miércoles, 17 de abril de 2019

La Nación - Lifestyle - Tres recetas para hacer huevos de Pascua caseros

Tres recetas para hacer huevos de Pascua caseros

Gentileza: Belcolade (Puratos)
Ya se está acercando Pascuas . Eso significa que es la época de los huevos de chocolate. Un deleite que disfrutan tantos chicos como grandes en Semana Santa . Usualmente se suelen comprar, porque se consiguen en muchos lugares y de todo tipo, pero también porque trabajar el chocolate no es tarea sencilla aunque lareceta sea la más simple.
Para poder realizar huevos perfectos, brillosos y parejos se necesita de mucho "doigté" para lograr un templado perfecto y no por nada los "maîtres chocolatiers" se dedican exclusivamente al mundo del chocolate.
Si les gusta la idea de poder probar hacer los huevos en casa, sin que sea un trajín pero que igual queden muy vistoso, siempre existe la posibilidad de usar chocolate de baño de repostería.
Como cuenta Sabine Brusselmans desde Puratos, el baño de repostería "Carat" tiene excelente sabor (viene en semi amargo, leche o blanco), alto contenido de cacao, brillo y crack; además de ser fácil de usar porque no requiere templado (el tratamiento que se le realiza al chocolate para endurecerlo y hacer los huevos). Aquí sus recetas para que puedan preparar en casa, y que toda la familia pueda disfrutar junta.

Tres recetas para realizar en casa con éxito

En caso de que se animen a probar hacer un huevo de chocolate con el método del templado (sí, ¡como hacen los chocolateros!), Belcolade (también de Puratos) nos manda una 4ta receta para hacer en casa usando chocolate autentico.
Fuente: Pixabay
Fuente: Pixabay

1) El huevo de Pascuas tradicional

Claro que el huevo de Pascuas tradicional no puede faltar. De chocolate con leche con detalles de flores en chocolate blanco.

2) El huevo especial para niños

Colorido y divertido, el huevo de Pascuas infantil va a alegrar a los más chicos de la casa. Sin dudas una opción muy especial

3) El huevo moderno

Para amantes de romper con las tradiciones, este huevo innovador, de líneas sencillas es una buena idea para sorprender gratamente a los invitados.
Fuente: Pixabay
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4) El huevo de chocolate belga

A los que tienen tiempo (¡ y agallas!) les proponemos la receta de un huevo con chocolate templado. ¿Se animaran al desafió?

Clarín - Ciudades - Infografía: ¿Por qué un bife de chorizo no baja de $ 400 en una parrila porteña?

Infografía: ¿Por qué un bife de chorizo no baja de $ 400 en una parrila porteña?

Todos los costos, desde que la carne llega envasada del frigorífico hasta la mesa del restaurante.

Uno de los platos emblemáticos de la parrilla porteña está cada vez más salado, pero no por error del cocinero sino por los altos costos involucrados en su preparación. Así, un bife de chorizo de aproximadamente medio kilo arranca en $ 400 en un bodegón, precio mínimo que pudo registrar Clarín en un parrilla al paso, con mesas sin mantel.
En el otro extremo, por ejemplo en Puerto Madero, o en algunas parrillas de Palermo o San Telmo, el precio es mucho mayor y hay razones para ello: pagan más por la carne (promedio $ 380), tienen mucho personal y toda la cadena de costos es exorbitante: el alquiler de un restaurante en Puerto Madero oscila el millón de pesos al mes.
Del frigorífico a la mesa
 Tocá para explorar la información.»Bife de 500gr.

MATERIAPRIMAGASTOS$150 46%$175 54%ConservaciónCocciónServicioEmpleadosGastos variosCOSTO TOTAL $32511%19%22%22%27%

Infografía: Hugo Vasiliev  |  Clarín
A pedido de Clarín, empresarios de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) describen toda la cadena de precios, desde que la carne que llega del frigorífico pasando por el mozo, el carbón y el lavado de las servilletas, para explicar el precio final más económico del bife de chorizo.
La materia prima. El bife de chorizo envasado al vacío, ya se está pagando arriba de los $ 300 por kilo. Un bife de 500 gramos tiene entonces, crudo y bajado del camión, un valor mínimo de $ 150.
La conservación. La carne es recibida y almacenada en cámara por dos personas. El costo mensual de la cámara frigorífica y del salario de los responsables de su manipulación es, por cada kilogramo de carne, de $ 40, por lo que un bife demandaría $ 20.
La cocción. La realiza una persona en la parrilla, sólo con sal y carbón (por estos insumos, $ 10 pesos por bife), y es despachado por otra persona en la cabecera. De salarios, $ 15.
El servicio. Acá interviene el mozo que lleva el bife a la mesa, previamente "vestida" con mantel, platos, cubiertos, vasos y copas. Se calcula por mesa un costo de $ 10 de lavandería, $ 10 de pan y $ 20 de salario.
Los otros actores. También están en juego los comises que son los que asean y rearman el servicio, un cajero, un encargado, y un lavaplatos. Todos estos son los intérpretes que actúan desde la apertura al cierre de la mesa: un bife pasa por todas estas manos. La mano de obra desagregada se calcula en $ 40 para cada plato.
Gastos adicionales: El resto de los gastos totales (electricidad, agua, impositivos, alquiler del local, comisión de tarjetas de crédito, productos de limpieza, etc.) distribuido por cada bife que se sirve suma aproximadamente $50.

La Nación - Restaurantes - De EEUU a San Telmo. Cruzó 13 fronteras en auto y lo cuenta en su restaurante

De EEUU a San Telmo. Cruzó 13 fronteras en auto y lo cuenta en su restaurante

Durante el secundario, almorzaba todos los días en un restaurante chiquito que se llamaba Peter's Carryout, una vez el dueño le preguntó a mi grupo de amigos si alguno quería un trabajo para el verano, y yo acepté. Nunca había tenido contacto con la cocina, ahí empecé. Me gustaba porque la gente no iba sólo a comer, también a charlar con el dueño, era un lugar divertido. Eso me quedó en la cabeza, yo quise traducir ese ambiente en Buenos Aires. Cuando encontré este local, así angosto, me dije, 'voy a usar el mismo modelo'. El cocinero siempre está oculto, en la parte de atrás, y yo me propuse hacer la cocina abierta, para festejar el proceso que hacemos y no esconderlo.", explica Dave Soady, chef de 13 Fronteras ( Perú 1092), uno de los lugares más innovadores y curiosos de Buenos Aires.
Durante el último mundial
Durante el último mundial Crédito: Instagram
Dave, junto a su esposa Cris, viajaron unos dieciséis mil kilómetros en auto desde Washington DC hasta Buenos Aires, de ahí surge el nombre de su atípico restaurante, porque fueron trece las fronteras que atravesaron hasta concretar su objetivo. La curiosidad y ambición personal de Dave se alejaba de las aspiraciones clásicas de su país: "Yo escuchaba mucho punk rock, siempre fui en contra de la corriente, nunca estuve contento en Estados Unidos. Quiero hacer cosas diferentes, como Fugazi o Bad Brains (dos bandas decisivas de la autogestión de su ciudad). Su ideología se aplica a lo mío, creo que por eso me fui de mi país. Es muy fácil ser conformista, hacer lo normal e igual al resto: conseguir una casa, hijos, un auto. Eso es una cárcel para mí, Estados Unidos es una cárcel, yo quiero sentir cosas diferentes, sentir gustos diferentes. Quiero explorar, tengo un gran sentido de aventura", se sincera el chef, quien momentáneamente se vio sumergido en la inercia de la rutina, al estudiar ciencias políticas en California. Para financiar sus estudios volvió a lo que había encontrado como su amor, la cocina. Finalmente se decidió a volcarse de lleno a la gastronomía y estudió en L'Academie de Cusine, bajo la tutela de Patrice Olivon, chef de la Casa Blanca.
Dave en Cuzco durante el viaje
Dave en Cuzco durante el viaje Crédito: Gentileza
El concepto de 13 Fronteras es personificar aquel viaje en sus platos, por ejemplo: la guatita es un plato clásico de Ecuador hecho de estómago de cerdo; su versión es un homenaje al que comieron al cruzar la frontera de Colombia, en un viejo galpón que funcionaba como restaurante. Otros platos de la carta que cambia siempre pueden ser el conejo con mole (bien mexicano), el pollo peruano ahumado con puré de ocumo, arroz negro y esponja de ahí amarillo; o el silpancho boliviano deconstruido a la manera de los cocineros.
El concepto se aplica a la carta de manera absoluta cada estación, porque Dave trabaja con productos frescos, con lo que se consigue en cada época del año; además hay un plato nuevo cada semana. "El propósito es desarrollar productos argentinos que son menos conocidos. Todos saben que acá la carne es muy buena, pero yo siempre quiero hacer algo distinto, mi lógica es '¿Qué producto no es demasiado conocido?' Es festejar productos de acá pero en el formato de otra parte que puede personificar el viaje que hicimos para llegar acá. Yo tengo un concepto en mente, después busco los productos que corresponden".
Una cruza entre una causa peruana y una humita norteña
Una cruza entre una causa peruana y una humita norteña Crédito: Instagram

Peligro en México (y también en La Pampa)

La travesía de Dave y Cris fue una aventura apacible, pero también tuvo sus complicaciones: "En el único momento de peligro fue en el Sur de México, en Chiapas. Paseamos a nuestros perros y había gente mirando hacia arriba. Al levantar la vista había una puerta en el aire. Había un tornado viniendo en nuestra dirección, corrimos hacia el hotel", rememora el washingtoniano.
Dave destaca el sentido de camaradería entre los chefs porteños y también entre las personas: "Allá la gente se ve como competencia, acá es lo contrario, yo puedo aprender de vos y vos de mí. Esa es una característica de Latinoamérica y en especial de Argentina. Por eso estoy muy conforme con este país, acá la gente comparte mucho. Allá no voy a llamar a mis amigos para ir al parque a charlar sobre cualquier cosa, acá es totalmente normal. Los cocineros pueden aprender unos de los otros, y cuando son serios quieren compartir. Por ejemplo uno que te llama y te dice, 'vi que estabas haciendo tal plato ¿Me mostrás como es el proceso?', 'Sí, cuando quieras', y lo mismo al revés. Compartimos muchas recetas, es mucho más comunal".
Su primer destino argentino fue La Pampa, como cocinero en una estancia en un casco antiguo de 1870 que parecía detenido el en tiempo: sin electricidad, a pura leña y chimenea. Dave desarrolló su cocina moderna en un ambiente rústico durante un año y medio. Las condiciones eran ideales, los productos necesarios eran arrancados por sus propias manos. Las reseñas favorables y el boca en boca lo llevó a tener la suficiente confianza para empujar sus propios límites, hasta que un día el campo fue vendido y quedaron en la calle.
"De un día al otro nos quedamos sin casa, sin trabajo, sin nada, fue muy complicado. Nunca elegimos el camino más fácil, todo este viaje fue porque buscamos el desafío, pero ese momento fue duro, sin casa, sin trabajo, sin conocer a una sola persona. Cuando trabajás para alguien siempre tenés un freno, yo quiero desarrollar mis ideas, mis pensamientos. Ahí llegué a un punto en el que dije 'voy a hacer lo mío, al menos intenté'", y ahí nació 13 Fronteras, fiel al espíritu de Dave, el de afrontar las adversidades y mantenerse eternamente curioso y en búsqueda de aventuras. Porque 13 Fronteras no es solamente un restaurante, es un espacio de investigación y experimentación gastronómica a partir de una historia de vida que se traduce hacia un costado humano.