lunes, 21 de marzo de 2016

La Nación - Gastronomía - Semana Santa: todo lo que sale del agua, ¿llega al plato?

Semana Santa: todo lo que sale del agua, ¿llega al plato?

Las pescaderías y los restaurantes desafían prejuicios y ofrecen opciones alternativas al salmón y la merluza
El sushi de El Quinto, con niguiris de atún, pejerrey, anchoa y besugo

"La materia prima que nos da el mar argentino es excepcional. Trabajamos con pesca del día, y eso nos abre el abanico por completo. Todo lo que sale del agua puede llegar al plato. Buscamos especialmente pesca con caña, en lugar de red y arrastre. Los pescadores salen con sus gomones, vuelven al atardecer y ahí vemos qué hay. Ofrecemos castañeta, chernia, besugo, mero, salmón blanco, corvina, lisa. En verano, con las corrientes cálidas de Brasil, llegan los túnidos, el bonito, el pez limón. Con todo lo rico y bueno que hay, reducirse a una única variedad sería absurdo", explica Lisandro Ciarlotti, alma máter de Lo de Tata, un bodegón joven de Mar del Plata, con fama por la calidad de sus pescados. Sus palabras rompen uno de los grandes prejuicios de la dieta argentina, que no sólo insume poco pescado (menos de 9 kilos per cápita por año), sino que además lo reduce a un pequeño grupo de especies, con la merluza como reina de las pescaderías y el salmón rosado liderando las cartas de los restaurantes.
Algunas cifras: por año, grandes barcos lanzan sus redes al mar para llevarse más de 300 mil toneladas de merluza (incluyendo la de cola y la hubbsi), sobre una pesca total de unas 740 mil toneladas. Para comparar, por año se podrán pescar unas 25 mil toneladas de corvina y siete mil de lenguado, entre otras decenas de especies, de las cuales ninguna representa siquiera el 10% de lo que significa la merluza. Pero si bien los números no mienten, tampoco dicen toda la verdad: en los últimos años, cada vez son más los restaurantes y las pescaderías que intentan romper la dictadura de la merluza y el salmón para abrir el juego, ganando en diversidad y en sabor. Y esta Semana Santa, con su pico de consumo de pescado, es tal vez la mejor oportunidad para comprobarlo.
"Yo como sólo salmón rosado", dice Agustina Espeche, de 36 años recién cumplidos. "Es el pescado que menos sabor a pescado tiene", continúa. Pero esta vez acepta la recomendación del mozo y elige un gran filete de trucha, también anaranjado, que llega a su mesa en Oviedo acompañado de un puré de zanahorias con tomillo y acelgas salteadas. "Es una delicia", acepta.
Importado de Chile e impuesto por el auge del sushi de los últimos 20 años, el salmón es un clásico en la gastronomía porteña. Su color intenso y su generosa cantidad de grasa -que le aporta su textura característica- han hecho que este pescado diga presente en infinidad de menús, como símbolo de prestigio y alta calidad. Pero es justamente esa calidad la que hoy se ve discutida por cada vez más cocineros e integrantes de movimientos ecologistas. Se le critica, por ejemplo, su modo de cultivo y el uso intensivo de antibióticos que requiere su producción. "En Oviedo no servimos salmón. Lo reemplacé por el truchón de Alicurá, de la Patagonia, que también es de cultivo, pero con condiciones completamente diferentes", dice Emilio Garip, a cargo de este icónico restaurante porteño. "Claro que el comensal debe acompañar estos cambios, y está pasando, de manera notoria. Tiene que ver con la confianza. Confían en nuestras recomendaciones. Antes, todos querían lenguado. Pero en la cena de fin de año pasado ofrecimos -por ejemplo- un paso a base de anchoa, el típico pescado que muchos no se animarían a probar, por la intensidad de sabor que tiene. Y fue uno de los platos que más gustó. El tema es tratar cada pescado de la mejor manera, elegir la cocción y la salsa adecuada. Para mí, el rey es el besugo, que algunos rechazan por temor a las espinas, pero es fantástico, y se lo pesca artesanalmente, con botes pequeños, en Mar del Plata. También usamos rubio, róbalo. Y todo el año tenemos bacalao importado."
El incipiente cambio de preferencias de los consumidores tiene su contrapartida en la ampliación de las opciones de pescado que ofrecen las pescaderías. En el rubro, la merluza sigue siendo un claro líder indiscutido, contabilizando hasta un 80% de las ventas. Pero la situación no es la misma en todos los lugares. Un claro ejemplo son los supermercados del Barrio Chino, donde se abastecen muchos de los mejores cocineros de la ciudad. Allí, la merluza suele ocupar un puesto menor, en su mayoría fileteada, mientras los protagonistas son otros pescados enteros. Es común ver palometas, anchoas y caballas. En verano, pez limón y bonito. También, besugo, lenguado, truchas, corvinas y moras, lisas y congrios. A veces, chernias y pescados de río. Eso sí: siempre, kilos y kilos de salmón.
Otra pescadería con historia y tradición -basadas en la calidad y el reconocimiento- es El Delfín, nacida en 1965 en el barrio de Barracas, donde hoy cuenta con dos sucursales, y que acaba de sumar venta online con una amplia entrega gratuita. "El 50% de lo que vendemos es merluza; el 10%, salmón rosado. Y el último 40% se divide en las distintas variedades de pescado que da el mar argentino -afirma Lucas Cioffi, uno de sus socios-. La merluza sigue siendo muy consumida, eso nos obliga a comprarla ya fileteada. En cambio, al resto de los pescados en su mayoría los compramos enteros, y los fileteamos a la medida que se van vendiendo. Es la mejor manera de garantizar su frescura." En El Delfín, algunos de los best sellers incluyen los cornalitos, ideales para una fritura rápida, así como pejerreyes abiertos y despinados. La chernia, de carne blanca y firme, marca evidente contraste con el color pardo de las anchoas. "El cambio se viene dando de manera paulatina, y tiene que ver que se entendió que el pescado es un alimento sano, parte necesaria de una dieta equilibrada. Hay pescados azules, como la caballa o la anchoa, que son muy buenos, y con precios similares al resto", finaliza.

Romper el prejuicio

"La merluza me encanta, en especial los merluzones que vienen del Sur, pero aun así me aburre como cocinero. Prefiero dar algo diferente a los que vienen a La Locanda", dice Daniele Pinna, oriundo de la isla de Cerdeña, lugar donde mamó el amor por el pescado. "Al principio fue complicado, muchos clientes no querían variedades que no conocían, pero lo fueron comprendiendo. Tengo varios proveedores que me traen mariscos, pero cuando se trata de pescado prefiero ir en persona al Barrio Chino. Compro lenguados bien grandes, para hacer sus lomos a la parmesana; como plato del día hago besugo a la sal. Otro día puede ser corvina al vino blanco, y en la misma sartén se hace la guarnición con papas, aceitunas, tomates cherry, alcaparras.

¿Y el sushi?

Mientras una gran mayoría de restaurantes especializados en rolls, sashimis y niguiris cede a la omnipresencia del salmón, otros abren el juego. Por ejemplo, El Quinto, dedicado a una cocina asiática contemporánea, que cuenta entre sus socios con Quique Yafuso, el mismo que está detrás del sushi bar Haiku. "Hay dos manera de trabajar. Te podés acomodar a la demanda del cliente o intentás un camino distinto, intentando que la gente aprenda a comer. El salmón llega muy prolijo, con la cadena de frío cuidada. En cambio, para ofrecer pescado blanco, hay que aprender, debés tener varios proveedores y modificar tu oferta según la disponibilidad."
En El Quinto, un combinado de niguiris y sashimis puede ser multicolor. Allí estará el naranja del salmón, también el rojo del atún (que viene de Ecuador), pero se suman pescados nacionales como la palometa, de tono apenas oscuro, o el lenguado, de un blanco resplandeciente. "La lisa es muy buena para el sushi. Esta semana hubo muy buen besugo, también mero. Se trata de ampliar el camino. Nosotros no podemos quitar el salmón de la carta, hay días que representa el 85% de lo que se pide. Pero también te encontrás con que un mediodía muchos se animan a un jurel a la plancha, que queda bárbaro con limón y jengibre".

Animarse a probar algo distinto

Lo de Tata
Una variedad impresionante: ofrecen castañeta, chernia, besugo, mero, salmón blanco, corvina y lisa, entre otros. En La Rioja 3098, Mar del Plata
Oviedo
Ya no sirven más salmón. Lo reemplazaron, en cambio, por el truchón de Alicurá, de La Patagonia, muy recomendable. En Beruti 2602
La Locanda
Lomo de lenguado a la parmesana, besugo a la sal o corvina al vino blanco: algunos de sus platos más pedidos. En José León Pagano 2697
El Delfín
Los hits de esta pescadería son los cornalitos, los pejerreyes abiertos y despinados, y las chernias, de carne blanca y firme. En Azara 99 y Montes de Oca 946
El Quinto
El sushi alterna su versión tradicional con variedades de pescado nacional como la palometa, el lenguado o la lisa. En Av. del Libertador 6248

Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1881108-semana-santa-ampliar-el-paladar-y-pasar-la-frontera-del-salmon-y-la-merluza

Perfil - Sociedad - Córdoba tuvo su Festival Mundial del Choripán - pág 53


Clarín - IEco - Los reyes del fast - food declaran la guerra a las hamburgueserías - pág 8



La Nación - Comunidad de negocios - La revancha de la hamburguesa. Adiós a la comida chatarra, bienvenida al mundo gourmet - pág 2


La Nación - Gastronomía - Recoleta gastronómica

Recoleta gastronómica

Gentileza GCBA

La gastronomía judeocristiana copó ayer la plaza Vicente López, de Recoleta. Cientos de personas participaron de este evento interreligioso destinado a disfrutar de platos típicos y de actividades en familia, en la semana previa a la Pascua. No sólo los fieles de diferentes cultos y religiones, sino también los vecinos en general e incluso algunos turistas, se acercaron a la feria, organizada por el gobierno porteño. Reunió 20 stands, en los que se pudo conseguir comida kosher, pastelería y golosinas de Pascua; también funcionaron puestos religiosos, como santerías y librerías con oferta de literatura cristiana y judía.

Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1881712-recoleta-gastronomica

La Nación - Buenos Aires - De compras. Al mercado Central, en grupo y en la 4x4 - pág 27


La Nación - Economía - El mundo se rinde ante la papa - pág 14


Clarín - Ciudades - Los centenarios: Restaurantes que se resisten a las modas, fieles a sus orígenes

Los centenarios: Restaurantes que se resisten a las modas, fieles a sus orígenes

Iconos gastronómicos de Buenos Aires
Los locales con más 100 años en la Ciudad se cuentan con los dedos de la mano. Del Imparcial y el Plaza Grill a El Globo y de El Puentecito a La Perla: recetas, tradiciones y arquitectura que se mantiene inalterable.
Restaurante El Imparcial. Foto: Gustavo Castaing.
Detener el tiempo, sentir que todo sigue igual, pedir el puchero de la infancia y comprobar que conserva el mismo sabor, esa es la magia de los restaurantes centenarios de la Ciudad; se trata de establecimientos que con más de cien años a cuestas mantienen la arquitectura y la propuesta gastronómica de sus orígenes. 
“Acá viene gente que elige la misma mesa en la que se sentaba con sus abuelos y se sorprende cuando prueba un plato y ve que no cambió en nada”, cuenta Jorge Dutra, gerente de El Imparcial. El chef es el mismo desde hace 42 años y cocina junto a su hijo, a quien le transmite el legado de “hacer las cosas como siempre se hicieron”, señala. 
Restaurante El Imparcial.
foto Gustavo Castaing buenos aires  Restaurante el imparcial gastronomia porteña restaurante vista interior restaurante
Ajenos a la moda actual de la cocina de mercado, en la cual la estacionalidad gobierna la carta, en El Imparcial los platos se mantienen invariables temporada tras temporada. “Hay muchos productos, como la sardina, que solo se consiguen frescos en determinada época del año, entonces hay que buscar quién la tiene hasta conseguirla, siempre algún frigorífico guarda”, cuenta Armando Amodeo, socio gerente. 
La carta es de esas que ya no quedan, con 200 especialidades, tiene el grosor de un libro. Tampoco pueden modificarla en función de los precios. “El calamar costaba $ 55 y en un mes subió a $ 105, pero hay que tenerlo igual”, afirma Dutra. Para compensar tuvieron que sacar los mariscos del menú ejecutivo e incluir otros platos. 
Puchero en El Imparcial.
foto Gustavo Castaing buenos aires  Puchero en El Imparcial restaurante el imparcial gastronomia platos tipicos
El Imparcial es el restaurant más antiguo de Buenos Aires, se fundó en 1860 y debe su nombre a la postura política que conserva hasta hoy. Mientras que los franquistas se juntaban en el desaparecido Bar Español, los republicanos iban al Iberia, y cuando se juntaban la cita era en El Imparcial, donde hablar de política y religión estaba prohibido.  Cuenta Amodeo que por allí pasaron todos los presidentes excepto los Kirchner. “Al único que ovacionaban era a Illia, el venía humilde y calladito y los clientes se paraban para aplaudirlo”, recuerda. 
Las tradiciones se conservan a rajatabla, tanto que hasta no hay computadora para registrar los pedidos, los mozos y el personal de cocina retienen los platos en la cabeza
A pocos metros se encuentra El Globo, otro clásico de la cocina española que también pasó los cien años; el restaurant, antes llamado “Fernández y Fernández, Bar y Billares”, cambió de nombre en 1908, cuando Jorge Newbery, habitué del lugar, le pidió a los dueños que hicieron referencia al primer cruce en globo del Río de la Plata, proeza que él mismo había realizado un año antes. 
Restaurante El Globo, en Yrigoyen 1198.
foto Gustavo Castaing buenos aires  Restaurante El Globo gastronomia porteña restaurante vista interior restaurante
Pero la cocina española no es la única influencia de los centenarios, en el Plaza Grill del Hotel Plaza ofrecen un menú de la Belle Epoque que se mantuvo sin variantes desde que el restaurant abrió sus puertas, en 1909. “Respetamos todas las recetas, sólo que los platos salen más chicos porque antes se comían porciones que hoy serían para dos personas”, explica Angel Barrera, gerente de Restaurantes del hotel. 
En sus mesas se sentaba la aristocracia porteña, por eso en el Plaza Grill funcionó el primer sistema de enfriamiento: se colocaban barras de hielo en los ventanales y un empleado ubicado en el medio del salón hacia funcionar los ventiladores mediante un sistema de poleas, de esa forma circulaba aire fresco. 
Por supuesto, hoy hay aire acondicionado, pero la arquitectura del lugar permanece intacta, las paredes se cubren de boiserie, hay mosaicos de Delft –un tipo de cerámica proveniente de Holanda que coleccionaban las familias acaudaladas de la época- y un gran hogar a leña.  
El servicio también es a la vieja usanza “Los platos salen de la cocina en un carro y se los tapa con un cubreplatos, una vez que todos están servidos se abren al mismo tiempo delante de los comensales”, indica Barrera.  
En La Boca otro restaurant resiste estoico el paso del tiempo, se trata de El Puentecito, fundado en 1873. La comida de olla es el fuerte, pero Fernando Hermida, uno de los socios, lamenta que no se la pida tanto como antes. “Hasta hace cinco años, los lunes teníamos lentejas, los martes mondongo, otro día guiso, pero lo tuvimos que cambiar porque la gente no quería esos platos, así que ahora solo los hacemos en fechas especiales”, cuenta. 
Cerca de allí, en el ingreso a Caminito, se encuentra La Perla. Abrió en 1882 como una casa de citas donde funcionaba un bar.  El piso, techo y hasta las mesas son las mismas que cuando se inauguró, hace más de un siglo.   Sus empanadas son famosas hasta en el exterior. “Son tan buenas que varios turistas cada vez que vienen al país nos visitan y se las llevan en la valija para freezar, no sé cómo hacen”, cuenta Antonio Cesario, dueño del lugar desde 1986. 
Restaurante La Perla de la Boca.
foto Gustavo Castaing buenos aires  Restaurante La Perla de la Boca gastronomia porteña restaurante interior del restaurante vista
Además, la Perla es sede de una peña artística y cultural que congrega a escritores y artistas vinculados a La Boca. Es que estos restaurantes serán centenarios, pero todavía están escribiendo su historia.

Link a la nota: http://www.clarin.com/ciudades/centenarios-Restaurantes-resisten-fieles-origenes_0_1543645975.html

Perfil - Sociedad - Crece la fabricación casera de cerveza artesanal y gourmet - pág 45



Clarín - Ciudades - Buenos Aires también celebra la historia de la cocina francesa

Buenos Aires también celebra la historia de la cocina francesa

Gastronomía
Restaurantes porteños se suman hoy y mañana a una iniciativa con propuestas en distintos barrios de la Ciudad.
Pulpería Quilapán. En San Telmo, uno de los restaurantes que participan de la iniciativa.

Más de 1.500 cocineros de todo el mundo celebran hoy la cocina francesa. Y en Buenos Aires, al menos una docena de restaurantes se sumarán esta noche y mañana con propuestas de calidad y el objetivo de “defender el orgullo y la tradición” de una de las usinas culinarias más importantes.  Será la segunda edición de una iniciativa llamada “Goût de France”, y que es impulsada por el Ministerio francés de Asuntos exteriores y Desarrollo internacional, con el chef francés Alain Ducasse.
Este año, además de ocuparse de la gastronomía de elite, el evento también se amplía a la cocina de bistrot de calidad. La idea es “dar a conocer el modo de vida francés mediante un acontecimiento festivo de talla internacional y celebrar el diálogo entre las culturas y las cocinas, francesa y argentina en particular”, sostuvieron desde la organización.
Por eso, habrá propuestas en el exclusivo La Bourgogne, y también en restaurantes como Le Sud, la Pulpería Quilapán o Le Bistrot. Serán en total ocho restaurantes porteños los que se sumarán esta noche y mañana, además de otros dos en las ciudades de Córdoba y Ushuaia. Aquí habrá opciones en barrios como Recoleta, San Telmo, el centro y Belgrano.
Entre los cocineros que sumarán sus creaciones se destacan algunos propietarios de los restaurantes y otros invitados. Beatriz y Diego Chomnalez, Jean-Paul Bondoux, Joel Zurita y Jean-Baptiste Pilou, entre otros, presentarán menús que incluyen, en algunos casos, entre seis y nueve pasos con platos que se combinan con vino y champagne, además de postres. 
Dónde ir
Hoy
Astor: Humberto Primo 777.  Le Bistrot: Córdoba 946.
La Bourgogne: Ayacucho 2027.  Le Sud: Arroyo 841.
Pulpería Quilapán:  Defensa 1344.
La Marguerite: 11 de Septiembre 2620.
Mañana
Oviedo: Berutti 2602.
Fleur de Sel: La Pampa 3040.
Hotel Club Francés: Rodríguez Peña 1832. 
info: embafrancia-argentina.org

Link a la nota: http://www.clarin.com/ciudades/Buenos-Aires-celebra-historia-francesa_0_1543645984.html

Revista Viva - La necesidad agudiza el ingenio - pág 71