lunes, 17 de diciembre de 2018

Clarín - Entremujeres - La hora del gin “made in Argentina”

La hora del gin “made in Argentina”

En los últimos tiempos, cada vez más emprendedores se animaron a producir destilados en el país. Aquí, cuatro historias de gin, vodka y whisky nacionales. Salud.

La mística del producto gourmet hecho a pequeña escala, con participación humana y un seductor aura de autenticidad, desembarcó hace años en el universo etílico. Las primeras en hacerle frente a las grandes marcas industriales fueron las cervezas artesanales. Ahora es el momento de las espirituosas con personalidad propia. Sólo este año aparecieron una decena de nuevas marcas de ginfabricados en microdestilerías nacionales con equipos de trabajo que rara vez superan las cinco personas. A pesar de tener más de 4 siglos de historia, esta bebida a base de bayas de enebro y botánicos atraviesa su momento de mayor popularidad en las barras del mundo.
En Argentina el fenómeno se replica con restaurantes y bares que ofrecen cartas exclusivas de gin con una fuerte de protagonismo de etiquetas de pequeños emprendimientos nacionales que le compiten a los importados con prestigio de calidad premium.
El vodka y el whisky, aunque en menor medida debido a altos costos que implica su añejamiento, también son parte de esta tendencia sostenida por la pasión de productores dispersos en diferentes punto del país que, sin embargo, en muchos casos están interconectados. La reciente formación de una asociación de microdestiladoreshabla de la vocación de optimizar y unificar criterios de calidad en esta actividad de la que se estima que ya participan veinte emprendimientos.
ALBERTO HELMICH, Gin D1313
Alberto Helmich, orgulloso de sus productos.
Alberto Helmich, orgulloso de sus productos.
"Nos fuimos ganando el respeto"
Ya hace quince años que el patagónico Alberto Helmich empezó a desarrollar sus bebidas elaboradas con agua pura del Cerro Frías en su microdestilería de El Calafate. Esta historia arranca a fines de los ‘90, en Austria, donde aprendió técnicas y de donde trajo bibliografía y el equipamiento básico para perfeccionarse a fuerza de prueba y error con un pequeño alambique de cobre.
En 2007, cuando inscribió su emprendimiento en el Instituto Nacional de Vitivinicultura, apenas había otros cuatro proyectos similares en el país: “Los destilados nacionales siempre fueron considerados malos y cuesta mucho levantar esa imagen. Pero por suerte, en el último tiempo, hemos podido ir ganando el respeto que nos merecemos”, explica. El producto más vendido de esta empresa en que trabajan dos familias es el Gin D1313 ($620). También producen el Ice Vodka ($290), el Estepvka -destilado de un arbusto patagónico con propiedades medicinales- y Pfeffer -un destilado de diferentes tipos de pimientas y pimientos-.
TOMÁS JAIME, Gin Heredero
Tomás Jaime lidera el proyecto Gin Heredero.
Tomás Jaime lidera el proyecto Gin Heredero.
"Quise hacer un gin autóctono"
​Según su creador, el único gin en el mundo con notas a mandarina es argentino y mesopotámico. El crédito es para Tomás Jaime, un entrerriano que a los 19 años ya prefería este destilado de tradición británica por sobre el Fernet que tomaban sus amigos. “La idea de producir surgió en un momento en que no entraba gin, y lo que se conseguía era caro. Entonces pensé en hacer algo bien autóctono, de nuestra zona”, relata Tomás. Hace tres años, cuando arrancó con este emprendimiento en la ciudad de La Paz, Heredero fue uno de los pioneros del mercado.
En poco tiempo el escenario cambió: “Hoy tenemos buena calidad de productos nacionales, hasta mejores que muchos importados. Estas bebidas tiene un valor agregado inmenso y una identidad muy definida. Estamos en un país con diversidad de botánicos, donde podemos hacer recetas únicas. Es ahí donde tenemos que hacernos fuertes”, afirma Jaime quien, junto a un equipo de cuatro personas más, ya produce una mil botellas por mes que se comercializan a $550.
BRUNO y FRANCO MORETTI, Buenos Aires Gin
Bruno y Franco Moretti, responsables de Buenos Aires Gin. (Foto: Diego Díaz)
Bruno y Franco Moretti, responsables de Buenos Aires Gin. (Foto: Diego Díaz)
"Ya estamos a punto de exportar"
Estos hermanos, nacidos y criados en Cipolletti (Río Negro) entre el bar y la vinoteca de sus abuelos y el vivero de su madre, fusionaron el rigor científico de sus profesiones -biología molecular e ingeniería- con la sensibilidad por los aromas del universo vegetal y la afición por el buen beber. El resultado es un gin complejo y armónico que contiene 13 botánicos. Un producto premium que se comercializa por $800 y que fue muy bien recibido por los bartenders porteños.
Los Moretti experimentan cual alquimistas con un alambique de bronce en su showroom de Las Cañitas. Pero las 500 botellas mensuales de Buenos Aires Gin se producen en su ciudad natal, en la microdestilería de su hermana y su cuñado, creadores del vodka “Noctúa”. “Arrancamos hace dos años. Nos asesoramos con sommeliers y bartenders... y hoy ya estamos a punto de exportar”, relatan orgullosos los Moretti, quienes también dan cursos para aquellos que desean incursionar en la destilación. “Nuestra competencia no es el vecino que hace otro gin, sino los importados que copan todo con su maquinaria. Hay mucho mercado para pequeños productores”, aseguran.
PABLO TOGNETTI, Whisky Madoc
Pablo Tognetti, de whisky Madoc.
Pablo Tognetti, de whisky Madoc.
Quinientas botellas por mes...
Cerca de Bariloche, en Dina Huapi, un doctor en física llamado Pablo Tognetti, se desafió a sí mismo con un proyecto ambicioso: producir whisky con estándar de calidad europeo. Su iniciativa no fue arbitraria ni casual: “En los ochenta comencé a hacer cerveza en forma artesanal y me sorprendió el nivel que se podía alcanzar con ciertos cuidados. A la vez, circunstancialmente conocí el whisky single malt y quedé encantado. Varios años más tarde probé hacerlo en forma casera, en muy pequeña escala, con un resultado satisfactorio, y de a poco, fue tomando forma la idea de convertirlo en un proyecto para cuando me retirara”, cuenta. Consciente de que el whisky no es un producto de alto consumo en el país, Tognetti se enfocó en lograr una bebida suave en aroma y carácter, levemente frutada, y que persista en boca. Hoy produce unas 500 botellas por mes pero dado el añejamiento necesario para que el whisky pueda comercializarse, por ahora sólo están a la venta ediciones muy limitadas que tienen como objetivo presentar la marca. Todo un reto financiero para este emprendedor, convencido de que “si uno se lo propone, siempre se puede lograr un producto competitivo”. Hoy el whisky Madoc se provee -lista de espera mediante- desde la destilería en Dina Huapi o a través de su web.
Link a la nota: https://www.clarin.com/espectaculos/hora-gin-made-in-argentina_0_Yh8VEnAla.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario