martes, 6 de febrero de 2018

La Nación - La mirada extranjera - Vino de Nueva York a estudiar y se quedó para vender bagels caseros en Palermo

Vino de Nueva York a estudiar y se quedó para vender bagels caseros en Palermo

Comer un bagel con salmón ahumado, queso crema, cebolla morada y alcaparras acompañado con un café estilo americano es lo más parecido a sentirse en Manhattan. Si a esto se le suma que la receta fue preparada por un neoyorkino y que lo podés disfrutar escuchando hip hop la combinación es casi de película de Hollywood. Es que no hace falta tomarse un avión a Estados Unidos para conocer el auténtico bagel, Jacob Eichenbaum-Pikser, o mejor conocido, como Sheikob, te transporta por un rato a los sabores de Nueva York, pero en pleno Palermo.
Sheikob's Bagels abrió sus puertas hace exactamente dos meses, sin embargo, la historia de estos bagels, popularmente conocidos en los cafés de especialidad, comenzó hace más de cuatro años. Jacob llegó a Buenos Aires por primera vez en el 2009 por un programa de intercambio con su facultad, en ese momento, estaba estudiando geofísica y quería mejorar su español, por eso, decidió cursar letras y sociología en la UBA. Cuando terminó la pasantía regresó a Estados Unidos y se perfeccionó con un master, pero la rutina lo cansó y decidió regresar a la ciudad que tanto lo había cautivado.
Crédito: Mauro Alfieri

Crocante por fuera, suave por dentro

Preparó la valija con su gorra de la suerte y en el 2013 regresó a Buenos Aires. Se adaptó rápido a la vorágine de los porteños. Al principio, se ganaba unos pesos dándole clases particulares a alumnos que querían aplicar a universidades norteamericanas, todo parecía que marchaba sobre rieles, pero había una costumbre que añoraba: disfrutar de un café americano con un bagel. "Extrañaba mucho los bagels, bien crocantes por fuera y suaves por dentro. Los americanos tenemos la costumbre de levantarnos temprano por la mañana y pedirnos este pan recién horneado. Además, son la gran estrella de los brunchs familiares de los domingos. Nunca había preparado un bagel en mi vida y fue por simple curiosidad que empecé a probar recetas. Me llevó más de cuatro meses perfeccionar la preparación y que sean lo más parecido posible al estilo neoyorkino. La primera vez me salieron horribles, muy gomosos y se me habían quemado", recuerda Eichenbaum, de 29 años, mientras prepara detrás de la barra un bagel con panceta, queso y huevo.
Crédito: Mauro Alfieri
Cuando la receta estaba en su punto justo, llegó el momento de presentarlos en sociedad. Y fue en una fiesta con amigos, donde los sorprendió con su obra maestra. "Los primeros que preparé fueron de queso crema, verdeo y tomate y a todos les encantaron. Al poco tiempo, algunos conocidos me los empezaron a encargar de a docenas y se me ocurrió armar una página de Facebook para venderlos por encargo", dice. En esa época el bagel todavía no estaba de moda en Buenos Aires y el brunch recién comenzaba a aparecer en las cartas de los cafés. Según recuerda, el gran saltó fue cuando lo contactaron de una reconocida cafetería para que les prepare cinco docenas por día. "En ese momento preparaba los bagels en casa, me tomaba el colectivo desde Parque Patricios y hacía una entrega tres veces por semana", dice.
Lo que comenzó como un interés personal para recordar los sabores de su infancia, se transformó en una producción diaria. Al principio preparaba cinco docenas mensuales, pero esa cantidad se volvió diaria y para profesionalizarse se compró un horno eléctrico convector de cuatro bandejas. La fama de los bagels llegó por el boca en boca y logró consagrarse cuando los empezó a vender en una bicicleta inglesa antigua en la puerta de varios cafés de especialidad de Palermo. El clásico de los domingos, era encontrarlo a Jacob con su bicicleta preparando bagels frescos de salmón, de panceta, queso y huevo y eso sí, acompañados de un latte o cappuccino calentitos. El éxito fue tan rotundo que de los siete días de la semana, cinco recorría barrios con su bicicleta. Y como quiso ir por más, llegó el sueño de tener el local propio.
Crédito: Mauro Alfieri

La casa del bagel

En Sheikob's Bagels la premisa principal es ofrecer bagels auténticos. El ambiente es relajado y el menú sencillo. La gran estrella son estos panes con agujero en el centro, es por eso que no tienen ningún tipo de acompañamiento (papas fritas o chips). Actualmente ofrecen seis tipos de panes: el simple, con sal, sésamo, amapola, con cebollas y el que ellos llaman "Everthing" (De todo) con cebolla, ajo, sésamo, amapola y Kümmel (de la familia del comino). A Jacob le gustan las cosas caseras y logró perfeccionar la receta del queso crema estilo americano. "Este queso es uno de los fuertes de la casa y lo preparamos a diario con queso crema , leche, crema, sal y cuajo", expresó. Además de la versión de queso original también crearon diferentes sabores. Hay de verdeo, jalapeño, eneldo y limón y también un sabor de temporada con variedad de verduras (morrón, apio, zanahoria y cebolla).
Crédito: Mauro Alfieri
Dentro de las opciones de bagels de la casa, la que lleva la delantera en record de ventas es el clásico con salmón ahumado, queso crema, cebolla morada y alcaparras ($120). También se distingue el que se sirve caliente con panceta, queso y huevo ($120) y el mexicano con jalapeño y tomate cilantrado (al horno con cilantro y ajo, a $90). El Brighton (con eneldo y limón y remolacha, tambipen $90) está inspirado en el barrio Brighton Beach, donde vive la madre de Jacob, en Brooklyn. En Nueva York se estila que cada uno pueda prepararse el bagel con el relleno que más les guste y en Sheikob's también respetan esa costumbre. Hay opciones de adicionales de salmón ahumado, cebolla morada, tomate, pickle de remolacha y tomate cilantrado. Para tomar la mayoría opta por el sifón de soda, pero también ofrecen gaseosas caseras que van rotando según las frutas y verduras de estación. Este verano tienen una versión con apio y otra con pelón. Además, ofrecen cerveza artesanal tirada y no puede faltar el café americano.
Crédito: Mauro Alfieri
Jacob ya se convirtió en un experto en bagels y todas las mañanas prepara su bicicleta para ir a trabajar. Como hobbie toca el piano,este instrumento está en el centro del local, y todas las mañanas antes de abrir y después de cerrar toca algunos temas. Es una especie de cábala, como su receta de los bagels. "Un bagel está bien hecho cuando brilla por sí solo, no porque está pintado con clara de huevo. Para su preparación, es fundamental la fermentación lenta en frío y hay que hervirlos porque si no están hervidos antes de hornearlos no son bagels", describe mientras prepara los huevos de un bagel con panceta. Aunque ya es dueño de su propio local, no va a dejar de recorrer los barrios en su bicicleta antigua con canasta. "Disfruto mucho mi trabajo en la calle por los vínculos que se generan con los clientes, además es el alma donde nació todo mi proyecto", concluye. Sus bagels llegaron a Buenos Aires para quedarse.

La receta de Sheikob

Crédito: Mauro Alfieri
Para el prefermento:
  • 1 kilo de harina común 0000
  • 550 cc de agua tibia
  • 2,5 gramos de levadura fresca
Para la segunda masa:
  • 500 gramos de harina 0000
  • 5 gramos de sal
  • 2,5 gramos de levadura fresca
  • 12 gramos de extracto de malta
  • Una pizca de agua para unir
Relleno:
  • Semillas de amapola o sésamo a gusto
  • Salmón ahumado
  • Queso crema
  • Cebolla morada
  • Alcaparras
Preparación:
1) En primer lugar, preparamos la masa. Ponemos el agua en un bowl. Le agregamos la levadura y la harina y mezclamos. Tapamos la masa y la dejamos reposar durante una noche en la heladera.
2) Quitamos la masa de la heladera y le colocamos todos los ingredientes de la segunda masa. Amasamos bien y la dejamos reposar una noche más en la heladera.
3) Se corta la masa. La idea es formar especie de pelotas y con el dedo hacer un agujero en el centro de cada una (2 centímetros de diámetro aprox).
4) Después, ponemos a hervir el agua y los sumergimos con una espumadera un minuto de un lado y otro minuto del otro. Se quitan del agua.
5) Precalentamos el horno a una temperatura de 220ºC.
6) Espolvoreamos con semillas de sésamo, semillas de amapola, etc.
7) Horneamos los bagels durante 20 minutos durante 220ºC.
8) Servimos con el relleno que más nos guste.
Link a la nota: https://www.lanacion.com.ar/2106814-vino-de-nueva-york-a-estudiar-y-se-quedo-para-vender-bagels-caseros-en-palermo

Clarín - Ciudades - El fenómeno de las cervecerías: hay más de 200 locales, crecen las quejas y buscan regularlas con una ley

El fenómeno de las cervecerías: hay más de 200 locales, crecen las quejas y buscan regularlas con una ley

Aumentaron las denuncias de vecinos por ruidos. También genera conflicto la ocupación de veredas. 
El fenómeno de las cervecerías: hay más de 200 locales, crecen las quejas y buscan regularlas con una ley
Controles a cervecerías artesanales. Un proyecto de la Legislatura busca regularlas.
Hay barrios que tienen una en cada esquina. E incluso más. Las cervecerías crecieron en los últimos años y su expansión, que se convirtió en un fenómeno, genera también quejas de vecinos y la necesidad de regular el rubro.
Según un relevamiento de una de las cámaras al que accedió Clarín, la de Cerveceros Artesanales de Argentina (CCAA), hay más de 200 bares de cerveza artesanal en la Ciudad, de los cuales la mitad está en Palermo. Sin embargo, ni la fabricación ni su venta están reguladas en territorio porteño.
Es por eso que los legisladores oficialistas Francisco Quintana, Daniel Del Sol, Cristina García, Mercedes De las Casas y Roberto Quattromano (quien terminó su mandato en diciembre) presentaron un proyecto para crear un marco regulatorio.
Al mismo tiempo, el boom tiene un lado B. Mientras los clientes disfrutan, los vecinos tienen que soportar las consecuencias. Los reclamos de quienes viven cerca de estos establecimientos se dispararon en los últimos meses y hubo uno cada dos días en promedio. Ruidos molestos, ocupación de la vereda, vibraciones en las medianeras y malos olores son algunos de los motivos.
Las cervecerías también comenzaron a instalarse en barrios residenciales en donde no había actividad gastronómica. Los locales suelen ser chicos, y los clientes terminan saliendo a la vereda para fumar o porque adentro hace calor o no hay espacio. Eso genera que mucha gente se acumule en las esquinas a la noche y moleste a los vecinos.
Aunque muchas se instalaron sobre avenidas en donde ya se registraba actividad gastronómica, también fueron abriendo locales en calles sin restoranes. En Caballito, por ejemplo, se volvió frecuente ver bares, con mesas en las calles, en arterias poco transitadas durante las noches.
El problema creció de tal forma que la Agencia Gubernamental de Control tuvo que empezar a multar y clausurar locales. El jueves pasado, Clarín acompañó a los inspectores a un operativo, que terminó con la clausura de una cervecería llamada Pentos, que queda en Bermúdez y Varela, Villa Devoto. Era, según la AGC, uno de los comercios que más quejas acumuló en los últimos meses.
La inspección comenzó cerca de las 23.30. A esa hora, una multitud ocupaba la vereda y no había espacio para caminar. El local tiene 160 m2 y varias mesas afuera. La capacidad máxima autorizada es de 55 personas, pero en el interior había 80, y contando las que estaban afuera superaban las 200. Por esta infracción y por vender alcohol fuera del horario permitido, entre otras causas, el comercio quedó clausurado, explicaron en la AGC.
Liliana, una vecina que pidió no dar su apellido, contó que vive a 50 metros de la cervecería y que tuvo que "dejar de usar uno de los dormitorios porque el ruido que hay todas las madrugadas es tremendo. Y en la pieza donde estoy ahora tengo que prender el aire acondicionado porque prefiero el ruido de la turbina que escuchar el griterío de afuera".
El fenómeno de las cervecerías: hay más de 200 locales, crecen las quejas y buscan regularlas con una ley
Controles a cervecerías artesanales. Un proyecto de la Legislatura busca regularlas.
Del otro lado, el gerente de la cervecería, Alexis Rinaldi, se defendió: "Yo no puedo echar a la gente de la vereda porque es pública. Los inspectores le buscan el 'pelo al huevo' hasta que lo encuentran y te cierran el local. Quiero que el Gobierno me de una mano para controlar la vereda".
Según fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, “la permanencia de personas en las veredas no está regulada” y “no representa una infracción en sí misma”, excepto “si están siendo atendidos por personal de un establecimiento determinado”.
En cuanto al proyecto de la Legislatura que busca regular la actividad, tiene que ver sobre todo con que la mayoría de las cervecerías artesanales son además puntos de recarga de botellones (llamados también “growlers”), que se consumen fuera del bar.
De aprobarse el proyecto, las empresas deberán cumplir con un proceso estandarizado de higienización, tanto se trate de la cerveza tirada desde una chopera como la que se fracciona a pedido del cliente.
Los envases deberán ser de vidrio o acero inoxidable y tener tapa hermética. Y quien la expenda debe hacer la limpieza correspondiente. Pero si el cliente lleva su propio recipiente, es él quien deberá hacerse cargo de la higienización, y dejar constancia en un libro de actas.
Link a la nota: https://www.clarin.com/ciudades/fenomeno-cervecerias-200-locales-crecen-quejas-buscan-regularlas-ley_0_SJravk8Uz.html

La Nación - Revista Brando - Breve historia del Café de Tacuba

Breve historia del Café de Tacuba

Un espacio en el que se respira parte de la convulsionada historia mexicana
Desde que usted entra en el Café de Tacuba recibe el trato agradable y cortés que merece. Ya sentado cómodamente en su mesa, los exquisitos y finos platillos que le servimos son tan deliciosos que usted se sentirá como en su propia casa.". Añejado por el paso del tiempo, el viejo aviso publicitario enmarcado advierte de las promesas del lugar: "Único en su género", remata. Yo, que fui adolescente durante una década (la de los 90) en que el sueño alterlatino pretendía unir las tres Américas al ritmo del rock, creía que Café Tacuba sólo era el grupo de un cantante que cambiaba de nombre y usaba peinados estrafalarios. Pero a un par de cuadras del Zócalo, la plaza elefantiásica que siempre parece a punto de colapsar en el centro de Ciudad de México, está el verdadero Café de Tacuba: puro abolengo azteca desde 1912, un destino de peregrinación para cualquier fanático del café.
El mítico cafe de la calle Tacuba abrió sus puertas en 1912
El mítico cafe de la calle Tacuba abrió sus puertas en 1912 Fuente: Archivo
Mucho antes, en el siglo XVII, había sido un convento. Pero el nacimiento de la ciudad moderna exigía que cada gran metrópoli tuviera su Tortoni: a dos pasos del Palacio Nacional, los cabilderos arreglan o arruinan el futuro de la patria. Los millares de azulejos, las incontables boiseries, los murales recargados y los óleos pringosos dan una idea de lo mexicano: abruman por acumulación. Todo es grande y caótico acá, desde la Catedral inclinada que se hunde cada año en un barrial sin fondo hasta las chalupas de Puebla, unas tortillas fritas que dejan el paladar áspero por la grasa.
En cada rincón del lugar se respira historia: aquí se escribieron poemas, se planearon estrategias políticas y se formaron miles de parejas.
En cada rincón del lugar se respira historia: aquí se escribieron poemas, se planearon estrategias políticas y se formaron miles de parejas. Fuente: Archivo
Aquí mismo se casó Diego Rivera con la novelista Guadalupe Marín, antes del amor rabioso con Frida Kahlo, en aquella mesa Agustín Lara escribió la letra de un bolero en una servilleta y en esa esquina los sicarios de la organización La Mano Negra mataron a tiros al gobernador de Veracruz.
El ecléctico y cargado estilo del Café de Tacuba
El ecléctico y cargado estilo del Café de Tacuba Fuente: Archivo
Es que la historia se escribe en los cafés: si en el viejo Lloyd's de Londres se fundó la primera compañía de seguros del mundo, y en el Florian de Venecia se guardaba una mesa para Casanova porque era el único cafetín de la ciudad que permitía el ingreso de mujeres, en el Tacuba los excesos del realismo mágico latinoamericano combinan el amor, el odio, la muerte, los tacos, los chiles rellenos con queso y los panuchos, unas tortillas de maíz con guiso que reclaman a gritos el consuelo de una michelada. La cerveza se toma con limón, sal y salsa: en los colores (verde, blanco y rojo), un tributo a la bandera mexicana.
El Café de Tacuba es un templo para los que crecimos diciéndonos menso entre nosotros y aunque a uno lo tienten con comerse un chapulín, un insecto que se fríe, dice que no, que sería como matar a un ídolo de la infancia. Lo sospeché desde un principio: este Tacuba no tiene nada de rock alterlatino porque sólo se escuchan boleros, rancheras y serenatas con orquestas de mariachis. Al salir, desbordado de mexicanidad, sólo queda deshacer las cuadras que vuelven al Zócalo y elevar una plegaria al cielo: "¡Ojalá que llueva café!".
Link a la nota: https://www.lanacion.com.ar/2103642-breve-historia-del-cafe-de-tacuba

Planeta Joy - Comer - Chipa top: dónde probar las mejores versiones

Chipa top: dónde probar las mejores versiones

El chipa pasó de rey del street food a producto gourmet; hoy se encuentra en paneras de restaurantes de autor y hasta se lo usa como pan para envolver el preciado chori; un resumen de las mejores reversiones.
Chipa, chipita, chipacito o simplemente chipá. Al pequeño pan de almidón de mandioca y quesos, se lo puede llamar de diversas formas dependiendo de su lugar de origen y preparación. Ideal para disfrutarlo con un mate o tereré fresco en las tardes de calor, compañero perfecto del latte y gran estrella de las paneras gourmet en los restaurantes, este pan crocante por fuera y suave por dentro, supo conquistar paladares a través del tiempo. La novedad es que ahora también pisa fuerte con sus reversiones, ¿o quién dijo que no puede hacerse de diferentes sabores o ser el pan de un clásico tan argentino como el chorizo?
En esta nota te proponemos diferentes opciones para descubrir el chipa en sus versiones gourmet.
En forma de taco y con sabores mexicanos
En Ilatina, el reconocido restaurante de cocina Latinoamericana a cargo del chef Santiago Macías, además de poder hacer un viaje astronómico desde México hasta la Patagonia con su menú de siete pasos, vas a poder disfrutar de una panera con chipá casero calentito. El secreto para su preparación, según dicen, es que utilizan queso Holanda. Sin embargo, la más llamativa de las versiones es la que ofrecen en sus foodtrucks: el ChipaTaco ($120). El chipá, viene presentado como una tortilla en lugar de su forma convencional redonda y con diferentes sabores. Los rellenos son similares a los tacos mexicanos, los más clásicos son el de bondiola de cerdo, mayonesa de cilantro, y pickles, el de pollo asado, pico de gallo, lechuga y cilantro o el de carne de res con salsa tropicante y repollo.
Murillo 725- Villa Crespo.
 
Con sabores innovadores y técnicas colombianas
Desde que abrió sus puertas, la premisa de Gran Dabbag fue ofrecer algún pan de mandioca. Lo que los distingue es la creatividad de sus rellenos y los tipos de presentación. Los quesos que utilizan para la receta son la provola ahumada, quesos semiduro tipo Pategrás y el Mar del Plata. En un comienzo preparaban un chipá conocido como Chipa So, con diferentes rellenos que variaban según la temporada: choclo, panceta y hongos. Actualmente, ofrecen una versión similar al pan de yuca colombiano y lo combinan con puré de choclo, chutney de tomate y jalea de rocoto, semillas de shiso y hucatay. Algunas noches también preparan el chipa Mboca, que se cocina con cañas de bambú a la parrilla. Es una opción ideal para conocer diferentes sabores y dejarse llevar por los agridulces.
 Av. Raúl Scalabrini Ortíz 1543- Palermo
Compañero perfecto del chori
Luciano Luchetti de "Locos por el asado" fue pionero en el país en recrear la receta del chori- chipá. El combo es perfecto: chorizo y un pan con el mejor sabor del chipá. "En el país el chipá es muy popular. Por eso, pensamos en mezclar el chori con el chipá y nació el chori-chipa", dice Luchetti. Según el experto en asados "la variedad de quesos a elegir es muy importante ya que además de la fécula de mandioca son la base del sabor. Cuanta más variedad de quesos tenga, más sabor tendrá el chipá". Además, aconseja utilizar quesos semi- duros como el parmesano, reggianito, dambo, sardo.
En la parrilla de Ñuñez, La Brasería, le dieron una vuelta de rosca al infaltable de todos los asados y lo ofrecen en su versión gourmet.  El sabor de la provoleta lo trasladaron al pan, el chorizo es de campo y viene presentado en corte mariposa en una tabla de madera. El secreto para obtener el sabor es que lo cocinan en brazas aromatizadas. Viene acompañado con salsa criolla ahumada, morrones, cebolla y aceite de oliva, y chimichurri casero de la casa ($82)
Quesada 1701- Nuñez.
 
Para disfrutarlos con un brunch bien completo
Sin dudas, la gran estrella de PL Deli es el brunch que se sirve durante los fines de semana de 11 a 16. Dentro de las opciones de yogurt con granola y frutas, hash brown con huevos revueltos y bacon o salmón ahumado, se distingue una canasta de cuatro mini chipás caseros calentitos. “Son súper caseros y se preparan todos los días con 1kg de fécula de mandioca, tres tipos de quesos (330 gramos de fontina, 330 gramos de pategras y 330 gramos de parmesano), 5 huevos y 330 centímetros cúbicos de jugo de naranja. Primero hay que rallar los quesos, luego unir todos los ingredientes, separarlos en porciones de 80 gramos o el peso deseado y darles forma de bollo. Por último, hay que cocinarlos durante 10 minutos a 180 grados”, detalla Valeria Erlich, Chef y Fundadora de PL Deli. Para los que quieran disfrutarlos con un cappuccino o latte pueden pedirlos por unidades ($25) en su versión clásica o con albahaca.
Gorriti 6046- Palermo
Versiones caseras para acompañar el café de take away
La costumbre de disfrutar de un latte o un café doble con panes con sabor a queso ya es algo de todos los días en la ciudad de Buenos Aires. En Ol'Days los chipás son grandes protagonistas de la carta y uno de los productos más pedidos a la hora de acompañar el café. Los chipás son caseros y se preparan con queso sardo y queso holanda. Los ofrecen en porciones de tres unidades ($35) y también en su versión individual a ($13).
Olga Cossettini 1182- Puerto madero.
La gran estrella de las paneras
En Roux, el destacado restaurant de cocina de autor, incorporaron en la panera el chipá. La fórmula de la perfección es sencilla: variedad de quesos y harina de fécula de mandioca de yerbateros misioneros. “Solemos ponerle provolone o parmesano, reggiano, cuartirolo y veces un poco de mozzarella que le aporta humedad. Le agregamos leche, harina de mandioca previamente tamizada y sal. El secreto está en sacarlos calentitos a la mesa”, cuenta el chef, Martín Rebaudino. Además, aconseja “no amasarlos demasiado para que no se pongan duros y que la cocción sea prácticamente en el momento".
Peña 2300- Recoleta
Con sabores criollos para disfrutar en la playa
Chipa tremendo nació en Mar del plata en 2014 y es un negocio íntegramente familiar. En esa época, Diego Cófreces se había quedado sin trabajo y comenzó a idear un proyecto de comida apta para celíacos, ya que su hija que no puede comer comida con TACC. La idea era sencilla: elaborar chipas artesanales con calidad gourmet, pero con una vuelta de tuerca. Al poco tiempo, se hicieron conocidos en La Feliz con la ayuda de las redes sociales @Chipatremendo. Hoy sus chipás son la mejor compañía en las mateadas de la playa y el maridaje perfecto de una buena cerveza.
 Los tradicionales llevan dos tipos de quesos y también ofrecen una versión vegetariana con la misma composición de los clásicos, pero con un agregado de cebolla, ciboulette, orégano, tomates secos y albahaca. El furor en las redes sociales es el Criollo. Esta reversión bien porteña es especial para las picadas porque tiene panceta ahumada, chorizo colorado, jamón y salame. “En todos los casos utilizamos dos tipos de queso, uno de pasta semi-dura, que le da esa textura y consistencia blanda, y otro de pasta dura, que se encarga de darle un sabor picante y es el que le otorga l personalidad al producto”, cuenta Cófreces a Planeta Joy. 
Se venden por cuarto kilo (20 unidades). Ofrecen delivery en Mar del Plara y pueden encargarse ya horneados o frizados.

 
En su versión de pan de sándwich o en grisín
Antonella Degiorgi y Gianluca Bertolotti son de Misiones, llegaron a Buenos Aires para estudiar y al poco tiempo se dieron cuenta que querían tener un proyecto en conjunto. Así, surgió Calu Chips, donde venden chipás congelados listos para hornear. Al principio empezaron a venderlos por el boca en boca, pero al poco tiempo empezaron a hacerse conocidos y ahora ya tienen más de 11 mil seguidores en su Instagram @Caluchips. 
Los chipás vienen en bolsas de bolitas armadas listas para cocinarse en el horno y también en formato de panes Ciabatta llamados “Chipanwich".
Además, crearon los “Chipsticks", grisines hechos con masa de chipá. Para la receta utilizan dos tipos de quesos, uno duro y otro semiduro/blando. “El secreto está en que para su preparación utilizamos fécula de mandioca (100%) sin harina de trigo, por eso, los productos son aptos para celiacos”, expresó Bertolotti. Los precios varían según la opción, pero en promedio rondan los $130 el medio kilo.

 
Con el mejor sabor brasileño
El chipá no es lo mismo que el pan de queso (pão de queijo), pero son primos. Este bollo a base de fécula de mandioca y queso, es el más vendido de Brasil y nació en una granja en el interior del estado brasileño de Minas Gerais. La receta pasó de generación en generación y también llegó a Buenos Aires. Marcelo Monteiro, brasileño de Minas trajo la receta de su abuela a la Argentina y empezó a venderlos congelados en cafés de especialidad y universidades. El producto es súper auténtico y lo que lo distingue es la cantidad de queso que tiene por dentro. 
Viene congelado y en tres tamaños diferentes. El chico es de 20/25 gramos, el mediano es de 50 gramos y el grande, ideal para la merienda, de 90 gramos. El kilo (50 unidades) de la versión chica cuesta $120, el del mediano (20 unidades) $110 y el grande (12 unidades) $100.

Con el pão de queijo todo queda en familia y el sobrino de Marcelo, Bruno,  creo en 2016 un emprendimiento de venta de estos panes congelados. La receta que utiliza es la de su madre Isabella, por eso, su marca se llama Pan de queso Dona Isabella. Bruno vende sus productos en zona Norte y en Capital Federal  y tiene dos versiones la chica de 30 gramos y una más grande de 50 gramos. El producto es apto para celíacos y tiene mucho queso parmesano. 
Por Agustina Canaparo. 
Link a la nota: https://www.planetajoy.com/?Chipa_top%3A_d%F3nde_probar_las_mejores_versiones&page=ampliada&id=10074

La Nación - Revista - Tanta: peruano en pleno centro

Tanta: peruano en pleno centro

Con el sello de Acurio, cebiches y mucho más en una propuesta casual
Tanta, que significa pan en quechua, es en Lima una propuesta de comida con varios locales, creada por Astrid Acurio a imagen de las tiendas parisinas consagradas a la cocina casual pero exquista, de cuando ella y Gastón se conocieron estudiando en el Cordon Bleu. El cocinero instaló la peruanidad en la gastronomía mundial, primero con Astrid y Gastón -cocina elitista de base francesa- y luego con el maravilloso La Mar. Este último, ubicado en Palermo, logró rápidamente el éxito como cebichería peruana. Y hace casi dos meses, Tanta se instaló en pleno centro porteño, una plazoleta desértica en esquina sin pizca de verde, aunque ya está instalándose en un container, con barra, despacho, mesas cómodas, y jardín más informal que el interior pero muy bien puesto.
Pasando la pesada puerta de Tanta, siguen la barra del bartender Hugo de la Selva, y enfrente un mostrador de montaditos y sanguchitos para elegir, y luego las dulzuras de Astrid para que el camarero deje en la mesa indicada. En el sorprendente doble salón comedor, con vidriera curva altisima que transparenta plantas selváticas, entre mesas marrón profundo y sillas de cuero, circulan correctos camareros en look decontracté. Anthony Vásquez, el chef gerente operativo en Buenos Aires hace cuatro años en La Mar de Buenos Aires, define la carta de Tanta como de cocina peruana de la casa, o de familia con aquellos sabores y la influencias de otras partes de mundo. El venezolano Allen Mezzono, cocinero en jefe de Tanta, se ha formado con Anthony en Palermo
Hay una completísima carta de cebichería, pero mas simple que la de La Mar. De los piqueos, las croquetas Tanta ($90) de ají de gallina se llevan los laureles, aunque el cebiche clásico (220) es lo primero a considerar, con el pescado del día, así como las causushis, minicausas variadas (220), y la gran causa limeña (150).
También hay ensaladas (150-200) y sándwiches con papas fritas: el Tanta Burguer de 250 gramos (200), el de pavo criollo (200), el vegetariano (160) y de milanesa de lomo, para cualquier hora. Como principales, típico tallarin salteado (200-250), de pasta casera, y las especialidades: ají de gallina (220), lomo salteado al wok (250), y clásico el seco de ternero con tacu-tacu (490).

Tanta

Crédito: Dafne Gentinetta

Puntaje: 8

  • Dónde: Esmeralda 938
  • Otros: De lunes a sabados, de 12 a 0. Tarjetas. Estacionamiento enfrente. 140 cubiertos, 40 afuera. No se cobra cubierto
  • El plato: Gran causa limeña
  • Precios: Desde 120 un bocado y una bebida
  • Para beber: Correcta oferta de vinos en acuerdo. Por copa, 12 etiquetas ($105 a 190). Cervezas de Stella Artois (100), Quilmes (80), Corona y Patagonia (120).
  • Tragos: El bartender Hugo de la Selva en los cócteles tradicionales, (150-180), peruanos ideales para comer con ellos (150) y sin alcohol (120). Además, batidos especiales y jugos
  • Para mejorar: un Sunday Brunch
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2105567-tanta-peruano-en-pleno-centro