Argentina de un trago
La revolución en las barras no es solo un fenómeno porteño. Muchas ciudades del país han contribuido a la modernización de la coctelería local.
- El buen momento de la coctelería nacional
Por Rodolfo Reich
Hace largo rato que se habla de lo bien que está la coctelería argentina, de su auge y consolidación. Pero, como suele pasar, cuando se dice Argentina, muchas veces se piensa, en realidad, en Buenos Aires. Y no asombra: la coctelería mundial nace como un fenómeno urbano, exclusivo de las grandes ciudades del planeta, con referentes actuales como Nueva York, Chicago, Londres, Tokio, Singapur, Moscú y otros destinos, todos con enormes poblaciones, importante turismo e inmigraciones poderosas. La pregunta se hace entonces necesaria: ¿es posible una coctelería nacional más allá de las fronteras porteñas? No solo es posible, sino que ya existe.
"En los últimos 10 años, el crecimiento de Córdoba es muy fuerte", asegura Matías Leanez, uno de los bartenders con más historia en la capital provincial, detrás del bar La Cova del Drac. "Hace una década, había dos bares ofreciendo coctelería. En la actualidad, hay al menos 10 buenos propuestas con cócteles clásicos y de autor. Siendo un poco menos meticuloso, ese número crece muchísimo, en especial en el polo gastronómico que significó Güemes. Lo mejor es que todo esto guarda esa cosa cordobesa, miramos Buenos Aires tratando de diferenciarnos, de buscar lo local".
Como bien dice Leanez, la coctelería creció en el país con Buenos Aires como centro y vidriera. Y de allí se expandió por todo el territorio nacional; a veces por la pasión de personalidades como Leo Saracho y Juan Pablo Acosta, dos bartenders radicados en una ciudad tan pequeña como Calafate. En medio de los vendavales patagónicos, ambos preparan cócteles deliciosos con una mirada sobre el producto local. "Vine a Calafate buscando tranquilidad. Y al ver un nicho medio vacío encontré la posibilidad de innovar", explica Saracho, a cargo de La Zaina. "Hay grandes productos de calidad y al alcance de la mano. El fruto del calafate, las grosellas, la rosa mosqueta. Tengo, además, una colección que supera los 40 bitters. El que quiera un Manhattan lo tiene con el bitter que desee. El que busque algo fresco, también".
De la urbe cordobesa al paraíso de los glaciares, la coctelería recorre paisajes y latitudes con centros que se destacan. La ciudad de Santa Fe es uno de ellos, con muchos bartenders capaces y apasionados; también Mendoza, Tucumán, Mar del Plata y Rosario. La ciudad ribereña cambió profundamente el modo de beber en la última década. "En Rosario fui testigo de este crecimiento, de los daiquiris de frutilla a un Negroni pedido con convicción. Detrás de esto se encuentra el trabajo de los bartenders que se potenció con las redes sociales, al permitirnos ver al instante y en tiempo real lo que sucede en todo el planeta. También ayudó la apertura de las empresas a la coctelería, marcas de bebidas que enseñan no solo sus productos, sino la forma de comunicarlos. Por último, el empresario rosarino comprendió que en las barras era posible hacer un buen negocio", dice Arturo Ripacandida, uno de los socios de Chinchibira. "La coctelería tiene posibilidades ciertas de crecer y romper sus propios límites. Claro que miramos Buenos Aires, para nosotros es Disneylandia. Aprendimos copiando y de esa copia nacen miradas particulares".
La coctelería nacional existe. Y, al modo de esos trenes modernos y de alta velocidad, recorre el país con el poder único de una copa.
CUATRO BARES PARA CONOCER
CHINCHIBIRA
Santiago 101, Rosario (Santa Fe)
El bar que marcó el cambio en Rosario. Abierto en 2014, se impuso con calidad, preciosa cristalería y una carta de cócteles deliciosa. Su especialidad son los gin & tonics, con spirits importados de todo el mundo, servidos en copas especiales y con terminaciones a medida. Pero a la hora de elegir un único trago, hay que conocer sus recetas propias y pedir, por ejemplo, el Misterioso, que sale en vaso negro de cristal, con una botellita que completa la receta. No dicen qué tiene dentro, lo aprovechan de excusa para interactuar con el cliente, abriendo el juego de la curiosidad. Es un cóctel complejo, con tonos herbáceos y un ribete apenas dulzón que lo vuelve muy atractivo.
LA COVA DEL DRAC
Belgrano 896, Córdoba (Córdoba)
Imposible elegir un único bar en Córdoba, ciudad que ofrece decenas de opciones preciosas y seductoras. Desde Apartamento a Milk, pasando por El Mentidero o Dos Onzas, hasta la barra de Gordó, son todos ejemplos de calidad, con bartenders que conocen su oficio y lo llevan a cabo con una gran sonrisa en el rostro y un enorme esfuerzo en el cuerpo. Un favorito es La Cova del Drac, con Santiago Dutruel de jefe de barra, seguido por decenas de fieles acólitos que beben las sugerencias de cada día. De la carta, imprescindible pedir La porción de los Ángeles, mezcla de whisky, agua, humo y bitter de chocolate, servido en copa de borgoña con twist de naranja por encima.
LA ZAINA
Gobernador Gregores 1057, El Calafate (Santa Cruz)
Ubicado en uno de los enclaves más bellos del país, ahí nomás de los azulados glaciares gigantes, La Zaina se define como restaurante y wine bar, pero hay que darles su oportunidad a los cócteles, nacidos de la cabeza de Leo Saracho. Fanático de lo autóctono, admite que sus clientes son en su mayoría turistas, muchos extranjeros, que piden cócteles clásicos, pero también se animan a probar productos locales. Para ellos, una recomendación es ir por la reversión local del Bramble, que lleva gin patagónico (elaborado por la destilería Helmich), licor de calafate, jugo de limón y un aromático bitter de lavanda, creación del propio Saracho.
GARAGE R/T
Alem 3728, Mar del Plata (Buenos Aires)
Para los muchos fanáticos de Rico Tiki Bar (uno de los mejores bares del país, con fama gracias a su interpretación de la coctelería tiki nacida desde las entrañas de la Costa Atlántica), desde hace un tiempo hay una segunda opción, a tan solo unos metros de distancia, y creada por los mismos socios del primero. El lugar se llama Garage R/T, que apuesta a una estética rutera, con mucho rock encima, cócteles para armar a medida, aperitivos y whiskeys al por mayor, y recetas propias pensadas por Maxi Luque y Matías Merlo. Quienes estén allí para fines de este verano no se pierdan de acompañar los tragos con un fish & chips nacido directo de las playas que le dan cobijo.
Link a la nota: http://www.conexionbrando.com/1989733-argentina-de-un-trago
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