Tras el cierre de Cló Cló, peligra el restaurante Rodizio de Costanera Norte
Pidió la convocatoria de acreedores, por una deuda millonaria.Tiene más de 70 empleados.
La Costanera Norte pierde cada vez más protagonismo en el escenario gastronómico local. Lejos quedó el auge de décadas pasadas, cuando la zona se nutría de carritos devenidos en restaurantes y era frecuentada por celebridades del espectáculo y la política. En los últimos años varios de sus locales más importantes cerraron sus puertas, como el famoso Cló Cló. Y ahora los ojos están puestos en la clásica parrilla Rodizio, que entró en concurso de acreedores para afrontar la crisis que atraviesa desde hace meses.
La sociedad que explota la sucursal de Rodizio de la Costanera es Maillol, creada en mayo de 1991. La empresa, que no tiene relación con el local de Puerto Madero, cesó sus pagos en mayo del año pasado y, para sanear sus finanzas, solicitó la apertura de un concurso de acreedores. El trámite fue presentado ante el Juzgado Nacional en lo Comercial N° 31 en septiembre pero se difundió recién hace pocos días.
El restaurante Rodizio de Costanera pidió la convocatoria de acreedores. Foto: Lucía Merle.
Con ese pedido, los dueños buscan hacerle frente a lo que definen como “desequilibrio económico financiero”. Y cuyas causas se vinculan, según sus palabras, a la inflación, el aumento de tarifas de servicios, la devaluación y otros fenómenos, entre ellos, “la considerable caída del consumo, las altas tasas de financiación y una exorbitante presión tributaria”.
Esos son los motivos con los que buscan explicar una deuda de $ 34.200.000 en impuestos, de los cuales $ 20.170.665 son aportes patronales, en un restaurante con más de 70 empleados. También acumulan cientos de miles de pesos en rojo con proveedores, tanto de mercadería como de servicios. Y en los últimos seis meses hubo 339 cheques emitidos por la compañía que resultaron rechazados, por un valor total de $ 7.385.641.
Justamente en el texto que presentaron a la Justicia recalcan que “Maillol no puede hacer frente a las obligaciones tributarias provenientes de AFIP” y que está “ante la disyuntiva de pagar los sueldos de sus trabajadores, pagar a los proveedores o pagar a los organismos fiscales”.
Los dueños de la empresa dicen confiar en poder afrontar esta crisis a través de la convocatoria. Y hasta aspiran a extender su contrato de concesión -que vence el 19 de agosto de 2020- aunque deban más de $ 2,4 millones de canon, según el legajo de acreedores que presentaron.
Rodizio está desde hace más de dos décadas en una zona gastronómica en decadencia: de imán de políticos y celebridades en los ochenta y los noventa, Costanera Norte se convirtió ahora en un atractivo para nostálgicos locales o turistas extranjeros.
Allí no se consume sólo carne asada: también hay variedad de pescados e incluso sushi. Su nombre hace referencia al rodizio brasileño, un sistema de rotación de carnes en que se paga un precio fijo y los comensales piden a los mozos qué porciones quieren comer. Estas en general se sirven en la misma espada o pincho en la que fueron asadas, de ahí que el sistema también se llame de “espeto-corrido”.
El año pasado, un vecino de Rodizio terminó cerrando sus puertas: con la excusa de supuestas reformas, Cló Cló dejó de funcionar el 11 de mayo y jamás reabrió. Fue uno de los primeros de la Costanera en pasar de “carrito” a gran restaurante, allá por los ochenta.
PN
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