Feria Masticar: 3 historias de pequeños productores que llegaron a la gran ciudad
Tomates salvajes, quínoa orgánica y quesos con aires europeos se pueden conseguir hasta el domingo en Colegiales
s cocineros lo repiten sin parar desde Donato a Narda: hay que aprovechar la Feria Masticar para llenar la alacena y la heladera. Es que además de comer platos de 40 restaurantes de la ciudad, se puede pasar por el mercado y comprar productos de 125 productores de todo el país que vienen especialmente para traer su mejor mercadería. Nada de lo que se consigue en el predio de Colegiales se encuentra fácilmente en el supermercado de la cuadra, basta charlar con alguno de los protagonistas para comprobarlo.
Quewar, quínoa de Jujuy
Andrea habla enamorada de sus granos de quínoa y se ríe cuando le preguntan si la blanca es más rica que la roja: las dos tienen el mismo gusto. Su cooperativa se ocupa de plantar en un pequeño predio de Jujuy la quínoa en noviembre que se cosecha en mayo. Después vienen los meses de limpiarla a mano para que se pueda consumir sin tener que hacer ninguna magia. Esta es su primera vez en Buenos Aires, pero ya pasaron por otra feria en Córdoba en la que tuvieron mucho éxito. Esperan vender los 100 kilos que trajeron de un alimento totalmente orgánico rico en proteínas, fibras y nutrientes.
Santa Agueda, Las Flores, Buenos Aires
La familia atrás de Santa Agueda viajó a Europa hace treinta años y se enamoró de sus quesos. Se dio cuenta de que algo estaba mal con los quesos locales. Trajeron de Alemania una oveja lechera y empezaron su sueño. De a poco recrearon recetas europeas de quesos sofisticados y se hicieron un lugar en el circuito de hoteles porteños. Creen que el mundo está volviendo a los orígenes, a la producción con 10 vacas y 200 ovejas en las que el gusto se trabaja artesanalmente. "Mostrar la quesería del mundo" es su objetivo en la Feria Masticar.
Asociación de productores pequeños de yungas, Jujuy
En las selvas de montaña del norte crecen tomates de árbol con un sabor y una forma único que se puede probar en la feria. Un productor que busca los frutos solo con su padre y una maestra que le enseña a los chicos de la zona sobre las propiedades del tomate están a cargo de contar su misión. El chilto viene en mermeladas, salsas picantes y almíbares, entre otros. Es agridulce, está lleno de vitaminas y se encuentran fácilmente en el bosque nativo.
Cuándo: 9, 10, 11 y 12 de noviembre
Ingreso y boleterías: Zapiola y Matienzo
Horarios: jueves y viernes, de 14 a 23; sábado y domingo, de 12 a 23
Valor de la entrada: anticipadas, por Ticketek, 110 pesos; en la puerta, 130 pesos
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2081127-feria-masticar-3-historias-de-pequenos-productores-que-llegaron-a-la-gran-ciudad
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