Un recorrido foodie por San Pablo para una escapada de tres días
Viajamos a una de las capitales gastronómicas de América Latina, probamos de todo y te damos ideas para armar una agenda de 72 horas de gastro-turismo.
Con más de 15.000 restaurantes en funcionamiento, San Pablo es la capital gastronómica de Brasil. Esta ascendente y prolífica escena culinaria es producto de la unión entre las raíces nativas del país y la influencia japonesa, española, italiana, portuguesa, árabe, y de cada pueblo que llegó a la ciudad desde su fundación y cuyos sabores se fusionaron para crear la cozinha actual. Con esta historia de inmigración como punto de partida y los alimentos nativos como protagonistas, en los últimos años un grupo de chefs revolucionó el panorama paulista y llevó la alta cocina brasileña a la cima de los rankings internacionales.
Lejos de ser el típico destino brasileño de playa, caipirhina y verano, el turismo gastronómico se convierte en un imán para quien visite esta megaurbe industrial. ¿Estás listo para una escapada que te lleve a descubrir en solo tres días la idiosincrasia culinaria de la metrópoli más poblada de América del Sur?
LAS COQUETAS CALLES DE JARDINSPatio de juegos del jet set paulista, el barrio Jardins es una de las zonas más sofisticadas, exclusivas y cool de esta parte del globo. La intersección de las calles Oscar Freire y Haddock Lobo marca el comienzo de un cuadrilátero con tiendas de moda a la altura de Rodeo Drive o Madison Avenue, concesionarias de autos de alta gama y algunos de los mejores restaurantes del planeta.
El máximo referente de estos últimos es D.O.M, comandado por Alex Atala. Con dos estrellas Michelin es el 11° mejor restaurante para comer en el mundo según la última lista The 50 Best. Desde allí, el cocinero tapa de revista (podés conocerlo a fondo en el segundo episodio de la segunda temporada de Chef´s Table en Netflix) reinventó la cocina brasileña enfocándose en el respeto por la materia prima, el medio ambiente y la importancia del productor a pequeña escala. Por eso se dice que su menú degustación con platos sutiles expresa la mejor síntesis de la nueva gastronomía paulista.
Otra opción exclusiva para quienes viajen a San Pablo es Maní, de los chefs Helena Rizzo y Daniel Redondo que ocupa el puesto 51 en el ranking de San Pellegrino. La pareja, que integró el staff de El Cellar de Can Roca, ofrece en su salón una experiencia gastronómica con un gran despliegue técnico e influencia local, española e italiana, en una carta adaptada a la estacionalidad de los productos orgánicos que compran a pequeños productores rurales.
FEIJOADAS, PIZZAS Y POSTRESIncluso en esta nueva etapa de la cocina paulista con chefs premiados en la escena internacional, la feijoada se mantiene como el ícono de la gastronomía nacional y símbolo de la identidad brasileña forjada en tiempos de la colonia. El guisado que preparaban los esclavos con las carnes que despreciaban los señores, hoy es el plato tradicional que ricos y pobres disfrutan por igual todos los sábados al mediodía; y una experiencia imperdible en el recorrido foodie por San Pablo. El Narã Bar & Lounge del Tivoli São Paulo Mofarrej ofrece una versión en buffet, más amigable para el paladar turista, aunque las innumerables opciones de los calderos burbujeantes puedan intimidar al extranjero debutante. A pesar de las infinitas combinaciones posibles, en este plato de cuchara nunca pueden faltar frijoles negros, cortes de cerdo ahumado, salados o frescos, arroz, farofa y algún cítrico; siempre acompañado con cerveza o caipirinha.
No es extraño que una ciudad tan poblada genere fusiones culturales en cada una de sus comunidades. Por eso, con más de once millones de habitantes, San Pablo podría describirse como una Torre de Babel culinaria, donde cada cual habla su propio idioma con sus características particulares pero todos tienen un denominador común: el amor por la gastronomía. Un ejemplo perfecto de esta conexión es Serafina. Referente de la gastronomía italiana en la ciudad, es parte de la famosa cadena de restaurantes fundada a mediados de los 90 en Nueva York y luego se expandió a las capitales foodies del mundo. Hot spot para las celebrities locales, su fama obliga a ir con reserva o estar dispuesto a esperar para poder degustar platos genuinos de la cucina italiana con un toque moderno y distinguido, como el Carpaccio Malatesta, la Margherita VIP o el Penne Alla Vodka.
En el recorrido gastronómico por San Pablo no puede faltar el toque dulce. Además de los tradicionales postres locales, como los brigadeiros y las cocadas, la zona de Jardins esconde dos gemas con exquisiteces del mundo:Paradais, una elegante patisserie con sucursales en Río de Janeiro y París en la que se destacan los tradicionales macarons y las mademoiselles tanto para llevar como para disfrutar en la simpática barra de la vereda; y Baccio de Latte, un encantador local que sirve auténtico gelato italiano de originales sabores, como el intenso Cioccolato Nerissimo, blend de cacaos al agua con 4% de leche; y tortas con abundante crema de avellanas y chocolate. Aquí, en una cuadra uno se siente en París, en la siguiente en Roma, pero siempre en San Pablo.
POR LOS MERCADOSTodo foodie sabe que el gastro-turismo no empieza en las exclusivas cenas en restaurantes que integran la lista deThe 50 Best ni en una buena panzada de un típico plato local: la gastronomía de una ciudad se descubre en sus calles. Y no se puede abandonar San Pablo sin una visita al Mercado Municipal y al barrio Liberdade.
El emblemático Mercadão está ubicado en pleno barrio árabe, a sólo unos metros del casco histórico de la ciudad. Alojado en un imponente edificio de estilo neoclásico con vitraux de colores y cúpulas construido en la década del 30, cuenta con más de 300 puestos que se extienden por amplios y luminosos pasillos en los cuales es fácil perderse durante horas mientras la mente se asombra ante la cantidad y la variedad de frutas amazónicas exóticas, pescados locales, especias de Brasil y el mundo, frutos secos y productos importados. Es el lugar perfecto para sacar a relucir los dones de regateo sin trampa pero sin culpa, ya que la negociación es la costumbre del lugar entre los amables puesteros que ofrecen degustaciones sin compromisos.
Es muy difícil salir del Mercado Municipal sin una bolsa con castañas, sal del Himalaya o unas buenas cervezas artesanales del sur de Brasil. La visita es un buen plan para empezar a la mañana –está abierto todos los días– y terminar cerca del mediodía, justo para probar el sándwich de 200 gramos de matambre en pan francés, especialidad de la comida al paso paulista. Esta delicia y otras tentaciones se pueden degustar en los puestitos gastronómicos de la planta baja y en los restaurantes del mezanino (entrepiso) que se agregó al edificio durante su última remodelación, en 2004.
UN PEDAZO DE JAPÓNOtra visita infaltable es el barrio Liberdadae, donde se asienta la mayor comunidad japonesa fuera del país asiático. Al planificar la escapada de fin de semana largo es ideal reservar el domingo para conocerla, cuando esta pequeña ciudad nipona dentro de San Pablo se viste de fiesta con espectáculos tradicionales y una feria fast food en la que se pueden degustar delicias orientales y brasileñas, desde tempura de camarón hasta tortitas rellenas de poroto azuki. Además, las veinte cuadras repletas de lámparas suzuranto coloradas y locales apiñados –supermercados orientales, tiendas de belleza, mercaditos y bazares– son el lugar perfecto para dar rienda suelta al consumo gastronómico. Al estilo del Barrio Chino en Buenos Aires –aunque a un precio más bajo y con mayor variedad– se puede comprar desde vajilla de cerámica japonesa hasta sopas de miso, varias opciones de sake, hongos de todo tipo y color, además de extrañas golosinas, para quienes se atrevan a incursionar en sabores inesperados. Entonces, el único problema será poder cerrar la valija antes de emprender el regreso desde Guarulhos, donde termina el viaje y comienza la saudade.
DÓNDE ALOJARSE Y CÓMO LLEGAREl Tivoli São Paulo Mofarrej, uno de los mejores hoteles cinco estrellas de San Pablo, es ideal como hospedaje para un viaje gastronómico pues brinda servicio de primer nivel y una sofisticada oferta culinaria compuesta por tres opciones. El Narã Bar & Lounge alberga el happy hour más cool de la ciudad con cócteles originales, música en vivo y vista a la peculiar piscina naranja, además de la fejioada del sábado al mediodía; el Bistró Tivoli es un informal restaurante francés con un toque brasileño contemporáneo; y por último, el exclusivo piso 23 con inmensos ventanales y una vista incomparable del paisaje urbano en donde funcionó hasta abril de 2016 Arola Vintetres, a cargo del chef catalán Sergi Arola. Mientras se espera la próxima -y sorprendente- propuesta, el espacio se sumó a la tendencia internacional de los pop ups con propuestas de 15 días a cargo de reconocidos cocineros como Alberto Landgraf, Claude y Thomas Troisgros, y Renzo Gardibaldi. Tras una renovación integral, el hotel que pertenece a la cadena portuguesa Tivoli Hoteles & Resort, dispone de 217 habitaciones con vista a la ciudad que son elegantes, funcionales y cuentan con la última tecnología en todos sus detalles, desde los televisores de alta definición hasta las máquinas Nesspreso que sumaron en cada suite.
LATAM ofrece diariamente seis vuelos directos desde Buenos Aires a San Pablo. Más información, llamando al 0810-9999-526.
Lejos de ser el típico destino brasileño de playa, caipirhina y verano, el turismo gastronómico se convierte en un imán para quien visite esta megaurbe industrial. ¿Estás listo para una escapada que te lleve a descubrir en solo tres días la idiosincrasia culinaria de la metrópoli más poblada de América del Sur?
LAS COQUETAS CALLES DE JARDINSPatio de juegos del jet set paulista, el barrio Jardins es una de las zonas más sofisticadas, exclusivas y cool de esta parte del globo. La intersección de las calles Oscar Freire y Haddock Lobo marca el comienzo de un cuadrilátero con tiendas de moda a la altura de Rodeo Drive o Madison Avenue, concesionarias de autos de alta gama y algunos de los mejores restaurantes del planeta.
El máximo referente de estos últimos es D.O.M, comandado por Alex Atala. Con dos estrellas Michelin es el 11° mejor restaurante para comer en el mundo según la última lista The 50 Best. Desde allí, el cocinero tapa de revista (podés conocerlo a fondo en el segundo episodio de la segunda temporada de Chef´s Table en Netflix) reinventó la cocina brasileña enfocándose en el respeto por la materia prima, el medio ambiente y la importancia del productor a pequeña escala. Por eso se dice que su menú degustación con platos sutiles expresa la mejor síntesis de la nueva gastronomía paulista.
Otra opción exclusiva para quienes viajen a San Pablo es Maní, de los chefs Helena Rizzo y Daniel Redondo que ocupa el puesto 51 en el ranking de San Pellegrino. La pareja, que integró el staff de El Cellar de Can Roca, ofrece en su salón una experiencia gastronómica con un gran despliegue técnico e influencia local, española e italiana, en una carta adaptada a la estacionalidad de los productos orgánicos que compran a pequeños productores rurales.
FEIJOADAS, PIZZAS Y POSTRESIncluso en esta nueva etapa de la cocina paulista con chefs premiados en la escena internacional, la feijoada se mantiene como el ícono de la gastronomía nacional y símbolo de la identidad brasileña forjada en tiempos de la colonia. El guisado que preparaban los esclavos con las carnes que despreciaban los señores, hoy es el plato tradicional que ricos y pobres disfrutan por igual todos los sábados al mediodía; y una experiencia imperdible en el recorrido foodie por San Pablo. El Narã Bar & Lounge del Tivoli São Paulo Mofarrej ofrece una versión en buffet, más amigable para el paladar turista, aunque las innumerables opciones de los calderos burbujeantes puedan intimidar al extranjero debutante. A pesar de las infinitas combinaciones posibles, en este plato de cuchara nunca pueden faltar frijoles negros, cortes de cerdo ahumado, salados o frescos, arroz, farofa y algún cítrico; siempre acompañado con cerveza o caipirinha.
No es extraño que una ciudad tan poblada genere fusiones culturales en cada una de sus comunidades. Por eso, con más de once millones de habitantes, San Pablo podría describirse como una Torre de Babel culinaria, donde cada cual habla su propio idioma con sus características particulares pero todos tienen un denominador común: el amor por la gastronomía. Un ejemplo perfecto de esta conexión es Serafina. Referente de la gastronomía italiana en la ciudad, es parte de la famosa cadena de restaurantes fundada a mediados de los 90 en Nueva York y luego se expandió a las capitales foodies del mundo. Hot spot para las celebrities locales, su fama obliga a ir con reserva o estar dispuesto a esperar para poder degustar platos genuinos de la cucina italiana con un toque moderno y distinguido, como el Carpaccio Malatesta, la Margherita VIP o el Penne Alla Vodka.
En el recorrido gastronómico por San Pablo no puede faltar el toque dulce. Además de los tradicionales postres locales, como los brigadeiros y las cocadas, la zona de Jardins esconde dos gemas con exquisiteces del mundo:Paradais, una elegante patisserie con sucursales en Río de Janeiro y París en la que se destacan los tradicionales macarons y las mademoiselles tanto para llevar como para disfrutar en la simpática barra de la vereda; y Baccio de Latte, un encantador local que sirve auténtico gelato italiano de originales sabores, como el intenso Cioccolato Nerissimo, blend de cacaos al agua con 4% de leche; y tortas con abundante crema de avellanas y chocolate. Aquí, en una cuadra uno se siente en París, en la siguiente en Roma, pero siempre en San Pablo.
POR LOS MERCADOSTodo foodie sabe que el gastro-turismo no empieza en las exclusivas cenas en restaurantes que integran la lista deThe 50 Best ni en una buena panzada de un típico plato local: la gastronomía de una ciudad se descubre en sus calles. Y no se puede abandonar San Pablo sin una visita al Mercado Municipal y al barrio Liberdade.
El emblemático Mercadão está ubicado en pleno barrio árabe, a sólo unos metros del casco histórico de la ciudad. Alojado en un imponente edificio de estilo neoclásico con vitraux de colores y cúpulas construido en la década del 30, cuenta con más de 300 puestos que se extienden por amplios y luminosos pasillos en los cuales es fácil perderse durante horas mientras la mente se asombra ante la cantidad y la variedad de frutas amazónicas exóticas, pescados locales, especias de Brasil y el mundo, frutos secos y productos importados. Es el lugar perfecto para sacar a relucir los dones de regateo sin trampa pero sin culpa, ya que la negociación es la costumbre del lugar entre los amables puesteros que ofrecen degustaciones sin compromisos.
Es muy difícil salir del Mercado Municipal sin una bolsa con castañas, sal del Himalaya o unas buenas cervezas artesanales del sur de Brasil. La visita es un buen plan para empezar a la mañana –está abierto todos los días– y terminar cerca del mediodía, justo para probar el sándwich de 200 gramos de matambre en pan francés, especialidad de la comida al paso paulista. Esta delicia y otras tentaciones se pueden degustar en los puestitos gastronómicos de la planta baja y en los restaurantes del mezanino (entrepiso) que se agregó al edificio durante su última remodelación, en 2004.
UN PEDAZO DE JAPÓNOtra visita infaltable es el barrio Liberdadae, donde se asienta la mayor comunidad japonesa fuera del país asiático. Al planificar la escapada de fin de semana largo es ideal reservar el domingo para conocerla, cuando esta pequeña ciudad nipona dentro de San Pablo se viste de fiesta con espectáculos tradicionales y una feria fast food en la que se pueden degustar delicias orientales y brasileñas, desde tempura de camarón hasta tortitas rellenas de poroto azuki. Además, las veinte cuadras repletas de lámparas suzuranto coloradas y locales apiñados –supermercados orientales, tiendas de belleza, mercaditos y bazares– son el lugar perfecto para dar rienda suelta al consumo gastronómico. Al estilo del Barrio Chino en Buenos Aires –aunque a un precio más bajo y con mayor variedad– se puede comprar desde vajilla de cerámica japonesa hasta sopas de miso, varias opciones de sake, hongos de todo tipo y color, además de extrañas golosinas, para quienes se atrevan a incursionar en sabores inesperados. Entonces, el único problema será poder cerrar la valija antes de emprender el regreso desde Guarulhos, donde termina el viaje y comienza la saudade.
DÓNDE ALOJARSE Y CÓMO LLEGAREl Tivoli São Paulo Mofarrej, uno de los mejores hoteles cinco estrellas de San Pablo, es ideal como hospedaje para un viaje gastronómico pues brinda servicio de primer nivel y una sofisticada oferta culinaria compuesta por tres opciones. El Narã Bar & Lounge alberga el happy hour más cool de la ciudad con cócteles originales, música en vivo y vista a la peculiar piscina naranja, además de la fejioada del sábado al mediodía; el Bistró Tivoli es un informal restaurante francés con un toque brasileño contemporáneo; y por último, el exclusivo piso 23 con inmensos ventanales y una vista incomparable del paisaje urbano en donde funcionó hasta abril de 2016 Arola Vintetres, a cargo del chef catalán Sergi Arola. Mientras se espera la próxima -y sorprendente- propuesta, el espacio se sumó a la tendencia internacional de los pop ups con propuestas de 15 días a cargo de reconocidos cocineros como Alberto Landgraf, Claude y Thomas Troisgros, y Renzo Gardibaldi. Tras una renovación integral, el hotel que pertenece a la cadena portuguesa Tivoli Hoteles & Resort, dispone de 217 habitaciones con vista a la ciudad que son elegantes, funcionales y cuentan con la última tecnología en todos sus detalles, desde los televisores de alta definición hasta las máquinas Nesspreso que sumaron en cada suite.
LATAM ofrece diariamente seis vuelos directos desde Buenos Aires a San Pablo. Más información, llamando al 0810-9999-526.
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