Marismo y Gran Dabbang se fusionaron en una cena de Mundo Epicúreo en José Ignacio
JOSÉ IGNACIO.- Un encuentro de dos amigos entrañables de más de 20 años.Casi doscientas personas disfrutaron de la cocina en tandem de Federico Desseno y Mariano Ramón en una noche que recorrió los sabores de la India en la que Ramón, chef de Gran Dabbang fue el invitado de Desseno en su restaurante Marismo, en el marco del programa Mundo Epicúreo de HSBC de la mano de Bodega Trapiche.
Hace mucho calor en Punta del Este pero Federico y Mariano no lo registran y están alrededor de horno de barro, se hacen chistes picantes de ese tipo que solo se admiten con la familia, se ríen, recuerdan anécdotas de cuando arrancaron, antes del 2000, y trabajaban en Los Negros con Francis Mallmann o cuando Mariano hizo temporada en Marismo, allá por el 2004. Cada uno tiene su plato preferido del otro, Mariano muere por la provoleta de Federico y éste admira la codorniz que prepara Mariano.
De lejos podrían ser dos niños jugando, pero no. Son dos chef consagrados manos a la obra para brindar una noche de lujo sin descuidar un solo detalle. "Valoramos muchísimo la cocina y lo que nos importa es lo que la gente come", dice Federico.
Estar en Marismo implica estar en un restaurante de playa donde los pies tocan la arena pero también podría ser una quinta donde se puede juntar frutas para la comida. Allí conviven un níspero y un pino elliottii, con árboles cítricos de kinoto, de limón siciliano, otro de lima dulce, un ciruelo y un paltero. "El 80 por ciento del jardín se hizo de gajos que me dio Rita, una viejita del faro y los planté yo mismo", cuenta Federico mientras se detiene un segundo a contemplar su jardín con las mesas de madera de acacia negra qué el mismo hizo gracias a sus dotes de carpintero, casi listas para recibir a los invitados.
La hora de la cena
"La cocina de hoy está en manos de Mariano y yo lo que hago es acompañarlo, por supuesto que conversamos sobre el producto, qué plancha usar o qué horno", dice Federico, y Mariano agrega: "Él pone el conocimiento de los fuegos y yo la comida".
Para arrancar la noche, se sirven platitos callejeros de la India. Ensaladitas de distintas verduras de estación como berenjena, tomate, durazno e higos, con todo tipos de panes. Luego, como plato principal, viene un cordero y un pescado, corvina negra de Rocha, cocinado al horno de barro con un curry con leche de coco, lemongrass, jengibre, mostaza e hinojo. Todo se marida con los vinos de Trapiche Gran Medalla Malbec y Chardonnay. "Son los vinos clásicos, perfectos para esta comida", apuntan los chefs.
Para el final, los comensales se deleitarán con un Kheer, un postre típico de la India, un budín a base de leche y azucar con arróz, trigo y fideos, aromarizado con cardamomo, pasas, azafrán y pistachos.
El arte de cocinar
"La cocina es un oficio puede tener algo artístico cuando hay un montaje, pero me parece que nosotros somos parte de un oficio más que de un arte", afirma Federico, pero la experiencia que propusieron esta noche plantea la duda y si no es arte, es algo que se le parece mucho.
El programa Mundo Epicúreo de HSBC, nacido en 2013, procura acercar la alta gastronomía a sus clientes. "Este año hicimos una nueva alianza con la bodega Trapiche, así que todos los restaurantes que forman parte de Mundo Epicúreo, tanto en Buenos Aires, como en Punta del Este, José Ignacio, Cariló y Pinamar, ofrecen a nuestros clientes la invitación del vino Medalla de Trapiche y el café. Nosotros no basamos nuestra estrategia de gastronomía en descuentos, lo que proponemos es una experiencia gastronómica de alta gama", concluye Julia Lois, marketing Head de HSBC. Esta será una de las tantas noches inolvidables que Mundo Epicúreo promete para el 2020.
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