lunes, 7 de mayo de 2018

Clarín - Tendencias - Vinos naturales: la moda que explota en Europa ya pone un pie en Argentina

Vinos naturales: la moda que explota en Europa ya pone un pie en Argentina

En su producción, evitan el añadido de químicos. Acá ya se produce uno y en Londres y París crecen los wine bars dedicados a ellos. 
Los vinos naturales están elaborados con uvas procedentes de viñedos orgánicos o biodinámicos.
El vino tiene un principio, la uva, y un final, la botella; en el medio hay un proceso industrial, conocido como vinificación, que permite convertir una simple fruta en una de las bebidas más fascinantes de la tierra.
Unos años atrás, productores del viejo mundo pusieron el acento en ese pasaje para que fuera lo más natural posible, sin el añadido de químicos para realizar correcciones, y así dieron lugar a los “vins naturels” o vinos naturales.
Una tendencia que llega desde Europa.
Una tendencia que llega desde Europa.
Hoy, en Europa -con Londres y París a la cabeza-, los wine bars especializados en este tipo de vino explotan. En 1980, había solo dos o tres en la ciudad de la luz -como el Café de la Nouvelle Mairie, que todavía está en pie-, pero en el último lustro, esa cifra creció a un ritmo vertiginoso.
La escena es tan nueva que ni siquiera existe una definición formal de lo que significa un vino natural; en general, se siguen los lineamientos que estableció Isabelle Legeron, primera Master of Wine francesa y especialista en esta clase de vinos, según señala en su página web: “Están elaborados con uvas procedentes de viñedos orgánicos o biodinámicos, cosechadas manualmente a las que no se les agrega ni quita nada durante el proceso de vinificación”, y aporta un dato que genera una zona gris: “Idealmente no lleva agregados, a lo sumo un poco de S02 antes de embotellar”.
Es probable que ese símbolo químico sea desconocido para el consumidor promedio, a quien seguro la fórmula le resulta ajena, pero no su efecto, ya que los sulfitos, como también se los llama, son los responsables del malestar y el dolor de cabeza que producen algunos vinos, aún cuando se los bebe en poca cantidad.
Mientras que, en un vino orgánico, las diferentes certificadoras establecen un tope máximo de 150 mg por litro, en el caso de los naturales hay un acuerdo tácito para no superar los 20 mg por litro.
Los jóvenes están más atentos a conocer el origen de lo que consumen.
Los jóvenes están más atentos a conocer el origen de lo que consumen.
Claro que este compuesto tiene una razón de ser: se utiliza a fin de evitar la generación de microorganismos indeseados que aceleran la oxidación. “El abuso de sulfitos es malísimo, como sucede con el abuso de cualquier producto externo que se añada, por eso no es un mito que provoquen dolor de cabeza cuando se usan en exceso”, señala Gabriel Dvoskin, viticultor y creador de los vinos Y la nave va y Pintom, quien utiliza una cantidad mínima en sus etiquetas, aunque advierte: “Vale aclarar que todos los vinos contienen sulfitos en forma natural, ya que se generan durante la fermentación, el tema es cuánto se le agrega después”.
Los enólogos disponen de varias técnicas para asegurarse labuena conservación del vino sin abusar de los sulfitos, pero estas exigen más cuidado y dedicación, tanto en la viña como en la bodega, por eso el uso excesivo de este compuesto se asocia a vinos de baja calidad.
Los wine bar explotan en Europa.
Los wine bar explotan en Europa.
Los detractores de los vinos naturales aseguran, entre otras cosas, que hay que beberlos en cuanto salen al mercado porque se oxidan rápidamente; Ernesto Catena, winemaker y hacedor de Amici Miei, el primer vino argentino 100% natural sin sulfitos, asegura que el tiempo no es el peor enemigo: “Un buen vino natural conservado en una buena cava puede llegar a ser longevo, ya que es más sensible a los cambios de temperatura que al paso del tiempo. En cambio, si se lo guarda en la cocina o cerca de una estufa, se lo puede arruinar en una sola noche”.
Hacer este tipo de vinos es como rendir un examen sin posibilidad de borrar ni tachar, por eso el trabajo en el viñedo es fundamental, “como en la elaboración natural no podes corregir defectos de la uva con químicos, es aún más importante que la uva este pipi-cucú al llegar a la bodega”, explica Catena.
Y ahí reside uno de los principales atributos de estos vinos, un valor en línea con lo que buscan hoy los consumidores: sin artificios de por medio, son auténticos y reflejan el terrorir del cual provienen, por eso muchos los llaman “vinos desnudos o sin maquillaje”.
Los sulfitos son los responsables del dolor de cabeza algunos vinos.
Los sulfitos son los responsables del dolor de cabeza algunos vinos.
Los vins naturels seducen, sobre todo, al público más joven. Aldo Graziani, sommelier y empresario gastronómico, lo confirma: “Estuve hace poco en París, donde hoy la gente canchera va a los natural wine bars; son lugares con música fuerte, al estilo de un bar. Se sirven en copa degustación y nadie está metiendo la nariz en la copa, son lugares lejos de todo snobismo”.
Para Dvoskin, es lógico que hayan tenido mayor aceptación entre los millennials: “Los jóvenes les prestan menos atención a los puntajes de los críticos y más a saber de dónde proviene lo que consumen. Por otro lado, están más entusiasmados con lo orgánico y biodinámico y tienen interés en probar cosas nuevas”.
Ernesto Catena es el creador del primer vino argentino 100% natural sin sulfitos.
Ernesto Catena es el creador del primer vino argentino 100% natural sin sulfitos.
Los vinos naturales son diferentes a los clásicos también en el paladar, algunos los consideran demasiados rústicos e, inclusive, de un nivel inferior. Sin embargo, como aclara Catena, “vinos mediocres hay en todas las categorías” y agrega: “Los que pruebo de Europa son, por lo general, riquísimos. Los vinos naturales que elaboramos nosotros tienen una energía única, son sanos, jamás dan dolor de cabeza y poseen una complejidad de sabor que no ofrecen los vinos convencionales”.
Graziani coincide: “En los natural wine bars de París probé vinos decentes. Los dueños de esos bares se encargan de traer buenas etiquetas, conocen a los productores y hacen una búsqueda de producto para no servir cualquier cosa”.
En Argentina, todavía hay ciertos enófilos que ponen ciertos reparos ante los vinos orgánicos o biodinámicos, pero en el mundo dejaron de ser tendencia y ya forman parte de un consumo sostenido -aunque todavía son la punta de la pirámide-. Seguro, sus primos hermanos, los naturales, correrán la misma suerte.
Link a la nota: https://www.clarin.com/buena-vida/vinos-naturales-moda-explota-europa-pone-pie-argentina_0_H1h7LpT6f.html

La Nación - Restaurants - Don Julio: carnes para gourmands

Don Julio: carnes para gourmands

En Palermo, la parrilla de barrio que se transformó en grill gastronomique
De sencilla parrillita en esquina palermitana a exitosa steak house, Don Julio se transformó en un grill gastronomique, que diferencia un restaurante normal de otro sobresaliente por sus productos y cocina. Su propietario, Pablo Rivero (casi 40), lo heredó de sus abuelos ganaderos y carniceros hace diez años -veinte tiene la parrilla-, y desde entonces no hace más que esmerarse para convertirlo en modelo de steak house, como lo definen las guías extranjeras que lo recomiendan y las altas ubicaciones en concursos internacionales como los 50 Best de América latina.
Antes fueron The Guardian y The Wall Street Journal, y la guía 2015 Where Chefs Eat. Hace dos años lo acompaña en lo gastronómico nuestro reconocido chef de cuisine Guido Tassi, formado junto con María Barrutia en el famoso Michel Bras de Laguiole, Francia. Pablo es sommelier diplomado, y con heredados conocimientos sobre carnes ha dotado a su parrilla de lo mejor, por lo que es un restaurante visitado por lo mejor de nuestros gourmands, enólogos, bodegueros, periodistas y amantes del vino, además de ser parada frecuente para extranjeros.
La vereda de la esquina es un must cuando hay buen tiempo. En el salón, la admirable parrilla comandada por Pepe Sotelo, que desde hace casi dos décadas exhibe los cortes que someterá a las llamas. Un comedor interior, de puesta clásica -mantelería blanca-, es el indicado para un encuentro más coqueto o profesional, aunque se lleva las palmas la magnífica cava del subsuelo con una mesa para ocho íntima y elegante.
El comedor principal está a punto de conseguir el look gastronomique de mantelería blanca y amplias servilletas, el cuero no va más. La carta menú no es larguísima ni presume de métodos de conservación sofisticados como dry age y otros, solo la maduración necesaria, y la wagyu no existe.
Las medias reses reposan colgadas en el impecable minifrigorífico a pocos metros del local, donde Tassi produce chacinados y embutidos artesanales, chorizos, morcillas, que aprovechan la sangre y la grasa naturales. Y salsas, conservas, repostería y heladería diaria. Las verduras de huertas propias o exclusivas, de rigurosa estación. En todo esto está el esmerado Guido. Panes de fermentación lenta y quesos de La Toscana. Atención, todo es compartible y baja bien los costos.

Puntaje 9

Dónde: Guatemala 4699
Teléfono: 4831-9564
Otros: mediodía y noche. Tarjetas, 140 cubiertos. Seguridad. No se cobra servicio de mesa
Crédito: Ezequiel Yrurtia

El Plato:

Bife ancho madurado

Carnes

Razas Angus y Hereford. Emblemático y espectacular el bife ancho. Ojo de bife ($490), bife de chorizo mariposa (570), bife de lomo (650). Asado de tira (725). Entrecôte (720). Compartibles

Para acompañar:

Ajíes calahorra a la parrilla, zapallos a la parrilla ($166), boniatos naranjas asados, cebollas al rescoldo, berenjenas a las brasas, papas fritas, huevos de campo fritos (100)

Vinos

Según su dueño, hay 13.000 botellas en la cava. Sommeliers jóvenes en el servicio. Vinos singulares, elegidos en catas trimestrales a ciegas. Por copa de todos los rangos, y minidecanters equivalentes a dos copas

Para mejorar:

Urgente cambio de cartas de vinos y de cocina, y la mantelería del comedor principal
Link a la nota: https://www.lanacion.com.ar/2131045-don-julio-carnes-para-gourmands

Clarín - Gastronomía - "Micha" Tsumura, el mejor chef de la región: "Se viene la cocina latinoamericana"

"Micha" Tsumura, el mejor chef de la región: "Se viene la cocina latinoamericana"

El cocinero peruano quiere crear una enciclopedia que reúna a toda la cocina del continente.
Micha Tsumura durante la entrevista con Clarín en Puerto Madero. Foto: Diego Díaz
Micha Tsumura durante la entrevista con Clarín en Puerto Madero. Foto: Diego Díaz
Gaman shiro, le decía su padre. Aguanta, una máxima de los japoneses. Y él aguantó. Aguantó pasarla mal. Los golpes en los nudillos. Un año lavando platos, sin poder tocar un cuchillo. Había viajado miles de kilómetros desde Perú hasta Japón para aprender los secretos de su cocina. Lo logró. Volvió a Lima, y se animó a romper otra máxima de los japoneses: no cambiar las cosas como son. Mitsuharu “Micha” Tsumura las cambió. Llevó el concepto de nikkei a otra escala. Micha, como lo conocen todos, es el chef del restaurante Maido. El año pasado, el 50 Best -el ranking de cocina más prestigioso del mundo- lo coronó el mejor de América Latina y el 8° del mundo.
El chef peruano Mitsuharu "Micha" Tsumura da indicaciones en la cocina de Chila.
El chef peruano Mitsuharu "Micha" Tsumura da indicaciones en la cocina de Chila (Gentileza Chila)
Mediodía de un jueves en Buenos Aires. El primer día de sol después de las nubes que parecen eternas. Micha posa para las fotos en Puerto Madero. Ocho horas después estará cocinando en Chila junto con su chef, Pedro Bargero, como parte del ciclo Encuentros con grandes cocineros, que próximamente tendrá como invitados al chileno Sergio Barroso y al argentino Mauro Colagreco.
Las creaciones de Micha.
Las creaciones de Micha.
Pese a todos los ajustes que tienen que hacer aún con Bargero y a su celular que vibra, Tsumura se toma su tiempo. Durante una hora, simpático y locuaz, hablará con Clarín sobre su historia, sobre cómo Perú se convirtió en potencia culinaria y sobre el futuro de la cocina de América.
Micha tiene 36 años. Estudió gastronomía en Estados Unidos y se fue a formar en Japón, de donde son sus padres, como aprendiz en un restaurante. “El japonés viejo no te enseña. A mí me tocó uno buena onda. Pero la pasé mal. Es que si no la pasas mal, no has estado en Japón. El japonés no concibe la idea de que puedas ser exitoso en la vida si no has sufrido. Y cuanto más sufres, mejor. Yo no podía ni ver, y cuando miras aprendes un montón, me decían ‘no, te falta’. Al año dije: ‘Me vuelvo’. Pero no había aprendido nada. Y entonces me quedé. Cuando ya empecé a cocinar, si cometías un error te metían un golpe en el nudillo, acá, sobre el hueso, con la parte de atrás del cuchillo”, recuerda . También recuerda que compraba pescado en el supermercado en su casa para practicar la fundamental técnica del fileteado, hasta que llegó el día en que le salió y se lo mostró a su jefe:“Dame un pescado y te lo pago si me sale mal”.
Micha progresó. Trabajó para una cadena hotelera y le ofrecieron una posición gerencial, pero su sueño era otro. Hace una década, abrió Maido. “Encontré mi camino con el trabajo. Un cocinero va cambiando mucho, es interesante ver cómo vas evolucionando. Antes de nosotros nadie había dicho ‘vamos a poner el concepto nikkei’. Venía de una formación japonesa ortodoxa en la que es un sacrilegio poner un insumo más o un insumo menos. Tenía conocimientos para hacer una cocina japonesa lo más parecida a Japón, pero también una parte mía que quería romper los parámetros. Aprecio la comida japonesa, pero a veces es muy sutil, y a mí me gusta el sabor fuerte. Entonces fui poniendo y cambiando. Y fue cuando me fue peor. Porque la gente no entendía. Por cuatro años me fue mal, la gente no venía a comer, Pero confiaba en que habría un punto de quiebre”, relata.
Cocineros. Tsumura y Pedro Bargero, el chef del restaurante porteño Chila. Este jueves cocinaron juntos (Diego Díaz)
Cocineros. Tsumura y Pedro Bargero, el chef del restaurante porteño Chila. Este jueves cocinaron juntos (Diego Díaz)
Ese punto de quiebre fue Mistura, la feria gastronómica clave en el boom actual de la cocina peruana, equivalente de nuestra Masticar. Micha viaja para atrás y analiza cómo Perú posicionó a su gastronomía en lo más alto del mundo: en Maido, el 70% de los clientes son extranjeros.
“Los cocineros empezamos a apostar por Perú y su producto. Antes, la gente decía: ‘¿Por qué debo pagarte más por una papa nativa?’. Pero entendió que la papa nativa, la quinoa, la quihuicha (NdR: el amaranto) tienen un valor. Los medios fueron central: teníamos que contar historias para que la gente conozca el Perú profundo, y ahora vaya y se saque una foto con un productor y le agradezca. Hay 3.000 variedades de papas, pero un solo productor tiene una papa y si deja de producirla, se extingue. La cuida porque su padre, su abuelo y su bisabuelo lo hacían. Cuando llegas a una montaña y tienes que caminar 4 horas para llegar a la plantación, ahí el dinero no sirve. Entiendes por qué tiene un costo”.
En la previa. El chef peruano Mitsuharu "Micha" Tsumura con el equipo del restaurante Chila (Gentileza Chila)
En la previa. El chef peruano Mitsuharu "Micha" Tsumura con el equipo del restaurante Chila (Gentileza Chila)
Esa revalorización hizo que muchos productos que antes no estaban en los mercados, como la quinoa, llegaran al público. Y mirar hacia ese Perú profundo, asegura Micha, llevó a varios de sus chefs a lo más alto de los rankings porque dejaron de hacer una cocina “internacional” para focalizarse en los alimentos de cada una de las regiones del país. Nombra a Virgilio Martínez Véliz, Pedro Miguel Schiaffino, a Gastón Acurio (“Gastón es el pionero, el líder, el que nos mantiene unidos a todos, el que siempre está para un consejo”), los que se agrupan en la llamada “pandilla de la leche de tigre”. Y cree que es el momento de dar un paso más en la expansión de esa pandilla a Latinoamérica.
“Compartimos riquezas naturales. En Argentina yo probé el pacú, me enamoré y lo busqué y en Perú lo tenemos, se llama paco. Así, muchísimos productos. Y hablamos un idioma común. Te tomas un avión, viajas ocho horas y encuentras gente que habla tu mismo idioma”, afirma Micha, que quiere crear una enciclopedia de la cocina latinoamericana. Cree que los países de la región tienen que apostar a promocionarse conjuntamente para captar a los turistas que vienen a Sudamérica de EE.UU., Europa o Asia, que hacen ese viaje una vez en su vida, y que están ávidos por probar lo nuevo. “La gastronomía latinoamericana es totalmente nueva. La cocina latinoamericana es lo que se viene, con la turca, judía y árabe, y la china”, vaticina.
A su lado, Bargero presta atención y asiente. “Escucharlo hablar a Micha es una clase. Compartir estos intercambios es súper nutritivo”, dice el cocinero de 27 años, una de las figuras más creativas de la escena local.
Bargero (de blanco) y Porcel (con camisa celeste) durante la cena de "Micha" en Chila (Gentileza Chila)
Bargero (de blanco) y Porcel (con camisa celeste) durante la cena de "Micha" en Chila (Gentileza Chila)
Horas después, junto con Andrés Porcel, dueño de Chila, ambos recorrerán el salón para terminar de servir en las mesas, por ejemplo, el cebiche con leche de tigre japonesa o la carrillera con puré de papas andinas y quinoa crocante. Platos que cruzan de un país a otro. La cocina de América, una sabrosa identidad compartida. 
Link a la nota: https://www.clarin.com/sociedad/mejor-chef-region-pronostica-viene-cocina-latinoamericana_0_HJ7670haz.html

La Nación - Gastronomía - Después de las brasas: es el turno de los ahumados

Después de las brasas: es el turno de los ahumados

Importada de los Estados Unidos, la tendencia es ahumar la carne mientras se cocina, hidratándola durante la cocción y agregándole especias y hierbas
El "Jabalí". Así se llama el ahumador que Daniel Uría llevó a la última edición de Leer y Comer, ofreciendo el plato best seller de la feria: media costilla de tira de asado, cocinada durante 7 largas horas a 100°C. Una carne tiernísima, repleta de aromas provenientes de la madera de espinillo, servida junto a choclo con jalapeños y tomates confitados. El Jabalí (uno de los modelos que hace la firma Smoke King) es de color negro, mide tres metros y medio de largo, pesa impetuosos 450 kilos de chapa gruesa y está armado como remolque, para ser llevado con un auto. "Empecé a investigar sobre ahumados como parte del desarrollo de una hamburguesería que estamos por abrir en Martínez. Y ahumamos asado, chorizo, colita de cuadril, con maderas más claras para que el aroma no sea tan invasivo: mucho espinillo, algo de eucalipto y nogal", explica Daniel, fundador también de Compañía de Chocolate. "Construimos un ahumador propio, tenemos este de Smoke King y también ahumamos en un Kamado", afirma.
La pasión por los ahumados es una relativa novedad gastronómica en la Argentina. Hasta ahora, nuestro país tenía tradición de ahumados en frío, al estilo europeo, esos que son tan utilizados en la Patagonia, con truchas, quesos y fiambres. Pero en los últimos cinco años la moda apuntó para otro continente, con emprendimientos cercanos al estilo de ahumado del sur de los Estados Unidos. Son ahumados en caliente, donde se cocina mientras se ahúma, usualmente hidratando la carne durante la cocción y aplicando rubs (mezclas de especias y hierbas) directo sobre la carne. "Arrancamos en ferias hace cinco años y éramos una completa novedad, con nuestro food truck ahumador", cuenta Pablo Erli, socio de Logia, especialista en ahumados que acaba de abrir su primer local a la calle en Palermo. "Queríamos hacer algo distinto, el ahumado de tipo texano. Hoy en Logia ofrecemos un sándwich de pulled pork, un mix de bondiola y las paletas de cerdo ahumadas por doce horas; también un roast beef de ocho horas de cocción y un chorizo ahumado cuatro horas. Este método tradicional genera en la carne el famoso anillo de humo, el ring of fire, como dice Johnny Cash, esa tonalidad rosa en los bordes y centro más oscuro. Para Texas, si no lográs eso, no estás ahumando".
Argentina tiene una tradición de brasas, pero desconocimiento de humo. "No entendemos todavía bien la palabra ahumado. Si preguntás, muchos incluso dicen que no les gusta, pero se vuelven locos con un asado a la cruz. Y justamente lo que aporta la cruz es el humo. Todos saben que la leña le da un gustito especial al asado. Por eso comenzamos con este proyecto", cuenta Darío Kirschbaum, creador de Humos, empresa que provee astillas de distintas maderas para ahumados hogareños y profesionales. "Compramos en Calamuchita poda de distintos árboles, la secamos y envasamos. Están pensadas para agregar a las brasas de la parrilla, también en hornos en exterior o incluso en ollas, separando la carne por encima de las astillas. Se venden en supermercados, en formatos hogareños, también proveemos bolsas de cinco kilos a muchos de los mejores restaurantes de la ciudad", dice.
"Cada maestro tiene su librito", afirma Luis Cacace, socio desde hace tres años del neozelandés Craig Jull en Smoke King. "Nosotros hacemos los típicos ahumadores de Texas, muy resistentes, para cocciones bien largas con leñas no resinosas, como incienso, quebracho, espinillo. Cada madera modifica el sabor, pero deben ser duras para dar las calorías necesarias. Lo mismo pasa con los rubs, cada cocinero elige su combinación. Nosotros damos clases de ahumados, una vez al mes", explica, mientras recomienda ahumar carnes con buena cantidad de grasa, ya que las magras tienden a secarse. "También podés hacer un pavo ahumado, hidratándolo con unas jeringas especiales, sumando por ejemplo una mezcla de whisky y manteca".
En Argentina, la madera más usada es espinillo, que imparte un sabor intenso. La marca Humos detalla en su página web las distintas maderas que vende, con las características de cada una. "El espinillo es el más fuerte, ideal para carnes vacunas; le siguen el nogal, el olivo y por último el manzano, más dulce y frutado, que va muy bien con cortes de cerdo, aves y vegetales", explican.

Para todos los gustos

Los ahumados crecen en la ciudad, aprovechando diversas tecnologías. Desde el lujo de Elena, en el Four Seasons (donde ahúman carnes y vegetales) hasta Proper, con su central horno a leña. El kamado, el horno de aires japoneses que irrumpió en restaurantes y balcones, suma ahumados a La Cabrera, al cinco estrellas Chila y a la famosa hamburguesería La Birra Bar. También el Josper (perfecta combinación entre parrilla y horno) logra increíbles sabores en La Panadería de Pablo y en Oviedo. Pero si hay que elegir un restaurante que puso el ahumado en las primeras planas, tal vez ese lugar sea La Carnicería, que abrió hace cuatro años y se convirtió en referente. "Queríamos tener un plus diferente. Nos pusimos a investigar, encontramos a Carlos Lehmann (de la marca Ahumann, empresa con gran variedad de productos de ahumados en frío y caliente, desde pequeñas pipas para hogares a hornos profesionales) y a partir de ahí arrancamos. Desde el día uno, los platos ahumados fueron un éxito", dice Pedro Peña, socio y cocinero de este lugar. "El ahumado transporta mucho sabor a carnes y verduras. Y las cocciones largas dan otra textura. En La Carnicería ofrecemos una costilla ahumada de unos 15 cm, que le pasamos un rub de chimichurri, sal y azúcar y la ahumamos 18 horas a 100°C con manzano, para lograr un sabor más suave. Cuando los ahumados son muy penetrantes, pueden cansar. A esa costilla la servimos con puré de garbanzos y berenjenas chinas en escabeche, porque siempre precisás algo fresco o con acidez para redondear la combinación. Fue un proceso de prueba y error, como todo lo que hacemos. Y ahumamos de todo: cortes como vacío, una entraña en frío para luego ponerla a la parrilla, provoletas, tomates, papas, incluso leche para un arroz con leche o la base de un helado".
Incluso los tragos se rinden al humo. Fede Cuco, uno de los más conocidos bartenders, se autodefine como un verdadero "vende humos", porque el cóctel más vendido en su bar Verne Club es el Opium Old Fashioned, que lleva humo de canela y eucalipto. "Cuando lo lanzamos, hace cinco años, fue toda una sensación. Hoy es nuestro gran clásico, el que nos pagó los sueldos por mucho tiempo", dice.
Para elaborarlo, Cuco primero prepara el trago dejando un par de centímetros del vaso sin llenar y lo completa con el humo especiado (utilizando una pequeña pistola de humo). Luego lo tapa por unos segundos (googleando Opium Fashioned, puede verse el video explicativo con receta). "Es un ahumado suave y rápido. Lo que más enamora es el show. Y creo que este cóctel fue el puntapié para que hoy muchos de los mejores bares de la ciudad ofrezcan cócteles ahumados", cuenta.
El humo no tiene la mejor fama: está acusado de ser cancerígeno, es invasivo y difícil de borrar de la memora gustativa (¡y de la ropa!). Pero aún así, hay algo en su sabor que seduce, en un viaje por intensos paisajes de fuego y leña. Un viaje que cada vez más gente quiere realizar.

Datos útiles

  • Ahumadores Ahumann: ahumadores.com.ar
  • Humos - astillas de madera: www.humos.com.ar
  • Smoke King: www.ahumadoras.com
  • La Carnicería: Thames 2317
  • Logia Ahumados: Bonpland 1611
  • Verne Club: Av. Medrano 1475
Link a la nota:  https://www.lanacion.com.ar/2131706-despues-de-las-brasas-es-el-turno-de-los-ahumados

Maleva Mag - Gourmandise - LA NUEVA CARA DE LA DULZURA: CINCO PASTELERÍAS DONDE LA ORIGINALIDAD MANDA / POR NATALIA TORRES

LA NUEVA CARA DE LA DULZURA: CINCO PASTELERÍAS DONDE LA ORIGINALIDAD MANDA / POR NATALIA TORRES

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MINI CAKES, MACARONS Y HASTA LAS NAKED CAKES QUE SON UN HIT EN NUEVA YORK/DESDE UNA PASTELERÍA CON INSPIRACIÓN JAPONESA Y COREANA HASTA LA DE UN HOTEL DE LUJO QUE SE LUCE FUERTE CON SU IMPRONTA FRANCESA/ADEMÁS: MUCHA MAGIA PARA INSTAGRAMEAR
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Arte dulce: así podría definirse a las piezas de la Patisserie del Palacio Duhau – Park Hyatt


LA NUEVA CARA DE LA DULZURA: CINCO PASTELERÍAS DONDE LA ORIGINALIDAD MANDA / POR NATALIA TORRES.
Con las mini-cakes individuales y los macarons como principales puntas de lanza, la nueva pastelería boutique multiplica las opciones para el público y, al mismo tiempo, brinda más terreno para la aventura al ampliar las posibilidades de probar sin miedo. Aquí, una selección MALEVA con cinco lugares donde la dulzura y la imaginación se dan la mano para dar a luz ideas imperdibles.

1) ES RUIZ: RESPETO POR LA TRADICIÓN Y UN POSTRE BALCARCE INCREÍBLE / JOSÉ A TERRY.300 (CAFETÍN) Y DEL BARCO CENTENERA 534 – TAKE AWAY – CABALLITO 
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Cuatro generaciones de pasteleros se anotan en el árbol genealógico de Eduardo Ruiz, quien con semejante respaldo no tiene más opción que respetar la tradición nacional aunque sin abandonar las nuevas tendencias.
Así, en su lista de ingredientes, el dulce de leche y el chocolate se dan la mano con los cítricos (“son de las mejores frutas que tenemos en el país”, asegura), y pequeñas magias que encuentra en sus viajes, como vainilla mexicana y canela de España. Además, el pastelero se encarga de rotar su carta para que los meses calurosos tengan contrapunto en recetas frescas.
De todas formas, el postre más querido por su público no deja de ser el muy típicamente argentino Balcarce, que Ruiz aggiorna incluyendo marron glacé y nueces caramelizadas.

2) THE BRICK HOTEL: PASTELERÍA FRANCESA SIN LÍMITES PARA LA EXPLORACIÓN / POSADAS 1232 – RECOLETA 
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La pregunta de qué utilidad darle a un local en desuso incluido dentro del restaurante del hotel fue la semilla desde la cual terminó creciendo la pastelería, a cargo de Erika ScaffinoSus dulzuras no sólo circulan en los menúes puertas adentro desde el mediodía hasta la noche sino que también pueden llevarse a casa.
La base estilística es francesa pero volantea los clasicismos para agregar visiones contemporáneas, con la torta ópera como principal ejemplo: aquí no sólo se ofrece en su versión más conocida -combinando crema de café y ganache de chocolate- sino también en sabores novedosos como frambuesa o limón. Otro de los orgullos de la pastelería de The Brick es el dúo de mousses de chocolates blanco y con leche, que agrega una capa de dulce de leche como sello explosivo.

3) LAB SUCRÉ: ESPÍRITU JAPONÉS Y EL MATCHA COMO PROTAGONISTA – AV.AVELLANEDA 1932 – FLORES
Lab Sucre2
Simpleza, delicadeza, valor y respeto son los cuatro puntales de los que se enorgullece Paola Chang al momento de describir su propuesta, infusionada con una extrema singularidad.
Es que, ¿en qué otra pastelería de Buenos Aires el matcha, ese té verde denso, rico y repleto de propiedades, encuentra un lugar así de honorífico? Combinándolo con diferentes chocolates, Lab Sucré lo hace más amigable a la hora de degustar y lo coloca en un contexto ideal para los que nunca lo probaron.
Por supuesto, el chocolate en sus tres variedades (negro, con leche y blanco)  también aparece aquí en varias opciones y acompañado por otros sabores para no cerrarle la puerta a sus fans. Todo, finalmente, se redondea por una estética minimalista heredera de la educación de Chang a las órdenes de un pastelero japonés en Corea.

4) DUHAU PATISSERIE: DONDE LO AUTÓCTONO BRILLA Y EL MACARON ES REY / AV.ALVEAR 1661 – RECOLETA 
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A pesar de que Damián Betular lleva ya largo tiempo ideando los dulces que se sirven en el Palacio Duhau-Park Hyatt, la patisserie take-away del hotel tiene apenas un año y medio.
Varios son, entonces, los dominios donde el pastelero demuestra su particular amor por lo autóctono, reflejado en el uso de ingredientes como la harina de algarroba o los dulces de leche de cabra y de oveja, fabricados por pequeños productores con los que trabaja en conjunto. Otra de sus elecciones personales son las manzanas de Río Negro, que utiliza como materia prima para una de sus tartas favoritas, coronada con pochoclo acaramelado como detalle juguetón.
Francia, sin embargo, hace sentir su peso en los productos de Betular, que logró que los macarons se conviertan en el gran éxito de la Duhau Pattiserie. “Ha desplazado a los bombones”, asegura. “Es un nuevo clásico que hasta ahora parece no tener fecha de caducidad”.

5) MADA: NAKED CAKES (EL HIT DE NUEVA YORK) Y DELICIAS INSTAGRAMEABLES / 3 DE FEBRERO 1064 – BELGRANO
Mada
No sólo de materias primas de calidad y especial atención a las frutas de estación se nutren las creaciones de Juliana Herrera Dappe, sino también en un ojo bien afinado en las minucias de la “era Instagram”. En este marco, la presentación del producto va a la par de su sabor, con construcciones prolijas y primoroso packaging.
De esta manera, no es sorpresa que una de las contribuciones más originales de Mada al panorama pastelero de Buenos Aires sea una de las tendencias preferidas de los foodies neoyorquinos: las “naked cakes”, tortas sin cubierta que dejan a la vista el bizcochuelo y el suculento relleno, coronadas usualmente con frutas o flores.
El key lime pie, con aterciopelada crema de lima sobre masa quebradiza, es otra de las principales elegidas por la clientela del local e impulsada por el cariño de Juliana hacia las frutas frescas, a las que siempre privilegia en preparaciones y decoraciones.
Fotos: gentileza Palacio Duhau Park Hyatt Buenos Aires, Lab Sucré, Mada, The Brick Hotel y Es Ruiz. La foto destacada es gentileza de Lab Sucré. 
Link a la nota: http://malevamag.com/la-nueva-cara-de-la-dulzura-cinco-pastelerias-donde-la-originalidad-manda-por-natalia-torres/