Terrazas y veredas: un poco de aire libre en el verano porteño
Se sabe: Buenos Aires es una jungla de cemento, donde los edificios ocupan el lugar de los árboles y los autos surcan los caminos urbanos. Por suerte, aún entre tanto edificios y asfalto es posible encontrar refugios: bares y restaurantes que permiten ver el cielo enmarcado de árboles y estrellas. Terrazas, veredas anchas, patios o jardines a modo de pequeños oasis ciudadanos. Beber allí una copa de vino, disfrutar una comida completa o de un aperitivo apenas atardece permite sentirnos por unos instantes en medio de las vacaciones. Aquí, un recorrido por novedades abiertas en 2019
Tomo 1
Tomo 1 es uno de los mejores restaurantes del país: comandado por Federico Fialayre, su cocina está en un gran momento de madurez. Pero el alto precio y ese aire de exclusividad convierten a este lugar en una figurita difícil. La novedad 2019 es que acaban de terminar su remodelación, sumando una gran terraza con vista al obelisco abierta solo de noche para tapeos. Tras incorporar un dispenser de vinos por copa, pueden ofrecer por ejemplo un Vive Rosé de Altavista por $200 (también una copa de Nicolás Catena 2015 a $2000), junto con cócteles (Maker's Manhattan, Ponche Mbaracuyá, entre otros) y tapas como croquetas de choclo, dumpling de camarones o gnocchi de sémola con bresaola ($300 cada tapa). Una manera distinta para ir a un lugar fantástico. En Carlos Pellegrini 521
La Fuerza
Protagonista de la revolución gastronómica de Chacarita, La Fuerza va por más, arrancando el 2020 con una flamante terraza desde donde ver por arriba a la Av. Dorrego. El plan es pedir un Rojo (uno de los vermús de la casa, a base de malbec, elaborado en Mendoza) con soda y un triolé con queso, muy buenas aceitunas y algún embutido; con esto alcanza para sentirse en modo vacaciones. Ni hablar si la elección son las papas fritas a caballo, que llevan directo a la infancia. En Av. Dorrego 1409
Amaro. Hnos
Una cerveza, un cóctel; una pizza hecha en un precioso horno Capelli alimentado a quebracho y espinillo hasta 450°C. Una amplia vereda de barrio y la gran sombra de un ceibo añoso. Todo esto ofrece Amaro Hnos., el proyecto familiar de dos hermanos en una esquina de Núñez. El lugar enciende el horno a la mañana y lo apaga con la última estrella. Lo mejor: ir al atardecer, cuando el bartender Alejandro Zielli prepara fantásticos Pimms Cups (trago veraniego a más no poder), para acompañar pizzas de papa y ricota o queso azul y calabaza, entre otras. En 11 de Septiembre 4202
Invernadero
Gin Tonics tirados y tapas sabrosas, en un ambiente glamoroso: así es Invernadero, el bar abierto en lo que supo ser el café Macedonio, conectado con la Plaza del Lector y la Biblioteca Nacional. El gin es elaborado por los hermanos Bruno y Franco Moretti (también hacen la tónica artesanal), y el toque especial lo suma Juani Calcaño, jefe de barra con muchísima experiencia: el Casa Tomada tiene pétalos de rosa y pepinos; el Juguete Rabioso lleva manzana verde, cardamomo y pimienta, entre muchas más opciones. Lo mejor: sentarse en su patio, al pie del imponente edificio diseñado por Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga, con un copón en mano, picando unas croquetas de bechamel, parmesano y panceta. En Agüero 2502
Surubí
Un poco de Paraná en el centro de Palermo. Eso es Surubí, la única propuesta hoy en Buenos Aires especializada en los pescados de los ríos mesopotámicos. Pacú, surubí, dorado, entre otros, preparados a la parrilla, a la pizza, en milanesa, con roquefort, al paquete, en chupín. Hay para todos los gustos, siguiendo tradiciones compartidas en el litoral argentino. El creador de esta casa es un santafesino que, viniendo mucho a Buenos Aires, extrañaba sus platos regionales y decidió hacerse cargo de esa falta. De noche, la terraza es perfecta para disfrutar unas empanadas de surubí y un escabeche junto a un buen vino blanco, y sentirse así a orillas del Paraná, con los pies casi tocando el agua. En Soler 4611
Gontran Cherrier
Con vista directa a Plaza Armenia, Gontran Cherrier es una de las muy buenas aperturas de 2019. Vereda grande, una terraza-balcón que se llena cada noche y una gran propuesta de panadería francesa, muy buen café y sándwiches para pasar desde el desayuno a la cena. Creada por un panadero francés (de nombre, claro, Gontran Cherrier, reconocido por sus libros de cocina y programas en TV), esta es la primera sucursal en Latinoamérica de una cadena con presencia en Asia, Europa, América y Australia. Mucha calidad en los ingredientes (incluso la harina y la manteca se importan desde Francia), gran técnica y una brioche de jamón y queso que es una delicia. En Malabia 1805
Revuelta
Un jardín con deck de madera, plantas y mucha luz en la zona fuerte del Palermo gastronómico. Revuelta es una gran novedad que dejó el fin de año, un restaurante delicado y delicioso, como parte del Hotel Own Gran Palermo Soho. Allí trabaja el cocinero Federico Nudelman, jugando con sabores del mundo bajo una mirada propia. Desde una lisa ahumada con mayonesa de lima, hinojos escabechados y ajo confitado hasta un fatay de cordero con yogurt y menta, pasando por una suerte de gefilte fish hecho con langostinos y una ensalada de pak choy, habas y pomelo. Creatividad, sabor, precios muy razonables. Y un jardín para descubrir. En Gurruchaga 2121
Francisca
Desde hace unos años, el paseo gastronómico frente al Rosedal es uno de los grandes puntos de encuentro a cielo abierto de la ciudad, con marcas reconocidas ofreciendo una cocina dirigida a familias y comensales jóvenes. Hamburguesas en Williamsburg, ahumados en Rock & Ribs, cervezas y música en Avant Garten son los highlights junto a Möoi, Santa Crepa y Starbucks, entre otros. La última novedad: Francisca. Estética de aires marroquíes con gran carpa en el exterior, un horno a leña y gas de donde salen ricas pizzas, mollejas de corazón y provoleta, entre más platos. La pizza de straciatella -la parte cremosa de la burrata- es el hit de la casa. Para beber, cervezas y cócteles. Un lugar aún de estreno con vista a los lagos de Palermo. En Av. Infanta Isabel 110
Enero
El nombre ya lo dice todo: Enero busca emular un espíritu vacacional y veraniego a ultranza. Y lo logra, especialmente en su enorme espacio al aire libre, frente al Río de la Plata, en la Costanera Norte (ahí nomás del aeropuerto Jorge Newbery). Menús de mediodías tranquilos a muy buen precio; noches largas y glamorosas que muchas veces se estiran en fiestas con DJ y champagne francés, un horno de barro de donde sale el ojo de bife de 650 gramos o el salmón con cous cous, entre muchas más opciones. Vinos, cócteles, y una ambientación que hace imaginar que uno está en algún parador canchero de José Ignacio. En Av. Rafael Obligado 7180
Trade
La terraza más espectacular de Buenos Aires la tiene Trade, el bar abierto en los últimos pisos del Comega, uno de los grandes edificios racionalistas de la historia porteña.
Con barra propia y una vista de casi 360° de la ciudad, Trade es uno de esos lugares que, sí o sí, hay que conocer al menos una vez. Indispensable para turistas que quedan maravillados de esa imagen aérea de la ciudad, pero también para locales que no estamos acostumbrados a observar a Buenos Aires desde tan arriba, todo el espacio está diseñado mirando hacia afuera. Dato no menor: los cócteles son deliciosos. En Av. Corrientes 222
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