Mercado de Belgrano: otra forma de comprar
Inaugurado en 1956, es un clásico del barrio, pero el año pasado, tras una inversión que se enmarcó en el programa BA Capital Gastronómica, se remodeló y abrieron nuevos locales; lo recorrimos y te contamos todo lo que ofrece.
A cien metros de Cabildo y Juramento, una de las esquinas donde la ciudad explota, hay un paramo que se destaca por vender alimentos frescos y de productores seleccionados, se trata del Mercado de Belgrano, o Mercado Juramento, como la llaman los vecinos.
Se inauguró en 1956 y es uno de los pocos mercados que logró sobrevivir al salvajismo edilicio de la ciudad. El año pasado, en el marco del programa BA Capital Gastronómica, el Gobierno de la Ciudad llevó a cabo una serie de obras para ponerlo en valor; así se remodeló el patio de comidas, se renovó la fachada y se colocaron nuevas luminarias, entre otras mejoras.
Pero, además, la reforma trajo nuevos locales, como Il Mercato Paradiso, del famoso chef Donato De Santis, y la vinoteca Winemakers, entre otras apuestas.
Aquí un recorrido por lo más relevante:
Bioconexión
Si fuiste a Masticar seguro escuchaste hablar -o compraste- en Bioconexión. Se trata de una iniciativa que conecta a productores de bienes agroecológicos del norte argentino con consumidores.
Su punto de venta en la ciudad está en este mercado, allí podés conseguir hierbas andinas, como la muña muña, también conocido como el viagra norteño por sus propiedades afrodisiacas; la pupusa, ideal para combatir resfríos y la rica rica, que se utiliza para dolencias estomacales.
Uno de los productos más vendidos es la flor de sal ($100 el tubo o dos por $180), un producto presente en todas las cocinas de alta gastronomía, ya que es suave al paladar, se disuelve fácil y sala de manera menos invasiva que la sal tradicional.
Además, como se recoge a mano y no lleva ningún proceso industrial es baja en sodio y mucho más saludable. Viene en versión clásica y también en saborizadas, como la ahumada o la ceviche.
Para un snack healthy también ofrecen “Quinoa pop” ($70 los 100 gramos), una especie de pochoclo elaborado en base a esta semilla.
No te vayas sin comprar azúcar chancaca, la menos procesada del mercado, incluso más saludable que la mascabo. Proviene directo de la caña y no tiene procesos industriales, además es rica en vitaminas (sobre todo las del grupo B) y minerales. Se vende en bloque, el kilo está $150, pero podes pedir que te corten la cantidad que quieras; eso sí, para usarla la tenés que moler.
Cucina Paraiso
La tienda de Donato es de visita imperdible para los amantes del buen comer; la oferta va desde platos frescos hasta delis made in Italy.
Las pastas y salsas son famosas, ya que se trata de las mismas que sirven en sus restaurantes. Pero si la idea es poner manos a la obra y hacerlas “fatto in casa”, en esta tienda se consiguen los insumos que utilizan en sus restaurantes, como el tomate Divella ($60 la lata de 400 gr) y la con harina de sémola de grano duro, también marca Divella ($160).
Los postres también son los mismos que salen de la cocina de Donato; el tiramisú (en formato individual o familiar) y la torta Caprese -sin harina, elaborada en base a almendra y chocolate- son las delicias más buscadas.
Para llenar copas y vasos a la italiana, se encuentran opciones como el famoso lemoncello Averna ($420) y aperitivos clásicos (Aperol, Campari, etc.).
Y si visitas el local de mañana o de tarde, recordá este nombre: sfogliatella ($45), de un hojaldre delicadísimo y relleno con una crema pastelera imposible de conseguir en las confiterías de Buenos Aires, vas a querer llevarte la bandeja entera.
Por supuesto, no faltan las conservas y las sales saborizadas (como la sal de limón y la de hierbas, $70), que le dan un upgrade a cualquier básico.
Por último, un must para los paladares curiosos: el vinocotto, un mosto de uva agridulce bastante espeso que queda muy bien para condimentar quesos.
Winemakers
La vinoteca del sommelier Juan Casarsa abrió una segunda sucursal en este mercado. Con 250 etiquetas de pequeños productores, el eje está puesto no solo en la calidad del producto sino también en la estacionalidad.
“No tenemos tanto espacio como en el local de la calle Montevideo y como estamos en un mercado, nos pareció que lo más apropiado era rotar las etiquetas según las estaciones”, cuenta Casarsa.
En esta temporada de verano, más allá de apostar a lo seguro e ir a los blancos y rosados, en Winemakers el foco son los tintos frescos y más livianos. “Queremos que la gente busque el vino de acuerdo a la temporada”.
Además, ofrecerán chocolates 100% cacao, escabeches elaborados en el sur y serán los únicos distribuidores porteños de la cerveza del premiado enólogo Alejandro Vigil.
Delicatessen Hans
Este local ofrece especialidades alemanas. Por supuesto, las estrellas son los embutidos; el leberwurst viene en tres versiones: común, ahumado y con hongos (cualquiera $40 los 100 gramos).
Los intrépidos buscan la morcilla alemana, rellenas de una “masa” compacta y bastante más pesadas que las nacionales, por eso solo deben comerse calientes.
Por supuesto, no faltan las salchichas; la bratwurst, 100% de cerdo y la weisswurst, que combina ternera y cerdo. Ambas funcionan muy bien para la parrilla, ya que tienen piel gruesa y un toque ahumado.
Y si de cervezas se trata, venden diferentes variedades de la marca Erdinger Weissbier ($86).
Bonus Track
En el mercado hay tres rotiserías (una vegana, una clásica y otra especializada en pescados), así que podés irte con la cena o el almuerzo resuelto o bien comer en alguna de las mesitas que hay en el predio.
Además, no faltan nombres clásicos para los paladares gourmet, hay un local de Valenti y otro de la famosa Casa Polti, donde venden al peso desde chocolate Felix hasta cereales, frutos secos y todo tipo de delis.
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