martes, 14 de enero de 2020

Clarín - Sociedad - Tras la ruta del pez limón: los secretos del pescado que en Mar del Plata vuelve locos a los turistas

Tras la ruta del pez limón: los secretos del pescado que en Mar del Plata vuelve locos a los turistas

¿Moda, esnobismo? Puede ser, pero lo cierto es que esta especie “premium” causa sensación por su sabor. Pescadores y chefs lo describen como una pieza única e indescifrable.

En Mar del Plata hay un abanico de platos gourmet -a cual más delicioso- que tienen como protagonista absoluto al pez limón, el insospechado tesoro del Mar Argentino, que para esta época proviene de Brasil y permanece hasta marzo. Considerada una especie "premium", desde hace un par de años se está convirtiendo en una obsesión para los pescadores, un menú ineludible para los chef y una tentación culinaria para los comensales.
Escuchar a Mariano de la Rúa describiendo los entretelones de cómo se realiza su pesca contagia, cautiva. La pasión con la que describe sus aventuras adrenalínicas mar adentro invitan a querer acompañarlo, pero como dice este reconocido guía de pesca, "no es para cualquiera, las jornadas son extensas porque este pez es movedizo e indescifrable".
El pez limón es un tipo de pescado más reconocido que conocido aunque por estas latitudes está sonando cada vez más fuerte. Es estacional, entre diciembre y marzo es la época en la que nada en los bancos de piedras de las aguas marplatenses y a los chefs los vuelve locos, lo mismo que a los comensales sobre todo porteños, que vienen a Mar del Plata a degustarlo.
Es un producto premium y cada vez es más frecuente saborearlo en piezas de sushi en lugares exclusivos. Desde hace dos años vive un inesperado boom.

 Foto Maxi Failla
Es un producto premium y cada vez es más frecuente saborearlo en piezas de sushi en lugares exclusivos. Desde hace dos años vive un inesperado boom. Foto Maxi Failla
Hoy atraviesa un boom que se cristaliza en la versatilidad de alternativas que se pueden preparar. Pero aclara De la Rúa que es un "boom relativo en un país donde no existe la cultura de comer pescado. En la Argentina, la proporción de consumo es algo así como 115 kilos de carne anuales (incluido el pollo y el cerdo) contra 8 kilos de pescado por persona. A partir de esta diferencia, lo que sucede con el limón es para destacar". 
"Es un pez distinto en todo sentido. Inteligente, fuerte, impredecible porque está en constante movimiento y pescarlo requiere paciencia y astucia", afirma De la Rúa, que se chupa los dedos cuando describe su sabor: "Increíble cuando se lo come crudo, porque posee una textura mantecosa y un tenor graso que lo hacen un ejemplar único".
Es un producto premium y cada vez es más frecuente saborearlo en piezas de sushi en lugares exclusivos. "Uno de los grandes impactos del pez limón fue cómo repercutió en el mundo del sushi argentino (donde los contenidos mayormente son de salmón rosado, langostinos y atún), donde se encontraron con que el pez limón tiene propiedades que no se habían imaginado", puntualiza De la Rúa, al frente de la firma Aquafish.
El pescador Pierino Di Marcantonio es gráfico: "El pez limón genera adicción, es todo un trofeo para los aficionados de las costas y de alta mar".

Foto Maxi Failla
El pescador Pierino Di Marcantonio es gráfico: "El pez limón genera adicción, es todo un trofeo para los aficionados de las costas y de alta mar". Foto Maxi Failla
Su cuerpo es muy aerodinámico, tiene un gran poder natatorio, lo que lo transforma "en un pez luchador, hábil cazador, veloz -puede llegar a los 50 kilómetros por hora- y realiza rápidos cambios de profundidad cuando se siente en peligro", alecciona el guía. "Puede nadar en el fondo del mar, en el medio o en la superficie, lo que produce un desafío enorme a la hora de pescarlo".
Esa dificultad se traduce en el precio. En Mar del Plata los pescadores venden el kilo entre $400 y $500 pesos a restoranes especializados, los cuales preparan distintos platos que cuestan desde $700 hasta $1.500: a la parrilla, tiradito, ahumado, curado, marinado y sashimi (cortadito en lonchas). En La Feliz hay un puñado de lugares que tienen como especialidad al pez limón: Sarasa Negro, Lo de Tata, Lo de Fran Cocina de Mar y Caldo Restaurante.
La cocina desde adentro. Patricio Negro está cortando y sacándole las espinas a un ejemplar recién llegado de pez limón. "Es la novedad para el que viene de Buenos Aires, que busca lo distinto".
Foto Maxi Failla
La cocina desde adentro. Patricio Negro está cortando y sacándole las espinas a un ejemplar recién llegado de pez limón. "Es la novedad para el que viene de Buenos Aires, que busca lo distinto". Foto Maxi Failla
"Si bien se hace desear para los pescadores, es una de las mejores temporadas de limones de los últimos diez años". Es sábado, un día brillante aunque el mar está algo picado y De la Rúa llega después de estar siete horas veinte kilómetros mar adentro. "Pensábamos traer cincuenta y vinimos con 25 unidades. Tenemos la vara muy alta", dice con cierta frustración.
Cuenta el reconocido guía de pesca que pudieron divisar un cardumen de limones pero "la fuerza y la resistencia que tienen, además de la velocidad y potencia en su nado lo convierten en un pez-misil complicado de agarrar", hace saber sobre esta especie de un metro y medio, entre 10 y 15 kilos, identificada por su línea amarilla de forma horizontal.
Pescador independiente de hace más de una década, Pierino Di Marcantonio es gráfico: "El pez limón genera adicción, es todo un trofeo para los aficionados de las costas y de alta mar. Además, mucha gente lo quiere: particulares y restoranes, y se lo paga muy bien, unos $500 el kilo, es aún más caro que la chernia. O sea que cuanto más grande, mayor es la satisfacción".
Di Marcantanio enfatiza que desde 2018 surgió "como una explosión de este pescado y los chefs se empezaron a obsesionar por el pez limón, pidiéndonos que les trajéramos todos los días. Este sábado salí a pescarlo a las cuatro de la mañana y volví cerca del mediodía sólo con un ejemplar. ¿Por qué? Porque es una especie voraz que ingiere pero estando en movimiento, lo que lo hace una presa muy difícil. Cuando muerden el anzuelo empieza la pelea, una pelea que puede llevar entre 15 y 20 minutos. Con el pez limón se gana, pero más se pierde".
Clarín contactó a los chefs más importantes de Mar del Plata, quienes están sintonía con el boom de este manjar que arrasa cuando llega a la mesa. Por eso todos coinciden en que compran todos los limones que se les ofrecen. "Además -agrega De la Rúa- es muy valorado por sus aportes nutritivos ricos en proteínas, hidratos de carbono, Omega 3, Colesterol, minerales, hierro, calcio, potasio, zinc, sodio y vitaminas".
Un deliciosa piadina. Es la que preparó el dueño de Sarasanegro, uno de los platos que más salida tiene. "Es una moda, un esnobismo, pero no se puede discutir la calidad de la especie".

Foto Maxi Failla
Un deliciosa piadina. Es la que preparó el dueño de Sarasanegro, uno de los platos que más salida tiene. "Es una moda, un esnobismo, pero no se puede discutir la calidad de la especie". Foto Maxi Failla
Patricio Negro, dueño del restorán Sarasanegro, hace magia con el pez limón, aunque no deja de reconocer "que es una moda y que hay cierto esnobismo. Yo no me enamoro de ningún pescado, los quiero a todos y vendo todos. Si tengo pez limón lo hago, sino, no me cambia nada, preparo besugo, merluza, mero, chernia o anchoa de banco. Todos valen lo mismo para mí, hoy el plato de cualquier pescado está $760".
Negro cuenta que él tiene dos pescadores de confianza a los que siempre les compra mercadería. "Pero ellos saben que conmigo hay fidelidad pero nada de precios elevados por un tema de moda o intereses creados. Si no me cierra el precio, no lo compro, También vienen otros que me lo ofrecen y se zarpan pidiendo 500 o 600 pesos el kilo. Yo más de 400 no pago", le dice a este medio en la amplia cocina del restorán mientras prepara una piadina de pez limón.
El prestigioso chef, entre los mejores de Mar del Plata, dice que en su restorán -hay que hacer una reserva una semana antes- se llena de porteños en busca de distintos pescados pero cuando hay limón lo agota. "Es que es la novedad para el que viene de Buenos Aires, que busca lo distinto. Pero insisto, para nosotros es un plato más como la caballa, que cuesta 50 pesos el kilo".
"Llegó para quedarse, es la vedette de la temporada", ilustra Francisco Rosat, chef de Lo de Fran Cocina de Mar, en la zona del Puerto. "Sale mucho, es un plato muy solicitado en mi restorán, donde sólo cocino pescado. ¿Por qué? Porque es un pescado noble, generoso, que una vez limpio y preparado, rinde el 50 por ciento de su tamaño, cuando hay otros como el mero que rinden un 30 %, la chernia el 35, la corbina el 25 y el besugo el 40", ilustra Panqui Rosat.
Formado en el País Vasco, de la mano de Martín Berasategui, Rosat, de 28 años, remarca que "el furor con el pez limón es sólo en determinadas ciudades de la Argentina, pero no en lugares como España, Italia, Estados Unidos o Japón, donde el que manda es el atún rojo, indiscutido monarca". El joven cocinero cuenta que cuando lo ofrece en su restorán "nunca nadie dice que no, ya saben de qué se trata".
En Lo de Fran los platos que se destacan son pez limón "asado a la parrilla, el tiradito (crudo), el tataki (tostando el exterior y dejando sin cocer su interior), sellado (vuelta y vuelta), tartare (en cubitos marinados) y ventresca asada (la panza, donde está el mayor sabor). Los precios van de $800 hasta $1.400 y son platos para compartir", enumero Rosat, que dice que compra limón todas las veces que se lo ofrecen.
"Llegó para quedarse, es la vedette de la temporada", ilustra Francisco Rosat, chef de Lo de Fran Cocina de Mar.

Foto Maxi Failla
"Llegó para quedarse, es la vedette de la temporada", ilustra Francisco Rosat, chef de Lo de Fran Cocina de Mar. Foto Maxi Failla
Rosat dice que tiene fanáticos, "la mayoría de Buenos Aires, donde los precios se van a las nubes. Allá se paga un plato, tranquilamente, $2.000 y más tambien, pero tiene que ver con lo que decíamos antes, es una moda y hay mucho esnobismo".
Para Hernán Domínguez, de Caldo Restaurante, "el pez limón viene siendo el protagonista de las últimas temporadas de verano porque además de su sabor y características, y de ser un producto increíble, es un pescado genuino, que se encuentra acá, en el mejor momento del año, y no hay que importarlo", destaca Domínguez, que prefiere ofrecerlo crudo en sashimi, es decir cortado en piezas gruesas, "ya que expresa su mayor textura y suavidad".
Domínguez no se marea con los precios, sabe que "está de moda y la gente lo consume siempre, tenemos clientes puntuales que piden que les avisemos o que los llamemos. Y no tienen problemas de pagar, sobre todo el cliente de Buenos Aires, que cuando viene se desespera por nuestros pescados", dice este chef platense radicado en La Feliz hace once años.
Biólogo del Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero, especialista en técnicas de cultivo sustentable, Mariano Spinedi revela que hace tres años que está trabajando con el pez limón "en un proyecto relacionado a la acuicultura, es decir a la reproducción y crianza de esta especie con el objetivo de poder tenerla todo el año y no sólamente tres o cuatro meses".
Spinedi explica que se trata de "una investigación conducente al desarrollo de las tecnologías adecuadas para de cultivo de pez limón. Hasta el momento se ha realizado la primera etapa de esta nueva actividad que ha sido incorporada al programa de Maricultura 'Desarrollo de las Tecnologías de cultivo de pez limón en Argentina', y podemos decir que se está llevando a cabo de manera exitosa".
“Es difícil encontrar especies que cumplan con las características necesarias para que sea viable el cultivo. Tras hacer un análisis en profundidad de las especies del mar argentino se decidió incorporar el pez limón, una especie autóctona que está a nuestro alcance para lograr la captura y traslado de los reproductores".
Ansiedad, obsesión, desesperación, fascinación, moda, esnobismo y adrenalina, todas sensaciones y estados que despierta este insondable pez que, de buenas a primeras, sorprende con los atributos para desbancar al salmón y a la chernia, los pescados top.
Mar del Plata. Enviado especial

Infobae - Tendencias - Vinos orgánicos, rosados o en lata, los protagonistas del verano 2020

Vinos orgánicos, rosados o en lata, los protagonistas del verano 2020

En esta temporada,el vino arremetió con novedades e innovaciones que pueden ser tan o más refrescantes que las otras bebidas con alcohol, además de muy prácticas para disfrutar en cualquier ocasión
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Siempre cuando calienta el sol, el cuerpo pide algo refrescante para tomar. Esa es la razón por la cual los vinos en general ceden terreno momentáneamente, y avanzan las cervezas, los aperitivos y los cócteles. Y es lógico, ya que estos brindan lo más importante cuando hace calor: frescura al paladar.
La sed se saca con agua, pero las ganas de tomar algo rico en verano se satisfacen con bebidas bien frías, sin importar tanto el aspecto cualitativo. Porque se sabe que a menor temperatura no solo se sienten menos los descriptores organolépticos, sino que además se adormecen las papilas gustativas. Por eso la cerveza domina la escena, ya que su amargor reconocible se percibe igual, y bien helada ofrece lo que tiene que ofrecer. En el caso de los aperitivos y cócteles hay más elaboración, pero también amplifican su presencia en esta época porque ofrecen frescura y diversidad. Esta elección también tiene mucho que ver con el cambio de rutina que todos hacen en vacaciones, dejando de lado sus hábitos y costumbres (y esto incluye a las bebidas) cotidianas.
(Shutterstock)
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Pero bajo el sol, el foco de pasarla bien no está dentro de las copas o en los vasos, sino en el entorno. Es por ello que la practicidad se vuelve el mayor atributo de las bebidas para disfrutar y refrescarse. Y el vino promete en este verano 2020 ser protagonista.
Son muchas las alternativas vínicas que tienen hoy los consumidores para disfrutar en verano. Algunas son bien innovadoras como el vino en lata; otras, más de la mano con el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad, con la llegada de vinos orgánicos modernos y accesibles. También, empiezan a asomar algunos vinos naturales -en su mayoría naranjos- que resultan súper refrescantes. Por otra parte, los rosados se multiplicaron y hay para todos los gustos y bolsillos. Y, por último, una nueva camada de vinos de verano, más conceptuales y que llegan para ampliar la oferta de los frisantes.
Se vino el vino en lata
(Prowein)
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Por ahora hay solo diez bodegas que se animaron a lanzar vinos en este formato. En su mayoría son blancos dulces naturales, y espumosos dulces de baja graduación. La explicación es casi obvia. Por un lado, no quieren arriesgarse con vinos de línea ya consagrados. Además, la lata “obliga” a entregarse helada y a tomarse directamente. Esto saca del juego a los tintos; aunque algunos livianos a base de Criolla, Bonarda, Pinot Noir o Malbec podrían tener éxito; porque el frío potencia sus taninos y por ende la sensación de aspereza en su paso por boca, más allá de apagar su carácter frutal. No obstante, es un formato ideal para blancos y rosados secos.
Algunos de los flamantes vinos en lata ya están en boca de todos. Bodega Santa Julia presentó el primer vino dulce en lata de la Argentina. Santa Julia Chenin Dulce Natural ($150 la lata de 355ml). De baja graduación alcohólica y un nivel de azúcar propio de la uva que lo hace fresco y con un dulzor ideal para diversos momentos. “El vino en lata es el acompañamiento perfecto para las actividades de verano o al aire libre, por eso creemos que Chenin Dulce Natural es el indicado para introducir esta nueva forma de beber vino”, cuenta Juan Ignacio Guzmán, Marketing Manager de la bodega.
Por su parte, Finca Las Moras lanzó el nuevo Dadá 7 en formato lata, una propuesta refrescante y de baja graduación alcohólica, en sus variedades Sweet (blanco dulce) y Sweet Pink (rosado dulce). Ideal para aquellos que prefieren opciones dulces, burbujeantes y ligeras (graduación alcohólica: 5,7%), pensados principalmente para un público joven y moderno, que busca captar ocasiones de consumo sin estructuras y que prefieren nuevos caminos de disfrute más simples e informales. “Lanzamos al mercado el nuevo Dadá 7 Lata para brindarle a nuestros consumidores mayor flexibilidad, queremos que los disfruten en diferentes momentos y de una manera más descontracturada. Las latas representan el aquí y ahora de un estilo de vida sin complicaciones, no requiere equipo extra porque son un contenedor de tamaño único listo para servir “, expresó al respecto Luciano Esses, jefe de la marca.
Si bien nació en 1995, y desde entonces es el líder de los frisantes (vino dulce con finas burbujas), el New Age estrena una nueva imagen (ahora con el aval de Bodegas Bianchi en su etiqueta), y presenta una versión en lata de 269 ml, reflejando así las nuevas tendencias de consumo.
Otros vinos en lata que ya se consiguen son los Dilema de Estancia Mendoza, y hasta un Rojo y Soda, de Sucesores Michel Torino, un tinto sodeado en lata listo para tomar.
Sin dudas, el verano 2020 significará el desembarco de esta categoría con mucho potencial de crecimiento, al cual las bodegas miran con mucho entusiasmo.
Con la fuerza de la naturaleza
(Shutterstock)
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Los viñedos orgánicos de la Argentina crecen mucho más rápido que las etiquetas de vinos disponibles en las góndolas. Porque esto no tiene que ver con una estrategia comercial del momento, sino con un cambio de paradigma y de filosofía del trabajo. El vino nace de la tierra, y el fruto que se obtiene de ella (la vid) sirve para elaborar la bebida más noble, diversa y con mayor valor agregado que existe. Es por ello que en los agrónomos y enólogos siempre estuvo el respeto por el terruño. Hoy, existen muchas maneras de arreglárselas sin el uso de agroquímicos ni herbicidas, sobre todo gracias a las condiciones naturales de las diferentes regiones vitivinícolas. Esto, y un mayor conocimiento, permite hoy que gran parte de las uvas sean orgánicas, aunque una minoría de viñedos estén certificados. Ya todos los productores promueven la biodiversidad de sus viñedos porque entienden que ese es el camino para lograr una mayor calidad de uva, y sostenerla en el tiempo.
Esto permitió, sobre todo a las grandes bodegas, lanzar al mercado vinos orgánicos de precios accesibles y con etiquetas modernas, a tono con las demandas de las nuevas generaciones, que se preocupan más activamente por el medio ambiente. Y si bien aún no hay una diferencia técnica que pueda indicar si son mejores o no que los demás vinos, es una tendencia en crecimiento, tanto detrás de escena como en el mercado de consumo.
Otra de las categorías que asoma, aunque tímidamente por ahora, es la de vinos naturales. Se trata de una técnica ancestral muy promovida en Austria y algunas regiones de Francia y Alemania, con la que se logran vinos sin sulfitos, ya que se parte de uvas orgánicas y no se utiliza anhídrido sulfuroso (SO2) en ningún momento del proceso. Además, son vinos con mínima intervención del hombre, es por ello que la mayoría llega a las copas turbios porque ni se filtran. Dentro de estos vinos, que pueden ser de cualquier tipo, hay uno que se destaca por su frescura y tensión en boca; el vino naranjo. Son vinos blancos que se vinifican como tintos, es decir que las pieles se maceran con el mosto y luego con el vino. De esta forma queda un blanco de aspecto ambarino, de aromas intensos y mucha frescura en boca. Con agarre, buen cuerpo, texturas firmes, y sabores persistentes.
Rosé, el color del vino en verano
 Shutterstock 162
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Si bien se lanzan en primavera los rosados del año (en este caso los 2019), es en verano donde las bodegas buscan que se agoten, ya que son ideales para disfrutar de manera más informal, ya sea con comida o lejos de la mesa, cuando brilla el sol.
La calidad ha evolucionado tanto que los rosados actuales nada tienen que ver con los de hace cinco años. Hoy se piensan desde la viña y se elaboran con los mismos cuidados que los demás vinos. Algunos son accesibles y muy bien logrados, y generalmente vienen con práctica tapa a rosca, mientras que otros apuestan por una botella más llamativa y hasta tapones de vidrio. Y todos ellos, sin importar su precio, cumplen con su función; agradar a primera vista, por fuera y por dentro, siempre refrescado el paladar. Y uno de los más novedosos es Mandala, un rosado a base de Syrah (con algo de Malbec y Cabernet Franc) y Pinot Grigio, que se lanzó justamente en época estival porque quiere sacudir el mercado y ser el vino del verano. “Esta flamante línea de vinos no quiere ser reconocida por sus atributos vínicos, sino por su concepto. “State of Wine, state of mind” es más que un nuevo estilo de vinos, es un estilo de vida. Nacieron con el objetivo de conquistar paladares jóvenes, a partir de una marca impactante, una imagen limpia y moderna, botellas con práctica tapa a rosca, y un mensaje que rompe con la tradición”, asegura Horacio Ferrari, Gerente de Marketing del Grupo Avinea. Los Mandala son para disfrutar a toda hora, pensados para esos grupos de amigos que se juntan a compartir momentos, ya sea alrededor de una pileta, en una quinta, en la playa, en un balcón o en una terraza.
Son vinos muy bien logrados para lo que quieren ser. Además del rosé, muy completo, fácil y directo; hay un Sweet de Sauvignon Blanc, tan refrescante como equilibrado; y un Malbec joven y vivaz. Ya están a la venta a $270 cada uno.
Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos

Salpimenta - Se Come - Guapaletas, la empresa de helado artesanal en paleta celebra su 4º aniversario

Guapaletas, la empresa de helado artesanal en paleta celebra su 4º aniversario


Nacida en 2015, Guapaletas sorprendió en la industria con una propuesta original y disruptiva: helado artesanal de calidad en paleta. Hoy, 4 años después, continúa cosechando adeptos.
Inspirados en ofrecer una nueva forma de consumo de helado, práctica, ágil y lúdica y respetando los estándares de calidad del producto, hace 4 años nacía Guapaletas, la marca que introdujo el helado artesanal en paleta, rápidamente aceptado por los consumidores de todo el país.
La empresa hoy cuenta con 48 locales distribuidos en 12 provincias argentinas, fundamentalmente a través del sistema de franquicias. Además de las ya clásicas paletas, recientemente la empresa presentó Guapitos, una nueva categoría de bombones helados de sabores originales y deliciosos, recubiertos por el mejor chocolate. Con esta incorporación, Guapaletas produjo durante 2019 más de 3 millones de unidades.
Otro hito importante del año que cerró fue que luego de ganar el concurso #AcelerarEspaña, organizado por la Cámara Argentina en España, la empresa desembarcó en ese país, desde donde comenzará a producir localmente para el mercado español, en vísperas al verano europeo.
«Seguimos apostando a crecer con esta marca que nos dio y nos da tantas satisfacciones. Fueron cuatro años de muchísimo aprendizaje, durante los que nos consolidamos como empresa. En esta línea, además de focalizarnos en la temporada estival en la costa y en el interior del país, ya estamos desarrollando nuevas productos para el próximo invierno«, sostienen Federico Manzuoli y Andrés Gorostiaga, creadores de Guapaletas.

Salpimenta - Se Bebe - Vico Wine Bar desembarca con su propuesta de vinos en Lanús

Vico Wine Bar desembarca con su propuesta de vinos en Lanús


El reconocido espacio gastronómico que revolucionó la forma de tomar vino continúa expandiéndose y desembarca en el Gran Buenos Aires con la apertura de su primer local Lanús Oeste, dentro del circuito gastronómico conocido como «Lanusita» en la Zona Sur.
Tras cosechar dos años de experiencia y grandes satisfacciones, Vico Wine Bar sigue creciendo y suma su primer local en el Gran Buenos Aires. La nueva propuesta ofrece más de 100 etiquetas, 16 wine dispensers, un menú de platos y raciones para acompañar el vino a cargo de Julián del Pino y una selección de cócteles de la mano de Emanuel Dobryden, que mantienen en concepto y filosofía de Palermo y Villa Crespo.
La propuesta de Vico Wine Bar invita a vivir una experiencia sensorial alrededor del vino. El menú se recorre copa en mano, a través de los dispensers italianos Wineemotion, importados por Coyanco, que se ubican a lo largo del salón y albergan más de 100 etiquetas de distintas regiones vitivinícolas del mundo seleccionadas por el Head Sommelier Pablo Colina. Con la guía de un equipo de sommeliers que asesoran en la elección, cada comensal puede servirse la variedad y la medida que desea probar en cada caso (degustación: 50 ml; media copa: 100 ml; y copa: 150ml). El sistema funciona con una tarjeta con chip (Vico Wine Card) que se puede precargar o bien utilizarse como tarjeta de mesa en la cual se registra el consumo de vino de la cena.
En cuanto a la propuesta gastronómica la materia prima y a la calidad son el pilar principal en Vico. La carta, a base de productos de estación consta de pequeños platos presentados en raciones y raciones dobles. El chef Julián del Pino combina sabores y texturas siempre acompañando al vino como protagonista. Quesos, fiambres y embutidos de alta calidad, panes artesanales elaborados en el momento; pesca del día, carnes y pastas caseras, están siempre presentes.
«Queríamos darle al amante del vino un lugar donde pueda disfrutarlo de una forma distinta. No es una propuesta exclusivamente para Lanús, sino para que miles de consumidores de la Zona Sur puedan vivir la experiencia Vico sin la necesidad de trasladarse a la Ciudad de Buenos Aires”, asegura respecto a la apertura Fernando Procupez, socio fundador de Vico Wine Bar. El local cuenta con un amplio patio trasero para disfrutar de la experiencia al aire libre, lo que hace de Vico, una propuesta ideal para esta temporada de verano. Proximamente se incorporará una parrilla / grill, para ampliar la propuesta gastronómica en base a platos hechos a las brasas.
Vico Wine Bar Lanús
Carlos Tejedor 257 – Lanús Oeste
Información y reservas vía WhatsApp: 11.2526.7171
Abierto de martes a sábado desde las 18hs.
www.vicowinebar.com.ar