El enólogo que abrió su casa para mostrar los vinos de sus pares y empujar la industria
Chachingo Wine Fair es una feria de bodegas adentro de una bodega y es el ejemplo más claro de la camaradería de la industria
Hace unos seis años el proyecto parecía una locura surgida del vino después de una cena, pero hoy Alejandro Vigil junto a su mujer María Sance, convirtieron su casa en una de las bodegas que tiene la lista de espera más larga a la hora de recorrerla, probar sus elixires y de disfrutar los platos de Casa Vigil.
El barrio, en las afueras de Maipú, Mendoza, se llama Chachingo y también comenzó a crecer aunque los vecinos aún no se acostumbran al ir y venir de autos último modelo ni a los nuevos proyectos inmobiliarios de barrios privados que se están levantando en la zona.
Hoy Chachingo, en Maipú, reúne a las almas que aman, respetan el vino y buscan un futuro distinto a la hora de mostrar qué está pasando con el vino argentino.
Así fue, como nació la Chachingo Wine Fair, que cumplió su primera edición, y reunió a 25 pequeños productores. Emprendimientos chicos y medianos pero que tienen por capitanes a grandes enólogos con vinos que portan importantes reconocimientos a nivel local e internacional. Estos hacedores del vino trabajan la identidad del producto argentino con la camaradería de sus pares y al final suman altas puntuaciones tanto para sus proyectos propios como para las bodegas en donde trabajan o asesoran.
La Chachingo Wine Fair se realizó la semana pasada en los jardines de Casa El Enemigo.
Lo increíble fue que tanto los invitados internacionales como los mendocinos, que no se caracterizan por su puntualidad, coparon desde temprano los jardines y la fila de autos sobre la calle Videla Aranda impactaba a los vecinos a caballo o en bicicleta.
Adentro, los jardines de El Enemigo Casa Vigil, lucían bellos y acogían los gazebos blancos que contenían las botellas más preciadas de los feriantes del vino local.
"En Chachingo siempre nos juntamos enólogos y amigos a disfrutar de buenos vinos. Por eso quisimos hacerlo más amplio y juntar a los productores pequeños para mostrar los que hacen. Tenemos pequeños productores, quienes están empezando con pocas líneas así como enólogos con sus proyectos propios" explica María Sance, mientras abre las puertas de su casa para los amigos y presenta su línea de espumantes Los Sance.
Los visitantes divertidos y con ganas de conocer más, tuvieron la posibilidad de conversar y degustar junto a los protagonistas en un encuentro distendido y no menos profesional.
"Vinimos para pasarla bien y para unir más gente con el vino. Hacemos Malbec, Cabernet Franc, Pinot Gris y un corte de Gualtallary y Tupungato. Hacemos vinos de sed, súper bebibles, algo desquiciado", comentan Martín Sesto y Gonzalo Tamagnini de Desquiciado Wines
La música, otros de los grandes compañeros de los enólogos, estuvo presente con bandas en vivo el primer día y la presentación de Iván Noble en su segunda jornada.
La posibilidad de jugar y aprender mientras se degustaba fue posible gracias al taller "Hola vino" de la reconocida Sommelier Agustina de Alba quien invitó a todos a trasladarse entre las hileras del viñedo y desde allí propuso una dinámica actividad sobre los mitos y verdades del vino en donde todos participaban levantado sus manoplas de verdadero o falso.
"Para mí la feria es maravillosa, es lo mejor que hay en Mendoza porque es la irreverencia de hacer una feria de bodegas dentro de una bodega, estamos hablando de la apertura, de la nueva búsqueda. De abrir los corazones, abrir la casa y mostrar, somos uno, somos un proyecto, somos Argentina" explica Gerardo Michelini de Michelini Viticultores.
Los protagonistas aprovecharon, además, para mostrar sus creaciones más nuevas y botellas experimentales para compartir opiniones con sus colegas.
Chori, empanadas fritas o pasteles, ensaladas y una barra de tragos fueron parte de una de las tardes más encantadoras para disfrutar de Chachingo
Fernando Gabrielli alias "El Flaco", compartió las charlas desde los inicios de estos nuevos hacedores del vino, hace más de 10 años, y hoy está también detrás de la coordinación de la feria "Es una feria de vinos amigos que quiere poner en evidencia la unidad que hay en el vino y mostrar que hay muy buena onda entre todos. Es ideal para que los hacedores cuenten lo que hacen. Está bueno que los productores estén en sus stand ya que eso no es muy habitual, la feria es especial porque podemos conversar con la gente que hace los vinos que nos gustan", propone El Flaco que desde hace tres años también lanzó sus vinos El Relator.
Al final la Chachingo Wine Fair se convirtió en una fiesta en donde se juntaron un grupo de productores amigos que comparten asados, que se prestan cosas, botellas, barricas, comparten información de distribuidores y distintos datos. Una fiesta organizada por amigos para compartir con el público lo que les gusta hacer.
"Creo que la única manera que el consumo aumente es mostrarnos unidos y por eso tuvimos ganas de comunicar el vino de esta otra manera" concluyó "el Ale", "la bestia vínica" el gran anfitrión de la noche, Alejandro Vigil.
¿Cuándo se viene la próxima?
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2090400-el-enologo-que-abrio-su-casa-para-mostrar-los-vinos-de-sus-pares-y-empujar-la-industria
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