San Telmo y Palermo son los barrios de Buenos Aires que concentran el espíritu bohemio, el "Zeitgeist", de una ciudad en constante transformación. Sin embargo, la zona del sur porteño había quedado rezagada frente a una imparable "palermización"que colonizó casi todo: Chacarita, Villa Crespo, Almagro, etcétera. Ahora, en cambio, algo empezó a cambiar en la otra punta de la urbe. San Telmo pasó de ser aquel barrio antiguo (donde se fundó Buenos Aires en parque Lezama) a un polo gastronómico y de tiendas de diseño que a simple vista podría confundirse con algo de "palermización", pero que, en realidad, destila un estilo propio: informalidad, genética tanguera con impronta rockera, cierto tribalismo cultural, y un espíritu de pertenencia "al barrio" que en Palermo ya se perdió hace mucho tiempo. De los viejos anticuarios, los rockeros encallados en el tiempo y los etílicos candombes del fin de semana todavía puede hallarse algo, pero los flamantes restaurantes (para todos los gustos), las cervecerías artesanales, las ruidosas hamburguecerías y las almas modernas que viven en la zona lograron un cribaje que tiende a expandirse y consolidarse como identidad.
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