jueves, 26 de mayo de 2016

Clarín - Ciudades - "Hay que sacarle el olor a naftalina a la Avenida de mayo"

"Hay que sacarle el olor a naftalina a la Avenida de Mayo"

Un café con Manuel Novo, empresario gastronómico.
Busca recetas para reactivarla. "La historia es estática y las ciudades son dinámicas". Y asegura que es clave hacer habitable la zona para jóvenes y emprendedores.

Posa para la foto con orgullo junto a la placa que declara a esa esquina, “Esquina de la Hispanidad”. Es la de de Avenida de Mayo y Salta, la del bar Iberia. Manuel Novo es el dueño del local desde 1988 y vicepresidente de APTHGRA, la asociación que nuclea a los patrocinadores del turismo, la hotelería y la gastronomía de la Argentina.
El orgullo, su orgullo pasa por la historia. La propia, la de la herencia familiar, la del padre que llegó a los 18 años de España y abrió su primer bar en Munro ("trabajaba todo el día y la familia lo acompañaba, si hasta me dicen que fue en el bar que aprendí a caminar", cuenta) junto a otros dos inmigrantes, que luego pasó por otros dos emprendimientos (siempre con socios españoles) hasta llegar a La Toja, hoy bar Iberia, el segundo más antiguo de la Ciudad junto al Tortoni. Y ahí arranca la historia del bar. De inmigrantes y descendientes de españoles.
“La guerra civil española en Buenos Aires se vivió en esta esquina. En La Toja, el inmigrante Daniel Calzado, un exiliado de la República, juntaba a los republicanos, y en el Bar el Español (cruzando Salta, se quemó en el incendio del Teatro Avenida en 1970 y hoy es la sucursal de un banco) los franquistas. En Buenos Aires las disputas políticas siguieron cuando en España ya habían terminado”, cuenta Novo.
Todo pasaba por esta esquina, pero la Avenida de Mayo resume un poco la historia de la Ciudad
Mirá, fue la primera avenida de Sudamérica; en su traza se hizo a cielo abierto el primer subte de Sudamérica. Conviven tres estilos arquitectónicos, el Art Noveau, el neoclásico y el ecléctico. Es la avenida de un gran país. Ancha, fuerte, resistente. Sus edificios tienen 150 años y siguen tan sólidos como al comienzo. A principios del siglo XX era ejemplo de prosperidad. Pero...

Novo y los mozos del Bar Iberia junto a las plaquetas que declararon a la esquina de Salta y Avenida de Mayo como esquina de la Hispanidad y Sitio de Interés Cultural. Foto: Pedro Lázaro Fernández

Novo cambia el tono épico y el entusiasmo se transforma en preocupación. Habla de una avenida estancada y lo resume en una frase. “Hay que sacarle el olor a naftalina a la Avenida de de Mayo”
¿Todo huele a viejo?
Todos los organismos que regulan la actividad tienen como objetivo preservar, conservar, mantener. Eso está muy bien, pero no hay que olvidar que la Avenida es el cascarón pero el contenido son sus habitantes y comerciantes que, si no reciben ayuda, van a seguir subsistiendo hasta ahí y no mucho más.
¿Cuáles serían las recetas para reactivarla?
Tiene el valor intangible de su historia. Hay que aprovecharlo pero no quedarse anclado ahí. La historia es estática y hoy las ciudades deben ser dinámicas. Hay mucho por hacer. Por ejemplo permitir el estacionamiento medido, porque lo necesita el comercio. Conseguir algún tipo de compensación por la imposibilidad de tener publicidad en nuestros frentes porque si no caemos en que la normativa nos resta competitividad. Iluminar los alrededores para mejorar la seguridad y sobre todo atraer a jóvenes, a profesionales y a emprendedores a radicarse en la zona histórica.
¿Vivir en la avenida de Mayo?
Qué mejor que estar cerca del trabajo con todos los medios de transporte a disposición. Es hasta un concepto ecológico. En ciudades como Barcelona atraen a los jóvenes emprendedores para que monten sus estudios junto a sus viviendas en la zona histórica. En Europa son los lugares más cotizados y acá el promedio de edad de los vecinos de Avenida de Mayo ronda los 70 años. El Centro no tiene que ser sólo administrativo sino también habitable.
¿Atraer a los jóvenes alcanzaría para reactivar el comercio?
En cualquier capital del mundo las zonas históricas se llenan de gente porque están comercialmente preparadas para seducir al turista extranjero, al del propio país y a los habitantes de esas ciudades. Acá necesitamos hacer ese click. Acá tenemos los restaurantes más antiguos de la Ciudad. La mejor comida española de América. Edificios hermosos y únicos. Y tenemos la historia política del país grabada en el asfalto. Eso no lo cambio por nada del mundo. Pero no alcanza si no le agregamos modernidad.

El café: Sacando al del Iberia, me quedó con los que sirven un buen café al paso, como el Florida Garden o la confitería Le Caravelle
Novo asegura que tiene receptividad en el Gobierno porteño y en las autoridades de la Comuna 1. “Nos gustaría que, como se hizo en Puerto Madero, se creara un corporación para explotar la zona histórica de la Ciudad. Pero ya no para tratarla como a un museo sino como una lugar que pueda recuperar su densidad poblacional”.
La última foto es sobre la avenida, su Avenida de Mayo. “Mirá que poco tránsito hay. Debe haber un corte en la zona. Eso espanta a clientes e inversores. Es clave buscar un equilibrio entre derechos y garantía. Vos te imaginás un piquete en la Gran Vía de Madrid...”
Link a la nota: http://www.clarin.com/ciudades/sacarle-olor-naftalina-Avenida-Mayo_0_1583241800.html

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