lunes, 24 de junio de 2019

Clarín - Sociedad - Otra vuelta de café en la Boston: lograron reabrir la tradicional confitería de Mar del Plata

Otra vuelta de café en la Boston: lograron reabrir la tradicional confitería de Mar del Plata

Estuvo cerrada un año. Once empleados se pusieron al frente del “operativo rescate” y las medialunas de este ícono de la ciudad volvieron a tener su receta histórica...y secreta. 


Harina refinada, levadura, manteca de primera calidad, huevos, leche, esencias y, especialmente, la mano de expertos. Pero no más detalles. "Técnicamente, por motivos de exclusividad, no damos la receta". Lo dice Cristian Juárez, el maestro repostero de la Boston de Mar del Plata, la confitería que renace y que vuelve a tener en oferta la mejor medialuna de la ciudad balnearia.
Después de doce meses con las persianas bajas, la famosa Boston, un ícono de Mardel, reabrió las puertas a principio de mes pero en formato de cooperativa, gracias a once empleados que acamparondentro del local de la Av. Buenos Aires, resistieron despidos y meses sin cobrar el sueldo... y finalmente tomaron las riendas.
Símbolo de La Feliz, "La Boston", que se inauguró en 1958 y a fuerza de sus sublimes medialunas se convirtió en un clásico de la ciudad balnearia, en 2016 su histórico dueño Osvaldo Amado la vendió a dos hermanos, quienes prometieron inversión y ampliación; sin embargo sobrevino la debacle: inclumplimiento de salarios, cierre de sucursales y el despido de 80 empleados.
Entre junio de 2018 y el mayo de 2019, el salón principal del local frente al Casino Central se transformó en una suerte de campamento donde los familiares de los empleados "sobrevivientes" pasaron largos meses sin bajar los brazos "ante el destrato de los hermanos Juan Manuel y Pablo Lotero", según denunciaron ante la Justicia.
Dueños de la tradicional casa de te, dulces y sanguchitos, los Lotero fueron apartados por el Juzgado en lo Civil y Comercial N°9, a cargo de la doctora Patricia Gunsberg, quien ordenó que se hiciera la Boston tradicional una Sindicatura, que determinó que los propios empleados reabrieran la confitería: ellos la reacondicionaron, la tunearon y se tiraron a la pileta. "Prueben a ver cómo les va en los próximos meses", les dijo el síndico Daniel Di Naccio.
"Desde 2016 que la Boston cayó en desidia y abandono, por lo que levantarla no es sencillo, pero advertimos que los empleados están muy enchufados para la remontada", le cuenta a Clarín Di Naccio, quien como marplatense anhela que "este clásico nuestro pueda salir adelante y reinstalarse en el paisaje de La Feliz".
No será una empresa fácil el salvataje, ya que para poner los números al día, pagar las deudas y los sueldos, "se necesita recaudar por día unos $50.000, algo así como un millón y medio de pesos por mes. Hoy en día, las ganancias están dejando un neto de entre 20 y 25 mil pesos", releva Di Naccio.
Con la bandeja siempre lista. Ariel, uno de los empleados que se arremangó, se puso a trabajar y soportó las adversidades. Foto: Christian Heit
Con la bandeja siempre lista. Ariel, uno de los empleados que se arremangó, se puso a trabajar y soportó las adversidades. Foto: Christian Heit
La vida comercial de Mar del Plata atraviesa un fuerte parate, según se pudo comprobar en una recorrida que hizo Clarín durante la primera quincena de junio -"suele ser la peor del año", desasnan los comerciantes-, en la que locales de ropa, restoranes y cafés lucían casi desérticos. Y en los dos desayunos en la Boston, la única mesa ocupada durante casi dos horas fue la de este cronista.
"Estamos pensando en ofertas, en promociones, lo que sea para que entre plata, por eso también queremos brindar nuestro servicio a hoteles; la crisis es notoria y a nosotros nos pega particularmente", hacen saber Lucía Acuña y Carolina Jara, dos empleadas históricas de la confitería. "No entra nadie a ningún lado, no sólo acá, pero tenemos la ventaja que somos una marca de referencia y depende de nosotros los empleados", acota Ariel.
Mientras en la vereda un grupo de señoras exclaman con alegría "pero sí, mirá, está abierto", otro ilustre de la confitería es el joven-viejo Eduardo Fernández, que tiene 41 años y 27 trabajando en la Boston, adonde empezó como che pibe. "Entro a las seis de la mañana y me voy a las ocho o nueve de la noche. Lo hice siempre con los patrones, mirá si no lo voy a hacer ahora que estamos solos y que es cuando debemos dejar las tripas para rescatar a este tesoro marplatense", se apasiona el designado encargado.
Los "dueños" de la ilusión. Ellos son los que están al frente de ponen el cuerpo cada día, estando interminables horas para salvar la fuente de trabajo y rescatar un "tesoro" marplatense. Foto: Christian Heit
Los "dueños" de la ilusión. Ellos son los que están al frente de ponen el cuerpo cada día, estando interminables horas para salvar la fuente de trabajo y rescatar un "tesoro" marplatense. Foto: Christian Heit
Fernández confía en la permanencia de la firma y tiene en mente la fecha 9 de julio, "que es a partir de cuando Mar del Plata se transforma en otro país. Ya tenemos pensadas ofertas, promociones para volver a llenar el local. Y estamos focalizados en optimizar la calidad de nuestros cinco productos de cabecera: la medialuna, el borrachito, el alfajor artesanal, el budín inglés y el pan dulce".
"Siempre nos distinguió la calidad, pero los últimos dueños cambiaron las fórmulas de recetas que tenían 60 años, utilizando materias primas baratas y retaceando calidad y cantidad", revelan indignadas Carolina y Lucía. "La Boston siempre se distinguió por mercadería de primerísima calidad y la decadencia se llevó todo puesto", levanta la voz a la distancia Aroldo Alderete, otro de los próceres, con dos décadas de antigüedad.El mencionado Juarez, uno de los responsables de la repostería de la confitería, suelta casi con alivio que "volvimos a tener la mejor medialuna de Mar del Plata, no sólo por el amor que se le pone a la cocción, sino por la materia prima que estamos utilizando, que volvió a ser de súper calidad".
Recuerda Cristian que en los últimos años les habían ordenado "bajar la calidad de los productos, poner margarina en lugar de manteca... peor que una herejía. Eran órdenes y yo obedecí, no podía decir que no, pero hoy me opondría".
Sublimes. Las deliciosas medialunas de la Bostón se constituyeron en una marca registrada y, tal vez, el motivo principal del crecimiento de la famosa confitería. Foto: Christian Heit
Sublimes. Las deliciosas medialunas de la Bostón se constituyeron en una marca registrada y, tal vez, el motivo principal del crecimiento de la famosa confitería. Foto: Christian Heit
El especialista del "cortadito". Aroldo Alderete, es el encargado de las especialidades gastronómicas y la cafetería de punta de la confitería de la Av, Buenos Aires y Moreno. Foto: Christian Heit
El especialista del "cortadito". Aroldo Alderete, es el encargado de las especialidades gastronómicas y la cafetería de punta de la confitería de la Av, Buenos Aires y Moreno. Foto: Christian Heit
Soplan aires de cambio a orillas del mar. Agotamiento y satisfacción conjugan los rostros de estos empleados, que se multiplican en las tareas : "Tenemos la camiseta puesta de la Boston y estamos muy entusiasmados de cara al futuro. Estamos compenetrados a llevar a la firma al lugar en el que estuvo, vamos por el camino correcto. Y confiamos en que si crecemos, muchos podrían recuperar su fuente de trabajo".
Tanto Lucía, como Carolina, Eduardo, Aroldo y Cristian coinciden en la necesidad de "recuperar la dignidad que perdimos. Necesitamos redoblar esfuerzos para que el cliente recupere la confianza que perdió cuando advirtió que la Boston había dejado de ser lo que fue", coinciden.
El reclamo de los empleados obtuvo un importante eco y un fuerte apoyo de dirigentes políticos y gremiales y hasta logró visibilidad gracias a la colaboración de famosos como Marcelo Tinelli que se solidarizaron y difundieron la problemática.
Apoyo importante. El de Marcelo Tinelli, quien se hizo presente cuando la sucursal de la Av. Buenos Aires se encontraba cerrada al público.
Apoyo importante. El de Marcelo Tinelli, quien se hizo presente cuando la sucursal de la Av. Buenos Aires se encontraba cerrada al público.
"De a poquito, muy lentamente, estamos empujando para salir adelante", explica Acuña.
Para dar a conocer lo que estaban pasando, los once empleados empezaron el año pasado a ofrecer -en la vereda- un café y una medialuna gratis, acompañados de un comunicado explicando la delicada situación. Luego pusimos un cartelito que decía 'a voluntad' y ahí sí sentimos el apoyo de todos", recuerdan Aroldo y Carolina, que son pareja.
"Fue fundamental el apoyo de los gremios gastronómicos y pasteleros" -dicen-, quienes aportaron la materia prima (café, té, harina, azúcar, manteca) para seguir produciendo y vendiendo mercadería y en la puesta a punto del local, "que se estaba cayendo a pedazos".
En la última Semana Santa, los 11 se pusieron el overol para vender empanadas de vigilia, roscas, huevos de pascua y triples de atún y queso, o atún y tomate", rememoran sin dramatismo. "Creo que la gente, el vecino, vio cómo nos deslomamos para salvar esta marca histórica de Mar del Plata y se conmovió para darnos una mano".

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