jueves, 3 de marzo de 2016

Revista Planeta Joy - Olivas varietales: una guía esencial para comprar los aceites de moda

Olivas varietales: una guía esencial para comprar los aceites de moda

No es el mismo el que funciona en una ensalada que para un pescado. Especialmente, si querés sacarle mejor partido al plato. Aquí, algunas nociones para que puedas darte un gusto con el oliva justo.


Para la mayoría de los consumidores argentinos, el aceite de oliva extra virgen es un extraño: a diferencia de los otros aceites de la góndola, ofrece categorías a priori, difíciles de entender. Tiene varietales como el vino y, además, ostenta un precio por arriba de la media. Pero cuando el oliva irrumpe en la dieta, lo hace para quedarse.
Motivos hay muchos: desde aquellos de índole médica –está probado que es antioxidante y anticolesterolémico– hasta otros que tienen que ver con el gusto, ya que su sabor está lejos de ser neutro. Y para constatar este último punto, lo mejor es realizar la prueba de la papa hervida: una cosa es cómo queda con un soso aceite de girasol y otra muy distinta es el resultado que se obtiene vertiéndole un hilo de oliva extra virgen apenas picante y ligeramente amargo.
La cuestión es tener alguna noción básica del tema para no pifiarla al momento de comprar. Y ahora que el mercado se sofistica con ofertas saborizadas, armamos esta guía simple, útil tanto para el consumidor aficionado como para el que quiere incursionar en este nicho, pero no sabe qué elegir.
 
Extra virgen, el mejor.
En el mundo del aceite, que un producto sea extra virgen significa que está del lado de los buenos. Esta categoría engloba a los aceites con atributos aromáticos y gustativos que fueron obtenidos de aceitunas por métodos mecánicos. Suena técnico, pero sirve para establecer la principal diferencia en el mundo de los aceites: los de grano se extraen utilizando solventes industriales y el de oliva solo por prensado. Este proceso garantiza la salubridad del producto, por un lado, y también la cualidad de sabor a la que puede aspirar.
Si pica, mejor. 
Un buen aceite de oliva extra virgen tiene polifenoles, los mismos que protegen a la aceituna en la planta. Cuando uno consume aceites frescos y de calidad, esos mismos elementos hacen picar la garganta. Ojo: es un picor que no se parece al de los ajíes (que quema la lengua) o al del wasabi (que enciende el bulbo olfativo). Este picor se parece al de la alergia. En una dosis moderada será muy agradable, ya que sumará relieve al sabor. Si decidís probarlo de una cuchara, seguro te hará toser.
Amargo, gustoso. 
Al mismo tiempo, las aceitunas son amargas. Por lo tanto, un aceite natural también debería serlo. Hay olivas y olivas en materia de amargos. Sin embargo, la clave reside en el equilibrio, para no amedrentar la boca. Suma sabor: la miga de un pan pochada en oliva extra virgen con sal es la gloria cuando éste ofrece un trazo amargo (que el pan no tiene).
Muchos sabores. 
Un buen oliva ofrece una paleta de aromas –y por tanto sabores– de notable amplitud. Una nariz entrenada puede hallar desde pasto a hinojo, desde tomate verde a banana y hierbas aromáticas, como albahaca o tomillo. Pero más allá de lo que un catador pueda identificar (y lo que un consumidor medio no), un buen oliva aporta todos estos matices a un plato. Y por eso resulta el compañero perfecto de una burrata, cuyo corazón no ofrece más aromas que los de la leche; o bien de una pechuga de pollo marinada; o de un arroz con queso rallado. En esos platos como en muchos otros, el sabor del oliva es el que hace la diferencia. Conviene saber que el buen aceite está lejos de tener el sabor y el olor de las aceitunas de mesa: de ser así, se consideraría un defecto fatal. La razón es que ese aroma proviene de una fermentación y, en un extra virgen, no debe haber más que el buen perfume de la fruta madura.
Modo varietal.
Si bien los varietales están disponibles en el mercado desde hace más de quince años –momento en el que Oliovita lanzó los primeros–, recién ahora empezamos a entender que el aceite es algo más que un condimento y que, a la hora de preparar o ultimar un plato, tener variantes es clave. En ese aspecto, los aceites varietales tienen algo que ofrecer. Una de las principales diferencias positivas entre ellos es la intensidad de su amargor y picor, además de los sabores que ofrece. Pongamos como ejemplo un pescado delicado como el lenguado: un aceite muy intenso como un Arauco puede avasallarlo y convertirlo en un bocado amargo, mientras que un Arbequina subrayará su sabor. De modo que si hay algo a tener en cuenta es la escala de intensidad. Y en ese sentido, el varietalismo en los aceites es como el del vino: se reconocen las diferencias de terroir. Eso quiere decir que un Arbequina o Coratina cambiará de perfil según de dónde provenga. Río Negro, Mendoza y San Juan son productores de aceites altos en amargor y picor, porque los polifenoles se metabolizan en el frío mejor que en el calor de los terruños del norte, como Catamarca o La Rioja. En aromas, sin embargo, un buen aceite del norte es intenso y complejo, aunque los del sur sean algo más apagados. Córdoba está en el punto medio.
Así llegamos, a través de la escala varietal, a unos diez aceites recomendados, según la intensidad. Los vas a conseguir en cualquier supermercado de cadena, en delis o también en sitios online especializados como www.mondoliva.com
 
VARIETALES SUAVES A MODERADOS
Son ideales en ensaladas verdes o para saltear carnes y verduras, porque no se vuelven dominantes. Perfectos para acompañar pescados en general, resultan débiles para quesos intensos, como los de cabra, a los que solo aportarán textura. En cambio, son ideales para quesos suaves como el Pategrás o el Gouda, ya que aportan sabor con los decibeles justos. Tres variedades de aceites calzan bien en este grupo:
Arbequina
En nuestro país, esta variedad da vida a los aceites más suaves y amables. Ideal para iniciar a nuevos consumidores, un buen aceite para elegir es Oliovita (500ml, $87), Olibó (500ml, $115) y Sierra Pura (500ml, $98).
Manzanilla
Es típica en el sur de España y, si se cosecha en verde da un aceite que llega a ser picante. Se destaca su perfume que recuerda a la manzana verde. Probá con el Sierra Pura (500ml, $98) y Piuqué (250ml, $95). El recientemente lanzado al mercado Zuccardi Las Antiguas es otro recomendado: no se vende solo, sino en un estuche de tres varietales ($230).
Changlot 
También española, ofrece un aceite delicado y frutal, moderado en picor pero amargo, bien persistente. Buenos ejemplares son Oliovita (500ml, $87) y Zuccardi (250ml, $110).
MODERADOS A INTENSOS
En general, se usan para realzar el sabor de un plato cuando ya está terminado. Ideales para marinados de carnes sabrosas, como cordero; o bien para subirle unos decibeles a una ensalada de tomate. En la pizza, aporta un trazo de distinción (en particular en aquellas que llevan papa o rúcula). En materia de quesos, va mejor con los duros. Conviene evitarlos sobre pescados. Sin embargo, bastan para convertir en un manjar una papa hervida o una simple tostada con sal marina. 
Frantoio 
Es la típica variedad de la Toscana, Italia. Cosechada temprana, da aceites vivaces y expresivos, con un matiz vegetal y picor moderado. Productos locales ricos son Eliá (500ml, $92)Olibò (500ml, $115) o María Ravida (500ml, $95).
Picual. Es la variedad más cultivada del mundo, oriunda de España. Naturalmente picante, solo una cosecha temprana la vuelve amarga. Un buen ejemplo es Eliá (500ml, $92).
Coratina
Típica de Puglia, Italia, tiene un intenso amargor y picante, por lo que suele comercializarse en blends. Para darse un gusto local puro, probá Almaoliva (500ml, $110) y Oliovita Edición Limitada (250ml, $64).
Arauco. La más intensa de las variedades también es producto de una oliva criolla. De un pronunciado picor y amargor, es un aceite potente y con densidad. Buenos ejemplos son Tapiz (500ml, $110)Sierra Pura (500ml, $98) oZuccardi (500ml, $110).
CORTES MODERNOS
Mientras que los aceites varietales son claros a la hora de comunicar algunos atributos, hay otros modos de guiarse. Y los blends tienen hoy la llave para algunos consumidores despistados. Primero, porque la tendencia es clasificarlos con la intensidad, además de la marca: el Luigi Bosca Essencia Fruttato Intenso (250ml, $90) es un buen ejemplo. Segundo, porque hay marcas de fantasía que tienen reminiscencias gustativas, como el Corte Mediterráneo (500ml, $64) lanzado por Oliovita en 2014. Con todo, una cosa es interesante: la complejidad y estabilidad de los blends los vuelve ideales para consumidores a quienes las botellas les duran mucho. Otros buenos cortes extra virgen para tener a mano, son, de mayor a menor intensidad: Zuelo Cosecha Temprana (500ml, $92)La Toscana (500ml, $98) y Yancanelo Método Sinolea (500ml, $95). Mención aparte merece Miditerra, cuyos excelente aceites cumplen a la perfección el rol de obsequios lujosos, y cuyo precio escala al doble o más del promedio:Miditerra Blend (500ml, $190).
 
Por Joaquín Hidalgo 

Link a la nota: http://www.planetajoy.com/?Olivas_varietales%3A_una_guia_esencial_para_comprar_los_aceites_de_moda&page=ampliada&id=8454

Revista Planeta Joy - Pizzerías porteñas con onda: 10 lugares para salir de la clásica grande de muzza

Pizzerías porteñas con onda: 10 lugares para salir de la clásica grande de muzza

A la parrilla, con bordes rellenos, con ingredientes llamativos: un recorrido para probar versiones alternativas de la segunda comida más querida por los argentinos.

En el ránking de las comidas preferidas por los argentinos el asado se lleva el primer puesto. Está claro: a las carnes y achuras no hay con qué pelearles. El segundo puesto podría dar lugar al debate, pero solo basta chequear un informe del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) del año pasado para que no queden dudas: según el organismo, en el país cada persona consume en un año, en promedio, 3,2 kilos de mozzarella. El mismo relevamiento indica que seis de cada diez personas comen pizza al menos una
vez por semana
.

En función de esto, y para que la costumbre no se venga abajo víctima de la reiteración de viejas, aunque efectivas fórmulas (jamón y morrones, napolitana, grande de mozzarella), la siguiente lista ayuda para salir a conocer otras variantes de pizzas, algunas no tan conocidas, para rendirle tributo a al clásico tano que conquistó el mundo.  

Monzú Pizzeria Bar
En Monzú, es difícil que el bordecito de la pizza que quede relegado en un costado del plato. Los responsables de esto son los chefs venezolanos Juan León y Alexandra Castro, que decidieron rellenar de sabor (y buenos ingredientes) los bordes de sus pizzas -a la piedra- y crear así su marca distintiva. De esta forma, se puede pedir una “criolla”, con la clásica salsa argentina, y encontrarse con el picantito de un chorizo al final de la porción o, en el caso de la clásica fugazzeta ($160 la grande), la vuelta de tuerca es con una pasta de aceitunas negras. Otras para probar: la de panceta y rodajas de papa ($230), condimentadas con una salsa de mostaza, ajo y perejil, cuyo borde llega con el agregado de un tibio queso cheddar , o la parisienne, rellena de pasta de champignones. La propuesta se completa con vinos orgánicos, cerveza artesanal y cocktails, en un lugar con una cocina completamente a la vista. Como se suele llenar, vale la pena reservar con anticipación.
José Antonio Cabrera 3975, Palermo / T. 4862-9223
Sr. Telmo
Masa finita y bien crocante, con ingredientes distintos para salir de las clásicas pizzas porteñas es lo que se encuentra en esta esquina de San Telmo. Cocinadas a la parrilla (a gas), salen con una dosis correcta de condimentos por un lado y buena cantidad de jamón crudo en la llamada Degui ($191)champiñones salteados en la Gustock ($186) y hongos de pino y panceta en la Del pasaje ($191). Por el lado de las bebidas, hay línea de cerveza Antares, aparte de las más comerciales. Con ladrillo a la vista, mesas de madera y cuadros a la venta, el lugar tiene gran convocatoria los días de semana en el horario de almuerzo de los oficinistas. Cuenta con servicio de delivery.
Defensa 756, San Telmo / T. 4363-0100

La Casona Vegana
Restaurante a puertas cerradas por un lado, y local a la calle con servicio de delivery. La idea, explican sus dueños, es incluir y que las pizzas sean aptas para todos: veganos, celíacos y que, a la vez, los carnívoros no queden afuera. Buenas opciones para incursionar por primera vez son la Vegalitana (lleva queso paparella, tomate y ajo deshidratado), o la Bolinia (con soja texturizada, vino tinto orgánico, parmesano y aceite de albahaca). Más avanzada aún, y con muchos pedidos resulta la Super Mario (con champignones salteados y semillas de girasol). Los precios, a contramano de la asociación entre comida vegana y números onerosos, rondan entre los $109 y $150. La elaboración es siempre casera, con masa de harina de arroz, que una vez cocinadas, resultan livianas aunque llenadoras. Para acompañar, hay cervezas artesanales Viejo Lahuan y vinos orgánicos.
Restaurante: Angel Carranza 1981, Palermo Hollywood / T. 5278-2272
Delivery y take away: Fitz Roy 1962, Palermo Hollywood / T. 5252-8342



Blonda
Frecuentado a menudo por figuras del mundo del espectáculo -sin dudas, la visita más importante fue la de Keith Richards hace unas semanas-, entre las pizzas -rectangulares, a la brasas y de masa finita- se destaca la Solana ($225), con cebolla caramelizada, queso brie y tomate. Para los fanáticos del queso, la quattro formaggi ($218),con mozzarella, parmesano, queso azul, y fontina también se lleva un merecido elogio. El menú también incluye pizza para celiacos, pastas, y cocktails, en un ambiente de luces tenues, sin el bullicio de otros lugares del barrio, muy recomendable para parejas.
Arguibel 2824, Las Cañitas / T. 4775-3576

Siamo Nel Forno 
Esta pizzería, ya un clásico del circuito de los fanáticos de la comida italiana, se ubica bien alto en el ránking. Las razones: su dueño Néstor Gattorna, es un buen exponente de la cocina en el horno a leña y, a la vez, un fiel representante de la pizza napolitana, con masa finita, aireada, y con la cantidad justa de mozzarella, algo extraño a la costumbre local, pero característico de la pizza de Nápoles. ¿Con qué gustos aventurarse? Una posibilidad es la clásica margherita ($130)con mozzrella, salsa de tomate, albahaca y un toque de parmesano. Otra, la de champignon, jamón cocido, queso feta de cabra, pimienta y oliva (160 pesos). Para tener en cuenta: todas las pizzas vienen al plato, por lo que conviene pedir una por comensal y no quedar con hambre. Y un dato más: aparte de las especialidades de la carta, siempre hay alguna pizza del día para investigar, como la Scarpariello , con salsa de tomate, alcaparras, anchoas, tomates secos, grana padano y evoo.Costa Rica 5886, Palermo Hollywood / T. 4775-0337


Ferreiro
Clásico de barrio si los hay, en esta pizzería la estética responde a otra pasión argenta: el fútbol. Decenas de cuadros con jugadores de otras épocas le dan a esta pizzería aires de bodegón. En cuanto a las pizzas -todas a la piedra-, están las clásicas que no fallan y dos especialidades de la casa para  conocer, ambas con queso provolone: la futbolera Mundial 78 ($210), con cebolla, y morrones y la napolitana ($210), que viene sin ajo. Otra destacada,la de champignones, roquefort y verdura. Lejos de ser un boliche para abuelos, es ideal para el encuentro con amigos en busca de un lugar en donde poder hablar y comer tranquilos.
Av. Angel Gallardo 1001, Caballito / T. 4856-8063

La más querida
En un pequeño local casi escondido en el barrio chino, adornado con banderines, se come una de las mejores zapis de Belgrano. Aquí la pizza se hace a la parrilla y es de forma ovalada. En la carta, que no es muy extensa, se distinguen pizzas como La Más Querida ($270), que viene con mozzarella, salmón ahumado, champignones y rúcula. Otra buena opción es la Tapenade ($180), con mozzarella, pasta de aceitunas negras, anchoas, tomate, albahaca y el intenso sabor de unas alcaparras. Dos características del lugar: se puede acompañar cada pizza con una salsita aparte para agregar y todos los ingredientes que figuran en la carta pueden ser usados para hacer ensaladas según el gusto de cada comensal. A pesar de que el local ya tiene sus años, no es demasiado conocido y resulta ser una grata sorpresa para muchos habitantes del barrio que .
Echeverría 1618, Belgrano / T. 4788-1455


GiulianoEn un ambiente que se amolda para grupo de amigos, parejas y familias, la propuesta de pizzas al horno de barro llama la atención por su extensa variedad: están las clásicas, las que innovan un poquito -con agregados de rúcula, champignon y panceta-, y otras que solo se encuentran en esta pizzería, como la que lleva ananá, jamón crudo y ciruela. Hay también una con huevo frito, pollo con salsa blanca, y parmesano con salsa picanteLos valores oscilan entre los $150 y $250, según la complejidad de la pizza (a la piedra). Hace delivery
Amenábar 3201, Núñez / T. 4544-9993
Elcano 2756, Belgrano / T. 4780-2555


Piola

Pionera en esto de variar de los gustos clásicos y ofrecer una imagen moderna, en Piola (que según algunos dialectos italianos significa taberna) se comen pizzas finas y con menos salsa de lo que se acostumbra en Buenos Aires. Eso sí, hay que ir preparado para gastar un poco más de lo habitual, porque los precios arrancan a partir de los $175, con la “económica” margherita, con salsa de tomate, mozzarella y albahaca. No obstante, si se quiere salir de la rutina, una buena recomendación rica y que satisface es la la Arezzo ($230), con alcauciles y champignones, aunque más jugada resulta lcarbonara ($250), con salsa de tomate, mozzarella, panceta, queso parmesano y un huevo al horno en el medio. Las pizzas son cocinadas al horno de barro y a leña.
Libertad 1078, Retiro / 4812-0690
Gorriti 5751, Palermo Hollywood / 4777-3698

Central de pizzas
De reciente incorporación al barrio, Central de pizzas llega desde Vicente López con una carta innovadora. Hechas al horno de leña y con varios ingredientes, se destacan la de lomito ahumado con láminas de papa asada ($234), que además lleva huevo duro, aceitunas negras, cebolla y pimienta negra. La Griega ($243), por su parte, es un festival de sabores y está hecha con ricota, pecorino rallado, puerro, tomillo, ralladura de limón, pimienta y sal marina. En resumen: quedarse 6con hambre aquí se hace complicado. Para tomar y aprovechar es el happy hour de aperitivos y cerveza, de 17 a 21 todos los días,
Andrés Arguibel 2813, Las Cañitas / T. 4779 - 1280
Por Nicolás de la Barrera
Link a la nota: http://www.planetajoy.com/?Pizzerias_portenas_con_onda%3A_diez_lugares_para_salir_de_la_clasica_grande_de_muzza&page=ampliada&id=8459

La Nación - Blog Mundo Gourmet - Chefs voladores de Turquía

Chefs voladores de Turquía


Para los apasionados de la gastronomía, la cocina turca puede resultar exquisitamente inusual. A partir de las características del país y su historia, Turquía cuenta con una gran variedad de platos que se combinan de manera única.
Conociendo su patrimionio, Turkish Airlines ofrece a sus pasajeros lujo y sabor desde el momento en el que ingresan al avión gracias al servicio ideado por los “Flying Chefs”. El objetivo es ofrecer una experiencia a los pasajeros gourmet con todo el sabor, dentro de las posibilidades del avión.
Las comidas se cocinan con productos frescos en una producción casi boutique, y así el concepto de menú exclusivo se introduce a los pasajeros a través de “Flying Chefs”, quienes trabajan junto a la tripulación de cabina cocinando y supervisando la preparación.









Yahya Üstün, encargado de  relaciones públicas de Turkish Airlines respondió algunas de mis curiosidades sobre el tema.
¿Todos los Flying Chefs viven en Turquía?
Para este trabajo, es necesario vivir en Turquía, e incluso es aún mejor vivir en Estambúl. Esto es debido a que todos los chefs hacen alrededor de cuatro vuelos (rotación en un mes y rotación día a día que conlleva entre 3 y 6 días, por lo que es necesario vivir cerca del principal hub de Turkish Airlines, que es Estambúl).
¿Cómo selecciona la aerolínea a sus Flying Chefs?
Turkish DO&CO, nuestro partner de catering, lo hace por nosotros. Todos los chefs son seleccionados y entrenadosen su cocina gourmet, que se localiza al lado del aeropuerto. Algunas de las consideraciones importantes que se toman en cuenta son, por ejemplo, un mínimo de 3 años deexpeiencia en hoteles premium o restaurantes. Además, necesitan saber trabajar en equipo, tener buena presencia y saber hablar inglés.Luego de la selección, cada nuevo miembro del equipo toma un entrenamiento de 8 semanas en una cocina “en tierra” hasta que les permiten subir al avión por primera vez. Luego, tienen algunos entrenamientos en el mismo avión con chefs que ya son expertos en la materia y les enseñan los últimos pasos del trabajo, que se da en el aire.
Además del trabajo “en el aire”, cada Flying Chef regresa con frecuencia a tierra  para poder pasar un feedback y traer nuevas ideas, ya que ellos son las orejas y oidos de nuestro catering en el aire. Esto sirve para mejorar nuestro servicio a bordo.
¿Los chefs son populares?
En general, los Flying Chefs son conocidos alrededor del mundo, no solo en Turquía, a pesar de que su trabajo es muy distinto al que se realiza en un restaurante “A la Carta” ya que el espacio en el avión es muy limitado.
La mejor parte del trabajo es la posibilidad de estar en contacto con nuestros pasajeros y de viajar alrededor del mundo. Esto les da la chance de aprender más acerca de las experiencias culinarias y, además, de expandir sus horizontes hacia nuevos platos. A decir verdad, es una gran oportunidad para los chefs más jóvenes, ya que ganan mucha experiencia. Luego de algunos años como Flying Chefs, pueden regresar a trabajar en restaurantes y lograr tener una gran carrera.
Si lo que se desea es tener una comida nutritiva o aprender un poco sobre la cocina turca, el salón Lounge de Turkish Airlines del aeropuerto Atatürk, en Estambul; ofrece sabores únicos de especialidades turcas regionales que los chef preparan y exhiben bajo una campana de cobre de diseño clásico. Entre los típicos platos, se podrán encontrar ‘Manti’ y ‘Gözleme’. Además, los clientes pueden degustar especialidades famosas como ‘Pide turco’ y ‘Börek’; asado en un horno especial. Por último, a lo largo del salón hay ofrendas de frutas, ensaladas, aperitivos y frutos secos como parte de la hospitalidad turca.
Turkish Airlines fue elegida como “Mejor Lounge en Clase Business a nivel mundial” y “Mejor Dining Lounge de Clase Business” en 2015 por los premios Skytrax World para aerolíneas.
 TW: @TK_ARG




Link a la nota: http://blogs.lanacion.com.ar/mundo-gourmet/curiosidades/chefs-voladores-de-turquia/