Emprender aunque baje la espuma
Pablo Fazio, Otro Mundo
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Carlos Manzoni
MIÉRCOLES 30 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Pablo Fazio hizo lo que indican los manuales de management: encontró la oportunidad en una crisis. En 1999 había armado junto a un grupo de amigos un bar especializado en cervezas. Compraba todas las marcas importadas que ingresaban al mercado y manejaba unas 50 que iban rotando. Ese proyecto le develó un nicho de consumidores que estaba dispuesto a pagar más por una cerveza especial.
Todo iba sobre ruedas, hasta 2002, cuando el colapso económico hizo que se derrumbara la importación. Además, el poder adquisitivo también había caído. Pero Fazio tenía que continuar con su negocio, porque los clientes del bar seguían llegando y demandando ese producto premium. "Pensé en buscar en el mercado local, para ver si podía suplantar las importadas -cuenta-. Pero, como no conseguí quién la hiciera, decidí armar un proyecto de cervezas especiales que estuviera a la altura de la calidad internacional."
Así nació el concepto de Otro Mundo. Al mismo tiempo, se anotó en la Universidad de San Martín para hacer un curso de elaboración de cerveza artesanal. "En la tercera clase me acerqué al docente (Marcelo Cerdán), le conté mi emprendimiento y nació una sociedad que terminó fundando la empresa", recuerda.
Con el tiempo se dieron cuenta de que había en el mundo una revolución microcervecera. Un fenómeno del que sólo se veía la punta del iceberg. Estudió el caso de Jim Koch, que creó un nicho de mercado con la microcervecería, y decidió que tenía que comprar capacidad en alguna planta que tuviera producción ociosa. Así descubrió la planta de la vieja cervecería San Carlos, donde comenzó a producir. El proyecto
comenzó en 2002, terminó de constituir la compañía en 2004 y empezó a vender en octubre de 2005.
Ya estaba más que claro que el bar había sido sólo un disparador, pero que la idea final era fabricar a gran escala y exportar. Al principio, consiguieron vender 100 cajas a un distribuidor en Buenos Aires, pero enseguida aparecieron nuevos clientes. El proyecto, que se echó a rodar con una inversión inicial de US$ 250.000, hoy vende dos millones de botellas. La botella de medio litro se vende a un precio de $ 45 en supermercados; $ 50 en comercios tradicionales y $ 75 en bares.
En 2007 hizo una gira comercial por Estados Unidos y cerró trato con una distribuidora especializada en cerveza en Boston. "Después se cortó, pero ahora estamos reingresando con un distribuidor en la costa oeste. Luego vino Italia, Suecia, Paraguay y Uruguay", comenta Fazio. En México invirtieron en producción, pero la experiencia no fue la mejor. "Nos asociamos con gente de allá, pero era muy difícil congeniar las culturas. Fue un aprendizaje muy importante, pero no tuvo el éxito esperado", se lamenta.
Según confía, 2016 fue un buen año para Otro Mundo, porque, si bien la industria cayó de la mano del derrumbe del consumo, el nicho de las cervezas artesanales encontró un dinamismo que antes no tenía. "La revolución microcervecera que se dio en el mundo finalmente encontró su momento en la Argentina. Esperamos que el año que viene sea aún mejor", se esperanza Fazio.
Este año la firma lanzó una India Pale Ale y en 2017 habrá nuevas presentaciones, relanzará la Winter Ale y probablemente haga una cerveza estacional de verano. "Queremos trabajar fuerte con el portfolio de productos: tenemos cuatro y el año que viene llegaremos a siete", dice, y agrega que ya cerró el envío de un contenedor (22 paletas de 85 cajas de 12 botellas) a Croacia y el ingreso a Hong Kong. El manual de management no le falló.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1960723-emprender-aunque-baje-la-espuma
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