Dos restaurantes para comer platos de invierno en familia
El frío pide platos calóricos y repletos de sabor, te contamos dónde podés encontrarlos.
Uno de los placeres del invierno son los plantos humeantes, suculentos y repletos de sabor. Guisos, pastas, pucheros, fondos, comidas que remiten a la mesa familiar, pero a falta de la abuela que los cocine, se los puede disfrutar en un restaurant que siga esa impronta. Aquí nuestros dos recomendados:
Raíces
Emplazado en una esquina de Saavedra, Raíces es uno de esos restaurantes que se mantienen en el tiempo porque se come muy bien -sabroso y abundante- y a precios amigables.
Cuando el frío aprieta, ponen en carta platos de estación, los cuales están disponibles del 1 de mayo al 30 de agosto. Este año ofrecen guiso de lentejas, locro, fricassé, polenta con ragout de cordero, puchero, polenta con ragout de portobellos a los 4 quesos, ravioles de seso en salsa de morrones ahumados, empanadas con osobuco braseado y sopa tricolor de remolacha, espinaca y calabaza.
Estas opciones se suman a otros clásicos de tinte invernal como los risottos y las pastas; imperdibles los sorrentinos del chef, que vienen en masa de pesto y están rellenos de pollo, panceta ahumada, muzarela y cebolla salteada sobre salsa de champignones, polvos de hongos de pino, panceta, crema y ciboulette, coronado con huevo poché; y los panzotti de humita cebolla salteada sobre salsa de champignones, polvos de hongos de pino, panceta, crema y ciboulette, coronado con huevo poché.
Un clásico de la casa es el pastel de carne, que hasta tiene seguidores que siempre lo piden. Para prepararlo se usan “carnes con grasa porque son más sabrosas, ya que las grasas transportan sabores. ¿Qué pasa cuando uno deja una manteca destapada en la heladera? Al untarla tiene gusto a todo menos a manteca”, gráfica con claridad su chef, Fernanda Tabares.
Además, pican la carne -en lugar de cortarla a cuchillo- porque es más gustosa.
Más información:
Av. Crisólogo Larralde 3995, Saavedra.
Jacarandá
Con 9 años de vida, este restaurant ya es un clásico de Caballito. Acá también rige la premisa de ofrecer platos contundentes, sabrosos y accesibles al bolsillo.
Este invierno hay especiales como los sorrentinos de osobuco y el osobuco braseado a las 7 horas en Malbec.
Un plato de tinte invernal que, a pedido de los comensales, sobrevive todo el año es el cordero de los mil sabores. Lo hacen con el gigot, es decir el cuarto trasero del animal. Se lo cocina al horno en su propio jugo durante más de cinco horas y luego se lo saltea con vino blanco. La pieza llega deshuesada y deshilachada, ya que de esa forma la carne puede absorber todos los jugos.
Otras opciones que suben la temperatura son el pastel de pollo norteño (con puré de papas, humita y muzarela) y la cazuela de mariscos.
Más información:
Av. del Barco Centenera 383, Caballito.
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