martes, 12 de mayo de 2020

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Con baja expectativa de ventas, hoy arrancan restaurantes con take away

La principal manera de vender de los locales gastronómicos es por salón. Si bien celebran esta pequeña apertura, reclaman ayudas impositivas.

Apertura. En Nueva York

Hoy arranca una nueva fase de la cuarentena en la Ciudad de Buenos Aires. Tras casi dos meses, se reactivará la venta de comida para llevar en restaurantes, bares, cervecerías y otros locales gastronómicos, tal como ya comenzaron a hacer otros países. De todas maneras, esta modalidad representa una ínfima parte de las ventas.
“La realidad es que no esperamos grandes ventas con el take away. Es una modalidad que ni siquiera está muy implementada en este momento en la sociedad. La principal manera de vender de un restaurante-bar es por el salón, un tema secundario es el delivery y el take away recién ahora va a empezar más”, aseguró Ariel Amoroso, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC).
La situación de los gastronómicos es crítica. Con las puertas cerradas, vieron su facturación caer a cero. El delivery es un empujón pero no ayuda a despegar el negocio, simplemente a mantenerlo a flote, o ni siquiera. En líneas generales, representa un 10% de la facturación. Al respecto, muchos gastronómicos se quejan de que las aplicaciones de delivery, que durante el aislamiento ganaron todo el protagonismo, cobran entre 20 y 35% para hacer la operación, dependiendo del local. “Con el delivery hay muy poco margen de ganancia. De hecho, muchos probaron, abrieron un par de días pero como no les resultó rentable, tuvieron que volver a cerrar”, aseguró una fuente del sector.
Pese a esta situación, algunos ven con buenos ojos la apertura de la modalidad de platos para llevar. Por ejemplo, las cadenas de comidas rápidas son un actor que esperaba ansiosos por esta nueva fase. El negocio en sí, ya está acostumbrado a este método.
Si bien algunos restaurantes ya venían funcionando con esta estrategia, a partir de hoy cuentan con la habilitación formal para hacerlo. De acuerdo a la disposición del Gobierno porteño, la venta de comidas y bebidas en formato para llevar podrá funcionar todos los días desde las 11 y sin límite de horario de cierre. Además, deben seguir un estricto protocolo de higiene y pautas para la preparación y entrega de los alimentos.
“Si bien está bueno para ir movilizando algo el negocio y que se vaya abriendo, la realidad es que no tenemos una expectativa de que va a ser grande la venta por take away”, aseguró Amoroso. Mientras tanto, desde el sector reclaman por beneficios impositivos para recibir algún alivio. Los gastronómicos siguen pagando alquiler, expensas y sueldos, pese a no tener prácticamente ingresos (muchos recibieron la ayuda de ANSES). Tal es así, que reclaman al Gobierno la exención del pago de ABL y de Ingresos Brutos por 180 días, devolución de saldos acreedores de Sircreb, entre otros.
Con respecto a los alquileres, la renegociación de la renta depende de cada propietario. Si bien para los locales también corre la medida de congelamiento de alquileres, tal como lo dispuso el Gobierno a través de un DNU, hay algunos dueños que decidieron condonar el pago del mes de abril como medida de alivio.
Otra preocupación que tienen hoy los dueños de los restós es el pago de la luz. En los locales, se suele contratar un factor de potencia, es decir, la cantidad de electricidad básica que utilizan todos los meses. Sin embargo, desde que cerraron han recibido facturas como si estuvieran abiertos.
La pandemia representa es un golpe devastador para los gastronómicos que hoy intentan reinventarse. Delivery, take away, comidas envasadas al vacío, tragos en botellas, viandas, cualquier método parece servir hoy, aunque sea un poco, para lograr sobrevivir.

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