viernes, 15 de mayo de 2020

La Nación - Economía - Plazas y veredas. El nuevo plan de los restaurantes para volver a trabajar

Plazas y veredas. El nuevo plan de los restaurantes para volver a trabajar

Ampliar la capacidad fuera del local ayudaría a la facturación de los establecimientos que podrán disponer de menos mesas en su interior

Si bien aún no se sabe cuándo volverán a funcionar normalmente, representantes de restaurantes y bares ya están pensando en el escenario post cuarentena , que implicará menos mesas en los establecimientos para respetar el distanciamiento social y altos costos de reapertura por los elementos de protección que deberá tener el personal y los esquemas reforzados de limpieza y desinfección, entre otros.
En este sentido, la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc) le acercó una propuesta al subsecretario de Bienestar Ciudadano de la Ciudad, Héctor Gatto, para que se puedan ubicar más mesas y sillas en espacios públicos, ya que el Gobierno porteño anunció que buscan ensanchar veredas para que se pueda cumplir el distanciamiento social.
"La idea sería que el día que nos dejen abrir podamos tomar parte de eso y también les solicitamos que vean la posibilidad de instalar más decks frente a restaurantes y que los que estén cerca de parques y plazas puedan poner mesas y sillas ahí", explicó Ariel Amoroso, presidente de la Ahrcc, en diálogo con LA NACION.
De acuerdo con Amoroso, si hay un límite a las mesas en los salones, muchos restaurantes van a ser inviables. "Si en vez de 100 comensales, podés tener 50 o 60, el negocio no tiene punto de equilibrio. Les acercamos la propuesta y está en evaluación", agregó.
La mayor preocupación del sector es que los locales sigan abiertos, ya que estiman que hay de un 30 a un 50% en riesgo de cerrar sus puertas definitivamente. "Nos tratamos de imaginar cómo sería el día después siguiendo lo que está pasando en España y hay mucha preocupación por el cierre de locales. Viendo cómo viene el tema y cómo va a ser la apertura con tantos cambios va a ser demoledor para la mayoría de los restaurantes con costos de reapertura muy importantes", aseguró.
Según uno de los protocolos que está en estudio para la actividad, en bares, restaurantes y locales de comida rápida cada mesa (que no podrá tener más de cuatro comensales) deberá estar separada de otras contiguas por 2 metros de distancia.
El personal tendrá que usar uniforme y zapatos exclusivamente para el trabajo y deberá desinfectar sus manos con una solución de alcohol al 70% o gel alcohólico antes de tomar los pedidos y después de manipular el dinero.
En cuanto a los espacios de trabajo y de atención al público en todos los casos deberán contar con esquemas intensificados de limpieza y desinfección de todas las superficies de contacto habitual de los trabajadores y los clientes. Se ofrecerá alcohol en gel en todos los espacios comunes y se garantizará la provisión de todos los elementos para un adecuado lavado de manos con agua y jabón en sanitarios.
Por último, en restaurantes, las servilletas serán de papel y se desaconsejarán los clásicos buffets de autoservicio. La vajilla deberá ser lavada con agua por encima de los 80 grados, los manteles a más de 60, y los alimentos deberán ser cocinados por encima de los 70 grados.

Clarín - Ciudades - Coronavirus: en los comercios esenciales también son mayoría los que venden menos, pero el impacto es dispar y hay sorpresas

Coronavirus: en los comercios esenciales también son mayoría los que venden menos, pero el impacto es dispar y hay sorpresas

Son los que siguieron abiertos durante la cuarentena. La experiencia varía según el rubro. Y unos pocos hasta recaudaron más.

Los rubros comerciales que reabrieron esta semana por primera vez desde que se dispuso la cuarentena tuvieron, según datos de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA), una facturación de solo hasta el 25 por ciento de lo que recaudaban antes del comienzo del aislamiento. La realidad es diferente para los considerados esenciales, que nunca bajaron sus persianas y relatan diferentes realidades: la mayoría coincide en que las ventas no llegan a cubrir la recaudación pre-cuarentena, aunque con distintos porcentajes. Y hay quienes dicen que, al haberse vuelto necesarios y en otras condiciones, hasta ganaron más dinero
​La disparidad de experiencias, según los rubros y los barrios, hacen difícil una medición que se acerque a la realidad de la mayoría. Clarín realizó un relevamiento propio por distintos puntos de la Ciudad. Sandra Pérez (37), de la verdulería Marta, en Flores, sobre la calle Ramón Falcón al 2200, dijo que sus ventas venían “tranquilas” hasta la llegada del COVID-19. “Ahora, por suerte no bajó sino que aumentó, porque la gente, al salir menos, hizo más delivery. Ayudó a empujar mucho. De repente, nuestro teléfono no lo tenían solo nuestros clientes fijos: lo tenían otros. Ahora estamos recaudando entre un 70 u 80% más que antes”, sorprendió con su relato.
Enfrente, la ferretería Voltak tiene la misma suerte. Según cuenta Nadia Ferreira (50), “en los primeros 10 días la gente salió a comprar para hacer cosas en su casas, como pintar, por ejemplo. Entonces, ahí hubo mucho movimiento”. Tenían el privilegio de recaudar lo mismo o un 10% más que antes. Con el paso de los días, los ingresos mermaron: “Después comenzó a bajar un montón, porque la gente ya no tiene plata. Recaudamos un 20 o 30%, como mucho”. 
Aunque varios comerciantes sostuvieron que los rubros alimenticios se vieron favorecidos, el ejemplo de la casa de pastas San José, que también vende productos de panadería y rotisería, demuestra que también los golpeó. “Sufrimos un bajón importante. En un 50% por lo menos. Ahora está levantando un poquito y esperemos que siga así”, dijo Fernando Añon, del local ubicado en la Avenida Coronel Bonorino al 100.
En relación a los hábitos de sus clientes, nota que “ya no compra tanto los productos elaborados”, sino que opta por llevarse artículos por separado. “La gente empezó a cocinar frente a la crisis”, aseveró.
En la fiambrería y quesería Estancia Los Amigos, en Membrillar y Ramón Falcón, Hortensia García (53) lidia constantemente con los aumentos de sus proveedores. “Yo me peleo con todos los proveedores. Al que me aumenta, yo no le compro”, expresó. Y agregó: “Tuve que bajar el porcentaje de recaudación, porque la gente ya no tiene plata. En este momento no es de ganancia para nosotros, es ser solidarios. Hay que ponerse del otro lado”, se sinceró.
¿Cuánto está percibiendo en su caja? Estamos recaudando un 70% de lo que recordábamos antes. Las ganancias se achicaron un montón. Y los impuestos a nosotros nos siguen viniendo igual y con valores muy altos. Si vos te atrasás, a la larga la tenés que pagar igual”, se quejó.
La situación se repite en la fiambrería de Gracial Apes (57), del Mercado Primera Junta, de Caballito. “Acá, siendo un mercado comunitario y en donde los precios son bastante accesibles, las ventas bajaron, pero no tanto. Nosotros tenemos ofertas desde siempre. Hace 30 años que estamos en el mercado", dice.
A pocos metros está el Maxikiosco R52, de Emiliano Herrera (40), quien está sufriendo el paso arrasante del coronavirus. “Yo trabajo mucho con la gente de tránsito que va a trabajar y ahora no sale. Sólo se factura el 20 o el 25% con respecto a antes de la cuarentena. Lo poco que recaudo me permite vivir”, reconoció. Y añadió: “Hay que sumar que la gente tiene menos dinero en el bolsillo y prioriza comprar comida. Solo compra lo necesario. Antes podía comprar un chocolate, ahora lo evita”.
La carnicería Santo Domingo, en Doblas al 400, puede mantenerse de pie gracias a la gente del barrio. “Estamos vendiendo un 10% más. El dueño dice que vende un poquito más que antes. Acá viene a comprar la gente del barrio, por suerte. Siempre tenemos promociones por dos o tres kilos. Es una estrategia que se tuvo que intensificar un poco más”, explicó Néstor Almada, uno de los empleados del local.
En Villa Urquiza la situación es similar. En una fiambrería de Bucarelli y Olazábal, cayeron las ventas ahora que la gente comenzó a salir. "Cuando empezó la cuarentena, la gente salió a comprar a lo loco. Nosotros no teníamos tiempo ni para comer, vendíamos un montón", afirmó Luciano. "Vendíamos el doble que antes. Ahora bajamos la venta en un 40%".
En una granja de Bucarelli 2209, Luciano, encargado del local, dice que la venta se mantuvo por la clientela: "Tuvimos un momento de explosión y pico de ventas durante las primeras tres semanas de la cuarentena, un día no pudimos abrir durante la mañana porque no teníamos mercadería". 
"Ahora se tranquilizó un poco y estamos vendiendo igual que antes de la cuarentena, pero conozco a personas de mi mismo rubro a las que que no les pasa igual que a nosotros y están para atr", aseguró.
Juan Manuel tiene su local en la esquina de Bucarelli y Blanco Encalada, y los rodean dos grandes colegios del barrio.
"Estamos vendiendo la mitad de los que vendíamos en enero", se lamentó el encargado. "Lo único que se mantuvo la venta fue de cigarrillos, a nivel kiosco estamos en un 30%" que antes de que empezara la cuarentena. Juan Manuel incluyó productos como alcohol etílico y en gel, y tapabocas para mejorar sus ingresos.
El delivery es una opción para bares y hamburgueserías. En Monroe y Mariano Acha, "Mi Barrio" sigue trabajando. El local no es muy amplio, por lo que reconocen que con el delivery pudieron mantener los ingresos. En un local más grande, con mesas, en Belgrano, afirman que el delivery sólo sirve para mantener un 40% del ingreso de antes de la cuarentena.
"Hay días en los que no puedo cubrir los gastos, se está vendiendo muy poca mercaderia", dice el dueño de una panadería de Belgrano, que prefiere no decir su nombre ni el del comercio.
En Monroe al 4400, los dueños de la ferretería dicen mantuvieron el ingreso, pero cambiaron los productos que demandan los clientes. "Piden más pintura y rodillos, por ejemplo, como para hacer arreglos en las casas", dijeron.

La Nación - Sociedad - Una pulpería de 1830 empezó a hacer delivery para sobrevivir a la pandemia

Una pulpería de 1830 empezó a hacer delivery para sobrevivir a la pandemia

La pulpería nació en 1830

"Cuando supe que la pulpería iba a hacer delivery, aplaudí!", comenta Mónica Vaccarezza, vecina de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires, al recibir en la puerta de su casa el pedido más deseado: una porción de locro, otra de pastel de papas y una docena del tesoro máximo que esconde este viejo boliche de campo: las "empanada de Cacho". Para darle continuidad a un establecimiento que nació en 1830 y dentro de la imposibilidad de abrir al público -por las medidas de prevención por el covid-19 -, la Pulpería de Cacho (la más importante de la provincia) halló la manera de trasladar los sabores que la caracterizan a todos los vecinos de esta tradicional localidad bonaerense con un servicio de delivery que resultó un éxito.
"La idea "La Pulpería en tu casa" se centra en un delivery de nuestros platos más emblemáticos, es la mejor manera de acercarnos a través de los sabores. Sabores auténticos", afirma Fernanda Pozzi, sobrina del considerado "último pulpero", don Cacho de Catarina , fallecido en 2009, pero presente en toda Mercedes a través de su pulpería, ícono del turismo tradicionalista. "Los primeros días cuando tuvimos que cerrar fueron muy duros, mucha incertidumbre, pero con el delivery encontramos la manera de continuar con un legado que tiene más de 150 años", sostiene.
El menú y las promociones se ofrecen en redes sociales, Instagram y Facebook. La pulpería, a puertas cerradas, recibe los pedidos durante toda la semana y, de jueves a domingo, entrega a domicilio. El éxito de la propuesta fue inmediato y agotan la producción. Es la primera pulpería que halló la manera de continuar trabajando en tiempos de pandemia. "Este nuevo modo de trabajo, nos llevó también a rediseñar ciertas estrategias para lograr conectarnos más con nuestra comunidad", advierte Fernanda. Antes tomaba los pedidos detrás del mostrador, hoy, desde su celular.
El locro, el plato estrella de la pulpería
El locro, el plato estrella de la pulpería Crédito: Gentileza
"Nuestros clientes nos llamaban, extrañaban los sabores", recalca Fernanda. "Nuestras recetas no han sido modificadas, son las mismas de siempre", cuenta Pozzi, "quizás ese sea nuestro secreto", confiesa.
Desde 1910 su familia está a cargo de este faro de tradición que conserva en sus estanterías botellas y artículos camperos que no han sido tocados desde hace un siglo. "Hemos hecho una cocina nueva, es lo único que cambiamos de la pulpería y trabajamos según todos los protocolos sanitarios", ejemplifica Pozzi.
"El delivery es una forma de que la conexión con los clientes continúe", sostiene. Desde mediados de marzo, la pulpería cerró sus puertas pero la demanda por las redes sociales evidenciaba un deseo colectivo en la localidad, la fidelidad de la clientela se asemeja al de un lazo familiar. "Detrás de cada entrega, se recibe además una historia, una receta familiar que forma parte de la tradición mercedina. Ver nuevamente activa a una pulpería de 1830, acomodándose a nuevos desafíos, nos pone muy felices", confiesa Pozzi.

Empanadas y loco patrio

El menú con el que inició la propuesta se basa en las afamadas empanadas (de carne, algo picantes "con la receta del último pulpero") que se hacen de la misma manera desde la década del 50 del siglo pasado, pero también platos de olla, como "el locro patrio", el guiso de lentejas y el guiso carrero. Pan casero, y la tabla de picada con el patrimonio gastronómico por excelencia de Mercedes: su salame quintero. En las próximas semanas tienen pensado agregar pastas caseras y carnes asadas. De postre ofrecen dos emblemas criollos: los pastelitos y el flan.
"Recibir la comida de la pulpería para mí es muy particular porque siempre vamos con mi novio, si bien no es como estar allí, es lo que más te acerca en estos momentos", cuenta Lucía Florella, vecina de Mercedes, habitué de la pulpería.
"Se sintió mucho la ausencia, la pulpería es parte de la historia de Mercedes, pero también de mi familia, vamos siempre ¿qué pedimos? Locro y empanadas", resume Lucía Girard en su casa.
La picada está entre los platos que preparan
La picada está entre los platos que preparan Crédito: Gentileza
Abierta desde 1830, entonces era conocida como "La Pulpería del Puente", en referencia al puente que une las orillas del río Luján, que cruza a pocos metros. Don Segundo Ramírez solía frecuentarla, este gaucho se hizo inmortal porque es quien usó de modelo Ricardo Güiraldes para su inolvidable novela gauchesca Don Segundo Sombra . Entre las reliquias, se puede ver el pedido de captura de Juan Moreira, incorregible gaucho que se dejaba ver en esta esquina.
"Sentí mucha tristeza cuando tuvimos que cerrar, pero ahora con el delivery estoy contenta, porque está de pie", concluye Aída di Catarina, hermana de Cacho, quien como él nacieron en este boliche de campo que atravesó gran parte de la historia nacional.
"Qué decirles a las pulperías que están cerradas", se pregunta Fernanda. "Debemos sumarnos a este nuevo modo de trabajo, pero manteniendo la esencia de los nuestro. Saber transmitir la esencia de estos lugares para que cuando las cosas vuelvan a la normalidad, la gente sienta que ha conservado esa conexión, y nada mejor que la comida para lograr esto", sentencia.

Perfil - Bloomberg - Cuando los bares abran, tendremos que reservar para tomar una cerveza

Cuando los bares abran, tendremos que reservar para tomar una cerveza

Encontrar un lugar para tomar un trago tras la pandemia significará decidirse por anticipado para evitar filas y mantener la distancia.


Encontrar un lugar en un bar para tomar un trago tras la pandemia significará, en algunos casos, utilizar previamente una aplicación, ya que los establecimientos están buscando formas de hacer que los clientes se sientan seguros de que pueden evitar colas y beber a una cierta distancia. 

Kind Regards y The Flatiron Room, en Nueva York; The Roosevelt Room, en Austin; y En Garde Winery, en Sonoma, California, se encuentran entre los establecimientos que se han inscrito para contratar un servicio de reservas con OpenTable, informó la plataforma digital el jueves. 

La crisis del coronavirus ha afectado especialmente a bares y restaurantes debido a que cada vez más personas están comiendo y bebiendo en casa para reducir el riesgo de contagio. A medida que regiones de Estados Unidos y otros países comienzan a reabrir y los consumidores comienzan a atreverse a salir, los lugares de encuentro buscan ofrecer una experiencia más segura. 

“Los bares y las bodegas de vino deben funcionar de manera diferente a medida que vuelvan a abrir”, dijo Andrea Johnston, directora de operaciones de OpenTable, con sede en San Francisco.

The Roosevelt Room, que bautizó como “Valle de la Muerte” a su cóctel de ajenjo y jugo de lima servido en una botella de agua mineral Topo Chico, está modificando su diseño y limitando el tamaño de los grupos en sus sillones booth, dijo Justin Lavenue, copropietario y operador. “OpenTable nos está ayudando a adaptarnos”. 

Si bien antes ha habido en la plataforma bodegas de vinos y algunos bares que ofrecen comida, OpenTable ahora está disponible para todos los establecimientos de bebidas en todo el mundo, dijo la compañía el jueves en un comunicado. 

OpenTable, fundada en 1998, dice que conecta a los comensales con más de 60.000 restaurantes en todo el mundo. La compañía, que fue adquirida en 2014 por el operador de sitios web de viaje Booking Holdings, está activa en más de 80 países, según su sitio web. 

“La oportunidad de salir de esta crisis será mayor de lo que podríamos haber imaginado”, dijo en una entrevista Steve Hafner, director ejecutivo de OpenTable y Kayak, que forman parte de Booking Holdings Inc.