Pasión por la cocina: una multitud pasó por Masticar, la feria que ya es un clásico
Más de 150.000 personas participaron de la sexta edición en El Dorrego. Con más espacio que años anteriores, hubo más de 30 horas de clases y la gente buscó selfies con los cocineros.
La sexta edición de Masticar ratificó que la gastronomía porteña está en su momento de mayor popularidad. Más de 150.000 personas pasaron por la feria que se realizó en Colegiales y superó la cantidad de asistentes del año pasado, que había sido récord.
La organización de la feria mejoró bastante respecto del año pasado. En primer lugar, al espacio de siempre de "El Dorrego" se le sumaron 6.000 m2 de un predio vecino de la UCA. Y fue un acierto, porque la gente estuvo mucho más desperdigada y fue más fácil circular. También fue más prolijo el ingreso único por la esquina de Zapiola y Matienzo, y hubo suficientes baños y quioscos para canjear el dinero por los tickets con los que se pagan los platos.
Otra novedad fue el espacio con entretenimientos para los chicos. También hubo un amplio escenario donde con más de 30 horas de clases de cocina, un Patio Cervecero, varias barras de tragos, lugares de degustación de vinos y un ciclo de talleres de oficios sobre los alimentos que se vendían en el Mercado.
Los platos volvieron a destacarse. Hubo 40 puestos de restaurantes que ofrecieron platos gourmet por $ 60, $ 80 o $ 100. Para los más carnívoros, no faltaron las parrillas como La Cabrera, El Pobre Luis con sus famosas pamplonas, y Don Julio, con una provoleta con morrones asados que estaba para aplaudir.
Por el lado de los pescados y mariscos también hubo varios destacados. El ceviche de La Mar, el restorán del famosísimo chef peruano Gastón Acurio, fue uno de los preferidos de la gente. También la clásica paella de Oviedo y las ostras de Crizia, otra propuesta que ya se convirtió en una tradición de Masticar.
La feria volvió a ser una muy buena oportunidad para probar alimentos no muy comunes para los porteños. Por ejemplo, un chorizo de ciervo elaborado por Pablo Buzzo, uno de los chefs que más impulsa la cocina patagónica. En el restorán Chila ofrecieron uno de los platos más originales y sabrosos de la feria, un paté de ñandú espolvoreado con ajo negro que generó admiración.
La presencia de los chefs fue también motivo de selfies y comentarios. Pablo Massei, Dolli Irigoyen, Maru Botana y Donato De Santis fueron algunos de los cocineros que se dejaron ver por la feria. La organización de Masticar estuvo a cargo de la Asociación de Cocineros y Empresarios Ligados a la Gastronomía Argentina (ACELGA).
"Se pudo caminar tranquilo, estuvo muy bien. Elena, Oviedo y La Mar fueron los restaurantes que más me gustaron. También los tragos", contó Carlos Alegre, vecino de La Paternal. En tanto, Manuel López, un cordobés de 25 años, agregó: "Es la primera vez que vengo y me encontré con un lugar con muchas ofertas, actividades y bien organizado. El clima por suerte terminó acompañando".
No es casualidad el éxito de Masticar. Este año, Buenos Aires fue elegida Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica 2017, distinción que le otorgó la Academia Iberoamericana de Gastronomía. Es que en los últimos tiempos los eventos de comidas y bebidas vienen creciendo ostensiblemente, y la feria de Colegiales encabeza ese furor.
La idea es reforzar a la gastronomía como impulsor del turismo y el empleo. En Buenos Aires hay más de 10.700 restaurantes y bares que le dan trabajo a 150.000 personas. En este sentido, el Gobierno porteño también viene apoyando eventos como el festival dedicado a la carne que se hizo en el Hipódromo de Palermo o el campeonato nacional de asado que se realizó en la 9 de julio en octubre pasado.
Link a la nota: https://www.clarin.com/ciudades/masticar_0_SJHQIQ8lZ.html
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