2018 es el año del churro; ya dejaron de ser un ícono de los atardeceres playeros para convertirse en una opción dulce -y hasta salada- que se come todo el año; aquí una reseña de los mejores lugares para redescubrir esta delicia.
Los churros acompañados de un buen mate en la playa son sinónimo del verano. Cuando baja la temperatura no hay nada mejor que acompañarlos con un chocolate caliente para hacerle frente al frío. Los puritanos los prefieren simples, mientras que otros son fanáticos de los rellenos con dulce de leche. También están las versiones saladas con queso o jamón. Y hace poco, también se sumaron para complementar platos gourmet. Es que siempre es un buen momento para disfrutar de esta masa frita.
El origen de este plato, que despierta fanatismo alrededor de todo el mundo, es incierto. Algunos indicios sugieren que se crearon en China, donde existe una masa frita dorada y salada llamada "Youtiao”. Otros afirman que fueron inventados por pastores españoles para sustituir al pan. De hecho, el nombre “churro” hace referencia a que su forma es similar a los cuernos de las ovejas churras, originarias de Castilla y León. En España la costumbre de disfrutar un chocolate caliente con churros (bien finitos y crocantes) se convirtió en un símbolo nacional. La chocolatería San Ginés, en Madrid, que abrió sus puertas en 1894, es uno de los lugares más clásicos para disfrutar de este manjar. La porción clásica trae seis churros y la tradición es mojarlos dentro de un chocolate bien espeso. "Para preparar un buen churro hay que prestar especial atención a la harina y también a la temperatura del aceite. Para nosotros la temperatura ideal es 200 grados y el aceite tiene que estar limpio. Los churros los preparamos en el día y el producto es fresco", explica Fernando Celi, quien hace quince años es el maestro churrero de la San Ginés de Madrid.
En Argentina los rellenos con dulce de leche son un clásico. En Brasil se los suele espolvorear con azúcar, canela y a veces vienen rellenos con leche condensada. Mientras que, en Colombia, se los prefiere solos y cubiertos con bastante azúcar. Más allá de las preferencias de cada país, el churro pisa fuerte y en esta nota les dejamos nuestras recomendaciones de la escena local.
Churros con más de cincuenta años de historia
Sobre la calle Olleros en pleno barrio de Chacarita se encuentra ubicada una de las churrerías más emblemáticas de la ciudad de Buenos Aires. Sus churros son tan famosos, que en una de las paredes del local se encuentran fotos con cada uno de los artistas, deportistas y hasta políticos que pasaron a disfrutar de sus manjares. Constantemente reciben visitan de contingentes de turistas que quieren probar el sabor del churro bien argento.
La tradición de Olleros comenzó en 1967 cuando tres amigos inmigrantes -Salvador Schillaci, José Murcia y Joaquín Romero- decidieron asociarse para crear una churrería bien de barrio y con productos de calidad. Luego, les dejaron el mando a sus tres hijos y más tarde a sus nietos, quienes están actualmente al frente del negocio. La elaboración es a la vista y detrás de toda la producción están Chango, con más de cuarenta años trabajando en la mítica churrería, y Ale, con más de quince en el rubro. Ellos sí que son verdaderos maestros churreros. "La masa tiene harina, agua y sal. Utilizamos harina cuatro 0000 que es más refinada y te permite sacar un churro de mejor calidad. Se cocinan en aceite y están listos entre cinco y siete minutos", explica Luciano Schiallaci, nieto del fundador. Ofrecen churros simples ($10 la unidad), rellenos de dulce de leche o crema pastelera ($15 cada uno) y los bañados en chocolate. Un verdadero clásico que se mantiene intacto con el correr de los años.
Olleros
Olleros 4167, Chacarita.
Chocolate con churros en un clásico de antaño: La Giralda
"La Giralda" fue el primer lugar de Buenos Aires en los que se empezó a ofrecer chocolate con churros. Abierto desde 1930, es un clásico de los clásicos de la Av. Corrientes. Según dicen, gran parte de su popularidad se la deben a Carlos Gardel.
Testigo del frenesí porteño y cueva de grandes intelectuales, aún conservan las mismas mesas pequeñas de madera y mármol, luces de neón y las azucareras de vidrio.
Los churros, que se los provee La Estrella de Galicia (una de las churrerías más antiguas y grandes de Buenos Aires), están vigentes todo el año. Los simples y los rellenos salen $18 cada uno, mientras que los bañados en chocolate $23. Actualmente tienen una promoción de dos chocolates con cuatro churros por $245. "Los churros salen calentitos y con bastante azúcar. El chocolate tiene la particularidad de ser bastante espeso", dice Marcelo Nodrid, quien está al frente del local. Para los que quieran llevarse la docena de churros a su casa o a la oficina cuesta $170. En La Giralda se respira aire de otra época y los churros son una tradición que no se pierde.
La Giralda
Av. Corrientes 1453- San Nicolás.
Churros con inspiración madrileña en pleno Mercado de San Telmo
El renovado Mercado de San Telmo cada vez se asimila más al Mercado de San Miguel de Madrid. Es que, desde febrero de este año, que en La Churreteria se le hace honor a la tradición del chocolate con churros al mejor estilo europeo. Alejandro López y Marcelo Pardal, dueños de La Churreteria, se inspiraron en España para crear esta nueva propuesta en Buenos Aires.
Tienen los clásicos ($15), los rellenos de dulce de leche y también de pastelera ($20). Además, hay de Nutella, chocolate y frutos rojos.
Dentro de las reversiones tienen uno hecho con galletitas Oreo en la masa y también la porra (circulares) bañados con un poco de chocolate y granas de colores. Aquí también tienen gran protagonismo los churros salados: uno que despierta suspiros es el de cheddar y bacon y una versión más jugada es la de roquefort y jamón. Para los que les gusta mucho el queso, hay uno relleno de cuatro quesos ($40). Para acompañar el churro al paso ofrecen el clásico chocolate caliente y café. La Churreteria es una buena opción para disfrutar de un rico churro y continuar recorriendo el Mercado con sus eclécticas propuestas y antigüedades.
La Churreteria
Defensa 961- San Telmo.
Con el mejor estilo español en El Burladero
Hace años que El Burladero se convirtió en un clásico para los amantes de la comida española. Como no podía ser de otra manera, los churros están presentes en la carta desde la apertura y es un postre que nunca falla. De hecho, es uno de los que más solicitan los clientes. En la porción vienen seis unidades (son más pequeños y finitos que los que estamos acostumbrados los argentinos) y vienen bañados con bastante azúcar. Para acompañarlos traen dos dips: uno de chocolate y otro de dulce de leche. Según explica Alejo Waissman, chef propietario, el tema del aceite caliente es fundamental para la calidad de los churros. "Para que queden crocantes es necesario tener el aceite a 180°. La masa es a base de agua con una pizca de sal y harina. Se cocina unos minutos revolviendo fuertemente. Luego, fuera del fuego, se le añaden huevos, batiendo luego de cada adición. Hay quienes le agregan un poco de manteca al agua y otros que los hacen sin huevos. Es cuestión de gustos, de probar y elegir la receta que más guste a cada uno”, explica. La masa la preparan en el día y los churros se fríen en el momento, por eso salen bien fresquitos y crocantes. Para coronar la paella o la tortilla española, no hay nada más rico que unos buenos churros. Por algunos minutos se sentirán en Plaza Mayor, pero en pleno Recoleta.
El Burladero
Pres. José Evaristo Uriburu 1488 - Recoleta.
Churros para coronar las pizzas
En Hell’s Pizza también se sumaron a la movida de los churros. Para algunos eventos especiales el chef Danilo Ferroz ideó una variante de churros salados de papa que vienen acompañados por un huevo a 63 grados y vegetales orgánicos. También hay lugar para la versión dulce. De postre ofrecen churros bien clásicos, pero en versión mini. Vienen presentados cuatro churros ($80) bañados de una suave salsa de dulce de leche. Después de disfrutar de algunas porciones de pizza estilo neoyorquino, nuestra recomendación es ir por los churros. Los preparan en el momento y salen súper crocantes.
Hell’s Pizza
Humboldt 1654- Palermo
Mini churros a domicilio con Chuck Churros & Co.
Catalina Quintela es amante de la repostería y particularmente fanática de los churros. Hace tiempo que estaba con ganas tener un proyecto gastronómico propio y en febrero de este año comenzó con Chuck Churros & Co, un emprendimiento de venta de churros a domicilio. Los churros que ofrece son súper caseros, con materia prima de primera calidad y los preparan en el día. Su producto estrella son los "Mini Bites", una opción de churros en tamaño pequeño que como su nombre lo indica son para disfrutar de un solo bocado. Los “Mini Bites” vienen acompañados de distintos dips a elección (dulce de leche, Nutella, BonoBon). También ideó los churros "Plain" (redondos y de mayor tamaño que los mini).
La docena de Mini Bites clásica cuesta $120 y los rellenos de Nutella $160. Otro de los productos novedosos son los churros "Pop Cereal" que vienen bañados en chocolate semiamargo con lluvia de cereal Nesquik, al cual trituran bien para que quede un crunch de cereal. Los fanáticos de las galletitas Oreo también tienen la opción "Cookies & Cream", con un baño de chocolate y una lluvia de Oreo ($300 la docena). Para la entrega de pedidos se manejan con un día de anticipación. Si están antojados de unos churros diferentes, los de chuck son los compañeros perfectos para el mate de la tarde.
@chuckbsas
Con reversiones bien osadas y dulceras en la nueva churrería Juan Pedro Caballero
Es una de las últimas aperturas de Palermo y en poco tiempo ya está dando que hablar. En Instagram abundan fotos con sus reversiones de churros de dulces de lo más osadas y hace algunos días que lanzaron también algunas opciones saladas. Estamos hablando de Juan Pedro Cabello, una churrería de los mismos dueños de Chori, La Carnicería, Niño Gordo y Donut Therapy (otra de las novedades de la calle Thames). “Se nos metió en la cabeza que teníamos que fusionar la típica churrería española, de churros finitos y largos, con los que se comen acá, rellenos”, cuenta Pedro Peña.
La churrería es pequeña, con algunas barras y banquetas altas y un gran ventanal de donde se despachan las variedades de churros para el Take Away. Al mejor estilo madrileño, preparan chocolate caliente espeso desde una linda máquina estilo vintage y también ofrecen buen café.
A las versiones clásicas o rellenos con dulce de leche, se agregaron algunas opciones dulces que rompen los moldes. Como el de Lemon Pie ($45) que viene con un curd de limón súper sabroso y merengue. Para los golosos, nada mejor que el de Banana Split, una opción bastante dulce con banana, dulce de leche, chocolate y almendras. El "Carioca" con un topping de coco, maracuyá y mango tampoco defrauda. Los que quieran probar una reversión del cannolli italiano, tienen un churro con ricotta, pistacho y toffee. Juan Pedro Caballero, realmente es el spot para los amantes de los churros gourmet.
Juan Pedro Caballero
Thames 1719- Palermo.
Una opción sin gluten súper sabrosa
Desde hace años que Adrián Montesoro junto a sus dos socios venía ideando proyectos libres de gluten. Primero comenzaron con clases de cocina y a principios de 2017 se lanzaron con La Churrería Libre de Gluten. "Cuando surgió la Feria Sin Tacc, nos pareció un buen ámbito para desarrollar este proyecto. Siempre lo teníamos en mente, pero nunca lo habíamos llevado a cabo", recuerda Montesoro. Los churros se preparan en un ambiente 100% libre de gluten y la receta incluye un mix de harinas Sin Gluten (por ejemplo, harina de trigo sarraceno) que ellos mismos desarrollaron.
Preparan los clásicos, con un poco de azúcar por arriba, y los rellenos de dulce de leche (el dulce de leche que utilizan es orgánico). La docena de churros rellenos con dulce de leche esta $180. A veces, también ofrecen una opción más gourmet con mascarpone y ralladura de limón. Pronto los podrás encontrar en la Feria Sin Tacc y en Buenos Aires Market.
@lachurreriasingluten
Bonus Truck: Con una vuelta de rosca bien gourmet en Mengano
Los churros son toda una insignia de la gastronomía argentina, por eso en el nuevo bodegón "Mengano" decidieron incorporarlo en la carta, pero con una vuelta de tuerca de lo más osada: churro de batata como acompañamiento de un matambre relleno. "El matambre que lo cocinamos diez horas a 80° y adentro lleva especias: perejil, aji molido, ajo, queso rallado y huevo", explica Facundo Klemen, chef de Mengano. Luego, el plato se corona con un churro de batata que se termina con azúcar morena y eneldo. Es una rica combinación de sabores y el churro le aporta un crocante inigualable. En este bodegón moderno de Palermo, rompen con los moldes de los platos típicos y los churros no son la excepción.
Mengano Bodegón
José Antonio Cabrera 5172- Palermo.
Por Agustina Canaparo.
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