lunes, 19 de febrero de 2018

Clarín - Ciudades - El cine al aire libre suma espacios en la Ciudad

El cine al aire libre suma espacios en la Ciudad

Será en el Patio de los Lecheros, en Caballito, y en la plaza junto a la Usina del Arte. Proyectarán, gratis, las mejores películas de 2017.
El cine al aire libre suma espacios en la Ciudad
"Antojos de cine", en la Plaza de la Usina del Arte. Una propuesta gratuita para ver películas bajo las estrellas. Sábados y domingos, hasta el 4 de marzo.
El cine bajo las estrellas se convirtió en una de las actividades más concurridas de este verano. Es que a las noches de Autocine en el Rosedal -por las que pasaron más de 30.000 espectadores en seis días-, y al predio que reinaugurará esta noche Tecnópólis para disfrutar de películas en pantalla grande y al aire libre, ahora se suman dos espacios más en la Ciudad.
Se trata del Patio de los Lecheros (en Av. Donato Álvarez y Bacacay, Caballito), conocido así por haber sido la estación de tren a donde llegaba la leche proveniente de los campos del interior del país, y de la Plaza de la Usina del Arte (Agustín R. Caffarena 1, La Boca). En estos espacios arranca hoy la propuesta "Antojo de Cine", donde se proyectarán éxitos de la pantalla grande del año pasado al aire libre, junto a distintas propuestas gastronómicas.
El cine al aire libre suma espacios en la Ciudad
Patio de los lecheros, Caballito. Desde hoy y hasta el 4 de marzo, los viernes y sábados habrá cine al aire libre.
La cita es los viernes a las 21 y los sábados habrá doble función, con películas para los más chicos a las 21 y para los más grandes a las 23, en Caballito. En tanto que en la Usina las funciones serán los sábados a las 21 para chicos y a las 23 para mayores, y los domingos, a las 21.
Todos los días desde las 20 habrá food trucks y containers con distintas propuestas gastronómicas para disfrutar antes, durante y después de las proyecciones.
La entrada es libre y gratuita y si bien habrá mobiliario para acomodarse y ver la función, el que lo desee también podrá llevar su silla o reposera.
Link a la nota: https://www.clarin.com/ciudades/cine-aire-libre-suma-espacios-ciudad_0_rkhsj_4wM.html

La Nación - Emprendedores - La historia detrás de los buscados alfajores que también come el presidente

La historia detrás de los buscados alfajores que también come el presidente

Así se hacían antes, con cuchara y cuchillo, los alfajores de Villa Traful
Era 1992, Patricia Pasarón y Eduardo Dattoli vivían en Villa Traful, Provincia de Neuquén. Él tenía un aserradero y venían de años luchándola para llegar a fin de mes y dar lo mejor a sus hijos: Gerónimo de ocho años y Delfina de tres.
En la estación de servicio de Confluencia (camino a Traful) vendían unos alfajores artesanales hechos en San Martín de los Andes con mucho dulce de leche, y un día mientras los probaban se preguntaron: "¿Y si hacemos alfajores nosotros?". Pero su conocimiento acerca del rubro llegaba a que los alfajores eran redondos y ricos. Entonces hicieron algunos, para probar. Patricia los bañaba con tabletas de chocolate para taza y cuando los agarraba se les pegaban en los dedos. A base de prueba y error una amiga de Bariloche le explicó que tenía que usar el chocolate de cobertura para alfajores. Compró una caja de cobertura, 10 kilos de dulce de leche, hizo una receta para tapitas a su criterio (receta que sigue siendo la misma de hoy), empezó a cocinar y nunca más paró. Eduardo pensaba que iban a comer esos 10 kilos de dulce de leche durante todo el invierno, pero, ante todo pronóstico, a la semana tuvieron que comprar otro tarro más.
En el año 92, cuando iniciaron la producción, no se imaginaban que estos alfajores de Villa Traful iban a tener tanto éxito
En el año 92, cuando iniciaron la producción, no se imaginaban que estos alfajores de Villa Traful iban a tener tanto éxito
Confluencia fue su primer lugar de venta: queda de paso para todo el que va a Bariloche. Un día un señor pidió un café con un alfajor y se quedó enamorado del sabor. Enseguida habló con Patricia y le encargó 50 docenas para su local, "yo en mis ganas de vender nunca calculé cuántos alfajores eran cincuenta docenas, eso era un martes y los quería para el viernes. Cuando caímos en la cuenta de que eran 600 alfajores nos queríamos morir", recuerda hoy con la sonrisa de quien aún no puede creer cómo pasó. "Horneábamos con una fuente pizzera de a cinco tapitas en horno a leña. Un amigo nos prestó una cocina a gas que le conectábamos una garrafa y entre las dos cocinas terminamos. Era algo totalmente antihigiénico: en el almacén nos daban las cajas de fideos, galletitas, le poníamos papel manteca en el fondo e íbamos acomodando el papel vuelta y vuelta. Entregamos el primer pedido, recibimos una fortuna de plata y nos pidió para el otro viernes 500 alfajores más". Cuando le volvieron a entregar le empezaron a hacer pedidos desde otros lugares, así quedó inaugurado lo que hoy son los clásicos viernes de reparto a Villa La Angostura.

Una torta de bodas y la visita del Presidente

"Hace casi veinte años conocimos a una familia encantadora que venía todos los veranos, y la más chiquita que, uno o dos años después cumplió 15 años acá en Villa Traful, me dijo - "El día que yo me case me gustaría que mi torta de casamiento sea un alfajor Del Montañes-, y bueno, así fue" recuerda Patricia que en el año 2011 se inspiraron con Delfina para cumplir el sueño: llevaron a Buenos Aires 30 tortas de alfajor de diferentes tamaños incluyendo la principal de dos pisos, sumado a varias cajas de 36 alfajores para repartir. "El casamiento era el 18 de junio y el 4 de ese mes hizo erupción el volcán de Chile que cubrió todo de cenizas. Teníamos miedo de no llegar, incluso en Buenos Aires se rompió el embriague por la cantidad de cenizas que le entró" recuerdan madre e hija. Pero lograron llegar al casamiento, al cual estaban invitados y las tortas alfajor fueron un éxito "hasta el dj y los mozos se llevaron a escondidas" les contaron luego los novios.
Una de sus clientas pidió para sus 15 una torta hecha con alfajores
Una de sus clientas pidió para sus 15 una torta hecha con alfajores
En el verano del 2017, el Presidente Mauricio Macri visitó Villa Traful para la inauguración del Centro de Convenciones. Patricia y Delfina estaban en primera fila detrás de una valla con la esperanza de poder saludarlo, sin saber que mientras esperaban el Presidente se dirigía para otro lado: "fue al local a comprar alfajores porque le dijeron que son los más ricos de la Patagonia. Las chicas de la fábrica le pidieron sacarse una foto y Macri entró por el depósito, se acercó a saludar y sacar la foto" cuentan entre risas. Después en el Centro de Convenciones se acercó a Patricia, " me felicitó por los alfajores, fue una charlita de 15 segundos pero recontra emocionante, te paraliza, te deja como una sensación tan grata que lo menos que esperás es que un Presidente te diga qué lindo lo tuyo, qué ricos tus alfajores, no te lo esperás. Le escribí una carta que le hice llegar a Villa La Angostura y me respondió". Las semanas siguientes la gente entraba al local en busca de "los alfajores del Presidente", vecinos y amigos les pedían que les cuenten una y otra vez cómo había sido la visita.
María Eugenia Vidal pasó este verano para llevar alfajores que le había pedido el presidente
María Eugenia Vidal pasó este verano para llevar alfajores que le había pedido el presidente
En los primeros días de enero de este año recibieron la visita de María Eugenia Vidal: "Me dijo Mauricio que son los más ricos del mundo, así que le tengo que llevar a él también". Vino solo para comprar los alfajores cuenta contenta Patricia quien jamás imaginó, allá por el año 92, la repercusión que iban a tener sus productos.

El nacimiento de una marca

Para cuando Eduardo y Patricia se dieron cuenta de que podían vivir de los alfajores, decidieron averiguar cómo formalizar el emprendimiento, se inscribieron en la afip, hablaron con bromatología y todos los pasos necesarios. Cuando llegaron al diseñador gráfico para hacer el logo se dieron cuenta de que aún no tenían un nombre, pasaron la tarde leyendo libros, revistas, el diccionario, pensando opciones hasta que se les ocurrió "Productos Artesanales Del Montañes", la idea era no cerrarse solo en los alfajores porque Eduardo proyectaba expandirse con otros productos. El logo surge de una piedra que hay en el Valle Encantado camino a Bariloche que a Eduardo siempre le gustó porque decía que tenía cara de un viejito montañés con sombrero y pipa. Se lo describió al diseñador y el primer dibujo que les hizo les gustó.
Comenzaron en agosto y para noviembre la demanda ya era importante. Una familia de General Roca (ciudad oriunda de la pareja) tenía casa en Villa Traful. Al ir de visita les pareció que el trabajo que estaban haciendo era insostenible: estiraban la masa a mano, amasaban el bollo dentro de una fuente de plástico. Patricia recuerda que le dijeron: "si tenés ganas de crecer tenés que pensar en un horno pizzero y una amasadora. Cuando vayas a Roca andá a verme que te doy una mano. Fuimos y cuando llegamos él y su esposa nos habían averiguado dónde comprar todos los materiales; nos prestaron $6000 que en el año ´92 era una locura; yo no paraba de preguntarme - ¿dónde me estoy metiendo? - pero en enero ya le pude devolver toda la plata".
Eduardo y Patricia en el año 1995, en el primer local que abrieron
Eduardo y Patricia en el año 1995, en el primer local que abrieron
Enseguida pasaron de entregar los alfajores en bandeja de panadería con papel film a hacerlo con papel celofán y de manera individual. Cuando tuvieron la habilitación de bromatología ellos vivían en una casita prestada pero les exigían tener su propia fábrica. En el año ´94 les dieron el permiso para empezar la compra de un terreno y en cuatro meses construyeron la pequeña fábrica, la cocina y el depósito. Así dejaron de lado aquella casa donde cuenta Patricia que "había alfajores por donde miraras, la escalera era toda con bandejas de alfajores, había que ponerse los platos en la falda para comer porque no había espacio en las mesas".
Matilde es la empleada que los acompañó desde el principio, luego se fueron sumando algunas más. Sus hijos ayudaban a pegar los stickers de la marca y toda la familia entera se subía a la camioneta y una vez al mes (hoy lo siguen haciendo) salían a repartir por el valle: desde Piedra del Águila, Chocón, Neuquén, Cipoletti, Allen, Campo Grande y General Roca que queda a 450km aproximadamente. Villa La Angostura, Bariloche y San Martín de los Andes es su fuerte durante el verano.
"Eduardo siempre decía que esto iba a ser nuestra jubilación, y no estaba errado. Entonces teníamos que seguir creciendo para vivir mejor y porque teníamos dos hijos. Las ganancias las invertíamos comprando máquinas para hacer helado, para fabricar dulces, construimos cabañas para alquilar, cambiábamos el auto para los repartos, todo era reinversión. Hasta que en el 2009 decidimos irnos por primera vez de vacaciones, nos fuimos a las Cataratas del Iguazú y al año siguiente a México" cuenta Patricia muy emocionada.

Del trabajo improvisado a un método ordenado

Para rellenar, sacaban el dulce de leche con una cuchara y con el cuchillo empujaban hacia la tapa. Para que queden todas del mismo tamaño idearon una lata que todavía siguen usando, que al ponerla aplasta el alfajor para que queden todos iguales. Era tantas las veces por día que pasaban el cuchillo por la cuchara que el borde de ésta última tomó filo.
Compraron dos máquinas para llenar y cubrir los alfajores, algo que les costó porque están preparadas para las tapitas industriales y ellos las siguen haciendo artesanalmente
Compraron dos máquinas para llenar y cubrir los alfajores, algo que les costó porque están preparadas para las tapitas industriales y ellos las siguen haciendo artesanalmente
En el 2009 les contaron de un señor en Mar de Ajó que hacía máquinas para alfajores. Se subieron al auto y fueron a verlas funcionar. Compraron dos máquinas: una para rellenar y otra para bañar. Al principio no hicieron más que traerle dolores de cabeza: las máquinas funcionaban con tapitas industriales que son todas iguales. Pero como ellos las hacen a mano, no todas quedan exactamente iguales: algunas más delgadas, otras más ovaladas, con el propio encanto del trabajo hecho a mano donde ninguna es igual a otra. Entonces la máquina levantaba la tapita, la empujaba y la rompía; eran alfajores rotos uno atrás del otro. Hasta que lograron encontrarle la vuelta para adaptarla. Así y todo tanto la preparación de la masa, como el armado, emprolijar los alfajores y envolverlos lo siguen haciendo de manera artesanal.

La pérdida del ser amado

Se llenan los ojos de lágrimas de Patricia cuando tiene que hablar de Eduardo, la herida aún no cicatriza. Delfina prefiere no hablar, el recuerdo de su Papá aún sigue intacto. Para una pareja que trabajó codo a codo, que amaba trabajar en familia y moverse juntos de un lado al otro, la pérdida del hombre de familia es un agujero que es imposible llenar. Eduardo falleció en Marzo del 2015 de una enfermedad respiratoria: "Con todo el dolor encima era re difícil tomar decisiones, decir cómo sigo.
Madre e hija, Patricia y Delfina, pensando en un futuro liderado por las nuevas generaciones
Madre e hija, Patricia y Delfina, pensando en un futuro liderado por las nuevas generaciones
Los dos primeros años la que apuntalaba era Delfina, también con sus altibajos subía, bajaba, empujaba, caía, pero yo seguía abajo. Creo que recién las dos un poco este año sentimos que arrancamos con todo a trabajar y a honrarlo a él con lo que él quería que era esto y hacerlo con todo, con mucha fuerza, pensando en crecer y seguir adelante" confiesa Patricia. Sus palabras se inundan de amor y orgullo cuando habla de él: "en los últimos años le gustaba estar al frente del local, charlar con el turista. No hay turista que no te pregunte si es duro el invierno, de qué vive la gente y a él le encantaba charlar, se quedaba en el local horas, a mí me daba la libertad de ir a buscar las materias primas y repartir productos. Durante muchos años su parte era la de hacer el mantenimiento de las máquinas, siempre había algo que solucionar y él era el técnico por excelencia. Le fascinaba construir, decía - ¡Vamos a hacer la heladería! - y en tres meses ya estaba hecha, no porque él supiera, sino de corajudo que era".
Hoy así se ve la entrada de los alfajores Del Montañes
Hoy así se ve la entrada de los alfajores Del Montañes

Delfina, la hija que continúa con el legado familiar

Entre risas, Delfina recuerda algunas anécdotas: "A mucha gente le da intriga o se tientan cada vez que entran a la fábrica, para mí es totalmente normal. Sentir a la mañana el olor de las tapitas recién horneadas es algo natural. Me acuerdo de chica de estar siempre repartiendo alfajores y como era chiquita la visera del auto no me tapaba del sol, entonces yo renegaba porque quería dormir y me pegaba el sol de todos lados; estaba convencida de que nos perseguía porque quería comer alfajores" recuerda entre risas Delfina. A los 15 años se fue a terminar el secundario a Bariloche, luego se fue a estudiar Gastronomía a Neuquén y regresó a su casa para involucrase un poco más con el emprendimiento, "mi vocación se fue para ese lado, al principio me resultó medio por obligación, pero ahora me encanta, tengo proyectos y ganas de hacer cosas nuevas. Da miedo porque es algo grande y reconocido, es una responsabilidad grande pero me gusta" confiesa.
En el 2010 empezó a hacer chocolates, en el verano del 2014 abrió su propio salón de té al que luego le incorporó comida salada. Junto a Mariano, su pareja y apoyo, reparten los productos y él construye los exhibidores que ubican en los locales. Patricia se llena de orgullo cuando habla de sus hijos: "Ella sola se fue involucrando, lo hace muy bien, tiene ideas renovadoras de la juventud y me encantan. Después de la partida de Eduardo fue ella quien tomó la posta de los repartos, incorporó los dulces y licores. Gerónimo tiene su propia actividad, construye cabañas, trabaja con la madera, no estuvo tan metido en la fábrica, salió más a su padre en el rubro de la construcción". Gerónimo vive muy cerca de ellas con Marianela, su mujer, y dos hijos. "Sin dudarlo Delfina es la que va a continuar. La fábrica ya tiene 25 años y a este presente que es hoy, fue todo ese futuro que proyectamos cuando empezamos, y yo ya delego en ella el futuro Del Montañés, porque sé que tiene la capacidad de hacerlo", afirma su mamá.

Patricia Y Delfina hablan del futuro de los alfajores Del Montañes

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Algunos datos Del Montañes

  • El alfajor que más come la gente es el negro.
  • Recién en el 2017 Delfina logró encontrar en San Martín de los Andes a la persona indicada que le prepare dulce de Frambuesa y Rosa Mosqueta con la consistencia necesaria para que se sostenga dentro del alfajor.
  • En Enero hacen 1200 alfajores por día, usan 53 kilos de dulce de leche y 10 kilos de chocolate
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Planeta Joy - Beber - Feria de vinos veraniega y con aire millennial, vuelve Refresh

Feria de vinos veraniega y con aire millennial, vuelve Refresh

El sábado 24 de febrero, el festival de vinos con foco en el público joven tendrá una segunda edición; te contamos a fondo en qué consiste la propuesta.
Aire libre, buenos vinos y música; ese combo tentador es el corazón de la propuesta de Refesh Wine Fest, el festival vínico para millennials.
Tras una exitosa primera edición, la segunda vuelta llegará el sábado 24 de febrero entre las 16 y la medianoche. 
Según explicaron desde Wine Revolution, la empresa que organiza el evento, “no hace falta saber nada acerca del vino para asistir, ya que es un festival pensado para descubrir nuevas etiquetas y disfrutar de esta bebida como nunca antes”.
En esta ocasión, habrá más de 100 etiquetas de “vinos de verano”: blancos, rosados, espumantes y vinos dulces. Además, podrán disfrutarse cócteles elaborados en base a vino.
Aquí un detalle de lo que ofrece el festival:
Vinos por Estilos y Bodegas: los mismos se presentan en grandes barras donde conviven etiquetas de diferentes bodegas así como en stands individuales y livings vip.
Sesiones de DJ´s: con Oliverio, Influenza & Friends como headliners, junto a NIkö; el line up promete mucho groove y deep house para disfrutar a pleno la experiencia.
Wine Games: juegos para divertirse y desafiar los sentidos, donde se degustan vinos a ciegas para compararlos, sacarse el miedo y aprender de forma lúdica.
PhotoZone: carteles, pelucas, disfraces y otros accesorios divertidos para darle onda a las fotos de la jornada.
Más información:
Sábado 24 de febrero, de 16 a 00.
Dónde: PL DELI, Gorriti 6046, Palermo.
Entradas anticipadas con descuento por tiempo limitado a $350 (+ service charge): www.refreshwinefest.eventbrite.com.ar
FB: /refreshwinefest
Instagram: /refreshwinefest

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La Nación - Vinos - Escapadas, botellas y lujo

Escapadas, botellas y lujo

El vino esconde la magia del lugar en el que nace. Por eso, cuando se beben algunas botellas, revelar el genio del terroir es una de las fantasías más deliciosas a la hora de las copas. La otra fantasía, aun mejor, es convertirla en realidad bebiendo los vinos en el lugar. Nada mejor que la vendimia para ello.
Y mucho mejor todavía la seguidilla de fines de semana largos de marzo.
Para eso, nuestro país ofrece hoy una linda oferta de destinos en materia de terroirs y hotelería. Mientras que son muchos los lugares atractivos, son pocos los destinos que proponen al viajero de las copas un rincón de lujos para el alma y el paladar. Destacamos tres locales, más una yapa oriental.
En los Valles Calchaquíes, destaca de lejos Grace Cafayate. Mientras que el hotel ofrece habitaciones con lindas vistas, las villas proponen casas lujosamente equipadas y algo retiradas, perfectas para el descanso. Reposar en las terrazas por la tarde después de recorrer las bodegas de la zona, copa de cabernet en mano y con la vista perdida entre viñedos y cerros, es una experiencia que le pone dulzor al alma.
Más al norte, en Molinos, la buena noticia es la reapertura de la Estancia Colomé como posada para el viajero del vino que busque soledad. Pequeña y acogedora, demorarse en la galería por la noche, después de una rica cena, abre el cielo a las profundidades de las estrellas que velan por las vides. Pero si de ver el cielo como nunca se trata, lo mejor está a unos pocos pasos, en el Museo de la Luz, con la última instalación montada allí por James Turrel: el Sky, que convierte lo colores del crepúsculo.
En Mendoza, el plato fuerte está en el Valle de Uco, donde Casa de Uco resulta un rincón de diseño y lujoso recogimiento. Dos imágenes valen más que mil palabras: la ventana lanzada hacia los cerros que se abre desde el bar y la última hora de la tarde, cuando el sol incendia las nubes sobre los cerros -algunos nevados- y uno reposa en la cama de la habitación, con todo el panorama desplegado como para uno, que bebe a gusto un malbec jugoso de la región. Eso, si el atardecer no lo encuentra volviendo de algunas de las muchas bodegas del valle que vale la pena visitar.
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Planeta Joy - Comer - De estreno: 3 restaurantes para descubrir lo mejor de la cocina peruana

De estreno: 3 restaurantes para descubrir lo mejor de la cocina peruana

El boom de la gastronomía peruana en Argentina no para y suma tres propuestas para tener en la mira. Desde la esperada apertura de Tanta, de Gastón Acuario, hasta refugios a precios accesibles y repletos de historia.
Con la llegada de Tanta –el proyecto de restaurantes creado por Gastón Acurio– a la Argentina, 2018 comenzó con el pie derecho para los amantes de la buena cocina peruana. Pero, además de esta apertura que lleva el sello del reconocido chef peruano, en el último año otras propuestas se instalaron en la Ciudad para continuar así con la expansión de una de las cocinas más reconocidas del mundo.
Para que vayas planificando tus próximas salidas, te contamos de qué van estas tres grandes aperturas.
Tanta Argentina: cocina peruana casera y honesta 
Para entender porqué este restaurante ya tenía el éxito asegurado aún antes de su apertura, sólo es necesario dar algunos nombres: se trata de uno de los primeros proyectos de restaurantes creado por Gastón Acurio, la cocina está a cargo de Anthony Vasquez –chef ejecutivo de La Mar– y el venezolano Allen Mezzoni –su mano derecha de en La Mar–  es el sous chef.
Juntos diseñaron un menú que reinterpreta las recetas de Acurio y continúa con la línea que Tanta plantea en cada una de sus sedes en el mundo: comida casera peruana, platos abundantes y buena relación precio calidad. El plus: el menú fue adaptado especialmente y ofrece platos con un toque de argentinidad que no se sirven en los otros locales.
“Tanta significa ‘estar juntos’ y ‘par’ y eso es lo que buscamos: la propuesta se basa en la comida peruana tradicional, la que cada madre o abuela prepara en su casa, pero con ciertas similitudes con los platos que se comparten en los hogares de Argentina”, explica Anthony Vasquez. Así es como en Tanta Argentina te vas a encontrar con platos que combinan tallarines verdes con pollo, milanesas o con bife (imperdible El Bife de Anthony el Goloso, con tallarines al pesto limeños y papas a la huancaína; $490), o las clásicas bombas de papa rellenas de carne ($120).
 
Con porciones contundentes pensadas para compartir, la carta incluye platos como la Salchipapas Limeñas (papas fritas montadas con chorizo, salchicha, morcilla y huevos rotos; $120), Jaranita Criolla (papa rellena, anticuchos de corazón o pollo, causa limeña y papa a la huancaína; $320) o Croquetas rellenas de ají de gallina ($90).
Además, hay diferentes propuestas con carne, pastas caseras, montaditos y sándwiches. Y, aunque a diferencia de La Mar acá los platos marítimos no son la estrella, la carta contempla algunas opciones como el Cebiche clásico ($220) o  el Tiradito limeño ($180). Todo presentado en vajilla de artesanos locales y en un imponente ambiente.
Esmeralda 938 (esq. Paraguay), Retiro / www.tanta.com.ar
La Canoa: sabores de la selva amazónica del Perú
Con el objetivo de mostrar una cocina peruana más amplia que la que ya conoce en Buenos Aires, hace seis meses abrió este refugio que está ubicado en una esquina del Abasto, justo en diagonal a la clásica cantina Pierino. ¿Su especialidad? La cocina selvática del Amazonas peruano.
Al frente de la cocina está el chef Andrés Chevy Pielago Fuentes Rivero quien, desde que llegó al país hace 12 años, pasó por las cocinas de La Mar, así como Florería Atlántico, Santé Bar y Shout. Él es el encargado de elaborar los platos que llegan a la mesa así como de conseguir cada producto de origen, pieza fundamental de la propuesta: “Las frutas y los picantes los traemos directamente de Perú”, explica Chevy, “pero, además de utilizarlos en las preparaciones, también los incorporamos a los tragos”.
 
Así es como de la barra de este cálido restaurante diseñado para 45 comensales, salen tragos clásicos como el Pisco Sour y el Chilcano, y otros preparados con ingredientes de la selva como el “Jodido pero Contento” a base de gin macerado con ananá, Aperol, jugo de naranja y chuchuhuasi, un árbol que se reproduce en zona amazónica de Perú, Colombia y Ecuador.
A la hora de comer, la carta fuerte de la casa es el cebiche amazónico ($280) que combina lenguado con plátano, ajíes y frutas selváticas. Pero también vas a poder disfrutar de platos como la degustación de causas peruanas ($350), los Anticuchos de corazón ($140) o la Chaufa de cecina (albóndigas de plátano aplastado con pedacitos de cerdo ahumado; $300).
Lavalle 3502, Abasto / www.facebook.com/lacanoabsas
Puerta del Inca: sabores marítimos de alta gama 
Aunque este restaurante acaba de cumplir su primer aniversario, su apertura aún sigue haciendo ruido. Las razones de su buen recibimiento entre los porteños van desde la prolijidad y variedad de su propuesta hasta su locación: el histórico Pasaje Belgrano donde hoy se encuentra el Cassa Lepage Art Hotel, un lugar con 400 años de historia arquitectónica.
De la mano de su chef Luis Martínez Hizo, nacido en Perú, Puerta del Inca ofrece platos como el Cebiche Clásico (lenguado marinado en jugo de limas, cilantro, ajíes, batata glaseada y maíz frito; $275) o el Ceviche Mixtura (de marisco y lenguado, rabas fritas y chips de batata; $295), así como el Pulpo a las brasas (con puré de papas rústicas al ajo y salsa anticuchero; $360) o la Causa Arequipeña (papa amarilla sazonada, langostinos y salsa de ocopa; $275).
 
La propuesta se completa con diferentes opciones de pastas, arroces, pescados y mariscos, mientras que el broche final lo ponen los postres como el Suspiro de una Limeña ($115) o los cuatro tragos de la casa ($120) diseñados por el bartender Gastón “Tonga” Rodríguez.
El plus de este lugar es ofrecer varios espacios en uno: su gran salón combina mesas de madera con una gran barra, pero también hay un sector al aire libre dentro de la galería del hotel y, en el subsuelo del restaurante, se esconde un salón destinado a festejos íntimos y reuniones privadas.
Bolívar 373, San Telmo / www.puertadelinca.com.ar
Bonus track: sabores renovados en Osaka
Si bien este restaurante ya cuenta con más de 13 años de historia, según detallan Paloma Olivier Málaga y Gabriel Rotbaum  en su libro “De la Nostalgia al orgullo. Los caminos de la cocina peruana en Buenos Aires”, Osaka es uno de los casos emblemáticos de cómo los restaurantes peruanos de alta gama fueron un canal importante para la buena relación que hoy existe entre la cocina peruana y el público porteño.
Basado en una propuesta Nikkei  –fusión de cocina peruana y japonesa que surge en Perú con la llegada de los japoneses en el siglo XX– Osaka acaba de renovar su carta y apostó a acentuar este concepto con insumos y técnicas de origen japonés combinadas con los sabores peruanos. 
En la carta diseñada por el chef Eddie Castro y su colega, el Itamae Rodrigo Ferrer, hay nuevos platos como el Cebiche OSK (que incorpora el truchón y sus ovas ikura como insumos; $540) o el tiradito Sake Lime (que emplea un corte especial del salmón, la panza o ventresca; 480). 
Mención aparte merece la reversión del clásico Suspiro peruano, que aquí toma nombre y sabor Nikkei: lemon grass, sorbete de chocolate y merengue en dos texturas, donde se emplea la deshidratación como nueva tecnología ($280). Para redescubrir.
Soler 5608, Palermo / Juana Manso 1164, Puerto Madero.
Por Gisela Carpineta.
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