ropa de diseño, piezas antiguas y feria americana. Accesorios, joyería, muebles, comida, libros nuevos y usados, distribuidos en negocios, puestos y foodtrucks. Funcionan sábados y domingos.
Arquitectura en Leadenhall Market
En el centro histórico de Londres, a pocos minutos de la estación de subte Monument y con su entrada principal sobre Gracechurch Street, se encuentra Leadenhall, un mercado histórico que se dedicó a la venta de carnes y cereales desde el siglo XIV. En 1666 sufrió, en parte, el Gran Incendio, del cual se cumplieron 350 años hace unas semanas. Con la reconstrucción se le agregó techo y se lo dividió en Beef Market, Green Yard y Herb Market.
Hoy se lo ve con unas callecitas de adoquines de antigua arquitectura, coronadas por un techo de vidrio: es todo parte del rediseño realizado en 1881 por Sir Horace Jones, también creador de los mercados de Billingsgate y Smithfield.
Vale destacar que actualmente ya no funciona como mercado de alimentos, sino como paseo de compras en el que se pueden ver negocios de ropa, regalos, lapiceras, flores, vinoteca, peluquería y perfumería.
También hay restaurantes y pubs para comer y beber. De lunes a viernes, al mediodía, sus instalaciones estallan de oficinistas que trabajan en las torres del centro financiero londinense entretenidos por shows en vivo en el centro de la galería. Además, Leadenhall Market fue escenario de muchas series y películas, entre ellas “Harry Potter y la piedra Filosofal”.
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