lunes, 26 de agosto de 2019

La Nación - Sociedad - La villa Rodrigo Bueno ya tiene su patio de comidas al aire libre

La villa Rodrigo Bueno ya tiene su patio de comidas al aire libre

El Patio Gastronómico, que se inauguró ayer, forma parte del proyecto de urbanización impulsado por el IVC

Moisés Pablo, de 53 años, caminaba a paso lento por el nuevo Patio Gastronómico de la villa Rodrigo Bueno, todavía con la ropa naranja que usa para trabajar en la construcción. Miraba sonriente los puestos de comida y a la gente que se acercaba para elegir platos peruanos como causa y ceviche, u otras opciones como sopa paraguaya, chipá o un sándwich de churrasquito.
"Estoy contento. Está muy lindo esto. Todavía no vi los precios, pero ojalá que sean accesibles así la gente del barrio viene y se integra con la de la ciudad. Ahora voy a ver qué puedo comer, los platos tiene mucha pinta", dijo Pablo, que es vecino del barrio.
El patio, que se inauguró ayer, forma parte del proyecto de urbanización impulsado por el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), que recientemente construyó 46 edificios para relocalizar a las familias que viven en las casas más precarias de esta villa porteña.
Ahora, junto con BA Capital Gastronómica, desarrollaron ese espacio que, hasta el momento, cuenta con 10 contenedores que fueron transformados en coloridos puestos que venden comida y tragos. Cinco de ellos son atendidos por gente del barrio; el resto, por privados que decidieron apostar por ese nuevo espacio que estará abierto todos los viernes, sábados y domingos, de 11 a 23, en la avenida España 2230, en Costanera Sur.
Se venden platos peruanos, paraguayos y argentinos
Se venden platos peruanos, paraguayos y argentinos Crédito: Diego Spivacow/AFV
"Hicimos relevamientos para ver cuál era la principal actividad en el barrio y resultó que mucha gente se dedicaba de una forma u otra a la gastronomía. En este barrio hay mucha gastronomía, sobre todo peruana y paraguaya, que son las principales colectividades que acá viven, además de los argentinos. Entonces nos propusimos, junto con una ONG que se llama Pueblo Abierto, a empezar un camino de formalización, es decir, enseñarles cómo se maneja y desarrolla un proyecto gastronómico. Fue un proceso que llevó más de dos años y muchos vecinos que transitaron todo ese proceso hoy tienen un puesto acá", explicó Lucas Randle, coordinador del proyecto Barrio Rodrigo Bueno.
Entre el reggaeton y el aroma a comida estaba Julia Narvaez, de 48 años. Estaba atendiendo su puesto de platos argentinos y peruanos. Frente a ella tenía una de sus especialidades, la torta helada: 10 centímetros de altura, bizcochuelo de vainilla, mousse de frutilla, gelatina del mismo sabor, crema y frutillas naturales. La vendía a 60 pesos la porción.
"Estamos muy contentos de poder recibir a la gente del barrio y del resto de la ciudad. Acá estamos aportando nuestra cultura gastronómica, que es la peruana. Hacemos chicharrón de cerdo, que se vende a $200 el plato. También tenemos platos locales como sándwich de churrasco, a $140", dijo Narvaez.
El Patio Rodrigo Bueno se sumó a los otros tres patios gastronómicos (los Lecheros de Caballito, el de Parque Patricios y el de Costanera Norte) que ya desarrolló BA Capital Gastronómica en la ciudad. Este es un programa que busca impulsar a la ciudad de Buenos Aires como capital gastronómica de la región.
Julia Narvaez atiende su puesto de comida argentina y peruana
Julia Narvaez atiende su puesto de comida argentina y peruana Crédito: Diego Spivacow/AFV
"Desde BA Capital Gastronómica seguimos ampliando la oferta de patios gastronómicos en toda la ciudad, generando nuevas fuentes de empleo y turismo", dijo Héctor Gatto, subsecretario de Bienestar Ciudadano.
Tomasa Peña y Alberto Benítez, ambos de 50 años, están casados. Son paraguayos y ayer estaban cocinando sopa paraguaya, chipá, brochettes de cerdo, lomo y pollo. "La verdad que el IVC nos apoyó muchísimo y estamos muy contentos con todo esto. Creemos que va a funcionar muy bien, hoy vino mucha gente", comentó Peña.
"Vine con mis tres nenes a comer. Nosotros somos del barrio. Al mayor le encanta el ceviche y las rabas. Esos platos están a $200 cada uno. No me parece muy caro, es para darse un gusto", dijo Elizabeth García, de 38 años. "Está lindo todo, pero no veo tanta gente del barrio", agregó Edison Fargón, también de 38.
El Patio Gastronómico en el barrio Rodrigo Bueno, en Costanera Sur
El Patio Gastronómico en el barrio Rodrigo Bueno, en Costanera Sur Crédito: Diego Spivacow/AFV
Entre platos y tragos, estaban las costureras y artesanas de Iapi, un barrio de Quilmes. Junto con la fundación Formar, que las ayuda para incorporar conocimientos sobre costura y diseño, hacen muñecos, mochilas y hasta reciclan botellas de la basura y las convierten en vasos o adornos para la casa.
"Lo que hacemos en la fundación es ayudar a la gente a que aprenda a desarrollarse en distintos oficios. De este modo podrán empezar algún tipo de emprendimiento y vender sus productos. El lema de la fundación es 'formar para incluir, trabajar para crecer'", explicó Violeta De Urquiza, que trabaja en Formar.
"Lo que me dicen los vecinos es que para ellos este lugar significa un punto de encuentro entre el barrio y la ciudad. Estos lugares rompen prejuicios y empiezan a generar una unión. Acá la gente del barrio sirve un producto de excelente calidad. Por ejemplo, acá se come un ceviche de primera, al mismo nivel que el de los mejores restaurantes de Palermo. Esta gente tiene mucho que aportar, solo hay que generar puntos de encuentro para que todos, los del barrio y la ciudad, se den la oportunidad de conocerse", concluyó Randle, coordinador del proyecto.

Clarín - VIVA - Gastronomía del fin del mundo: las claves de una revolución

Gastronomía del fin del mundo: las claves de una revolución

Ushuaia busca sumar encantos gourmet a su atractivo turístico. Cordero, merluza negra, centolla y centollón son las estrellas del nuevo recetario fueguino.


Ushuaia tiene un aura misteriosa. Será porque es el fin (o el principio, según se lo mire) del mundo. Será porque en el invierno tiene noches largas, con amaneceres pasadas las nueve de la mañana. O veranos en los que la noche parece no existir. Austral, isleña, fue fundada por el comodoro Augusto Laserre el 12 de octubre de 1884, a orillas del Canal Beagle. Se llamó Fuerte Ushuaia y su nombre significa Bahía profunda en el idioma yagán de los pueblos originarios. Hoy residen unos 80 mil habitantes, es la capital de Tierra del Fuego y lleva la palabra Fin como marca registrada.
Es el fin de semana largo del 9 de julio. La semana más fría del año. Los días anteriores, en la montaña, la térmica llegó a los 18 grados bajo cero. Las intensas nevadas de los primeros días del mes dejan una imagen de un blanco impoluto. Una vista de ensueño y postal que hechiza a los visitantes. Los lugareños (aunque la disfrutan) también la padecen.
Mousse de centollón + pata de centolla + relish cítrico, por Santiago Teitelman.  Trago Gimlet Beagle. / Foto:  Andrés D'Elia
Mousse de centollón + pata de centolla + relish cítrico, por Santiago Teitelman. Trago Gimlet Beagle. / Foto: Andrés D'Elia
A la propuesta turística –el glaciar Martial, el Parque Nacional, el paseo en catamarán por el Canal Beagle, la excursión al centro de esquí del cerro Castor– se le suma por esos días el Festival Gastronómico del Fin del Mundo, organizado por la Cámara Hotelera Gastronómica y la Confederación Agencia de Desarrollo Ushuaia para potenciar las bondades de sus productos estrellasmerluza negra, cordero, centolla, centollón. En el festival hubo clases de cocina a cargo de chefs como Christian Petersen, y Luis Bernal y Santiago Teitelman Van Kemenade por los locales. No es una puesta en escena. Se trata una revolución gastronómica que toma impulso con los insumos típicos, pero también pega un giro innovador con ingredientes como la pimienta de canelo, el pan de indio, los hongos y la salicornia.
Los chefs Luis Bernal y Santiago Teitelman. / Foto: Andrés D'Elia
Los chefs Luis Bernal y Santiago Teitelman. / Foto: Andrés D'Elia
Lunes 8 al mediodía, Las Hayas. A los 40 años, Teitelman es el jefe de cocina del hotel. Nació en Vicente López y es, como tantos residentes, un VyQ (Venidos y Quedados). Con experiencia en Calafate, cuando le ofrecieron venir a Ushuaia no lo dudó: “Agarré el bolso y me vine”, dice. “Trabajo con productos patagónicos desde hace varios años. Estamos orientados a hacer una cocina de kilómetro cero, aunque en la isla es bastante difícil. Nuestra cocina de base es francesa en cocciones, caldos, fondos y algunas guarniciones, con productos locales. También me estoy animando con algo japo, como un pan bao o unas gyozas de conejo. De los productos locales, tengo afinidad con el cordero. Y un enamoramiento con el conejo, que es de acá pero como hace años trataron de erradicarlo se malogró un poco la carne”.
Embutido de centolla + pan bao de algas + espárragos, por Santiago Teitelman. Trago Kasu Faba. / Foto: Andrés D'Elia
Embutido de centolla + pan bao de algas + espárragos, por Santiago Teitelman. Trago Kasu Faba. / Foto: Andrés D'Elia
En la carta del hotel ofrece los platos de su creación y suma un menú de pasos para recorrer toda su propuesta. “Presento el cordero braseado, la merluza negra, la centolla y el centollón, al que no se le da tanta importancia porque la reina es la centolla. Es un animal distinto, más chico de tamaño y tiene un sabor más pronunciado. En rellenos se destaca, su carne es delicada. Yo lo utilizo en una mousse, también hice embutidos de centollón y merluza negra”, explica.
Los tragos que acompañan los platos fueron elaborados por los bartenders Dieter Reingruber y Agostina Martínez. Ambos llegaron de Buenos Aires para asesorar en el hotel y elaborar una carta de tragos con productos locales. “Me hice bartender –dice Dieter– para entender lo sociocultural, me interesa el medio ambiente. Hay que concientizar a la gente. Acá no puedo hacer una caipiriña porque las limas se traen del norte. Hay que hacer propio los productos de acá. Por ejemplo, a un fernet agregarle calafate o canelo, que son locales. Trabajamos con la salicornia, con el árbol del ñire, con la grasa de la merluza negra para hacer un cóctel.”
Y Agostina agrega: “Con los productos locales hacemos tintas madres, maceramos alcoholes, es como la receta del doctor, unas gotitas de estode lo otro”.
Merluza negra y langostino + buñuelos de espinaca + salsa suquet, por Santiago Teitelman. Trago Sud-americano. / Foto: Andrés D'Elia.
Merluza negra y langostino + buñuelos de espinaca + salsa suquet, por Santiago Teitelman. Trago Sud-americano. / Foto: Andrés D'Elia.
A la charla se suma Luis Bernal. Oriundo de Azul, llegó a la isla hace cinco años, después de haber estudiado gastronomía en el IAG. Conduce en la TV Pública el programa La cocina de LuisEn el Festival Gastronómico brindó la charla Cordero: cortes, despostes y recetas. “Hablé sobre las diferentes maneras que se puede preparar. Es la carne que mejor se adaptó a la zona, pero muchos no saben cómo utilizarla. Piensan que sólo se puede hacer a la estaca. Por eso fui al carnicero, le pedí una paleta y le dije que la picara: hice empanadas, albóndigas y hamburguesas.”
Los cocineros de la ciudad trabajan codo a codo con los productores para tener los insumos frescos. “En el caso de la centolla –dice Teitelman– hay varios y buenos productores. La pesca sí está bien organizada, sobre todo en Puerto AlmanzaCultivan mejillones, almejas, erizos, trucha. A veces se pesca salmón salvaje, pero no es continuo.”
Con respecto a la merluza negra, Bernal agrega: “Es un animal que vive a 1.500 metros de profundidad en el mar. Hay que sacarla por arrastre. Hay problemas para conseguirla con la distribución directa porque casi todo lo que llega al puerto se exporta. Al ingresarla al territorio paga muchos impuestos. Ahora hay un cupo para consumo acá. Antes estaba el mercado negroel marineroque se bajaba del barco y pirateaba la merluza. Si no, pasaba que se pescaba acá, iba a Buenos Aires y regresaba congelada. Con el cordero es distinto, hay un frigorífico en Río Grande y una fábrica de chacinados que hacen unos salames de cordero espectaculares”.
Bombones de café + maracuyá + calafate. Bombones de cacao + frambuesa, por Santiago Teitelman. Trago Sangre de Hayas. Foto: Andrés D'Elia.
Bombones de café + maracuyá + calafate. Bombones de cacao + frambuesa, por Santiago Teitelman. Trago Sangre de Hayas. Foto: Andrés D'Elia.
Los dos cocineros coinciden en que están siendo protagonistas de una transición hacia lo que podría llamarse la nueva cocina fueguina. “Antes estaba orientada a la centolla y a la merluza negra solamente –sigue Bernal–. Ahora hay una renovación con los nuevos cocineros que llegamos y decimos ‘y qué más hay’. En la calle San Martín ves que en la mayoría de los restoranes están las centollas en la pecera. Esa es la mejor manera de comerlas, hervidas, al natural, con sal y limón. Es el mejor estado para probar el sabor original. Eso identificaba a la cocina fueguina. Pero buscamos ir más allá. Otro producto típico que crece en las lengas es el pan de indio, un hongo que crece en el verano, es rico y se puede agregar a un puré de papas.”
Teitelman agrega que para su cocina trabaja con ruibarbo, ajo negro, salicornia, que está empezando a ganar protagonismo en los platos. “Es un arbusto que crece en las marismas, es de la familia de las suculentas. Tiene la forma de un espárrago; en Inglaterra y Francia le dan mucho valor. En algunas regiones de Francia alimentan los corderos con salicornia. Se riega con agua de mar, tiene un sabor saladito y un montón de nutrientes. En la isla donde mejor sale es en San Sebastián. También hay pimienta de canelo o magallánica: tenemos que cosecharla a mano, en zonas difíciles y secarla. Lo mismo con los hongos y morillas, no hay productores que lo hagan regularmente. Si los pongo en carta tengo que salir yo a recolectar”, dice con una sonrisa.
Teitelman y Bernal, dos chefs de una misma generación con ganas de trascender más allá de lo establecido en la cocina del fin del mundo.

También tragos

Recetas


Jauke

1 oz de gin / 1 oz de licor de calafate / 1 oz de jugo de pomelo / 1/2 oz de jugo de lima / 1 oz de syrup especiada con canela, ruibarbos y cardamomo / Dash de ñire “neurona” / Clara de huevo / Método: Batido.

Gimlet Beagle

2 oz de gin infusionado en luche / 3/4 oz de syrup simple / 3/4 oz de jugo de limon / Labiado con sal de salicornia / Método: Batido.

Kasu faba

2 oz de gin / 1 oz de rosso infusionado en peras deshidratadas / 1 dash de espirituoso de Ñire “neurona” / Twist de naranja / Método: Refrescado.

Sud-americano

1 y 1/2 oz de Vermú dry infusionado en jengibre / 1 oz de Vermú rosso infusionado en ruibarbos / 1/2 oz de Campari / Dash de calafate / Top de soda / Método: Directo.

Sangre de Hayas

Vino tinto especiado con productos locales como pimienta de canelo, manzanita del diablo, ñire y ruibarbos, jugo de pomelo, syrup de especias para realzar sabores. Puede tomarse fria o caliente.

Télam - Gastronomía - El patio gastronómico Rodrigo Bueno se inauguró con platos típicos de Perú, Brasil y Paraguay

El patio gastronómico Rodrigo Bueno se inauguró con platos típicos de Perú, Brasil y Paraguay

Los puestos son gestionados por cocineros del barrio, que atraviesa actualmente un proceso de urbanización.
El patio gastronómico de la villa Rodrigo Bueno se inauguró con puestos de comida peruana, brasileña y paraguaya gestionados por cocineros del barrio, que está ubicado en la Costanera Sur porteña y atraviesa actualmente un proceso de urbanización.

El nuevo patio gastronómico está ubicado unos 50 metros al sur de la fuente "Las Nereidas" de Lola Mora, lindante con la Reserva Ecológica y frente al museo de escultura La Cárcova.

Con este proyecto, vecinos y autoridades porteñas buscan dar un paso más en la integración de la villa Rodrigo Bueno con el resto de la ciudad de Buenos Aires, y sobre todo con el paseo Costanera Sur.




"El proyecto fue idea mía", dijo a Télam Blanca (51), quien nació en Ciudad del Este, Paraguay, estudió "cocina internacional" en Brasil y vive hace 20 años en la villa Rodrigo Bueno, donde siempre tuvo emprendimientos gastronómicos.

"Cocinaba por pedidos en casa los fines de semana y de lunes a viernes trabajaba en restaurantes, hasta que en 2004 abrí el bar", contó la mujer.

El bar está adentro de la villa y se llama "La cocina de Blanca", igual que el puesto que ella dirige desde hoy en el patio gastronómico Rodrigo Bueno, que funcionará viernes, sábados y domingos de 11 a 23.

La mayoría de los residentes de la villa son oriundos de Perú y Paraguay, aunque también viven allí bolivianos y argentinos.

"Antes había brasileños pero ya se fueron", comentó Blanca, quien es delegada de la manzana tres desde hace tres años y participó activamente del proceso de urbanización de su barrio.

El Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) es el encargado de llevar adelante la urbanización de Rodrigo Bueno y otros asentamientos porteños junto con la Defensoría del Pueblo y los propios residentes, representados por los delegados.



"Hicimos un relevamiento y resultó que el 30 por ciento de los emprendimientos del barrio eran gastronómicos", comentaron hoy a Télam voceros del IVC, y agregaron que el patio busca atraer a quienes pasean por la Costanera Sur, que normalmente "llegan a la fuente Lola Mora y pegan la vuelta".

Efectivamente, el límite sur de la Reserva Ecológica linda con el nuevo patio gastronómico, luego siguen los edificios que se construyeron para la urbanización y, finalmente, la villa Rodrigo Bueno, justo antes de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors.

"Queremos atraer turistas, levantar la Rodrigo Bueno y sacar afuera su cultura", dijo Blanca, y luego repasó algunos de platos que ofrece en su flamante puesto: "el Frango Passarinho es de Brasil, significa 'pollo pajarito' y se sirve con ensalada de rabanito, pepino, cebolla morada y cilantro", dijo.

Clarín - Entremujeres - Recetas y curiosidades de una pasión argentina, el dulce de leche

Recetas y curiosidades de una pasión argentina, el dulce de leche

El chef Luciano García sugiere combinaciones con el tradicional dulce argentino. Variedades, historia y dos recetas gourmet.


“Más argentino que el dulce de leche”, dice la frase. “Pasión nacional”, lo describe Luciano García en su primer libro, sencilla y directamente Dulce de leche (Planeta). Allí recorre no sólo recetas, sino las emociones que este alimento despertó a lo largo de su vida, ligándolo tanto a su infancia como a su presente como pastelero.
El dulce de leche es uno de los muchos caminos posibles que permiten recorrer el mapa de la gastronomía, quizás el más transitado cuando se habla de dulce”, sostiene el autor al referirse a esta delicia que conquista a chicos y grandes por igual.
Leche, azúcar, extracto de vainilla y una pizca de bicarbonato de sodio son el secreto de lo que Jorge Luis Borges confesó era “su pecado de gula”, según rememora Luciano en el libro. El autor de El Aleph también se refirió a esto durante una charla con Adolfo Bioy Casares, cuando sentenció que “uno no puede casarse con alguien que no sabe lo que es un poncho o lo que es el dulce de leche”. Todo esto forma parte también de las páginas en donde García le rinde homenaje a su gran pasión.
María Elena Walsh también le dedicó algunas palabras durante una entrevista concedida al diario La Nación, al asegurar en el año 2000 que "no se puede vivir sin el dulce de leche toda la vida", en referencia a los jóvenes que emigraban.
La escritora Silvina Ocampo, por su parte, escribió en Enumeración de la patria y otros poemas: "En quintas con glorietas y en las noches/vuelo de pájaros azul marinos, tu canto de piedritas y de coches/me ha regalado infancias prolongadas, dulce de leche y siestas develadas, verdes y embalsamados picaflores".
Luciano, además de evocar sabores y preparaciones, lleva al dulce de leche a un terreno profundamente emocional: "No hay nadie que se atreva a negar que al probarlo en la niñez se inicia un viaje que se asocia a los sentidos que se van apropiando del paladar, a la golosina, a una sensación que se lleva grabada por siempre. Entonces, quizás para muchos, una cucharada de un buen dulce de leche sea el mejor de los remedios para la melancolía".

Cuestión de sabor

De acuerdo al tipo de leche empleada (de vaca, oveja o cabra) el dulce cambia de sabor, textura y consistencia. Asimismo, el autor hace al menos seis divisiones:
  • el clásico, tradicional o familiar; 
  • el repostero; 
  • el heladero; 
  • el alfajorero; 
  • el mixto (con chocolate o frutos) y 
  • el ahumado.
Dulce de leche.
Dulce de leche.
El pastelero sugiere un sí rotundo para combinar dulce de leche con un buen chocolate, lácteos como yogur o queso crema, cítricos, frutos secos, coco, bizcochuelo, ciruelas pasas, caramelos y bombones, especias como canela o menta fresca e incluso con arroz.
Por el contrario, su negativa es total a la hora de la manzana, el ananá, los frutos rojos (a excepción de la frutilla), el jengibre y las reparaciones saladas.
Luciano García (Foto: Pablo Baracat)
Luciano García (Foto: Pablo Baracat)

Consejos útiles

Torta rogel: untar sólo la cantidad adecuada de dulce de leche y emplear el adecuado.
Alfajores: elegir un dulce de leche con estructura, como el repostero.
Helado: saborizar el helado con poca cantidad, ya que éste tiene mucha caramelización.
Panqueque: utilizar dulce de leche tradicional, pero no olvidar que la masa también se debe sentir en el paladar.
Tortas: para cubrir, usar el tradicional. Si la capa que se quiere lograr es más espesa, elegir uno repostero.
"Dulce de leche", de Luciano García
"Dulce de leche", de Luciano García

Recetas

Berlinesas rellenas

Ingredientes
  • Harina 0000 1000 g.
  • Azúcar 200 g (para la masa).
  • Sal ½ cdita.
  • Huevos 2.
  • Yemas 2.
  • Extracto de vainilla 1 cdita.
  • Levadura fresca 30 g.
  • Leche tibia (no caliente) 360 cc.
  • Manteca blanda 120 g.
  • Aceite de girasol o maíz 1,5 litros.
  • Azúcar 300 g (para la terminación).
  • Dulce de leche repostero o tradicional 500 g.
Procedimiento
1. Colocar la harina y el azúcar en un bol amplio y formar una corona. Espolvorear la sal en el lateral.
2. Colocar en el centro los huevos, las yemas, el extracto de vainilla y la levadura desgranada. Ir agregando la leche tibia y amasar constantemente.
3. Formar una masa e incorporar la manteca blanda (pomada). Continuar amasando hasta lograr que se incorpore toda la materia grasa y obtener un bollo de masa liso.
4. Dejarlo descansar tapado con papel film 20 minutos.
5. Estirar la masa con un palote hasta alcanzar medio centímetro de espesor. Plegarla sobre sí misma y volver a estirarla hasta conseguir nuevamente el mismo espesor. Asegurarse que no quede masa adherida a la mesada y tapar bien
6. Dejar la masa descansar nuevamente 10 minutos. Cortar círculos con un cortapasta número 7 y realizar otro corte en el centro con uno número 3. Tapar y dejarla leudar 15 minutos.
7. Freír las esferas de masa en una cacerola con aceite caliente (a fuego bajo) hasta que estén bien doradas. Retirarlas del aceite con una espumadera, escurrirlas sobre papel absorbente y girarlas en una bandeja con azúcar. Dejarlas enfriar.
8. Colocar el dulce de leche en una manga de repostería con una boquilla de relleno o una lisa número 4 y, por el lateral, rellenar las berlinesas. Si es necesario, espolvorearlas nuevamente con azúcar.

Pan de leche y maní

Ingredientes
  • Harina 0000 500 g.
  • Azúcar 100 g.
  • Leche 120 cc.
  • Miel 1 cda.
  • Levadura fresca 30 g.
  • Ralladura de 1 limón.
  • Huevos 2.
  • Extracto de vainilla 1 cdita.
  • Manteca 125 g.
Armado
  • Maní repelado, sin tostar, 200 g.
  • Azúcar impalpable 100 g.
Doradura
  • Huevo 1.
  • Leche 1 cda.
  • Sal 1 pizca.
  • Azúcar 1 pizca
Procedimiento
1. Para la masa, colocar en un bol 200 gramos de harina, el azúcar, la leche tibia, la miel y la levadura desgranada y mezclar bien. Tapar. Dejar leudar en un ambiente cálido durante 20 minutos.
2. Disponer en un bol grande la harina restante y añadir la esponja anterior, la ralladura de limón, los huevos y el extracto de vainilla. Amasar hasta que se integren todos los ingredientes. Agregar la manteca blanda (pomada) y continuar amasando hasta obtener un bollo liso y suave. Tapar bien y reservar en la heladera.
3. Una vez bien fría la masa, espolvorear levemente la mesada con harina y estirar la masa. Darle forma de rectángulo de 30 x 15 cm.
4. Colocar el dulce de leche en una manga de repostería y realizar una línea en el centro del rectángulo de masa, de lado a lado.
5. Para la doradura, batir ligeramente en un bol pequeño el huevo con la leche, el azúcar y la sal. Pincelar uno de los laterales de la masa y plegarla de manera que cierre como un libro.
6. Aplicar presión con los dedos en toda la unión. Pincelar la superficie con la doradura y cubrir con el maní.
7. Dejar leudar (puntear) durante 20 minutos.
8. Precalentar el horno a 180 °C y cocinar el pan de leche sobre una placa para horno durante 20-25 minutos aproximadamente.
9. Retirarlo del horno. Dejarlo enfriar sobre una rejilla y espolvorearlo con azúcar impalpable.