Argentina ganó una Copa América... la del helado artesanal
Una “selección” de heladeros consiguió la clasificación para el Mundial de Italia. Compitieron con un postre de chocolate fondente con maracuyá.
Se definía la Copa América de una pasión local, pero que va más allá del deporte. Una en la que Buenos Aires no sólo competía sino que también jugaba de local, por empuje y tradición heladera. Fue la cuarta edición de la Copa Latinoamericana del Helado, en la que equipos de seis países del continente se disputaron el pase al mundial en Italia, que finalmente fue para Argentina, en primer puesto, y Colombia, en segundo lugar.
Tortas, snacks, copas, esculturas: todas heladas, todas parte de las pruebas que permitieron elegir a los mejores heladeros de Latinoamérica. Y en la que Clarín también participó, como jurado de prensa. Fue en el marco de la Feria Internacional de Tecnología para Helados, Confituras, Chocolates, Panificados, Pastas, Pizzas y Artículos de Conveniencia (FITHEP), en el Centro Costa Salguero, donde también se premió a maestros pasteleros y pizzeros.
El equipo argentino que ganó la "Copa América" del helado y clasificaron al mundial. Foto: Andres D'Elia
En el caso del helado, antes de poder votar había que aprender algunos conceptos. Primero uno que puede sonar básico, pero que por lo mismo es clave: los helados no tienen gusto, sino sabor, que es la combinación de la información recibida a través de los sentidos del gusto y el olfato. Segundo: también se califican la textura y el cuerpo del helado, cualidades que se perciben con el sentido del tacto, pero no a través de los dedos sino, en este caso, de la lengua.
Una vez aprendidos estos y otros conceptos, arrancó la competencia en la que participó la prensa, en la que se midieron seis países: la Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Uruguay y Ecuador. Cada uno con propuestas diferentes, que en algunos casos permitieron transportarse hasta sus lugares de origen: varios equipos incluyeron en sus helados los productos que identifican a su país.
Las esculturas de hielo, otra de las pruebas. Foto: Andres D'Elia
Así es como los uruguayos aromatizaron su helado de chocolate blanco con mate cocido. Y Perú hizo uno de pisco sour, y así reivindicó una vez más su condición de cuna de esa bebida. El de Colombia, por su parte, resultó bien exótico para el paladar porteño de ese jurado: la estrella fue la iguaraya, la fruta de un cactus del norte de ese país.
Ecuador hizo una apuesta fuerte: helado con carbón. Comestible y vegetal, claro está, y no enteramente negro, fue apenas una lluvia sobre una cima hecha de crema y yemas. Brasil optó por ricota, miel, romero y castaña. Y la Argentina fue por un goleador: chocolate fondente con maracuyá. Un equipo 100% porteño, conformado por Maximiliano Maccarrone, Pablo Renes, Matías Dragun y Rubén Darré, que fue el ganador del jurado de prensa y luego sería el primero en pasar al mundial.
La feria se realizó en Costa Salguero. Foto: Andrés D'Elía
Más allá de los ingredientes elegidos, hay un componente clave en todos los helados: el aire. Que no equivale a vender humo. “El aire hace al helado suave y cremoso. Si no lo tiene en proporción adecuada, queda duro”, explica el maestro italiano Sergio Dondoli, que vino especialmente a Buenos Aires para ser jurado invitado del campeonato. Él es también quien organiza el mundial, la Coppa del Mondo della Gelateria, que se celebrará en enero en Rimini, Italia. Allí competirán los campeones y subcampeones de esta copa latinoamericana.
En la competencia, no sólo el aire fue importante: también el agua. Una de las pruebas que más atrajeron miradas fue la de la escultura de hielo: los competidores tuvieron tres horas para tallar un bloque de un metro de alto por medio de ancho y 30 centímetros de profundidad. Para eso, la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), que organizó el evento, tuvo que construir una cámara especial para mantener las figuras a la temperatura correcta. Hubo peces, aves y hasta un tótem incaico. Los expertos contaron que, cuanto menor sea el desperdicio de hielo, mejor es la escultura.
Un jurado de periodistas también se inclinó por el helado argentino. Foto: Andrés D'Elía
Los heladeros venían compitiendo desde el lunes en las distintas categorías de este campeonato, entre las cuales también estuvieron las tortas heladas, las copas decoradas para servicio en mesa, los petit fours de helado de chocolate y la “finger food”, que en este caso incluyó helados salados, pensados para consumirse sólo en restaurantes, y que en la versión que presentó el equipo porteño tuvo helado de bizcocho de queso, hongos de pino y queso crema con ciboulette. También debieron hacer una escultura en caramelo crocante y, quizás el mayor desafío del campeonato, crear un helado con la “mistery box”, una caja sorpresa con un ingrediente secreto para la prueba.
Las esculturas, una de las pruebas. Foto: Andrés D'Elía
La suma de los puntajes en cada una de esas categorías fueron los que definieron a los campeones del certamen, que además de AFADHYA contó con el apoyo de la Federación Argentina de Trabajadores Pasteleros, Confiteros, Heladeros, Pizzeros y Alfajoreros (FATPCHPYA). Ambas entidades llevarán adelante este jueves otra competencia bien dulce, la quinta edición de la “Copa Argentina del Helado Artesanal”.
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