miércoles, 7 de diciembre de 2016

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Anasagasti: los tragos secretos

Por Elisabeth Checa

Anasagasti: los tragos secretos
Ubicado a metros del Alto Palermo Shopping, en uno de los pasajes más pintorescos de Palermo que le da nombre al bar, los jóvenes detrás de este proyecto, Nicolás Garófalo y Nicolás Pastore, se inspiraron en los clásicos speakeasy. 
Cruzar la puerta de Anasagasti es adentrarse en el nuevo bar de la escena coctelera porteña. A sólo cinco meses de su apertura, este bar secreto ubicado en una casona declarada Patrimonio Histórico de la Ciudad cada vez suena más fuerte en la movida nocturna y ya cosechó su primer reconocimiento a nivel nacional: su bartender, Matías Granata, recientemente fue coronado ganador del primer desafío deWorld Class Competition en la Argentina, la prestigiosa competencia que distingue a los mejores bares y bartenders del mundo.

La carta se divide en dos grandes partes: la de Classic Cocktails, que respeta de principio a fin recetas locales como el Pajarito Cardenal de Pichín Policastro, y la de Craft Cocktails con las creaciones “de la casa” realizadas con insumos 100% artesanales, desde seis tipos de bitters, vermouths, hasta un propio ahumador y un absenta casero, bebida de los malditos pintores y poetas de la belle èpoque parisina y a la.que Angelito Vargas le dedicara su famoso tango Copa de Ajenjo. Ojo con la Absenthe casera, me da miedo. ( es solo una reflexión personal por haber leído a demasiados surrealistas)

Siempre con el claro objetivo de revalorizar la coctelería porteña y ofrecer una experiencia verdaderamente completa y diferente, el bar también cuenta con almíbares de todo tipo, hielos tallados a mano y con propuestas refrescantes para compartir entre 4 u 8 personas como los Punch Party: cuatro opciones de cócteles servidos en poncheras de vidrio. Todo eso, y más, es lo que sale de la barra de Anasagasti a través de delicadas copas, específicas para cada receta: vintage para los clásicos y modernas para los Craft.

Para comer, Anasagasti ofrece diferentes opciones de tapeo. La cocina está a cargo del chef Ruby Guttie, quien junto a Nicolás Garófalo –dueño y también chef– elaboró una carta bien diversa y repleta de sabores del mundo. Recomendamos los  Calamaretti y zucchini frito con chips de lima y mosto de uvas, Degustación de tres tipos de hamburguesas, Tiraditos de pesca blanca (con cebolla morada, mango, cilantro, jugo de limas y jarabe de chila), o la clásica Tortilla de papas con secos de jamón ibérico.

  Sin indicaciones a la vista para conservar la intriga, para entrar sólo es cuestión de tocar un timbre de bronce con figura de león. Una vez dentro, se puede disfrutar la plenitud de esta casona de principios de siglo, minuciosamente reciclada que conserva intacta la fachada y refleja lo mejor de la arquitectura de los años ‘20 y ‘30 de Buenos Aires.

En cada uno de los tres pisos que conforman esta propuesta se ven los detalles de la cuidada restauración del lugar, reflejo de más de tres años de trabajo previo. Madera, cobre, delicados sillones antiguos, una chimenea y una imponente araña completan el ambiente de esta casa de 1927.

Sus tres espacios, a los que se accede a través de un moderno ascensor vidriado, están pensados para adaptarse a momentos y propuestas bien diferentes. En la planta baja, el corazón del lugar, se encuentra la amplia barra y sus sillones invitan a sentirse como en casa. En el primer piso, que se inaugurará a comienzos de 2017, funcionará un restaurante y, un piso más arriba está la terraza: Ideal para las noches de calor porteño, es un espacio amplio con techo corredizo, verde y barra.

Con la mirada puesta en el buen servicio y la atención personalizada, Anasagasti es una propuesta original que permite viajar en el tiempo y trasladarse a otras latitudes a través de buena música, ambiente cálido y tragos de autor.  
Link a la nota: http://elgourmet.com/nota/anasagasti-los-tragos-secretos

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