martes, 4 de octubre de 2016

Revista Planeta Joy - Mano a mano con Pablo Lorenzo, el rey de la cocina rica y saludable

Mano a mano con Pablo Lorenzo, el rey de la cocina rica y saludable

Dueño de Tea Connection, de Grean Eat y del flamante Inside Tea Connection, asegura que "la vieja escuela de la papa y la carne no va más".

“Nacimos de un Powerpoint”, reconoce Pablo Lorenzo cuando tiene que explicar los inicios de Tea Connection hace poco más de diez años. Él tenía apenas 30, venía de trabajar como Brand Manager en Arcor y en Trapiche y se había juntado con dos socios, también muy jóvenes Alejandro Cilley y Ato Vidou y entre los tres habían logrado reunir 100.000 dólares.

No hay épica en un Powerpoint. Tampoco una historia romántica y trasnochada como puede haberla en el comienzo de otras marcas pero Lorenzo, Cilley y Vidou tenían una idea y supieron llevarla adelante. En menos de una década se convirtieron en los referentes de la comida rica y saludable, y montaron una empresa en la que trabajan 750 personas y que incluye (por ahora, porque siempre están abriendo uno nuevo): 15 locales de Tea Connection, 9 de Green Eat, uno de Inside Tea Connection y un laboratorio creativo para marcas llamado Palo Borracho. 
Este año cumplen diez años con Tea Connection. ¿El aniversario les sirve para hacer un balance?Evaluamos anualmente lo que hacemos, venimos los tres de la parte de empresas y eso lo heredamos. La excusa de los diez años nos da impulso para preparar un año más cargado de estímulos y acciones. Queremos seguir encontrando un lugar diferente, propio, en la categoría de deli, que se volvió súper competitiva. 
¿En qué les sirvió no venir de la gastronomía?Nos sirvió un montón. Quien viene de afuera llega mucho más liberado de preconceptos y liberado en cuanto a las cosas que imagina que pueden estar sucediendo y todavía no suceden. Más libre para pensar lugares distintos.

¿Qué fue lo más complicado de no conocer el terreno?Armar el primer local fue complicado, tuvimos que organizar muchas cosas y no teníamos experiencia. Me acuerdo que el local (Uriburu y Pacheco de Melo, Barrio Norte) antes era una casa de fotos. También fue complicado crecer como organización, ir encontrando qué habilidades necesitás desarrollar. Hace muchísimo que esto no es un proyecto de pocas personas sino de un equipo. Todo esto plantea un desafío porque vos te estás preparando para crecer y no solo en la Argentina, sino a nivel global. En algún punto te comparás con marcas que todavía no están acá, en ese camino tenés un montón de complejidades. 
 

¿Cuántos locales de Tea Connection tienen?Acá en Buenos Aires estamos haciendo el número once, en Santiago tenemos tres, en San Pablo uno, en México otro. Green Eat estamos inaugurando el número nueve solo en Buenos Aires. Cuando teníamos tres locales de Tea ya estábamos todos tomando clases de portugués y cuando teníamos cinco en la Argentina ya estábamos abriendo el local en San Pablo. Con Green Eat lo que estamos buscando es armarnos más, con estándares más altos que con Tea. Es una marca más fogueada.

¿Cómo es un local de Tea en Buenos Aires y en México? ¿Qué comparten y qué no?En México y en Brasil el desafío fue tropicalizar la marca. Hacer que la gente se sintiera atraída hacia el mundo del té en países productores de café. Hay un mito de que el té es una bebida tradicional, que solo se bebe como una infusión caliente, cuando en realidad es un mundo infinito. Tuvimos que derribar este preconcepto. Entrar con los iced teas, combinarlos con frutas tropicales y crear un universo de sabores nuevo. También tuvimos que entender los sabores locales y la propuesta de las comidas, que tanto en Brasil como en México son muy diferentes. En México hay todo un trabajo de picantes y un desarrollo gigante de desayunos. Acá en la Argentina si bien el hábito del desayuno creció más, es muy fácil pasarlo por alto. Allá es la principal comida. Todo eso te obliga a relacionarte con cocineros, materias locales, con clientes locales para ir encontrando el lugar adecuado. Es un mercado súper competitivo.

No es un muy buen momento para la gastronomía, ¿cómo hacen para seguir creciendo?Estamos enfocados en tendencias crecientes. La gente quiere pasarla muy bien comiendo cosas que hagan bien y que no los maten en precio, que puedan volver.  Seguimos creciendo en visitas actualmente. Aunque la situación esté difícil, es parte de la coyuntura general. Esperamos que los próximos años cambien, una vez pasada la transición difícil. Por suerte la gente nos sigue eligiendo y nosotros somos súper respetuosos con eso. 


¿Se equivocaron muy mal en alguna decisión?Sí, en nuestro segundo local. Lo abrimos en Puerto Madero y lo tuvimos que cerrar. En esa época, comercialmente la zona era muy floja. Pero eso nos permitió tener después un criterio de selección de locales mucho mejor. Después de eso tuvimos experiencias mejores. La locación es súper importante, aunque no es lo único.

¿Por qué no trabajan con modelo de franquicias?Porque hasta ahora pensamos que era lo mejor para aprender y estar cerca de los clientes,  y para poder armar bien el sistema de marca. En el futuro podemos armar un sistema de franquicias.

¿Es más rentable un sistema self-service como el que tienen en Green Eat?En términos de rentabilidad Green Eat y Tea Connection están parejos, cada marca tiene sus aspectos fuertes. En Green Eat el esfuerzo que genera que todo esté bien exhibido conlleva costos, porque nos preocupamos porque los materiales sean de muy buena calidad. Siempre tenemos que lidiar con la estructura de costos pero es parte de lo que debemos resolver. No estamos para bajar calidad sino para encontrar el equilibrio.

Este tipo de lugares generan un montón de packaging y de residuos: bolsitas, servilletas impresas, carteles, papeles, cajas. ¿No es contradictorio con el mensaje saludable y ambiental que dan desde el discurso? Sí, estamos de acuerdo con eso, pero también hay muchas cosas que vienen de la mano de avances tecnológicos. En los momentos previos a que hubiese restricciones con la importación nosotros llegamos a contactarnos con productores que tenían la posibilidad de generar packs con algas que eran residuos de la industria marítima. Nosotros reciclamos, separamos, hacemos todo el esfuerzo para resolver el problema. No usamos prácticamente ningún plástico, todo el cartón y papel es de productores que reforestan. Muy rápido eso va a ir hacia un lugar mejor. Nos da mucha satisfacción que todo lo que se come en nuestros lugares parece no ser de Argentina: la incidencia de carnes rojas que hay es mínimo, los alimentos vegetarianos y veganos representan alrededor de un 45%, todas las bebidas son en base a agua y jugos de fruta, las gaseosas representan también menos de la mitad. Estamos generando hábitos saludables y que tienen que ver con el medio ambiente.


¿Cómo arman la carta?Es un equipo grande que trabaja en tendencias y sabores a nivel global, junto con nuestro chef ejecutivo, Takehiro Ohno. Cambiamos la carta tres veces por año, es un momento muy importante. Invitamos cocineros de afuera que nos aportan otra mirada.

¿Qué observás en cuanto a tendencias saludables? Estamos trabajando un montón sobre súper comidas, de productores locales y orgánicos, hay un montón de productores mejores ahora, de quínoa, kale, de brotes, hojas baby. Hay yogures orgánicos de impresionante calidad, donde se cuida no solo que la leche sea fresca sino también qué alimentos come la vaca. Nos gustan los productores chicos. Estamos aprendiendo a comer mucho más variado, la vieja escuela de la papa y la carne ya no va. Hay mucho lugar para incluir cosas que vienen del mar, para ampliar la cantidad y variedad de especias. Todo eso hace que lo que vos entendías por comida saludable aburrida ya no sea así. La percepción está cambiando, hay un montón de desarrollo sobre verdes, especias de calidad. Hay una noción más clara de que el origen de las cosas cuenta y define el plato.

En Green Eat el pescado que en general se ofrece es el salmón que no es local y que últimamente está muy cuestionado. Nos preocupamos mucho por la calidad del salmón. ¿Sabés lo que nos gustaría? Que gracias al salmón la gente se animara a comer más pescados blancos. Para alguien comer sano puede ser comer una ensalada caesar con pollo y una gaseosa light, es el primer pasito. Con el pescado pasa lo mismo, de a poco lo introducimos para desarrollar hábitos saludables, tenemos abadejos, camarones y langostinos que vienen de la costa argentina. Igual todavía queda mucho desarrollo. Nos matamos por pensar de qué modo la gente puede comer un pescado blanco y no extrañar el salmón. Hay muchas marcas que se paran sobre algo que funciona y se quedan con eso, pero nosotros pensamos de otra manera.

¿Qué tipo de competencia les representa Le Pain Quotidien?Durante mucho tiempo no vinieron marcas de afuera. Le Pain es una de las marcas que nos encanta y entendemos que disputamos ocasiones de consumo. Hace bien que haya competencia, va obligando a mejorar y a que nadie se duerma. Así como vos aprendes, ellos también aprenden de lo que hacemos y entre todos elevamos un poco la vara.

¿Tienen planes de abrir locales en el mercado anglosajón?Súper. Sí. Esperemos que pase de acá a tres años. Nos estamos preparando para los mercados triple A: ciudades de Estados Unidos que nos parecen cercanas y de Europa, para el lado de Londres y también para el lado continental. Hay mercados muy lindos y la experiencia de desembarcar e ir de a poquito nos va a motivar toda la vida. Es un desafío profesional y las cosas no suceden de la noche a la mañana, para eso tenés que pasar 15 años aprendiendo. 


ICED TEA Y SELF SERVICEA Tea Connection y Green Eat, Lorenzo y sus socios están sumando una nueva marca en torno al mismo concepto, aunque diferente. “La estamos presentando en el Dot y se llama Inside Tea Connection –explica–. Es como una extensión de Tea, aunque pone mucho más el foco en todas las posibilidades del té. Tiene una barra donde se ofrecen bebidas té con todos los ingredientes 100% naturales, para que el cliente conozca el té de distintas maneras, principalmente con el iced tea. También ofrece productos y comidas que sabemos hacer, más con formato Green Eat, listas para llevar. Podés comer ahí pero es self service, en el mundo del té eso no existe. En Tea el énfasis está puesto en el encuentro, pero en Inside podemos mostrar el producto mucho más en profundidad. Esto hace que nos contactemos con productores con una calidad increíble tanto en Japón como en India o en Taiwán.”
Link a la nota: http://www.planetajoy.com/?Mano_a_mano_con_Pablo_Lorenzo%2C_el_rey_de_la_cocina_rica_y_saludable_&page=ampliada&id=8922

La Nación - Entrevista - Borja Blázquez: "Cocinar es sumar cultura"

Borja Blázquez: "Cocinar es sumar cultura"

A un año de la inauguración de Casa Borja, en San Telmo, el afamado chef español cuenta cómo empezó y por qué eligió la Argentina
PARA LA NACION
SÁBADO 01 DE OCTUBRE DE 2016

Foto: Marcelo Gómez
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Cuando cumplió 16 años, Borja Blázquez se presentó frente a su padre y le pidió una reunión formal en su oficina. Allí le dijo que quería dejar el colegio para dedicarse a aprender a cocinar. También se comprometió a buscar un trabajo de verano, para pagar el primer mes en su escuela de cocina.
"Le dije que si después del primer mes quería seguir adelante, él tendría que continuar pagándome la escuela de cocina, porque yo tenía 16 años por el momento, así que le dije: bueno, te toca porque es la edad que tengo. De todas formas, si no me llega a gustar, no habrás perdido nada, yo habré trabajado para pagar ese primer mes y a partir de ahí veremos cómo seguimos", recuerda Borja, de espíritu inquieto, el inicio de su trayectoria en la gastronomía.
Después de estudiar en Casa Armendáriz ingresó a las mejores cocinas ibéricas para continuar su formación: se desempeñó como ayudante de cocina en El Bulli, mítico restaurante de Ferran Adrià; también en Arzak y Zuberoa, célebres en todo el mundo. A los 20 años viajó a Brasil para manejar un restaurante junto a dos argentinos, en Praia do Rosa. Una cosa llevó a la otra, hasta que en 1997 se instaló finalmente en Buenos Aires. Nacido en San Sebastián, hace diecinueve años que vive en la Argentina. "Vine con todo lo que tenía: cinco años de cocinero, dos mil dólares ahorrados y el pasaje de ida y vuelta", asegura.
El 3 de julio de 2015 inauguró Casa Borja (Carlos Calvo 571), restaurante que lleva su firma en el barrio de San Telmo, especializado en tapeo español genuino y cocina mediterránea, entre los más prestigiosos de la ciudad.
-¿Qué te atrapó de Buenos Aires?
-El movimiento, la sensación de posibilidades, de que aquí se crecía más de lo que había visto que se crecía en San Sebastián. Yo sentía que un año de vida aquí puntuaba, en experiencia de vida, laboral y personal, como dos años o más en España, o al menos en mi ciudad. Aparte la idiosincrasia y el clima. Aquí hay sol casi 300 días al año, eso me gusta.
-¿Cómo es hoy tu vida cotidiana?
-Bueno, vivo en San Telmo, y la mayor parte del tiempo me ocupo del restaurante: proveedores, gerencia, números, contadores, clientes y tal. Los martes además doy cursos de cocina, y los jueves dicto clases con cenas de degustación y maridaje. Después tengo viajes, hago cenas para algunas empresas en Mendoza, Tucumán o Neuquén. Por lo demás tengo una perrita de un año, una fox terrier increíble que sacamos a pasear con Flor, mi pareja. Cocino en casa y me ocupo de mi parte personal lo más dignamente que esté a mi mano.
-¿Sos de salir a comer?
-Sí, claro, salimos mucho a comer, tenemos nuestros restaurantes preferidos para ciertos planes, tratamos de ir a lugares distintos, lugares nuevos, para enriquecernos gastronómicamente y culturalmente.
-¿Cómo evolucionó el hábito de sentarse a comer?
-Pues bien, sentarse a comer, antiguamente, era reparar el cuerpo, restaurarlo. De allí el nombre del restaurante. Sin embargo, desde hace unos años hasta aquí eso cambió mucho, ya que antes nos sentábamos fundamentalmente para alimentarnos. Hoy por hoy nos sentamos para alimentarnos, pero también para culturizarnos, para disfrutar increíble y recordar ciertos platos hasta 20 años después. Creo que antes era sentarse a comer y ahora es sentarse a tener una experiencia de vida.
También sos timonel. ¿Cómo te iniciaste en la náutica?
-Comencé a los 14 años en el barco de un amigo. Luego no navegué más hasta que a los 25 retomé aquí en la Argentina. Me gusta navegar. Soy timonel y ya casi tengo el carnet de patrón de yate. Ahora tengo un velero y bueno, eso cubre la parte más privada en que me cuido a mí mismo. Antes salía todas las semanas, ahora salgo lo que puedo. El velero lo tengo en Puerto Madero, porque no manejo coches y necesito tenerlo cerca.
-¿No manejás autos por algún motivo especial?
-Nunca me llamó la atención, y después no me siguió llamando la atención. Cuando eres niño dices, yo cuando tenga un coche quiero tener tal o cual. Yo decía bueno, cuando pueda tener un coche? quiero tener un barco. A mí no me interesaba tener un coche, me interesaba tener un barco, era lo único que quería, y me lo pude autorregalar a los 30 años. Y bien, muy bien.
-¿Qué te atrae de la náutica?
-La ciencia, porque tiene mucho de eso. Y al igual que en la cocina, una vida entera no es suficiente para aprender todo lo que puedes aprender. Desde niño tengo el sueño de cruzar el océano en barco, un sueño que aún conservo. Aparte, para un extranjero como yo, con ganas de aprender un montón de cosas distintas, me parecía que era un buen complemento. Después de ocho años en el país pude hacerme con él, y es increíble.
-¿Hay conexión entre la gastronomía y la navegación?
-Por supuesto, los cocineros tenemos que ser prácticos, y los navegantes, de alguna manera, también. En la náutica, la gastronomía forma una gran parte de la situación, porque es la parte donde te mimás, cuando el entorno o el clima muchas veces no lo hace. Entonces la cocina es una cosa muy, muy importante en la navegación. Por otro lado siento que las dos son de acción inmediata, de responsabilidad directa. Tomás una decisión en la cocina y te repercute ese mismo servicio. Tomás una decisión en la náutica y te lleva a vivir o a morir en las siguientes horas. Las decisiones te vuelven inmediatamente.
-¿Cuál es tu sello personal como chef?
-Después de 23 años de haber viajado mucho y todo lo demás, me encanta estar aquí, me encanta cocinar, me encanta dar servicios y me encanta ir a todas las mesas. Después de este recorrido, que ha sido largo, todavía estoy enamorado de eso. Por lo demás, soy un tipo con fidelidad, nobleza y lealtad, como dice el escudo de mi ciudad.
Para terminar, ¿qué significa cocinar para Borja Blázquez?
-En primera medida, cocinar es dar, es conectarte con la naturaleza, con las cosas buenas de las personas, con las cosas nobles, conectarte con la responsabilidad, con el buen hacer, con la honestidad; cocinar es conocer, es viajar, sumar cultura. Y eso quiere decir que siempre puedes seguir aprendiendo y siempre puedes mejorar. Incluso es más complejo que todo eso. Cocinar es un modo de vivir.

Esa cerveza bien merecida

A la hora de darse un gusto, Borja no lo duda y se inclina por una buena cerveza rubia. "Muchas veces como un premio a algo que haya hecho. Vengo de un viaje tal o cual, o después de haber hecho muchas cosas, y abrir una cerveza es premiarme un poco", admite el chef, y asegura que en Buenos Aires existe cada vez una mayor cultura de la cerveza para la degustación.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1942982-borja-blazquez-cocinar-es-sumar-cultura

La Nación - Personajes - Dos pesos pesados en una cena de lujo en la Costa Azul

Dos pesos pesados en una cena de lujo en la Costa Azul

Un cronista compartió una comida magistral con Mauro Colagreco y Virgilio Martínez en el restaurante Mirazur
LA NACION
SÁBADO 01 DE OCTUBRE DE 2016

Mauro Colagreco y Virgilio Martínez, junto al selecto equipo de Mirazur
Mauro Colagreco y Virgilio Martínez, junto al selecto equipo de Mirazur. Foto: Jerónimo Paz Clemente
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MENTON, Francia.- De pie sobre el muelle de la pequeña marina de Menton, vestido con su chaqueta blanca de chef, Mauro Colagreco charla despreocupado acerca de la pesca y de la vida. Lionel, su interlocutor, es el propietario del pequeño barco blanco que allí se encuentra amarrado -el Prosper-, y es quien provee algunos de los pescados y mariscos que se lucen en la carta de Mirazur, restaurante que ocupa el puesto número 6 del ranking de los 50 Mejores Restaurantes del Mundo, y que esta noche ofrecerá una de las exclusivas cenas con las que celebra su décimo aniversario en este rincón de la Costa Azul.
La de esta noche es una cena muy especial. Este chef platense de 39 años, con dos codiciadas estrellas Michelin en su haber, compartirá cocina con su colega y amigo Virgilio Martínez. Chef de Central, Virgilio viajó desde Lima especialmente para la ocasión, trayendo consigo siete valijas repletas de ingredientes para sus platos. Granos andinos y un corazón de vaca deshidratado en cacao son algunos de ellos.
También hizo el trayecto Lima-Amsterdam-Niza un exótico pescado del Amazonas curado y luego refrigerado en hielo seco, junto con plantas tintóreas provenientes del Perú profundo utilizadas para dar color a las comidas. "Hacemos una cocina de muchos elementos porque tenemos la suerte de estar en una de las regiones más biodiversas del planeta, y teniendo esta cantidad de productos me da mucha lástima no poder mostrarlos todos", se excusa Virgilio, sentado frente a la barra de Mirazur, con el tono de aquel que frente al mostrador de una aerolínea trata de justificar el sobrepeso de su equipaje.
Tres autos fueron necesarios para transportar las maletas, dice con naturalidad este limeño de 39 años. "Traigo también semillas para que Mauro cultive en su huerta. ¡Me gusta que la cocina viaje!", agrega quien es hoy un indiscutible embajador de la cultura del Perú [Central ocupa el número 4 del ranking de los 50 Mejores Restaurantes del Mundo, y el martes último fue elegido por tercer año consecutivo el número uno del ranking de América latina].
Mauro elige el pescado que va a cocinar en el pequeño puerto de Menton
Mauro elige el pescado que va a cocinar en el pequeño puerto de Menton. Foto: Jerónimo Paz Clemente
Es casi mediodía. El amplio ventanal que da la espalda a los Alpes Marítimos sobre cuya escarpada falda descansa Mirazur ofrece una panorámica de postal: el turquesa del Mediterráneo de fondo, las viejas casas amarillas y naranjas de Menton a la izquierda y, abajo, cerca del pequeño faro, el muelle donde seguramente descansa el Prosper. Mientras Virgilio habla con un reducido grupo de periodistas, Mauro se dirige hacia la cocina, ya que en cuestión de minutos comenzará el servicio del mediodía.
Cuando la charla con Virgilio finalice, seguiremos sus pasos. En la cocina, Mauro comanda la reunión que tiene como eje la mesa ovalada cuyos bordes llevan escrito un versículo -"de protección", dirá Mauro- extraído de la Biblia, y que hace de frontera entre los fuegos y el pasillo que conduce a los salones; de un lado, cocineros; del otro, mozos y sommeliers. En francés describe a su audiencia los platos que se servirán este mediodía. Detrás, un cartel exhibe una frase que lleva la firma del "Che" Guevara: "Seamos realistas, hagamos lo imposible". En otra pared hay una foto en blanco y negro de Amalia, la abuela del dueño de casa, retratada amasando pasta.
Alguien del equipo de cocina despliega una lista sobre la mesa. Ésta consigna no sólo los nombres de los comensales que han hecho reserva para el almuerzo, sino también sus profesiones y lugares de procedencia. Y lo más importante: si es la primera vez que vienen a Mirazur; o, si ya han venido, incluye un detalle de los platos que les han sido servidos con anterioridad.
"Tenemos archivadas las fichas de lo que comieron todos los que han venido, para que si una persona vuelve a Mirazur no repita el plato", contará después Mauro delante de un mueble lleno de biblioratos que registran años de cenas y almuerzos. Las fichas también registran preferencias alimentarias, así como alergias u otras condiciones (embarazo, por ejemplo) para tener en cuenta.
"Tengo que ponerme en los pies de cada persona que está sentada a la mesa", comentaba minutos antes Virgilio, en sintonía con este muro de información que ahora está delante nuestro. "Pregunto mucho quién viene, cuáles son sus expectativas, por qué viene... ¡A veces hay gente que ha viajado para venir al restaurante! Para mí, la gente tiene que salir más que feliz, alucinada."

El mercado, la huerta y el vino

Es la hora de la siesta cuando acompañamos a Mauro y a Virgilio a la huerta del restaurante. "En Mirazur no tenemos carta, cocinamos con lo mejor que nos ofrece día a día el mercado. Por eso decimos que no tenemos cuatro temporadas, sino 365", cuenta Mauro. Cocina de mercado es una definición que hermana a ambos chefs y que -sencilla de enunciar, pero compleja de llevar adelante- describe el uso de producto fresco, de estación, obtenido de la mano del propio productor (cuando no cultivado por uno mismo), en un intercambio que enriquece a todos los eslabones de la cadena que culmina en la mesa.
La sintonía fina en el armado de la red de productores que abastecen a Mirazur -uno de los "secretos" de su cocina, según la organización 50 Best Restaurant- quedó expuesta a media mañana, en nuestro primer encuentro con Mauro, tras visitar el mercado de Ventimiglia, que a pocos kilómetros de Mirazur, cruzando la frontera con Italia, le provee frutas, verduras y quesos. "Hoy, miércoles, no era un buen día para ir -nos aleccionó-. Los jueves y sábados hay mejor mercadería; son los días que los productores bajan de la montaña."
Ventimiglia en Italia, el Prosper en el Mediterráneo y la huerta aquí, en el extremo este de la Riviera Francesa por el que ahora caminan los dos chefs en busca de ingredientes para la cena constituyen los puntos cardinales de la cocina de Mirazur, que hoy se enriquecerá con las maletas y el savoir faire de Virgilio. Los vinos que se servirán en la velada serán el lazo que cerrará una experiencia que promete ser inolvidable.
De regreso de la huerta, Rodrigo Calderón, wine specialist a cargo de la selección de los vinos de esta noche, sirve unas copas para que Mauro y Virgilio los prueben. Los 11 pasos de la cena serán acompañados con los exclusivos vinos de parcela de Catena Zapata -entre los que se cuentan el Fortuna Terrae Malbec que recientemente obtuvo 100 puntos del crítico James Suckling-, para concluir con un Château Lafite Rothschild 2007.
"Contar con vinos argentinos en la celebración de Mirazur es un condimento magnífico", dice Calderón, y señala la conexión entre los vinos argentinos y francés elegidos: "Entre los viñedos Adrianna, en Gualtallary, y Lafite, en Pauillac, existen puntos en común pese a la distancia y las diferencias culturales de cada región: el respeto por la naturaleza de cada terroir y la búsqueda de excelencia absoluta". [La conexión incluso se refleja en la unión de ambas bodegas para la creación de los vinos Caro.]

Con el corazón en la mano

Puntual, a las 20, los 55 comensales toman asiento en el salón principal de Mirazur. Francés, inglés, italiano, porteño..., distintos acentos se dejan oír en los gestos de exclamación que suscita la llegada de los platos. Acompañado de una copa de champagne Billecart-Salmon, el amuse-bouche sorprende: los mozos han dejado sobre las mesas unas masas informes de arcilla gris, sobre la que descansan pequeños bocaditos. No faltan comensales que dudan qué de todo esto se come.
Perfectamente sincronizado, el personal de servicio lleva y trae los platos, renovando y expandiendo nuestra capacidad de asombro. En ellos toma forma el contenido de las siete valijas de Virgilio, creativamente integrado con la pesca del Prosper, los frutos de la huerta de Mirazur y los ingredientes del mercado de Ventimiglia. Así pasan platos con nombres como diversidad de maíz, colores del Amazonia o la "tunta": papa de altitud extrema, servidos en bols de vidrio y en platos de distintos diseños y colores. Los vinos hacen su parte. Se alteran dos chardonnay durante la mayor parte de la cena: White Bones y White Stones, que "apoyados en su acidez y salinidad limpian la boca y permiten seguir apreciando la comida", apunta Calderón.
Pero hay un momento de la noche en que todas las miradas apuntan a un solo lugar. Ocurre cuando de la escalera que conduce a la cocina emerge Mauro, que se acerca a saludar a las mesas con la mayor naturalidad posible. Sin embargo, la recepción se asemeja a la de un rockstar: celulares en mano, los comensales no dejan pasar el momento de la selfie, en el que se retratan junto al chef que esa misma noche -mientras ellos estrechan su mano- aparece en la televisión como jurado del reality Top chef Italia.
Luego, más tarde, será el turno de Virgilio, quien recorrerá las mesas con un plato sobre el que descansa una aparente piedra cubierta de ¿tierra roja? El chef de Central cuenta que se trata de un corazón de vaca deshidratado en cacao. Su recorrido precede a la llegada del plato previo a los postres, el único que incluye carne vacuna -¡la del corazón!- y que es acompañado de tres grande tintos. Los malbecs Mundus Bacillus Terrae y Fortuna Terrae son servidos al mismo tiempo que el cabernet sauvignon (con un toque de merlot y una pizca de petit verdot) Château Lafite Rothschild, invitando a los presentes a explorar los maridajes.
La hora de los postres, dominada por un delicioso plato de impronta peruana que mezcla cacao, coca y arcilla, abre paso a la llegada de todo el equipo de cocina de Mirazur, que liderado por Mauro y Virgilio toma el centro del salón para agradecer a los comensales el haber participado del festejo de los 10 años del restaurante. La gente se levanta de las mesas, primero para tomar fotos con sus celulares; luego, cuando termine el breve discurso, para aplaudir. La escena no difiere mucha de la de una improvisada conferencia de prensa.
Cuando la cena termina, algunos bajamos a la cocina (en el camino nos hacemos de una botella de Château Lafite Rothschild). Mauro nos recibe con una sonrisa y pregunta: "¿La pasaron bien?" Cuesta poner en palabras la avalancha de sensaciones de la cena. Suena al unísono un "¡sí!" Mauro pide copas para brindar.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1942966-dos-pesos-pesados-en-una-cena-de-lujo-en-la-costa-azul

Telam - Provincias - Lanzaron el Sello de Distinción de la Gastronomía Neuquina

Lanzaron el Sello de Distinción de la Gastronomía Neuquina

El Sello de Distinción tiene como objetivo fomentar el consumo y la producción local, además de promocionar los destinos turísticos y la gastronomía regional.

El Sello de Distinción de la Gastronomía Neuquina fue lanzado ayer por la tarde en un acto del que participó el gobernador de esa provincia, Omar Gutiérrez, quien destacó la excelencia de los productos y señaló que "con este distintivo se fortalece el turismo y se estimula el desarrollo de la producción".

Según informaron en el evento, el Sello de Distinción tiene como objetivo fomentar el consumo y la producción local, como así también promocionar los destinos turísticos y la gastronomía regional.

Los principales productos típicos de la gastronomía neuquina son el chivito, el ciervo, la trucha, la pera y el piñón, además de vinos y cervezas artesanales; aunque también figuran la manzana, frutos rojos, cordero, cereza, ñaco y jabalí.

El mandatario indicó que, "como dijo uno de los ches, la gastronomía neuquina nos condena al éxito", y agregó que "no nos damos cuenta de la profundidad de lo que tenemos en nuestras manos: en estos productos también mostramos la provincia del Neuquén".

Por su parte, el subsecretario de Turismo, Andrés Méndez, explicó que el sello es un trabajo que comenzó en abril en el marco del Festival del Chef en Villa Pehuenia, con el objetivo de poner en valor los productos alimenticios.

"Fue un trabajo interesante porque nos fuimos encontrando en todo el interior de la provincia, en reuniones de 60 cocineros, donde se identificaron los productos que pretendemos que queden consagrados en las cartas o en los menús y los restaurantes que quieran adherir voluntariamente a este sello", explicó el funcionario.

"Tenemos que trabajar arduamente para que en toda la provincia todos los restaurantes puedan calificar para ser parte de este sello, que va a culminar con una marca, que es lo que pretendemos", concluyó Méndez.

Hace tiempo que Neuquén está trabajando en la conformación de la identidad de su gastronomía para ofrecer al turista otra opción para disfrutar y experimentar el territorio provincial, con esta iniciativa que genera una oferta consolidada de platos tradicionales en los restaurantes, mercados y con un mapa de rutas gastronómicas.  

Link a la nota: http://www.telam.com.ar/notas/201609/164886-lanzaron-el-sello-de-distincion-de-la-gastronomia-neuquina.html

Revista Planeta Joy - Sushi & Café, un maridaje posible

Sushi&café, un maridaje posible

Nespresso y SushiClub se unieron para presentar una experiencia gastronómica única que, suena rara, pero combina muy bien.

Algunas parejas suenan raras pero funcionan bien, como el caso de la armonización de café y sushi, una aventura en la que se embarcó SushiClub junto a Nespresso, que tiene como resultado una experiencia revolucionaria de sabores. Por ahora, se puede probar por invitación, ¿llegará a la carta de la reconocida cadena de restós?

La experiencia gastronómica de maridaje, que ya se realizó en el local de Cañitas y en el de Puerto Madero, apunta a generar un nuevo registro sensorial para que los clientes de Sushiclub descubran sensaciones innovadoras. En mesas compartidas, los invitados disfrutan del relato sobre la historia del café a cargo de Consuelo León, Coffee Ambassador de Nespresso Austral y una persona que vale la pena escuchar con atención.

Luego, la embajadora enseña cómo se cata un espresso para comprobar su calidad e intensidad. Los asistentes, entonces, degustan dos variedades de la para evaluar la elasticidad y la textura de la espuma, las notas de cata en nariz e intentar descubrir el amargor, la acidez, el cuerpo y el dulzor al tomar un sorbo.

Tras aprender los pasos básicos, llega el momento tan esperado: el maridaje de tres tipos de pieza con café bien frío, al que se lo utiliza en reemplazo de la salsa de soja. Dos variedades de Nespresso se utilizan en el maridaje tan especial: Lungo Forte, una mezcla de arábicas de América del Sur y Central con notas tostadas y un toque sutil de frutas, y el Ristretto Origin India, un café que combina arábicas y robustas del sur de la India, con cuerpo intenso y notas especiadas.

Consuelo guía la cata. En primer lugar, se sumerge un Feel Roll – salmón, queso Philadelphia, negui y kampyo, envuelto en láminas de tamago- en el Lungo. La sensación es sorprendente y en la boca parecen estallar fuegos artificiales: dulce, salado, amargo y vuelta a empezar. En segunda instancia, se disfruta un Soul Roll -relleno de palmito y salmón, envuelto en tamago, recubierto con lámina de queso Philadelphia, bañado con almendras caramelizadas- con la infusión preparada con granos de india. Finalmente, se prueba el sashimi de salmón con Lungo Forte, una experiencia única, cuyos sabores y sensaciones dan vuelta en la mente tiempo después de que se lo probó.

“Este maridaje es una actividad que nos deja sin palabras. Un nuevo registro sensorial para ampliar la paleta de sensaciones”, son las frases justas con la que la experta de café cierra la experiencia innovadora. Los sabores descubiertos retumban en la mente por mucho tiempo. Los clientes, satisfechos con la experiencia, se aprestan a disfrutar de una buena tabla de sushi para la cena. Esta vez, con soja y no con café.

Para más información sobre este maridaje especial, ingresar a la cuenta de Facebook de SushiClub.
Link a la nota: http://www.planetajoy.com/?Sushi%26cafe%2C_un_maridaje_posible_&page=ampliada&id=9050