miércoles, 8 de enero de 2020

Clarín - Zonales - De cocinar en su casa de Carapachay a ser el chef del hotel más emblemático de la Patagonia

De cocinar en su casa de Carapachay a ser el chef del hotel más emblemático de la Patagonia

Después de formarse en Vicente López, Ariel Pérez (41) trabajó en París y en cruceros de lujo. Hoy es el jefe de la cocina del Llao Llao.


La Patagonia tiene ese “no sé qué” que enamora, dicen muchos. Y encima si te hospedás en un hotel cinco estrellas con más de 15 hectáreas en medio de las maravillas naturales más hermosas de Bariloche, y por los pasillos te cruzás con Barack Obama, Michelle Bachelet, Evo Morales o Mauricio Macri, -sin dudas- es un espectáculo que no te podés perder.
Pero esa vida llena de lujos lejos estaba de lo que alguna vez soñó Ariel Pérez (41), un vecino de Carapachay que actualmente es el Chef Ejecutivo del Hotel Llao Llao, el resort que recibe a los líderes del mundo.
A los 19 años, el joven que se recibió de técnico mecánico en la secundaria, pensó en continuar Medicina en la universidad. Pero al tiempo se arrepintió. “No estaba muy seguro de qué hacer -confiesa Ariel-. Siempre me gustó mucho comer y disfrutaba de ver a mis abuelas cocinar, entonces decidí inscribirme en Gastronomía”.
Ariel dice que la cocina del Llao Llao "es de lo más parecido a las de los cruceros".
Ariel dice que la cocina del Llao Llao "es de lo más parecido a las de los cruceros".
Así fue como dio sus primeros pasos y se anotó en el Instituto Automóvil Club Argentino, de Vicente López. “Apenas empecé a estudiar descubrí un mundo completamente nuevo”, dice emocionado.
Como es de saberse en el ambiente gastronómico, las pasantías no tardaron en aparecer. Empezó trabajando los fines de semana en un restaurante de Palermo y dos años después viajó a Francia.
“Tenía 21 años cuando fui al Instituto Vatel, de Paris -recuerda-. Me dieron una beca para estudiar tres meses allá. Cuando regresé supe que no había vuelta atrás: la gastronomía era lo mío”. Y aunque la experiencia lo favoreció en el terreno profesional, también le develó otro estilo de vida. Recorrer el mundo, conocer nuevas culturas y personas, aprender idiomas y recetas.
Así que, seguido por el entusiasmo adquirido en la aventura, terminó su carrera y -literalmente- embarcó. Es que durante casi cuatro años cocinó en altamar para dos compañías cruceras por el Caribe, el Mediterráneo, Alaska, la Polinesia y Asia, entre otros destinos.
Desde hace seis años está en Bariloche, a cargo de los platos del Llao Llao.
Desde hace seis años está en Bariloche, a cargo de los platos del Llao Llao.
Luego, decidió establecerse en tierra firme y volvió a su Carapachay natal, mientras ejercía como chef en reconocidos hoteles de la Capital Federal y Nordelta.
Pero, hace seis años, cuando lo llamaron para trabajar en el emblemático Llao Llao, soltó el ancla en Bariloche. Si bien inició como Subjefe Ejecutivo, hace un año y medio que está a cargo de 65 personas que trabajan en el área de cocina para siete puntos de venta.
“Esta ciudad es hermosa. No me costó para nada adaptarme porque de un lado tenés la montaña y del otro, el lago. Además, la cocina de este hotel es lo más parecido a un crucero. Es un destino en sí, entonces los huéspedes a veces se quedan tres días sin salir y es un desafío darles una opción variada”, explica.
Y aparte de los 400 hospedados, en ocasiones especiales se alojan personajes de la política y la cultura internacional que merecen un tratamiento más exclusivo.
En algunas de sus anécdotas, Ariel menciona que hace meses atrás pasó de visitas un rey oriental que permaneció cinco días dentro del hotel. “Por la mañana tenía que tomarle el pedido de qué iba a querer almorzar y cenar. Era como un pequeño buffet exclusivo”.
Cuando tenía 21 años lo becaron para ir a aprender a una prestigiosa escuela de gastronomía en París.
Cuando tenía 21 años lo becaron para ir a aprender a una prestigiosa escuela de gastronomía en París.
“A pesar de que al principio la relación con este tipo de personalidades ‘poderosas’ es un poco tensa, con el correr de los días se genera más confianza, y los que prejuzgás como ‘clientes complicados’ son más simple de lo que te imaginás”, afirma. Y hace alusión a un emir que frecuenta el Sur periódicamente.
Fuera del esplendor del resort, su vida familiar es muy feliz. Vive con su esposa y sus dos hijos rodeado de naturaleza, y viaja constantemente a Carapachay a visitar a sus padres, hermanos y sobrinos. “Siempre vuelvo al barrio -cuenta-. Cuando voy a Buenos Aires, es difícil que me logren sacar de ‘Carapa’ porque ahí estoy con mi familia y mis amigos de toda la vida”.
Y en cada regreso no puede faltar el paseo por “La carnicería de Leo”, el local ubicado en la calle Ituzaingó. “Es el carnicero que conozco hace años -dice-. Cuando prendo el fuego para los afectos, voy y le compro carne a él”.
Es que, aunque humildemente no declara tener un plato estrella, lo que más le gusta es prender el fuego. “La parrilla y el disco son mi conexión a tierra, mi momento de relax. Aunque esté lloviendo, nevando o hagan 30 grados, salgo y prendo el fuego”, concluye el apasionado de asar. 

La Nación - Salida- Cinco bares con patio para disfrutar del verano en la ciudad

Cinco bares con patio para disfrutar del verano en la ciudad

Saborear un delicioso taco mejicano respirando la historia de un antiguo patio lechero. Remontarse a los almuerzos en la casa de los abuelos con un clásico sifón sobre la mesa. Disfrutar de una película de culto con los pies enterrados en la arena dentro de un jardín tropical. Estas son solo algunas de las propuestas que convierten a Buenos Aires en una ciudad donde es posible sentirse de viaje durante las noches de verano.
¿Enero en la ciudad? Estos cinco bares con espacios a cielo abierto son una opción para cortar la rutina y redescubrir tradiciones en lugares amigables en esta época del año.

Sifón, el bar que reivindica la soda

Bar Sifón, en Chacarita
Bar Sifón, en Chacarita Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV
Una refrescante jarra de vermú para compartir. Un sifón de vidrio sobre la mesa para acompañar a gusto. Reposeras desplegadas sobre un piso de baldosas calcáreas entre paredes descascaradas. Esta es la propuesta de Sifón, el bar de Chacarita, que abrió hace tan solo cuatro meses y que todos los días se llena de vecinos, turistas y jóvenes.
En el local donde funcionaba una antigua casona de antigüedades, hoy se preparan cocktails sobre una barra de hormigón. Y con una particularidad que hace que este salón sea tan popular: todos sus tragos son a base de soda. Las empanadas de osobuco, la provoleta y el matambre con puré de papas son algunas de las especialidades a la plancha que pueden acompañar las bebidas.
En Jorge Newbery 3881, Chacarita. Abierto de lunes a viernes a partir de las 18, y los sábados y domingo a partir de las 11. Precio de jarra de vermú para sodear entre dos personas: $400. Provoleta con tomate y albahaca: $280.

Bar de Kowalsky, el patio más grande de Almagro

Bar de Kowalski, en Almagro
Bar de Kowalski, en Almagro Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV
Un cable con luces de colores que se enciende por las noches, un arenero que invita a acomodarse en reposeras entre sombrillas y una barra de madera rústica con cocktails recrean el encanto de una playa tropical. Con una marcada impronta cultural, su patio alberga desde encuentros de juegos, poesía, fiestas temáticas o proyecciones de películas. Las arepas, tapeos gourmet y panes caseros convierten las noches de Kowalsky en una experiencia única en la ciudad.
En Billinghurst 835, Almagro. Abierto de martes a domingos, a partir de las 19. Arepizzas (con cebolla caramelizada y capresse): $280. Pinta: $130.

Patio de Los Lecheros, con opciones para todos los públicos

El Patio de los lecheros, en Caballito
El Patio de los lecheros, en Caballito Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV
En la esquina donde alguna vez se descargaron los tarros de leche que el tren traía de los tambos del interior del país, se impone este patio adoquinado, el sitio ideal de Caballito para disfrutar en familia, y que admite a mascotas.
Al ingresar al predio, resuena la música de un bandoneón de un grupo de tangueros que se pasea entre las mesas. Los más chicos disfrutan de los shows infantiles. Los amantes de la cocina de mar saborean un ceviche, y al mismo tiempo se huele el aroma humeante de un shawarma, entre otras de las ofertas gastronómicas del lugar. Quienes buscan tranquilidad pueden disfrutar de una lectura en el sector de librería acompañado de una copa de vino boutique. El trago más codiciado es el mojito con menta recién cortada de la huerta urbana.
Avenida Donato Álvarez 175, Caballito . Abierto de martes a domingos y feriados. Mojito: $200. Shawarma con papas y ensalada: $350.

Invernadero, el primer bar de gin tonic tirado artesanal del país

Invernadero, en Recoleta
Invernadero, en Recoleta Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV
Otra de las opciones más novedosas que ofrece la ciudad es disfrutar de un exclusivo gin tonic de la casa con una selección de tapas contemplando el edificio de la Biblioteca Nacional en el entorno natural del Bar Invernadero. Juani Calcaño, el bartender, describe la carta de tragos de autor con el mismo esmero con que sirve el cedrón que trajo de su propia huerta en un copón de gin tonic tirado. Cuando se refiere a las recetas le brillan los ojos: "Contamos con 14 variedades de gin para todos los paladares cuyos nombres están inspirados en obras literarias. La tónica también es una receta propia de la casa. El trago más audaz: Macedonio, a base de morrón amarillo con ananá".
Agüero 2502, Recoleta. Abierto todos los días a partir de las 8 hasta las 2. Gin tonic en happy hour: $280.

Club Lucero, la joya secreta de Palermo Hollywood

Club Lucero, en Palermo
Club Lucero, en Palermo Crédito: DIEGO SPIVACOW / AFV
Cualquiera que visite Palermo Hollywood, coincidiría en que el bar con opción de cielo abierto más aclamado es Club Lucero. Luego de atravesar una pequeña puerta, una selección de tragos de la casa y una lista de cerveza tirada figuran en un pizarrón sobre el sector de la barra. Su salón interior de baldosas en blanco y negro y sus discos de vinilo que corren sin pausa aseguran una noche de verano inolvidable. Eso sin contar el secreto más preciado del lugar: su largo patio trasero iluminado entre enredaderas colgantes.
Nicaragua 6048, Palermo. Abierto de martes a sábados a partir de las 18. Maracuyá en flor, a base de gin: $270.

Salpimenta - Se Bebe - Bodega Alfredo Roca comienza el año apostando por nuevos varietales

Bodega Alfredo Roca comienza el año apostando por nuevos varietales


Bodega Alfredo Roca comienza el año con novedades y suma a su portfolio un Cabernet Franc, un bivarietal Chardonnay – Pinot Noir, y un Bonarda – Cabernet Sauvignon.
De cara al 2020, la prestigiosa bodega de San Rafael, Mendoza incorpora a su línea Reserva de Familia un Cabernet Franc y un corte de Chardonnay y Pinot Noir. Además, incorpora un tinto fresco Bonarda- Cabernet Sauvignon a su línea innovación.

RESERVA DE FAMILIA CABERNET FRANC

Este Cabernet Franc 2017 posee un color intenso y profundo en el que se reflejan perfectos tonos rojos violáceos. Predominan aromas de pimientos rojos, pimienta negra que se encuentran amalgamados con las notas de tabaco provenientes de la madera. En boca es delicado y de buena estructura gracias a sus taninos bien maduros. Vino elegante de gran persistencia en boca. La maduración en roble se efectúa en barricas de roble francés 60% y roble americano 40% por el término de 12 meses. La crianza en botella se realiza durante 12 meses.
Se sugiere servir a 16°/18°C. Acompaña muy bien carnes de caza como un cordero asado, también fiambres ahumados.

RESERVA DE FAMILIA CHARDONNAY – PINOT NOIR


Es un vino hecho a base de uvas Chardonnay y Pinot Noir de los viñedos de la bodega La Perseverancia y Santa Herminia respectivamente. De gran volumen y muy buena acidez presente, se destacan las notas mantecosas y la untuosidad en boca. Este vino fue concebido para ser un vino blanco de guarda. Fue fermentado y madurado en barricas de roble nuevo.
Se sugiere servir a 10°/12°C, puede beberse acompañado de un salmón rosado o un dorado, también de pastas con salsas a base de crema y mariscos o pescado.

ROCA BONARDA – CABERNET SAUVIGNON

La nueva etiqueta bivarietal de la línea Roca es un corte Bonarda-Cabernet Sauvignon que invita a probar. Es un vino joven y fácil de tomar. El Cabernet aporta estructura y notas especiadas, mientras que el Bonarda su fruta madura y suavidad. Ideal para un asado con amigos.
Para más información: www.rocawines.com