viernes, 5 de agosto de 2016

La Nación - Gastronomía - Fernando Trocca: "Los precios en los restaurantes son un delirio"

Fernando Trocca: "Los precios en los restaurantes son un delirio"

Cumplió treinta años de pasión por la cocina, en abril pasado presentó su primer libro y planea abrir Mostrador Santa Teresita, que fue un éxito en Punta del Este, en Buenos Aires, cerca del río

Fernando Trocca, un referente de la gastronomía local
Fernando Trocca, un referente de la gastronomía local.

LA NACION
VIERNES 05 DE AGOSTO DE 2016 • 00:32

0
Cocinero. Ni chef, ni emprendedor gastronómico ni empresario, aunque bien podría definirse como tal después de treinta años de profesión y varias aperturas de restaurantes en su haber. Pero así le gusta definirse, y con ese título dio nombre a uno de sus proyectos más queridos: su primer libro -publicado en abril pasado por el sello Planeta- donde Fernando Trocca recuerda los pasos (y los saltos importantes) de tres décadas de carrera y pasión por la cocina. Por eso, también, las páginas ofrecen a los lectores algunas de sus recetas favoritas. "Fue un proyecto que llevó mucho tiempo de trabajo y que valió la pena -cuenta a LA NACION-. Se dio en un momento importante de mi carrera y de mi vida, y estoy muy contento".
Pero Cocinero ya es un trabajo concluido y ahora, después de tres temporadas de éxito con Mostrador Santa Teresita, en Punta del Este, tiene el desafío entre manos de traer la misma propuesta a Buenos Aires. El mismo concepto que tan bien funcionó en las playas esteñas -una versión moderna de las clásicas rotiserías con mostrador y comidas ya preparadas, donde el plato preferido puede degustarse en las mesas del salón o ser envuelto para llevar- pero en la costanera de Vicente López, con las aguas del río como postal de fondo.
-¿Para cuándo la apertura de la versión porteña de Mostrador Santa Teresita?
-Estamos recién buscando un lugar. Y la intención es que sea por Vicente López por varios motivos. Vivo cerca, me gusta mucho la costanera y el río, quiero salir del circuito y tener un lindo espacio para comer afuera. Si encontramos un buen local, la intención es abrir el año próximo. La verdad es que nos fue tan bien en Punta del Este, cada nueva temporada fue mejor que la anterior, que nos entusiasmamos y decidimos traer el concepto a Buenos Aires. El único cambio que sufriría con respecto a su versión uruguaya es que aquí también abrirá de noche. Por lo demás, todo será igual. Sin carta, sin menú y con toda la comida a la vista, sobre el mostrador.
-Reconociste alguna vez que habías descuidado a Sucre. ¿Cómo está ahora el restaurante?
-Ahora está muy bien, en uno de sus mejores momentos. Pero es cierto, había caído. Cada uno [de los socios del negocio] fue poniendo su energía en otro lado y lo descuidamos durante algún tiempo. Pero volví a meterme de lleno en el restaurante y está en un gran momento. Armé un nuevo equipo, tenemos un nuevo jefe de cocina [Matías Risso], pensamos nuevas ideas y hasta cambié la vajilla. Volví a la cocina y a ocuparme del menú.
-Sucre dejó de figurar desde hace dos años en el ránking de los mejores restaurantes de América latina. ¿Por qué creés que sucedió?
-La verdad, no lo sé. Cuando digo que habíamos descuidado a Sucre sí figurábamos en la lista. No podría decirte qué pasó ahora, pero es muy raro. Pasamos del puesto 28° al 29°. Después saltamos al 49° y después desaparecimos. Insisto, creo que el año pasado fue uno de los mejores que tuvo Sucre en su historia, en todo sentido. Y sin embargo no figuramos. No tengo una respuesta. Pero tampoco es algo que me quite el sueño.
-¿Te importa volver a estar entre los 50 mejores?
-No trabajo para eso. Si estamos, estoy contento. Es una consecuencia de lo que hacemos y cómo trabajamos. Pero trabajo para que la gente disfrute de una experiencia, no para un jurado que me incluya en una lista.
-Sobre los jurados, y a pesar de haber sido convocado, nunca participaste como tal en un reality de cocineros. ¿Por qué?
-Así es, me llamaron para MasterChef en dos oportunidades y lo rechacé porque no me siento cómodo en ese formato. Prefiero dejárselo a mis colegas, como Donato [De Santis] o Germán [Martitegui], que tan bien lo hacen. Me gusta hacer programas de cocina.
-Tuviste varios programas en TV pero hace más de tres años que no estás frente a las cámaras. ¿Te gustaría volver?
-No sé, El Gourmet es una tristeza, son todos programas enlatados. La verdad es que no extraño para nada hacer televisión. Cuando estuve fue porque el proyecto me interesaba, siempre hice lo que quise hacer. Pero siempre fue algo secundario para mí. Si surge una linda propuesta, me prendo, pero no estoy a la espera de nada.
-Los cocineros tiene fama de tipos severos en la cocina. ¿Te reconocés así?
-Yo soy un tipo tranquilo en la cocina, y si bien alguna vez levanto el tono de voz o puedo enojarme, no es habitual que esté a los gritos. No sé, creo que depende de la personalidad de cada uno. Es como si creyéramos que todos los jefes de redacción tienen mal carácter. Puedo reconocer que llevar la cocina de un restaurante es un trabajo de mucha presión y mucho estrés, es un lugar de muchos nervios. También es cierto que hay muchos cocineros con poca paciencia y bastante malhumorados. Pero creo que depende de cómo lo transita cada uno.
-Los precios, cuando uno sale a comer afuera, asustan; y no sólo en los restaurantes de categoría. ¿Creés que hay un desfasaje en la relación precio-calidad que se paga por un plato de comida?
-Absolutamente. Los precios en los restaurantes son un delirio. Los costos crecieron mucho y los precios suben permanentemente. Comer en Buenos Aires es un disparate. Hay un desfasaje muy grande, porque vas a cualquier restaurante de Palermo y resulta que pagás casi lo mismo que en Sucre, cuando en términos de experiencia y calidad es totalmente distinto. Pero no es culpa de los comerciantes, forma parte del delirio de vivir en la Argentina y de una inflación que ya no se resiste más. Nosotros, por ejemplo, tenemos reuniones una vez por semana para ver cómo suben los precios y cómo podemos afinar el lápiz. Pero la realidad es que no se pueden trasladar los aumentos de las cosas al menú de todos los días. Es imposible. Es cosa de locos y por eso que un restaurante sea rentable es muy difícil.
-¿Cuáles son los restaurantes que hoy recomendarías?
-Me gusta ir a Gran Dabbang y Proper. Además de la buena cocina, son lugares que mantienen a raya la relación precio-calidad.
-¿Un trago favorito para el invierno?
-En Sucre tenemos una propuesta de maridajes que combinan a la perfección con las diferentes versiones de Aperol Spritz. Hay varias combinaciones posibles, más cítrica, con Sauvignon blanc; más dulce, con espumante dolce; más floral, con el perfume del torrontés. Pero mi preferida es la versión clásica con espumante Extra Brut, ideal para acompañar con ahumados.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1924932-fernando-trocca-los-precios-en-los-restaurantes-son-un-delirio

Clarín - Ciudades - Una feria orgánica llegó a Las Cañitas y sorprende a los vecinos

Una feria orgánica llegó a Las Cañitas y sorprende a los vecinos

Mercados barriales
Comenzó a funcionar ayer y ofrece frutas y verduras de calidad a buenos precios. También pollos, huevos o quesos artesanales.

Cansados de la oferta habitual de las verdulerías y los supermercados locales, los vecinos de Las Cañitas en el barrio de Palermo, amanecieron ayer, con una grata novedad. Es que a una de sus calles más emblemáticas, el boulevard Indalecio Chenaut -que nace en Luis María Campos y muere en la cancha de polo-, llegó la Feria Sabe la Tierra. Se trata de una iniciativa que cuenta con el auspicio de Ferias y Mercados del Gobierno de la Ciudad, donde se pueden comprar todo tipo de productos orgánicos, a muy buenos precios y de la mano directa de sus productores.
La feria ya tiene presencia en otros barrios pero es todo un hallazgo en Las Cañitas, donde los vecinos ahora pueden encontrar, frutas y verduras agroecológicas en muchos casos a menor precio que en verdulerías y supermercados, como unas excelentes plantas de lechuga a $35 el kilo. Además hay productos especiales, como pollos orgánicos a $105 el kilo, huevos orgánicos a $50 la docena, quesos a $70 la horma, panes y budines integrales a $45, aceite de coco a $300 el medio litro, nueces orgánicas a $250, lácteos, chocolates, jugos naturales, salamines, pastelería, nueces confitadas, aceites esenciales y productos de cosmética natural.
“Trabajamos de forma itinerante y estaremos miércoles de por medio. Arrancamos hoy (por ayer) en este hermoso boulevard. La idea es conectar a productores y consumidores en un mismo lugar sin intermediarios. De esta manera, cuidamos los precios justos y el consumo responsable”, dice Luciana, coordinadora de la feria.
“Había muchos pedidos de vecinos que se quejaban de los altos precios de las verdulerías en Las Cañitas; y querían una feria en su barrio que antes no había. Con esta feria, acercamos muy buenos precios al consumidor porque justamente no hay intermediarios”, detalla Luciana.
Vincent es parisino, tiene 39 años y hace 6 años que vive en San Fernando con su mujer que es Argentina. “Yo trabajaba en lo orgánico en Francia y justo cuando llegué acá, abrió Sabe la Tierra, ahí descubrí ésta feria y me encantó. Fui primero cliente y de a poco empecé a trabajar con los pollos y huevos de campo que provienen de Cañuelas”, cuenta Vincent, que en Francia era técnico audiovisual en televisión, pero un día ya no quiso saber nada más con las pantallas y ahora se dedica a la venta orgánica. “Este lugar en Cañitas es divino. En Francia, todos los barrios y pueblos tienen sus propias ferias que allá se llaman mercados, pero no todos son orgánicos aunque, cada vez más, los consumidores reclaman eso. Buenos Aires se jacta de ser afrancesada, por eso está bueno que también incorporen el concepto de ferias que hay allá para comer más barato y más fresco”, agrega.
“Es una feria hermosa, toda la clientela es del barrio o de la zona y se arma un ambiente con muy buena onda, con degustaciones y muy cordial”, dice Leonardo, (45) mientras atiende su stand: “Yo trabajo para una productora de aceite de oliva extra virgen que se produce con prensada en frío. El prensado se hace con un molino de piedra como se hacía en época del virreinato. Somos el único productor que queda con esta técnica tan antigua en el país; y en el mundo quedan sólo 6”, detalla orgulloso.
Laura Ilal, (42) cuenta, mientras ofrece degustaciones en su stand, que el espíritu de la feria es que el consumidor acceda a los productos elaborados de manera artesanal, porque las diferencias con los orgánicos son muy notables. “Recibir productos directamente de la tierra también depende mucho de nosotros. Hacemos esto, para no esperar que las soluciones vengan de otros. Colaborar entre todos para que las economías regionales se reactiven y los productos realmente lleguen fácil y de forma accesible a cualquier consumidor, es una tarea muy gratificante”, relata.
Darío Lituri, (35) es un productor vegano. Cuenta que todas las delicatessens que también se pueden probar en su stand, son de su autoría y la de su hermano. Juntos elaboran sus productos “a conciencia”. “Ser vegano es respetar el reino animal. Nosotros elaboramos productos que no contienen ni huevos ni leche como: milanesas de pasta de garbanzo rebosadas con germen de trigo, matambrito de seitán, hamburguesa de quinoa con arroz yamani y vegetales, pero siempre tratando de emular a la carne vacuna para que también entre por los ojos”, comenta Darío.
En la feria también se pueden encontrar quesos de búfala y cabra a $120 la horma. Gruyere a $250 el kilo. Salame y longaniza de cerdo ahumado a $60 c/u. Pan integral de amapola y nueces orgánicas a $45. Pan de centeno, chia y girasol a $45 la horma de 900 gramos. Milanesas y hamburguesas de seitán con vegetales y arroz yamani a $90 el pack de 4. Lever de pasta de garbanzo con aceitunas y zanahoria bañado en pimentón a $50. Medialunas de algarroba con avena integral a $25 por 3 unidades y prepizzas de cebolla con tomate, 100% integrales a $50.
Feria Itinirante Sabe la tierra: Dónde y cuándo
En el Tren de la Costa en San Fernando; en Vicente López todos los sábados; en Belgrano, en Juramento y Ciudad de la Paz; en Zona Sur, en Canning, Ezeiza; en Maschwitz todos los sábados; y ahora en Las Cañitas, los miércoles por medio. El próximo miércoles estará Balvanera, en Callao y Lavalle.
Link a la nota: http://www.clarin.com/ciudades/organica-llego-Canitas-sorprende-vecinos_0_1625837476.html

Clarín - Gastronomía - De limpiar una bodega a cocinar en un selecto club de beverly Hills

De limpiar una bodega a cocinar en un selecto club de Beverly Hills

Una historia de superación
Mientras peleaba por mantener a sus tres hijos, descubrió su vocación por la cocina. Y ya disfruta del éxito.

Miriam Chávez (50) tiene su delantal con manchas de aceite y harina. No es de esos cocineros con trajes de gala, que sólo dan órdenes y están en un pedestal. Esta mujer, de baja estatura, nacida en Bolivia y criada a uno y otro lado de la frontera con Argentina, empezó bien de abajo. Lavó baños, fue obrero golondrina en la cosecha, y a paso lento ocupó puestos en la cocina del restaurante de la Bodega O´Fournier, en Mendoza. Pasó de amasar el pan, a preparar los platos más sofisti cados. Ahora es la chef ejecutiva del restaurante Urban, premiado entre los mejores del mundo en la gastronomía de bodegas. El domingo viaja a Los Ángeles a cocinar en un exclusivo club gourmet de Beverly Hills. Ni el viaje en avión, ni enfrentarse al desafío de conquistar paladares exquisitos la intimidan: “Soy feliz cuando cocino”, confiesa.
De sus recuerdos en Sucre hasta que tenía 7 años, dice que fue una infancia “tranquila”. Después su familia viajó a Salta, donde terminó la secundaria e ingresó a la universidad. Llegó hasta tercer año de Abogacía, pero tuvo que abandonar porque su padre quedó golpeado por la hiperinflación. Comenzó a trasladarse con su familia en el remolque de camiones, de un sitio al otro de la Argentina, para cosechar tabaco, naranjas, uvas, tomates, entre otros cultivos .
Miriam se casó con un jornalero de la cosecha y a los pocos años se divorció. Tuvo tres hijas, que hoy tienen 24, 22 y 16 años; a las que crió sola. Trabajó sin parar para pagarles una escuela privada y que tuvieran “un futuro mejor”. Por ellas cortó con su vida nómade: “Hace 25 años, me atrapó este lugar”, dice, y señala los picos nevados de la cordillera de los Andes en el imponente Cordón del Plata del Valle de Uco mendocino. La región es comparada con el Napa Valley norteamericano por la calidad de sus vinos y su trascendencia turística. Allí, en la localidad de Eugenio Bustos, se instaló con sus hijas. “Me propusieron trabajar en una chacra. Coseché en un día 90 tachos de tomates y en una semana, gané lo que habitualmente me llevaba tres meses”, recuerda. Con eso, pudo comprar un lote y construir una pequeña casa. Se enfermó, superó un cáncer de ovarios, y volvió al trabajo.


Miriam se las rebuscaba: iba a la cosecha, limpiaba en casas, vendía ropa, hasta que una vecina la tentó, una tarde de 2006: “El fin de semana viene Luis Miguel al restaurante de la bodega. Si me acompañas a limpiar los baños durante el espectáculo, tal vez lleguemos a verlo”. Sucumbió al convite sin saber que no era más que un imitador de Luis Miguel quien cantaría en una comida para oftalmólogos. Siguió adelante con su fantasía: “Limpiamos baños todo el fin de semana y hasta pude darle un beso al supuesto Luis Miguel”, dice Miriam entre risas. Su dedicación y amabilidad, le llamaron la atención al propietario de la bodega, el español José Manuel Ortega Fournier, que le propuso sumarse al equipo.
Comenzó con la limpieza del hospedaje y preparando el desayuno de los turistas que se alojaban en la bodega. Miriam entraba y salía de la cocina hasta que oyó a una de las encargadas decir que iba a comprar un máquina para hacer bollos de pan porque no daban abasto. “Me paré a decirle que sabía amasar y cuando me vieron trabajar, dejaron atrás la idea de gastar en un aparato”, cuenta. Un año después, su habilidad para cocinar le permitió acceder como ayudante de la chef Nadia Harón. La novata cosechó elogios entre los clientes, la mayoría extranjeros, y en cuatro años, logró ocupar el puesto de chef ejecutiva del restaurante Urban de O Fournier, que ha sido premiado con medallas de Oro en el concurso de “Best of Great Wine Capitals”, representando a la Argentina en la final mundial.
Su carrera sigue generando sorpresas: este domingo viaja a Los Ángeles invitada a cocinar por un selecto club gourmet de Beverly Hills. Miriam deberá acertar en el gusto de los socios del Hillcrest Country Club, considerado uno de los más exclusivos countries de Estados Unidos. Fundado en 1920 por uno de los actores más famosos de la época Douglas Fairbanks y que tuvo como socios a estrellas del cine y productores de Hollywood. Entre ellos: Groucho y Harpo Marx, George Burns, Sidney Poitier y Frank Sinatra. Hoy, los miembros del club gourmet son millonarios de Los Ángeles, con una cuota de ingreso cercana a 185.000 dólares.
Miriam nunca estudió cocina. “Mi escuela ha sido la trinchera del restaurante”, asegura. La cocinera se siente a gusto dirigiendo. “Soy muy exigente”, reconoce y cuenta que varias veces ordenó tirar a la basura algún relleno que no la satisfizo. Pendiente de sacar todos los platos al mismo tiempo, perfectamente decorados y a una temperatura ideal, asume todos los desafíos y dice: “Si es para ir a cocinar, soy capaz de cruzar a pie esa montaña”.
El menú que servirá en su gran noche en el Hillcrest Country Club
La cena que protagonizará Miriam como chef será el viernes 12 de agosto, en el Hillcrest Country Club de Los Ángeles, Estados Unidos. El menú que preparó incluirá una degustación de mini empanadas, choripán, espuma de parmesano con cebollas caramelizadas al Chardonnay, y un “Bloody Mary” de agua de tomate con gelatina vodka, sal de lima y nieve de apio. La entrada es un plato de hígado de pato con gel de Nocino (licor de nuez) y nube de ciruela, envuelto en masa philo.


El plato principal llevará rissoto de manteca de limón con mollejas fritas en bufanda de puerro y osobuco de dos tiempos sobre crema de polenta y tentura de tuetano. De postre, sorbete de Torrontés, torre de masa philo con mouse de dulce de leche, helado amaretto, y nido de caramelo. Cada plato, claro, estará acompañado por los mejores vinos de la bodega para la que trabaja.
Link a la nota: http://www.clarin.com/sociedad/limpiar-cocinar-selecto-Beverly-Hills_0_1626437364.html

Clarín - Sociedad - Crearon un vino "nacional" para el Papa y lo consagraría en la canonización de Brochero

Crearon un vino "nacional" para el Papa y lo consagraría en la canonización de Brochero

"Todos" en el Vaticano
Son 450 litros de vino para celebrar la misa. Se realizó con uvas de productores y bodegueros de distintas regiones de la Argentina. 

El papa Francisco recibirá de regalo 450 litros de vino para misa con uvas de productores y bodegueros argentinos. El vino se llama Todos y fue elaborado en Mendoza, en exclusivo para el Santo Padre. Lleva uvas de distintas regiones del país de la variedad blanca torrontés riojano, certificada por el Arzobispado de Mendoza como apto para la celebración de la misa.
Por primera vez en la historia, el Papa realizará la consagración con un vino argentino y los productores esperan que sea el 16 octubre durante la canonización del cura Brochero.
Antes de su envío al Vaticano, el vino será presentado en la Catedral Primada de Buenos Aires, durante la misa de San Cayetano, el próximo 7 de agosto a las 11.15. El proyecto del vino para el Papa nació en 2014; “a pocos meses de conocer que el nuevo Papa era argentino”, recuerda la presidenta de la Corporación Vitivinícola Argentina, Hilda Vaiaretti, al frente de la iniciativa, junto al INTA y el Fondo Vitivinícola.


Pequeños productores de todas las provincias vitivinícolas enviaron uvas. “Provienen de fincas de Salta, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y Río Negro”, dice Carlos Parera, del INTA de Luján de Cuyo.
La partida de 450 litros de vino fue elaborada según el método artesanal del Padre Oreglia y certificado por el Arzobispado de Mendoza como vino de misa. Cualquier vino puede ser consagrado por un sacerdote para la celebración de la misa. Sin embargo, en la Iglesia católica suele ser blanco, principalmente porque mancha menos el corporal. Es habitual que sea un vino dulce o licoroso. “Elaboramos un Torrontés dulce natural con 13,7% de alcohol”, explica el enólogo Santiago Sari.
El Fondo Vitivinícola realizó una convocatoria de estudios de diseño para crear la imagen visual de este vino. Ganó el estudio Boldrini & Ficcardi. “El nombre Todos responde a la intención de que el vino, como el Papa, transmita un motivo de unión, de encuentro. Es una imagen sencilla y potente, clara y cercana. La botella refleja transparencia y pureza”, detalla Víctor Boldrini.
En la contraetiqueta aparece la procedencia de las uvas y una referencia a los pequeños productores: “Hombres y mujeres que depositan su trabajo y su esperanza en la certeza de que el vino nos une”.
El presidente del Fondo Vitivinícola, Bernardo Lanzilotta, resaltó que será “la primera vez en la historia de la Iglesia Católica” que el Papa celebre sus misas con un vino argentino. Explicó que el Vaticano generalmente adquiere sus vinos en Italia y otros países europeos y calificó de “hito para nuestra vitivinicultura” que el Papa celebre misa con vino argentino.
Link a la nota: http://www.clarin.com/sociedad/Crearon-Papa-consagraria-canonizacion-Brochero_0_1626437367.html