viernes, 6 de mayo de 2016

La Nación - Gastronomía - Feria Masticar: 3 combos por $ 200

Feria Masticar: 3 combos por $ 200

¿Qué elegir entre los 50 puestos de comida? Armamos algunas rutas posibles, tanto para los que quieren comer como en casa, como para los que buscan probar sabores nuevos
Gravlax de trucha, risotto al limón y volcán de dulce de leche.

En la Feria Masticar, que ya arrancó y abre hasta el domingo de 12:00 a 22:00 hs, rige la regla de "Elige tu propia aventura". Está en cada uno empezar comiendo empanadas salteñas, pasar a un ceviche peruano y terminar con un strudel de manzana y crema, maridado por vinos y tragos a elección. O tal vez ir por un camino más carnívoro de bondiola braseada, jamón de pato y ravioles de jabalí.
Lo mejor del evento, sin dudas, es que los que cocinan son los mejores chefs de Buenos Aires, entre ellos Narda Lepes, Germán Martitegui, Donato de Santis, Fernando Trocca y Dolli Irigoyen, quienes sirven sus especialidades a la cuarta parte de lo que salen entre las paredes de sus restaurantes. Así, un menú de tres pasos armado a piacere con entrada, primer plato y postre se paga dos billetes de cien.
A continuación, tres sugerencias para abrir el apetito antes de visitarla y no marearse entre sus 50 puestos de comida.

Conocidos reversionados

El primer combo cuenta con platos tradicionales que a la feria llegan en su mejor versión. El gravlax de salmón, curado con sal, azúcar y eneldo, ya lo conocemos y lo queremos. Justamente por eso es que hay que darle una chance al de trucha arco iris traída de Neuquén por el chef Pablo Buzzo. Se sirve con brotes y piñones de araucaria, más verdes de acompañamiento, y cuesta $ 70. Una entrada fresca para empezar.
Se puede seguir con un plato cálido y contundente como el risotto al limón de Dolli Irigoyen en su Risotteria a $ 70. Viene con una burrata perfecta y caponata, un guiso italiano de cebolla, berenjena, ajo y apio en vino blanco. Para el postre, otro conocido reversionado hecho por la pastelera Pamela Villar en su Yeite. En vez de chocolate, su volcán es de dulce de leche y sale con crema. Hay que esperarlo 3 minutos pero vale la pena. Sale $ 50 y es apto para 2 o 3 cucharas.

Arriesgados para todo público

Empanadas de Chila
Empanadas de Chila. Foto: LA NACION / Paula Salischiker
Este recorrido es para los que no le temen a lo desconocido. Se empieza con las empanadas de Chila, servidas por la energética Soledad Nardelli rellenas de vacío sabroso, pasas y salsa picante opcional. Relleno convencional para una masa negra como el carbón. Vienen de a dos y cada bolsita sale $ 70. De primer paso, los pulpitos de Basa que vienen enteros y crocantes. La tapa estrella del restaurante y bar de Retiro que se sirven en miniatura con crema de maíz, puré rústico de papas, aceite de oliva y mucho pimentón ahumado. El plato cuesta $ 80.
Pulpitos de Basa. Gentileza restaurante
Pulpitos de Basa. Gentileza restaurante.
De postre, viajamos a Elena, el restaurante del Four Seasons Hotel Buenos Aires que es reconocido por su brunch y sus platos pero también por sus helados Dolce Morte, con gustos delirantes y creativos. El de Masticar este año es de dulce de leche ahumado (sí, el helado), y viene con duraznos, merengue de maní y syrop de stout (un jarabe suave con notas de cerveza amarga).
Helado Dolce Morte de Elena
Helado Dolce Morte de Elena. Foto: LA NACION / Paula Salischiker

Sabores de la abuela

La última familia de sugerencias es para los que buscan sentirse como en casa. Para empezar, una mezcla entre las típicas patatas bravas españolas y las rabas de la costa. Astor sirve rabas bravas, calamares apanados fritos con salsa picante ahumada y alioli de ají amarillo. Pica, pero no espanta. Y cuestan $ 50.
Sándwich de milanesa de cerdo alla Donato. Gentileza Cucina Paradiso
Sándwich de milanesa de cerdo alla Donato. Gentileza Cucina Paradiso.
Seguimos con un sándwich de milanasa alla Donato de Santis. O como eligió llamarlo el chef de Cucina Paradiso: Panino con cotoletta di maiale alla milanese. Es de carré de cerdo bien ancho y tierno, empanado y al horno con un poco de aceite neutro. Se sirve en un pan 100% masa madre con salsa tártara casera, lechuga arrepollada y cebolla morada. Sale $ 80 y contenta a dos.
De postre, el de la familia de Tomás Kalika, de Mishiguene. Se llama babka, que significa abuela en polaco y bielorruso, detalla el chef: "como la falda de una abuela, sus pliegues están rellenos de chocolate, canela y frutos secos, es tibio y tierno". Cuesta $ 50, la nostalgia es gratis.

Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1895822-feria-masticar-3-combos-por-200

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