Viajes con buen gusto. Ocho experiencias gourmet en museos internacionales
La tradición culinaria en los museos no es un fenómeno nuevo, sin embargo, la tendencia sí se yergueLS sobre las grandes figuras que toman la batuta de las cocinas puertas adentro y ponen sobre la mesa opciones que compiten casi a la altura de las obras de arte que las rodean.
Los museos han abierto sus brazos. Hoy la moda, el diseño industrial o la joyería se abren paso en las salas de exhibición, ganando valor en la apreciación de otros modos de construir la belleza y la proyección creativa. Las salas se vuelven centros de experiencias, donde ver la obra es sólo parte de ella. El resto de estímulos la completa, perfecciona, distingue. Pero no todo queda allí: algunos museos están destacándose también por sus atractivos gastronómicos, donde el visitante se tienta al recorrido a partir del efecto culinario. Ocho hallazgos entre obras de arte para disfrutar con todos los sentidos.
Nueva York: el sueño americano con vista al río
La mayor reunión de arte norteamericano de artistas vivos se concentra en el Whitney Museum of American Art , allí se luce Untitled, un restaurante estadounidense de temporada en manos de la ingeniosa Suzanne Cupps. Apoyándose fuertemente en las verduras, el menú se presta fácilmente para compartir. Sutiles influencias globales crean momentos de descubrimiento e inspiración mundana.
Diseñado por el renombrado arquitecto Renzo Piano, con vistas al río Hudson; High Line Park y a las obras de arte del museo, el espacio con paredes de vidrio combina el interior y el exterior a la perfección, evocando el espíritu transparente de la cocina.
Londres: pasión italiana en el Támesis
Un lugar verdaderamente único sirve un menú británico inspirado en los productos de cada temporada, con destacados proveedores sostenibles de todas las islas británicas. La cocina del restaurante Rex Whistler de la Tate Britain, dirigida por el chef, Alfio Laudani, trata a todos los productos con gran cuidado y respeto, utilizando técnicas de cocina clásica y toques modernos.
Tate torra su propio café. Utilizan el café en los postres y el año pasado usaron su café para curar la pechuga de pato y para hacer un aperitivo de jamón.
Bilbao: museo a la sombra del chef
El icónico museo Guggenheim de Bilbao podría fácilmente eclipsar a cualquier restaurante, pero ese no es el caso de Nerua, donde la brigada de jóvenes chefs prepara bajo la batuta de Josean Martínez Alija una cocina de vanguardia tradicionalmente española y se ha ganado adeptos por fuera de los concurrentes asiduos del museo.
Nerua refleja la propia arquitectura del Guggenheim, con paredes blancas, platos en forma de pergamino y sillas con respaldo del galardonado diseñador neoyorquino Frank Gehry (responsable del diseño del edificio del museo). También hay una amplia terraza con vistas al impresionante exterior del museo.
Singapore: la filosofía del todo
La última joya de la corona artística de Singapur, la National Gallery Singapore, es una institución de artes visuales que alberga una colección incomparable de arte moderno del sudeste asiático.
Odette, un sofisticado restaurante francés dirigido por Julien Royer con los mejores ingredientes de temporada y los productos artesanales de todo el mundo, ponen el centro de atención en platos elegantes y refinados.
La filosofía culinaria ha sido bautizada por el chef como "la teoría del todo": explora la belleza visual de los ingredientes crudos de la cocina de Julien, desglosada y reimaginada en un universo surrealista de formas que flotan y se asientan, a la deriva y en piruetas.
París: el Palais de Tokyo
Construido con motivo de la Exposición Internacional de 1937, alberga dos museos distintos: el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de París, por un lado, y el Museo Nacional de Arte Moderno, por el otro.
Monsieur Bleu, el restaurante diseñado por el arquitecto Joseph Dirand basándose en parte en el glamour del Art Decó, es espectacular: mármol verde, banquetas de terciopelo y lámparas de araña geométricas.
El chef Benoit Dargere ha creado un menú que bien representa al lugar: atemporal, internacional y juguetón. Ha mantenido su particular apego a la cocina francesa al revisar los clásicos en toda medida y elegancia.
Londres 2: alto nivel
Londres encierra en sus edificios terrazas que descubren vistas sorprendentes. Level 9, en ese mismo piso de la antigua central eléctrica devenida en el edificio más nuevo de las galerías Tate. El chef principal, Jon Atashroo, lidera un equipo que ama producir sabores increíbles e inolvidables. Sus platos proponen comer más local. Menos millas aéreas, menos embalaje, menos plástico.
Turín: la casa del arte
Restaurante, cafetería, trattoria contemporánea: estas son las almas que coexisten en Spazio7, un lugar de encuentro entre la cocina italiana y la experimentación natural parte integral de uno de los centros más importantes dedicados al arte contemporáneo, la Fundación Sandretto Re Rebaudengo. En el primer piso se encuentra el Restaurante, diseñado y construido por Claudio Silvestrin, arquitecto de todo el espacio.
Integración, experimentación y contaminación cultural: estos son los desafíos diarios que enfrenta la brigada de cocina, dirigida por Alessandro Mecca.
Ámsterdam: La mesa naranja
RIJKS, el restaurante del Rijksmuseum de Amsterdam, abrió sus puertas por primera vez en el 2014, con Joris Bijdendijk a la cabeza del restaurante. Fue galardonado con una estrella Michelin en 2016. Las diferentes regiones de los Países Bajos tienen una gran cantidad de verduras especiales, frutas, carne y pescado. Pero también se producen tradicionalmente quesos, embutidos y panes. Su filosofía se asienta en todo lo contrario a lo que se puede esperar de un espacio gastronómico de museo: low food, importancia en la experiencia, disfrute de la sobremesa. Imperdible: la versión actual del plato de remolacha. Sólo están la salsa y la remolacha.
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