miércoles, 12 de febrero de 2020

Clarín - Sociedad - El restaurante del argentino Mauro Colagreco, el primero del mundo “libre de plástico”

El restaurante del argentino Mauro Colagreco, el primero del mundo “libre de plástico”

Mirazur obtuvo una certificación internacional. Cómo fue el proceso para dejar de usar plásticos y la “asignatura pendiente” del papel film.


Según las Naciones Unidas, por año se producen 300 millones de toneladas de plástico en el mundo. Económico y práctico, el plástico está por todos lados. Pero el daño que hace al ambiente, tomamos conciencia ahora, es enorme: también la ONU advierte que cada año ocho millones de esos plásticos terminan en el océano. ¿Es posible vivir sin plástico? Es difícil, pero un camino que muchos comenzaron a transitar. Un ejemplo tiene como bandera al argentino Mauro ColagrecoMirazur, el premiado restaurante del chef en Francia, acaba de ser certificado como el primero del mundo plastic free.
Elegido en 2019 el mejor del mundo por The World's 50 Best, reconocido también con las preciadas tres estrellas Michelin (las únicas recibidas por un chef extranjero en Francia), Mirazur sentó desde sus comienzos en 2006 las bases de la sustentabilidad a toda escala. En primer lugar, de lo que sirve a la mesa: solamente productos locales, de los que se abastecen con productores de la zona o con las huertas que desde entonces fueron ampliando en ese pedazo de la Costa Azul, muy cerca de Italia.
Ahora, el restaurante obtuvo el reconocimiento como libre de plásticos de la certificadora internacional Control Union. Detrás hubo un trabajo de tres años para reducir el uso de plásticos y, admite Colagreco, todavía les falta un paso más para lograr desterrarlo completamente de la cocina.

Colagreco y parte del equipo de Mirazur, con la certificación libre de plásticos. (Gentileza Mirazur)
Colagreco y parte del equipo de Mirazur, con la certificación libre de plásticos. (Gentileza Mirazur)
“Comenzamos con la idea de reducir los plásticos de monouso, cosas que se descartaban muy rápidamente como las mangas de pastelería, los recipientes donde se pone la mise en place (NdR: la organización de los alimentos que se van a usar para preparar una comida), los recipientes para porcionar las hierbas, las bolsitas de celofán en las que envolvemos el souvenir que damos a los clientes... Estamos tratando de eliminar ahora las bolsas de cocción al vacío y el film alimentario. El año pasado, solamente en Mirazur consumimos 10.000 kilómetros de papel film. Una vergüenza”, reconoce por teléfono el cocinero a Clarín.
Uno de los grandes desafíos al querer dejar de usar plásticos es con qué reemplazarlos. Colagreco explica que estos tres años “al principio fueron terribles porque no hay en el mercado cosas para reemplazar”. Dice que buscaron “por el mundo entero, Nueva Zelanda, los países nórdicos, Taiwan... Porque veíamos que por un lado reducíamos plástico, pero por el otro aumentaba la huella de carbono”.
Finalmente, dieron en Italia con un grupo que está desarrollando un producto a base de fibra de maíz y de papa, muy cercano al plástico, con quienes comenzaron a desarrollar varios productos juntos. “La semana pasada hicimos un test con las bolsas de vacío y fue super bueno, llegamos a un material que puede mantener la cocción varias horas. Con el film alimentario estamos todavía trabajando porque es más complicado por la elasticidad y la adherencia que tiene que tener”, detalla.

El premiado cocinero impulsa la sustentabilidad desde los orígenes de Mirazur. (Archivo Clarín)
El premiado cocinero impulsa la sustentabilidad desde los orígenes de Mirazur. (Archivo Clarín)
Del mismo modo, también trabajaron con toda la cadena de proveedores para que hicieran este mismo cambio y se pasaran a materiales reutilizables, por ejemplo los pescados que ahora llegan en una caja de plástico grueso que posibilita más de mil usos. “No es el ideal pero si un avance respecto a lo descartable”, dice Colagreco, quien advierte que en este tema los humanos caímos en el gran error de lo biodegradable. “Lo hicimos durante mucho tiempo. El plástico se degrada, pero quedan las micropartículas, en el agua, en la naturaleza y vuelve a la cadena alimentaria. Cada semana comemos el equivalente a una tarjeta de crédito”.

Junto al mar. Una vista del restaurante Mirazur, en la Costa Azul. (Gentileza Mirazur)
Junto al mar. Una vista del restaurante Mirazur, en la Costa Azul. (Gentileza Mirazur)
Según el chef, tener una empresa sin plásticos es una inversión al principio, pero al poner todo en marcha “consumís mucho menos y economizás dinero en el mediano plazo”. Esto es porque, asegura, plantear la operación en estos términos implica rever todas las prácticas y eso lleva a disminuir el consumo. Y vuelve al tema del papel film: “Hace 30 años no existía y se cocinaba tan rico como ahora”.
En Carne, la cadena de hamburgueserías que tiene en Argentina, también impulsa los mismos principios y no se utilizan plásticos monouso. Los sorbetes, por ejemplo, son de origen vegetal y se lavan. “Y ahí empezás a decir, ¿para qué quiero el sorbete? Lo tomo del vaso. Son costumbres que nos hemos tomado con el tiempo y que llevan a una reflexión totalmente filosófica sobre la sociedad que estamos construyendo. Hoy se consumen un montón de cosas sin tener la necesidad y sin tener el placer de consumir: es automático y no provoca un placer extra a la experiencia”, concluye Colagreco.

La Nación - Lifestyle - Revolución del asado. El gusto por el nuevo punto y el método que todos quieren

Revolución del asado. El gusto por el nuevo punto y el método que todos quieren

La carne a las brasas suma adeptos en el mundo, y Carlos López traduce su experiencia en la Escuela Argentina de Parrilleros
La carne asada ha ganado un lugar importante en la mesa, no solo de los argentinos, sino también de otros países.
El modo "asado", la cocción a las brasas, sigue siendo uno de los platos favoritos de los que comen carne. Hasta hace unos años creíamos que sólo era el elegido por los argentinos, pero la realidad es que muchos quieren tener la mejor carne y asarla a las brasas, tanto en la región latinoamericana como en Europa y Asia.
Según los especialistas, no ha variado tanto el método de preparación del asado, ya que la base es carne de vaca y brasas, sin entrar en los diferentes estilos que tiene hacer carne asada como un asador de campo, de restaurante, una parrilla clásica o la de un aficionado en su casa. Lo que sí fue variando son las calidades, que fueron mejorando a lo largo de los años en alimentación, genéticas, los cortes, más finos, delicados, mejor cocción, entre otras cosas. Por esa razón hacen énfasis en la materia prima y en la importancia de conocer los productos que tenemos para cocinar: su origen, sometimiento, cantidad de jugos, grasas y fibras.

Carlos López recorre el mundo con su parrilla al hombro
Carlos López recorre el mundo con su parrilla al hombro

"Argentina es un referente de los asados y la buena carne. Chile, sur de Brasil y Paraguay siempre tuvieron un estilo similar a los asados argentinos. Argentina, Estados Unidos, Uruguay y Australia son países con muy buenas calidades de carne y cantidades, pero éramos pocos lo que cocinábamos a la parrilla, y desde hace mucho tiempo que Argentina tiene el asado como comida tradicional. Hoy el mundo quiere carne asada, y son muchas las personas de otros países que quieren hacerla como la asamos nosotros y lo han logrado, primero en mejorar las calidades de las carnes y segundo, asando a la parrilla en forma tradicional", explica Carlos López, director de la Escuela Argentina de Parrilleros y autor del libro La revolución de la carne. Desde la semilla, en el que no solo habla de cómo se debe asar la carne, sino también de temperaturas, seguridad, higiene, prevención de incendios, desposte de media res, y explica en detalle cómo es el proceso desde el nacimiento del ternero, que es donde empiezan nuestros asados.
En los últimos 40 años hubo algunos cambios, aunque los cortes siguen siendo casi los mismos, por momentos algunos más "de moda" que otros como la entraña. "Con mis 42 años de parrilla siempre vendimos o cocinamos entrañas, como también la marucha o tapa de asado, que hoy y siempre fue un corte barato y rígido. Hoy lo que vemos es que mucha gente está aprendiendo a comer la carne jugosa", cuenta Carlos López.

Clarín - Ciudades - Desde hacer tortas hasta arreglar computadoras, una ley permite legalizar los talleres hogareños

Desde hacer tortas hasta arreglar computadoras, una ley permite legalizar los talleres hogareños

Rige para la Ciudad y ofrece un marco legal para los cuentapropistas que producen bienes o servicios en su casa.


Hacer tortas o viandas por encargo. Armar cajas de cartón. Realizar arreglos de ropa o diseñarla. Reparar computadoras. Muchos emprendimientos empiezan y se desarrollan en domicilios particulares, generalmente de una manera informal. Pero ahora una nueva norma de la Ciudad busca habilitarlos como "talleres industriales residenciales", para que puedan producir bienes o prestar servicios legalmente.
La ley, que surgió de un proyecto presentado por el diputado de la Ciudad Sergio Abrevaya (GEN), fue sancionada en diciembre. Define como taller industrial residencial a aquel en el que se desarrollan actividades "con un proceso productivo que culmina con un producto de utilidad final destinado a un mercado específico". Puede ser un ciclo completo o formar parte de una cadena de producción desarrollada por otra persona física o jurídica.
La norma enumera que las industrias que se pueden desarrollar en estos talleres residenciales son: corte y confección; manufactura de alimentos; software; packaging de papel, cartón u otros materiales; electrónica, juguetes y productos de plástico, y otras producciones de similares características que el Ejecutivo determine a través de decretos.
La producción de tortas está incluida en la ley que regula los talleres industriales residenciales. Foto de archivo.
La producción de tortas está incluida en la ley que regula los talleres industriales residenciales. Foto de archivo.
También están incluidos en esta categoría los instaladores y reparadores a domicilio como electricistas, plomeros, gasistas, instaladores de revestimientos, calefactores o aire acondicionado y especialistas en equipos informáticos.
Diferenciando a este tipo de talleres y emprendimientos de los de mayor escala, la ley otorga una serie de facilidades para alentar su legalización y, también, su blanqueo impositivo. Así, determina que podrán ser emplazados en toda la Ciudad de Buenos Aires, en espacios que cumplan con las condiciones que determina el Código de Edificación.
"La inestabilidad económica de la Argentina hace imposible que un emprendimiento en sus comienzos, y aún avanzado en su propio desarrollo, logre la capacidad económica para enfrentar las distintas regulaciones sobre las locaciones donde se desarrollan sus tareas", se explica en los fundamentos del proyecto aprobado, donde se menciona que en la Ciudad hay alrededor de 114.000 cuentapropistas informales. También se subraya que con esta ley los pequeños empresarios podrán regularizar su situación.
Un taller de carpintería. Foto de archivo.
Un taller de carpintería. Foto de archivo.
El taller industrial residencial deberá cumplir ciertos requisitos. Uno de ellos será funcionar en la vivienda del titular de la habilitación, en uno o más locales que no superen los 50 m2 de superficie ni el 50% del espacio total de la vivienda. Podrán trabajar hasta cuatro personas. Si el proceso productivo requiere algún tipo de máquina, se podrán instalar hasta ocho, siempre y cuando entre todas no consuman más de 13.000 Kw de electricidad por año.
Además, el taller deberá cumplir con las medidas de seguridad contra incendios previstas en el Código de Edificación. Y su titular deberá inscribirse en el Monotributo de la AFIP y en el Régimen Simplificado de la AGIP.
Si no reúnen todos los requisitos, los titulares de los talleres industriales residenciales se podrán inscribir en un plan de adecuación edilicia y recibirán asesoramiento técnico de la Subsecretaría de Micro, Pequeña y Mediana Empresa y de la Agencia Gubernamental de control (AGC) para realizar las adaptaciones necesarias. Esas adecuaciones deberán realizarse en un plazo máximo y no prorrogable de un año.
La preparación de viandas es otro emprendimiento que se suele desarrollar en domicilios privados. Foto de archivo.
La preparación de viandas es otro emprendimiento que se suele desarrollar en domicilios privados. Foto de archivo.
"La ley da un marco para legalizar el domicilio como espacio para producir bienes y servicios -explica Abrevaya-. Mucho se ha hablado de las empresas de garage, pero para que sean legales primero hay que poder habilitar el garage. La nueva norma permitirá que si alguien sabe hacer tortas y las quiere hacer en forma comercial y venderlas en las confiterías de su barrio barrio, lo podrá hacer habilitando su cocina y teniendo las normas de higiene correspondientes para que todos se sientan seguros".
El legislador menciona otras actividades que pueden desarrollarse en el domicilio, como reparar computadoras o teléfonos celulares, coser ropa a medida, hornear galletitas personalizadas o tener una tapicería o un taller de carteras.