lunes, 14 de agosto de 2017

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Locales sustentables: se multiplican en la ciudad de Buenos Aires

Sustentabilidad y conciencia ambiental son claves en la vida moderna. De la mano de estos conceptos surgen nuevos hábitos de consumo y se producen cambios en la fisionomía de las ciudades. Nuevos materiales y diseños, espacios verdes y sistemas para reciclar son algunos de los protagonistas. Los locales comerciales suman propuestas variadas en esta línea.

En Canadá, por ejemplo, NZO es el primer salón de belleza sustentable y puede convertirse en un modelo a seguir para quienes buscan reducir el impacto sobre el planeta. Su dueño, Alex Chabot, afirma que el nombre, N-Z-O surge de las primeras letras de Naturaleza, Zen y Original, conceptos que impulsan al espacio.


Las claves de la iniciativa, según su creador, están en no dejar ningún detalle librado al azar. Las acciones más simples y cotidianas pueden hacer una diferencia, y van desde poner una papelera de reciclaje hasta reducir al mínimo el uso de papel, o hacer lavados de toallas y batas únicamente cuando haya una carga completa, para optimizar el uso de energía. Chabot explica que todo lo que se utiliza en un salón de belleza puede ser reciclado: las láminas para el cabello, la tintura, el cabello y hasta los aerosoles de laca. El peluquero recomienda utilizar la medición en balanza del color, un sistema que permite, de manera sencilla, asegurarse de usar eficientemente los restos de coloración.


Adquirir hábitos sustentables es la base del cambio. Uno de los grandes desafíos en este sentido es "entrenar" a todos para estar en la misma sintonía: desde el personal hasta los clientes del salón deben ser responsables y conscientes de sus acciones al separar y reciclar. "Se trata de una energía colectiva. Con el hecho de ser vos mismo más sustentable, estás educando a otras personas a tu alrededor, y esta educación es el primer paso para ser más verde", plantea el peluquero, quien afirma que las respuestas por parte de los clientes son muy positivas. La tendencia crece a la par de la toma de consciencia, y son muchos los que valoran este tipo de emprendimientos.


En cuanto a la infraestructura del local, hay mucho que se puede hacer: la luz natural es muy buena, pero además suele ser necesario recurrir a la iluminación artificial, por lo que Chabot optó por luces LED, económicas y de bajo consumo. Además, cuenta que utiliza reductores de velocidad de agua para los momentos en que no es necesario trabajar con tanta presión, y se reciclan las aguas grises, algo crucial en un rubro en el que el agua es un recurso muy utilizado.


Los productos naturales y de bajo impacto ambiental son aliados imprescindibles y las grandes marcas deben estar a la vanguardia para lograr un cambio profundo. NZO se inscribe en el movimiento Live RAW impulsado por la marca L'Oreal, que con Biolage Raw, ingresa al mercado de los productos orgánicos y naturales con una fuerte impronta sustentable. Desde la marca señalan que Biolage Raw trabaja con fórmulas desde 70 a 100 por ciento de origen natural, 99 por ciento biodegradables, en los que la extracción de los ingredientes es de origen controlado y se contribuye con las comunidades locales de donde se extraen los ingredientes en países como Bolivia, Estados Unidos y Marruecos.


Afirman que se busca desarrollar fórmulas que tengan el mayor porcentaje de ingredientes naturales, pero cuando no existen alternativas naturales se aseguran de que cada ingrediente de las fórmulas no sea dañino para el medio ambiente, desde la producción hasta el uso final. Además, las botellas están hechas con 100 por ciento de plástico reciclado post consumo. La filosofía RAW, que propone la marca, apunta a un nuevo concepto de belleza que involucre también a sus socios más importantes, los peluqueros, a quienes desafía a ser cada vez más sustentables. Destacan el caso emblemático de Alex Chabot en Canadá como un claro ejemplo de que es posible, y una buena posibilidad de multiplicar y expandir el concepto a nivel local.


Gastronomía sustentable


Los locales gastronómicos también tienen una gran oportunidad de marcar nuevos rumbos. Gabriel Balan, dueño de Camping -en las terrazas del Buenos Aires Design, en Recoleta- destaca la importancia de generar y promover hábitos sustentables.


Este emprendimiento nació con la idea de aportar su granito de arena, con una propuesta de gastronomía que recrea una experiencia de campamento urbano en medio de la ciudad. Allí se fomenta el compromiso con el medio ambiente invitando a los comensales a compartir y participar del cuidado del espacio. Balan explica que la idea es no dejar al comensal en un lugar pasivo, sino que mientras está en el espacio, se genera una red de pedidos que tienen que ver con separar los residuos, devolver la vajilla para reutilizarla, dejar el lugar limpio y pedirle a la gente que comparta el lugar. Estas iniciativas sencillas aportan a generar valores positivos de cuidado y respeto de los espacios.

Hace poco más de dos meses, Camping fue catalogada como Empresa B - sistema que refiere a empresas que suman valor desde lo ambiental y social. "Desde el principio entendimos que Camping tenía un compromiso social, y partimos de la idea de proponerle a la gente el lugar funcione gracias a la ayuda de todos. Eso ayuda a que la persona entienda que está en una experiencia comunitaria real. Esto es lo que nosotros llamamos el "espíritu de campamento" y la idea es traerlo a una situación urbana", afirma Balan, quien destaca que el resultado es extraordinario, ya que la gente reacciona positivamente y valora mucho la experiencia en medio de la jungla de cemento en pleno centro de la ciudad a metros de la avenida Libertador.


La elección de materias primas orgánicas también puede ser una manera de volver a lo más simple y natural. En San Isidro, el bistró Alo's apunta a una cocina en la que los platos son pensados según los ingredientes disponibles, respetando la estacionalidad de los productos y la conciencia para utilizarlos en su mejor momento, para aprovecharlos al máximo. En sintonía con estos objetivos, su chef y dueño, Alejandro Féraud, decidió construir su propia huerta para ofrecer productos naturales, frescos y de estación. Una fórmula sabrosa e infalible. Féraud cuenta que allí se cultivan muchas de las aromáticas y verduras que se utilizan en la carta, además de productos de estación. Actualmente están cosechando hinojo, remolacha, acelga, zanahoria, puerro, lechuga -entre otras- y muchísimo cedrón, ya que cuentan con un árbol nativo de Catamarca. Dado que el espacio es limitado, cuenta que el resto de los productos son obtenidos de diferentes productores orgánicos y algunos pocos del mercado central, como bolsas de papa y de cebolla.


"Siento que tanto en la gastronomía como en otros aspectos, poco a poco estamos volviendo a lo natural, a conectarnos con el origen, pero se necesita concientizar aún más. Ojalá aparezcan cada vez más productores independientes que valoricen nuestras tierras, que haya cada vez más huertas, quintas y no sólo a nivel comercial, sino para que todos de alguna forma nos conectemos más desde ese lugar", sostiene el chef, quien se confiesa orgulloso de ofrecer materiales cosechados y recolectados por gente apasionada y consciente, ya que esto es parte del crecimiento y aprendizaje de un proyecto que va inculcando valores a todo el equipo. En esta línea, Martín Gómez Maciel, jefe de cocina de Alo's habla del entusiasmo y del efecto de contagio que esto genera, ya que este tipo de iniciativas son sencillas de replicar en cada hogar, y suman.


A veces las recetas más simples pueden dar los mejores resultados. Multiplicar las alternativas sustentables parece ser una de las nuevas claves de los locales, en una ecuación en la que la creatividad y las buenas ideas dan buenos resultados para todos, incluido el planeta.


Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2052318-locales-sustentables-se-multiplican-en-la-ciudad-de-buenos-aires

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