El ganador del concurso nacional tiene 34 años, trabaja en Tegui y es brand ambassador de Pernod Ricard Argentina.
Martín Bruno es el mejor sommelier de la Argentina tras consagrarse en la gran final del Concurso nacional organizado por la Asociación Argentina de Sommeliers, que se realizó el lunes 29 de octubre en la Usina del Arte de Buenos Aires.
En la última etapa del Concurso Mejor Sommelier de Argentina 2017, Martín se impuso ante María Valeria Gamper (quien obtuvo el segundo lugar) y Stefanie Paiva Harwat (la tercera). La evaluación estuvo a cargo de un jurado integrado por la cúpula directiva de las asociaciones de sommeliers continental y mundial: Andrés Rosberg, Presidente de la Association de la Sommellerie Internationale (ASI), Michelle McCarthy, ex presidente de la Asociación Canadiense de Sommeliers Profesionales, y actual encargada de las RRII de esa asociación, tesorera de la la Alianza Panamericana de Sommeliers (APAS) y secretaria general adjunta de la ASI y Ricardo Grellet, presidente de la Asociación Nacional de Sommeliers de Chile y de APAS, y VP Américas de la (ASI).
Martín Bruno, de 34 años, nació en la Ciudad de Buenos Aires y se desempeña actualmente como Sommelier ejecutivo del restaurante Tegui, como Brand Ambassador Pernod Ricard Argentina y es docente de Docente del Centro Argentino de Vinos y Espirituosas (Cave), de donde egresó.
La relación del ganador con la sommellerie comenzó la primera vez que probó un gran vino sintió que ahí había "hay algo más de lo que yo creía. “Entonces empecé a leer, investigar y probar todos los vinos a mi alcance. Tuve la fortuna de siempre haber estado cerca de personas dispuestas a ofrecer sus conocimientos y acompañarme”, indicó.
El ganador y su escolta, María Valeria Gamper, representarán al país en el Concurso ASI & APAS Mejor Sommelier de las Américas, Canadá 2018. Asimismo, los dos mejores serán precandidatos para representar a Argentina en el Concurso ASI Mejor Sommelier del Mundo, Bélgica 2019.
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El boom del frasco: pese a las críticas, cada vez más restaurantes lo usan como vajilla
Considerado "esnob" por algunos, el envase de mermelada se consolida y hasta tiene un restó exclusivo. Las razones del fenómeno.
La identidad del “hereje” al que se le ocurrió meterle adentro una empanada no trascendió, pero entró al top 10 de los virales del año: la foto del típico alimento criollo dentro de un frasco, denostado en las redes como el colmo del “esnobismo palermitano”. Más allá de las críticas, hay una realidad: el frasco se transformó en una pieza de vajilla. El clásico de mermelada esquivó su destino de contenedor de berenjenas en escabeche para asumir una prosperidad que se antoja infinita. Tan de moda se puso que hasta tiene restó propio.
La empanada en frasco que se hizo viral
Pero, ¿cómo llegamos hasta acá? La historia cuenta que los primeros recipientes empezaron cuando los fenicios inventaron el soplado en el 300 aC y que a principios del 1900 la producción en serie masificó los envases. En los 70 el plástico los arrinconó y este siglo los está revalorizando.
Como vaso. Así se usan hoy los frascos (Mi Barrio)
Particularmente en gastronomía y eventos, su uso es reciente. “Se sumaron como vajilla alternativa hace unos cuatro años, una propuesta diferente en los eventos con aire eco --le pone fecha Antonella Di Pietro, organizadora de eventos--. Hoy los hoteles de lujo sirven propuestas gourmet como salmón en frascos donde se observa el humo del ahumado”.
Frascos en un candy bar de un festejo infantil (Antonella Di Pietro)
“Lo vi hace mucho en Nueva York y me encantó. Los usamos desde que abrimos, en 2014”, cuenta David Martins, socio de Mi Barrio, que sirve así su chocotorta de Oreo y sus licuados. Otra hamburguesería, Williamsburg, también los utiliza, más por una decisión funcional que estética. “Usamos bandejas para las hamburguesas y no vajilla. Fue una forma sencilla de resolver el problema de cómo servir el postre”, dice Alejo Pérez Zarlenga, uno de sus dueños.
La clásica chocotorta, servida en frasco (Williamsburg)
Otro uso habitual en los eventos, que se está replicando en los bares, es el del vaso para tragos. En BASA preparan así el Moscow Mule, con vodka, lima y Ginger Beer. “Originalmente se servía en un jarro de cobre. A falta de éste, decidimos hacerlo en un envase no tradicional para mantener el espíritu del cocktail. En el mundo de los clientes hay de todo: gente a la que le encanta y te pide el trago ‘del frasquito’, y otros que te piden un vaso ‘de verdad’”, comenta Ludovico De Biaggi, bar manager.
El mundo de los clientes. En las redes, hay mucha crítica, pero en general los que tienen esta propuesta coinciden en que es bien recibida. Eso aseguran por ejemplo en Fresco, un supermercado orgánico que vende en frasco retornable sus ensaladas: como la vieja botella de gaseosa en el almacén, te hacen un descuento si llevás el frasco vacío.
Ensaladas en frasco (Fresco)
La empresa de viandas orgánicas De la Olla también vende así sus sopas y aguas de frutas. “Los clientes están felices de que les resolvemos qué hacer con los frascos porque los reciclamos. Valoran la posibilidad de generar menos basura”, afirma Andrea Jatar, su creadora.
Sopas en envase de vidrio, opción de un servicio de viandas (De la Olla)
Conciencia ecológica, pero también costos (el frasco de vidrio es más barato que un vaso de cristal o un plato de porcelana) y operatividad. “Tienen muy buena resistencia por lo que se reduce la rotura de vajilla”, remarca Alan Goldfarb, dueño de PL Deli, donde sirven batidos y limonadas en unos frascos con manija que mandan a hacer especialmente.
Algunos restaurantes mandan a hacerse especialmente los frascos (PL Deli)
“Da ventajas al pastelero: es más simple y rápido de emplatar”, apunta Alfredo Sansone, de Puerta del Inca, que presenta así el lemon pie y el cheesecake. “Las porciones individuales tienen menos desperdicio y el postre conserva mejor la humedad”, suma Leonardo Barroso, de Foodie Special Burger.
Crumble de manzanas, en presentación poco tradicional (Puerta del Inca)
La tendencia llega a su máxima expresión en Entre Frascos, un restó a puertas cerradas que el chef Fernando Gómez abrió en su casa de Villa Urquiza. Allí, salvo el plato principal (que viene en vajilla tradicional) todo llega a la mesa en frascos, también parte fundamental de la decoración.
Frascos en las lámparas, en las paredes y en las mesas, en el restaurante a puertas cerradas Entre Frascos (Andrés DElía)
“Siempre me gustó cocinar conservas. Usamos frascos de vidrio porque son prácticos, visualmente atractivos, no contaminan la comida, son ecológicos y reutilizables. Además, son perdurables: los encurtidos que están a la venta pueden durar hasta 12 meses sin abrir”, sostiene.
Defensor del frasco, Gómez cree que antes de criticar, “hay que poner el foco en lo que uno está comiendo. Si es sabroso, bien emplatado y esa vajilla es cómoda, no veo cuál es el problema”.
El chef Fernando Gómez, dueño de Entre Frascos (Andrés DElía)
Para De Biasi, casi cualquier cocktail puede salir en frasco “si los puedo tomar con sorbete, porque si son para beber del borde es incómodo”. Y en la practicidad es donde el asunto vuelve al punto del esnobismo.
“El frasco puede ser esnob para los que desean poner cualquier tipo de plato dentro”, dice Di Pietro, y trae el ejemplo de la empanada.
Pérez Zarlenga lo asume. “Es esnob, y nosotros nos reímos del esnobismo palermitano. A veces posteamos en nuestras redes chistes y es genial la cantidad de interacciones que se producen con los usuarios. Muchos critican, pero si el postre es buenísimo, no lo dejás de comer por el frasco”, concluye.
Objetos de diseño
El boom del frasco trasciende a la gastronomía. “Muchos los reutilizamos ”, dice la diseñadora Sol Silva. Con su marca Amazónica, lanzó una línea especial de frascos.
En Amazónica tienen una línea de frascos que promueven el reciclaje (Amazónica)
“Una persona muy querida come dos yogurts diarios y guarda los frascos. Los tenía en su placard. Me los llevé y empecé a hacer pruebas de pintura. Luego surgió la posibilidad de hacer cantidad. Esa tenía que ser la forma en que los frascos se reutilizaran y se vendieran”, explica. A la gente que le lleva seis frascos, Sol le da uno diseñado. “Es un verdadero reciclaje”, afirma la diseñadora.
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2000 Martinis en Palermo: el bar que llenaría de orgullo a James Bond
Suspiria Resplendoris quiere que todos prueben este icónico trago y por eso los sirve a un tercio de su precio en un salón que parece de película
El Dry Martini. El cóctel más icónico del mundo, omnipresente en los estudios de Hollywood, el símbolo de la elegancia que James Bond se encargó de hacer famoso, sobre el que sobrevuelan cientos de historias, frases y reflexiones. Un cóctel del que todos hablan, pero no tantos realmente probaron. Muchos ni siquiera saben cuáles son sus componentes, creyendo que se trata de un vermouth. Pero no: un Dry Martini es, en realidad, una mezcla potente, difícil, para paladares acostumbrados a su fortaleza. "Queríamos cambiar el desconocimiento que hay sobre este ícono mundial. Por eso creamos los Martes Martini: el día más tranquilo del bar ofrecemos la receta clásica a un precio absurdo ($ 50), un tercio de lo que suele valer en cualquier lado. Y ya vamos casi 2000 vendidos". Así explica Fede Cuco el inicio de esta idea, que arrancó a principios de año, corrió de boca en boca, y que hoy es uno de los secretos más comentados de la mejor noche porteña. Cada martes, decenas de clientes se acercan a Suspiria Resplendoris (Nicaragua 4346), el bar escondido en los márgenes del Palermo gastronómico, para sentirse, al menos por un rato, trasladados en tiempo y espacio. Por los parlantes, se oye jazz, blues, esas canciones inmortales de Eta James, de Ella Fitzgerald, así como algunas más nuevas que no olvidan el espíritu relajado, como la triphopera 2 Wicky de Hooverphonic.
Suspiria es un bar escenográfico, inspirado en una estética art decó, que mezcla el estilo giallo (el género policial sangriento italiano, representado por Dario Argento, director de la película Suspiria) con la mítica escena del bar de El Resplandor, sumando así detalles oníricos a lo David Lynch. Abundan las figuras geométricas en los diseños de los espejos y especialmente en la barra, de forma hexagonal, donde todos los que estén ahí sentados pueden verse de una punta a la otra. Predominan los colores rojos y los negros, los entelados y los sillones bajos, teñidos por una iluminación tenue. Un lugar perfecto para servir un cóctel también perfecto. Y eso es el Dry Martini, una receta que logró la inmortalidad a partir de sus pocos ingredientes. Less is more: el equilibrio entre simpleza y potencia.
El lujo de una receta
La receta dice así: un Dry Martini es básicamente gin, de estilo london dry. La calidad del destilado será clave a la hora de definir la calidad final. Luego, un pequeño porcentaje de vermouth seco, a gusto de cada cliente. Todo refrescado, con hielo a muy baja temperatura, preparado con agua filtrada. Una vez que la mezcla está bien fría, se cuela en una bella copa de estilo cóctel. Y, finalmente, se desliza dentro un palillo con tres aceitunas; o, en su defecto, se permite perfumar con una piel de limón. Eso es todo. No se precisa más.
"Es un lujo que podemos afrontar. No ganamos dinero, pero tampoco lo perdemos, y es una manera de darle identidad al bar. Suspiria Resplendoris es un bar de cócteles, y qué mejor manera para demostrarlo que ofreciendo Martinis. Pero más allá de ofrecerlo a un precio de promoción, lo seguimos haciendo de la mejor manera, con ingredientes de calidad. Usamos gin Bombay Sapphire, que tenemos en el freezer. Lo refrescamos con una cuchara de plata, tomándonos el tiempo para que el hielo se diluya y aporte el agua necesaria. Lo servimos a través de los mismos coladores planos que se usaban en la coctelería argentina de siglo pasado. La copa nos la diseñó la cristalería Vitalia, especialmente para nosotros: se llama copa Cuco", dice Federico Cuco, con evidente orgullo.
El bar abre a las 20. Primero caen un par de habitués, charlan con los bartenders, beben su cóctel, lo disfrutan, aprovechando la tranquilidad del momento. Para ellos, es un corte abrupto con el día, logrado por la música, la iluminación y también por ese primer sorbo, que permite olvidar el afuera, con sus problemas y rutinas. De a poco, el lugar cobra vida. A las 23 estará lleno, con clientes de distintas edades, hombres y mujeres por igual. Mayoría de jóvenes, arrancando en los 20 años, también algunos que rondan los 50. Están los que saben de qué trata este trago, y otros que llegan curiosos, seducidos por los rumores y por esa posibilidad de jugar a dar un salto en el tiempo. Las copas, con el vidrio empañado por el frío, permiten que la luz arme dibujos caprichosos y reflejos dorados. Es como estar en una película.
El Dry Martini de la casa sale con apenas tres gotas de vermouth, y el borde de la copa perfumada con limón. Federico utiliza una técnica que aprendió hace muchos años: deja la botella de vermouth mal cerrada, y así, al inclinarla, el líquido gotea lentamente. "Cuando empecé, hace 30 años, yo había leído en mis libros de recetas que un Dry Martini era 70% gin, el resto vermouth. Pero mi jefe de ese entonces, un barman viejo, me dio un sopapo y me dijo: 'Un Martini es puro gin, la botella de vermouth debe estar sólo cerca'". La misma receta que pregonaba Luis Buñuel, el famoso director de cine español.
Potente, duro, con el aroma perfumado del london dry gin, el Dry Martini no es para todos. "Es como tomar anís o una malta superahumada. Hay gente que lo ama, y otros que lo odian. Lo bueno es que, a $ 50, podés arriesgarte a probarlo. Si costase tres veces más, muchos no lo pedirían". Y para los que no se animan, en estos Martes Martini los bartenders abren el juego con versiones distintas que respetan la esencia del original. Por ejemplo, un Clarito, que sale con piel de limón y con el borde escarchado en azúcar. También un Gibson, con cebollita en vinagre dentro. Un Martini batido, al estilo James Bond, que sale así un poco más suave. "Cuando viene alguien que nunca lo probó, recomendamos hacer 70 % gin, 30% vermouth seco. A veces, hacemos 50/50. O cambiamos por otros vermouth: con rosso es más amigable, con bianco es más dulce. Algunos lo piden con base de vodka y otros traen su propia receta, leída en algún libro o por como lo bebían sus abuelos", asegura Cuco. Los más elegidos: el Dry Martini de la casa, con tres aceitunas, una para cada sorbo. Y el Dirty Martini, con salmuera como parte de la mezcla. Ahí, en la barra, una chica que no llega a los 30 años, lo pide dirty, sin una gota de vermouth. En la otra punta, Cuco le recomienda a un cliente asiduo su manera favorita: bien seco, con dos aceitunas y un float de absenta. La mayoría bebe dos Martinis en una noche. Algunos, tres. Desde la barra, toman el recaudo de cuidar a los clientes, dándoles continuamente agua para que se hidraten y advirtiendo de la potencia de la mezcla. Bien lo decía la escritora estadounidense Dorothy Parker, no exenta de ironía: "Me gusta beber un Dry Martini, a lo sumo dos. Con el tercero, estoy bajo la mesa; con el cuarto, debajo de mi anfitrión".
Año 2017, ciudad de Buenos Aires. Ningún otro bar del país sirve hoy tantos Martinis por mes, como lo hace Suspiria Resplendoris en apenas cuatro martes. "You're just too good to be true", canta Al Martino, por los parlantes. Sí: demasiado bueno para ser cierto.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2077648-2000-martinis-en-palermo-el-bar-que-llenaria-de-orgullo-a-james-bond
Los productos de la primera destilería de bourbons de Kentucky ya se consiguen en vinotecas y bares del país.
El segundo bourbon más vendido en Estados Unidos y el mundo ahora se consigue en la Argentina. De la mano de Dellepiane Spirits, ya se vende en bares y vinotecas de todo el país Evan Williams Black Label y Evan Williams 1783.
Evan Williams Black Label esta elaborado con un mayor contenido de malta que la mayoría de los whiskeys americanos bajo el método Sour Mash (malta agria). Tiene 7 años de añejamiento y una graduación alcohólica de 43%. Es sabroso, suave y de gran carácter. Se consigue en la botella de 750ml a un precio sugerido de 610 pesos.
Por su parte, Evan Williams 1783 es una extensión del anterior que se produce de forma limitada con sólo 80 barriles seleccionados a mano. Es un bourbon extra añejo y fue reconocido como “The Best Whiskey Value in the World, Bar None” por la Revista Wine Enthusiast. Se comercializa a 790 pesos.
Fundada en 1783 en Kentucky, Evan Williams es la primera destilería de Estados Unidos. En la actualidad, los encargados de crear los bourbons de la marca son Parker y Craig Beam, padre e hijo, quienes son séptimo y último eslabón de una larga tradición familiar en la actividad.
Link a la nota: https://www.planetajoy.com/?Evan_Williams_volvi%F3_a_la_Argentina&page=ampliada&id=9905
Datazos para celíacos: lugares y servicios de comida sin TACC
Una selección de propuestas para comer sin gluten
Tene esta lista a mano para que te salve cuando necesites algo rico y sin gluten.
GOUT
Qué encontrás: un cafecito con onda europea y todo tipo de cosas tentadoras para llevar. Entre lo más pedidos, hay macarrones, cake pops y scones de frutos rojos que conviven con cupcakes, el clásico cuadrado de coco y dulce de leche y la carrot cake.
Precios: macarrones, desde $25 cada uno.
IG: goutglutenfree.
BUBU'S BAKERY
Qué encontrás: cosas dulces riquísimas "to go". Vos le hacés el pedido a Malaki (la dueña del emprendimiento) con 48 hs. de anticipación y podés tener en casa tortas, cuadrados, alfajorcitos de dulce de leche, cookies o minitartaletas de dulce de leche que son una bomba. Podés pedir online, por teléfono o vía Instagram.
Precios: tarta de frutillas, $440; torta Choconsuelo, $470.
IG: bubusbakery.
rojaS gluten free
Qué encontrás: es un "Disney" para celíacos, un supermercado íntegramente dedicado al universo libre de gluten. También venden productos de cosmética y tienen una barra para comer. Todos los días hay un menú diferente. ¡Y tienen venta online!
Precios: el kilo de harina de trigo sarraceno para hacer pastas, $90.
IG: rojasglutenfree.
NEW GARDEN
Qué encontrás: de todo para los celíacos, pero además muchísimos alimentos saludables, orgánicos, semillas, especias, blends de té, frutos secos, frutas deshidratadas... Todos los productos sin TACC están certificados y tienen el logo.
Precios: ¼ kg de mix de frutos secos, desde $25.
IG: newgarden.villares.
CELIGOURMET
Qué encontrás: es la primera pastelería sin gluten de Argentina. Pero además de los dulces, encontrás productos congelados, snacks como papas fritas, crackers o granola y tortas para llevar.
Precios: alfajores de maicena, $42; chocotorta, $70, y torta bombón, $65.
IG: celigourmet.
CURSOS Y CLASES
Qué encontrás: si tenés ganas de aprender algo (o más) sobre la cocina libre de gluten, podés hacer los cursos que dicta Ale Temporini, que es especialista en este tipo de cocina. Los cursos tienen diferentes temáticas (por ejemplo, pizzas y empanadas, brunch, pastas, panes, cumpleaños) y son presenciales una vez por mes. Pero también podés engancharte con la modalidad online.
Precios: curso de 3 horas, $500.
IG: aletemporini.
PUERTO CRISTAL
Qué encontrás: es un clásico de Puerto Madero que hace ya muchos años capacitó a su personal para dar un muy buen servicio para celíacos con una carta separada del menú original y platos sin gluten especialmente seleccionados. Además, te dan una panera sin TACC (¡clave!).
Precios: los fetuccini a la crema, $280.
IG: puertocristal_restaurant.
DESPACHO DE SABORES
Qué encontrás: comida rica y saludable, 100% gluten free. Para desayunar, brunchear, tomar el té, almorzar o cenar. Nela, su fundadora, es chef y nutricionista. Toda la pastelería es riquísima, pero la carrot cake es claramente la estrella.
Precios: $250 por persona el almuerzo. Cuadraditos dulces, desde $70.
IG: despachosabores.
VICHENZO
Qué encontrás: una casa de pastas libre de gluten. Hay desde fideos rellenos hasta ravioles, canelones, pizzas, wraps, tartas, unos panes de otro planeta, croissants rellenos y mucho más.
Precios: las cintas cuestan $180 el kilo, o podés llevar la porción (para dos) por $90.
IG: vichenzo_sin_tacc.
IMPERDIBLES SIN TACC
Si tenés hijos celíacos, el nuevo libro de Dolly Walsh, Cocina sin gluten para niños, es ideal para encontrar recetas fáciles y sanas para hacer en casa y para las viandas del cole (Grijalbo, $469).
¿Acabás de descubrir que sos celíaca? No desesperes: la Asociación Celíaca Argentina (@asociacion.celiaca) hace reuniones informativas mensuales y semanales en distintos puntos de Buenos Aires para ayudar a los "celíacos principiantes" a comprender mejor los cuidados que deberán seguir (y además, siempre comparten cosas ricas en los encuentros). También hacen talleres de cocina y muchas más actividades. Averiguá en www.celiaco.org.ar.
Si sos fan de las apps, no podés dejar de descargarte Libres de Gluten, que, hasta sin wifi, te permite identificar si un producto o un lugar es apto para celíacos. Es gratuita y está disponible para Android, no todavía en iOS. También está MobiCeliac Argentina: es una guía de productos, ingredientes, medicamentos y establecimientos celiaco-friendly. Esta sí, ya está disponible en iOS.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2077555-datazos-para-celiacos-lugares-y-servicios-de-comida-sin-tacc