La renovación de El Manto
El restaurante de cocina armenia ofrece nuevos platos, tras 16 años sin grandes cambios en su carta.
Tras más de una década ofreciendo platos clásicos de la cocina armenia tal como lo haría una abuela, El Manto vive una etapa de renovación. Con un nuevo chef, el restaurante de Palermo ahora ofrece preparaciones con una vuelta de tuerca a base de productos de estación y un fuerte protagonismo de la leña.
Steven Rodríguez nació en Colombia, a la orilla del mar. Desde hace algunos años, trabaja en importantes cocinas de Buenos Aires. Convocado por su dueño para agitar el avispero tras años de calma, hoy es el chef de El Manto. “Lo primero que hicimos fue hablar con mamás, tías y abuelas para que nos contaran cómo hacían y servían las preparaciones. Luego, recorrimos los lugares típicos de comida de medio oriente”, contó a Planeta Joy.
Con la tradición en la mente y un fuerte respeto por la gastronomía de esa zona del mundo, Steve creó una nueva carta a la que sumó insumos de estación y de pequeños productores, frescura, distintas técnicas de cocción que hace énfasis en el fuego y una presentación más moderna de los platos.
Para empezar la comida en El Manto 2.0, el menú ofrece entradas típicas con twist. Recomendamos el hummus ($140), la clásica crema de garbanzos con tahine que llega a la mesa con una pequeña ensaladita de rabanitos y brotes bien frescos y las borek de queso ($175), empanadas en masa crocante rellenas de ricota, sardo, almendras, nueces y que se sirven con una emulsión de remolachas asadas, uno de los sabores más sorprendentes.
Para el plato fuerte, se puede optar por preparaciones tradicionales de Medio Oriente como la moussaka ($300), lasagna de berenjenas con carne picada y salsa de tomates asados, el shish kebab de ternera picada ($320) con ensalada tabule como guarnición o el cordero braseado durante seis horas ($340) con trigo burgol pilaf.
Uno de los cambios más arriesgados que realizó el chef fue la incorporación de pescado. Por sus orígenes y su gusto, era imposible un restaurante sin esta proteína. Como resultado, a la mesa llega una pesca blanca del día bien jugosa sobre colchón de trigo burgol, emulsión de arveja y menta.
Las trufas de chocolate amargo con aceite de oliva que se sirven como prepostre predisponen el paladar para disfrutar de un final bien dulce. ¿La mejor opción? Baklava de pistachos y nueces pecan, crema de mascarpone y yogur casero con honeycomb, una reinvención del clásico de la cocina de Medio Oriente. Como siempre, después del café se puede pedir la lectura de la borra. Tradición con una vuelta de tuerca.
El Manto está en Costa Rica 5801, Palermo / T. 4774-2409
Steven Rodríguez nació en Colombia, a la orilla del mar. Desde hace algunos años, trabaja en importantes cocinas de Buenos Aires. Convocado por su dueño para agitar el avispero tras años de calma, hoy es el chef de El Manto. “Lo primero que hicimos fue hablar con mamás, tías y abuelas para que nos contaran cómo hacían y servían las preparaciones. Luego, recorrimos los lugares típicos de comida de medio oriente”, contó a Planeta Joy.
Con la tradición en la mente y un fuerte respeto por la gastronomía de esa zona del mundo, Steve creó una nueva carta a la que sumó insumos de estación y de pequeños productores, frescura, distintas técnicas de cocción que hace énfasis en el fuego y una presentación más moderna de los platos.
Para empezar la comida en El Manto 2.0, el menú ofrece entradas típicas con twist. Recomendamos el hummus ($140), la clásica crema de garbanzos con tahine que llega a la mesa con una pequeña ensaladita de rabanitos y brotes bien frescos y las borek de queso ($175), empanadas en masa crocante rellenas de ricota, sardo, almendras, nueces y que se sirven con una emulsión de remolachas asadas, uno de los sabores más sorprendentes.
Para el plato fuerte, se puede optar por preparaciones tradicionales de Medio Oriente como la moussaka ($300), lasagna de berenjenas con carne picada y salsa de tomates asados, el shish kebab de ternera picada ($320) con ensalada tabule como guarnición o el cordero braseado durante seis horas ($340) con trigo burgol pilaf.
Uno de los cambios más arriesgados que realizó el chef fue la incorporación de pescado. Por sus orígenes y su gusto, era imposible un restaurante sin esta proteína. Como resultado, a la mesa llega una pesca blanca del día bien jugosa sobre colchón de trigo burgol, emulsión de arveja y menta.
Las trufas de chocolate amargo con aceite de oliva que se sirven como prepostre predisponen el paladar para disfrutar de un final bien dulce. ¿La mejor opción? Baklava de pistachos y nueces pecan, crema de mascarpone y yogur casero con honeycomb, una reinvención del clásico de la cocina de Medio Oriente. Como siempre, después del café se puede pedir la lectura de la borra. Tradición con una vuelta de tuerca.
El Manto está en Costa Rica 5801, Palermo / T. 4774-2409
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