Un veterinario y su esposa, un experto en marketing y un empresario retirado hace diez años. Guillermo y Josefina; Walter y Jorge son algunos de los hombres y mujeres que, pasados los 50 apostaron a Pinamar para lanzar sus primeros emprendimientos gastronómicos. El panorama gourmet se amplía cada año en esta ciudad. A continuación, tres nuevas propuestas de parrilla, hamburguesas y cocina de autor para saber cuánto sale comer en Pinamar.
Pasaluca
Jorge Arana tiene 61 años y recién empieza con Pasaluca, una parrilla ubicada en pleno centro cuyo nombre está compuesto por las primeras letras de los de sus hijos, Pablo, Sabrina, Lucas y Carolina. Empresario retirado, pasó los últimos meses ultimando detalles y abrió sus puertas el 15 de diciembre. Desde entonces pasa sus noches -por ahora no abre al mediodía- detrás de la barra ubicada en el centro del salón de paredes blancas y revestimientos en madera oscura.
En Pasaluca los platos son simples y de calidad: cortes de carne premium (entre $160 y $220), además de achuras y guarniciones ($80-1$20); pizza a la parrilla ($110- $130), tres entradas ($40- $90) y tres postres ($70- $95). Un dato no menor: no cobran el descorche ( no tienen que pagar extra quienes llevan su vino) y ofrecen agua filtrada sin cargo.
"Encontré el mejor proveedor de carne de la ciudad y la llevo al lugar, pero tengo una adecuada ecuación con los precios, esa es la clave del éxito", dice Arana. Su local funciona en el mismo lugar donde estuvo, durante 20 años, la peluquería Guardia's, que se mudó este año. "Mucha gente, sobre todo mujeres históricas que vienen para acá cada año, se acercan para arreglarse y se encuentran con la parrilla. Se sorprenden y después vuelven a la noche con sus familias para ver lo que hicimos con el lugar", dice Arana entre risas.
Dirección: Simbad El Marino 74.
Fuegos
Sobre avenida Bunge, a dos cuadras del mar, crepitan todas las noches dos fogatas en el interior de sendas estructuras de hierro que parecen estirarse hacia el cielo oscuro. Son parte de la llamativa decoración de Fuegos, un restaurante que abrió este año bajo la conducción de Guillermo y Josefina, esposos, ambos de 63 años. Él es veterinario y tienen campos en Madariaga, pero este año decidieron dar un volantazo e invertir en gastronomía. A fines de diciembre, emocionados, abrieron las puertas de su primer restaurante acompañados por sus cuatro hijos y sus doce nietos.
Tapas y small plates (entre 210 y 280 pesos); sándwiches ($180- $220), ensaladas ($195- $210), pizzas ($170- $190) y burgers ($170- $195) con una vuelta gourmet son las claves de la carta. Los platos se ofrecen en un salón rectangular con esmerada decoración entre tonos grises, detalles de cobre y cuadros emblemáticos de Klimt y Miró. La comida se sirve en tablas sobre manteles de papel y se ofrece cerveza tirada de las principales marcas.
"Apuntamos a un público exigente y la verdad que nos está yendo muy bien. La gente se acerca porque ve la decoración, que llama mucho la atención por el fuego. Si seguimos así, nuestra idea es ampliar la marca hacia otros horizontes, pensamos en hacer bakery y abrir una parrilla", dice Guillermo a LA NACION con una sonrisa satisfecha frente a una de las mesas altas del local.
Dirección: Av. Bunge 324
Rada Beach
Desde Fuegos, unas cuantas cuadras más en dirección al mar y camino hacia el norte por la costa, en una esquina se levanta Rada Beach. Uno de sus dueños, Walter Zenobi, experto en marketing, decidió lanzarse el año pasado con este proyecto gastronómico propio junto a dos socios. Inauguraron el año pasado y hoy, ya afianzados, se consideran "el parador más cool de la ciudad". El chef y dueño del restaurante, que lleva el mismo nombre del parador, es Pedro Demuru.
Ofrece cocina de autor, preparada con la técnica de envasado al vacío, tanto para el mediodía -en la playa o en las mesitas del deck de madera-; como por la noche, cuando el parador se transforma en un restaurante con luces bajas, música suave y manteles blancos. El garrón de cordero ($390 pesos) y la bondiola ($380) son los platos destacados de la carta nocturna; durante el día, recomiendan las hamburguesas ($225- $250).
"No se encuentra algo como esto en Pinamar, con una cocina tan elevada y una decoración, construcción, y atención como la nuestra, por eso estamos repletos todas las noches. Nuestros clientes nos dicen que les hace acordar a la noche de Punta del Este", dice Zenobi a LA NACION desde una de las mesas del exterior de Rada mientras pasa una tormenta y el sol empieza a colarse a través de la media sombra del deck en colores claros, playeros. Durante el día, el restaurante llega con sus platos a las carpas del balneario, donde además se ofrecen degustaciones, cocina en vivo, aparte de las clases de gimnasia y los típicos servicios de playa.
Dirección: Av. del Mar y Odisea
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2097503-del-garron-de-cordero-al-ojo-de-bife-premium-propuestas-y-precios-del-circuito-gastronomico-de-pinamar
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