Larreta piensa en gastronomía y construcción para aliviar aislamiento a partir del lunes
Le llevará propuestas al Gobierno para flexibilizar cuarentena, con temor por mayor circulación y uso del transporte público.
El Gobierno porteño define la flexibilización de una nueva etapa del aislamiento obligatorio con la preocupación de que el alivio para algunas actividades se transformará en un retroceso en el conteo de casos de contagios por coronavirus. Intenta dar aire en medio del parate a las actividades que no generen demasiada circulación de personas y con eso el transporte del virus en la geografía más castigada del país por la pandemia, que si bien contabiliza algunos casos menos que el conurbano, lo hace también en menor cantidad de habitantes y kilómetros cuadrados.
Como fuere, Horacio Rodríguez Larreta evalúa la demanda de vecinos a los que nota fatigados por la cuarenta y relajados con respecto a las normas que se imponen en la emergencia sanitaria. Por otro, intenta atender reclamos para que se reanuden actividades y se amortigüe el perjuicio económico, pero a la vez no hay ningún dato objetivo referido a los contagios sobre el cual apoyarse para una flexibilización. Le agregan, como alerta, la explosión de contagios en los barrios más vulnerables de la Capital Federal.
De esa manera, ayer fue el vicejefe porteño, Diego Santilli, el vocero de las iniciativas que el Gobierno analiza para plantear en Olivos y anunciar al fin de la fase presente del aislamiento preventivo y obligatorio.
Santilli, tal como anticipó este diario, contó que la Ciudad de Buenos Aires trabaja en “diferentes alternativas” que le presentará a la Nación esta semana, con la idea de “ir generando una cierta movilidad gradual de la economía” a partir del próximo lunes.
“De de acá al 10 de mayo la cuarentena será como está y, en adelante, lo que vamos a hacer es presentarle diferentes alternativas al Presidente, de acá al jueves”, detalló el vicejefe y ministro de Seguridad y Justicia, acerca de las decisiones de la administración porteña.
Entre otras actividades, que inclusive ya se habían anunciado, el funcionario mencionó la venta de comida para llevar, que no generaría gran circulación de personas ya que está vigente el delivery y las casas de comida tienen la cocina funcionando.
Un tema más complicado es el de la construcción, que se habilitaría en horario que no acumulen personas en el transporte público ya que calculan que esos trabajadores vienen mayormente de la provincia de Buenos Aires.
“Estamos analizando sectores profesionales en los que la movilidad no es tan alta”, explicó el vice de Larreta.
Además de mencionar “avanzar en el take away” y en obras de construcción, el Gobierno porteño haría también una apertura para otros sectores, siempre analizando que no se genere mayor circulación.
Para Santilli, permitir que un pedido de comida se pueda retirar en el negocio “puede mejorar al comerciante gastronómico en el pago de los salarios de su gente, pero no pone más gente en la calle, porque ya está trabajando con delivery, y la cocina ya está abierta”.
En cuanto a la construcción dijo que se puede abrir “en sus diferentes facetas y por metros cuadrados”, pero atendiendo a que “el 75% de los obreros de la construcción vive en la provincia de Buenos Aires y su medio de transporte es el tren, el colectivo o el subte”.
Para el Gobierno porteño, sin embargo, lo esencial es mantener que “la cuarentena” continua en la Ciudad de Buenos Aires.
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