El 15 de diciembre es el Día Internacional del Té y para celebrarlo la Ciudad de Buenos Aires organiza acciones especiales; si sos tea lover, no dejes de leer la nota.
La ciudad de Buenos Aires ya celebró al café, ahora le toca el turno al té, la segunda bebida más consumida a nivel mundial, solo superada por el agua.
Y que mejor que hacerlo el 15 de diciembre, cuando esta infusión tiene su día internacional.
En esta oportunidad, se realizarán una serie de acciones descentralizadas que buscarán dar a conocer el té en todas sus formas: clásico, helado, en cócteles, etc.
En las tiendas adheridas los tés y utensilios necesarios para beberlo se venderán con un 15% de descuento ingresando el código DIATE.
Además, en las barras de Victoria Brown, La Calle, Festival, Suspiria Resplendoris, Soria Bar y Verne Club habrá carta especial de tea cocktails.
Mientras que los bares y cafés -entre ellos Malvón, Decata y Bevant, entre otros- no se quedarán afuera, también allí se podrán degustar diferentes versiones de iced tea.
Participan las marcas: Intizen, Chamana, Heredia, Tea Blenders, Lovely Tea, Ricco, Delhi Tea, Siente, Viveka, Tanyté, Teawind, Disfrutar-te, Breaking cups, Tehani y Té de misiones.
Más información en www.batefest.com
Link a la nota: https://www.planetajoy.com/?Buenos_Aires_tambi%E9n_celebra_al_t%E9%2C_llega_Batefest&page=ampliada&id=9983
La historia oculta detrás del Súper Dulce de Leche, el helado favorito de los golosos
Ahora parece una obviedad, pero cuando su creador lo puso entre los tachos de su heladería el público quedó gratamente sorprendido. ¿Còmo se originó ese sabor?
Daniel Paradiso lleva 39 años al frente de Helados Daniel, un hito en zona norte y también en la Ciudad de Buenos Aires. En sus casi cuatro décadas de historia, este artesano del sabor se lleva el honor de ser el creador -¿el padre?- del Súper Dulce de Leche.
La mezcla de helado de dulce de leche con dulce de leche puro puede parecer obvia ahora, pero en 1991, cuando Paradiso agregó ese sabor entre los tachos de su heladería en Victoria, provincia de Buenos Aires,la rompió con la cremosidad del helado y la personalidad del dulce de leche con el que era veteado.
Paradiso en uno de los 31 locales de "Helados Daniel"
"En seguida a la gente le gustó. Durante cuatro o cinco años fuimos exclusivos", explicó Paradiso a minutouno.com. "El primer dulce de leche usado tenía que tener personalidad porque tenía que competir con el helado a -15º, tenía que tener un gusto muy fuerte pero sin pasarse de la raya", agregó.
El primer dulce de leche usado para vetear, antes de que las fábricas de dulce de leche hicieran una variedad especial para ese fin, tenía que ser "no muy líquido para que no se llore ni muy espeso", para evitar tener un nudo pegajoso en medio del cucurucho.
El súper dulce de leche, un clásico que ya fue versionado en todas las heladerías
Helados Daniel tiene otros sabores exclusivos, como el alfajor de chocolate en honor a la delicia de Mar del Plata, el bombón suizo inspirado en el bocadito Cabsha o un sabor, el Dani Snick, que es la versión local de la barra Snickers.
Sin embargo, el Súper Dulce de Leche se coló como un favorito desde que apareciera en la mesa de los Paradiso como un invitado sorpresa que llega para el postre.
Tacitas para todos los gustos
"Estábamos comiendo en familia y había un frasco de dulce de leche en la mesa. Trajimos el helado y lo mezclamos. A mis hijas les gustó", reveló el maestro heladero. Con semejante olfato para los sabores nuevos, no es de extrañarse que ambas hijas de Paradiso, Florencia y María Sol, trabajen hoy en la empresa.
Aunque las paletas se pusieron de moda y Paradiso reconoce que "el cliente empezó a ser más exigente", el 20 por ciento de los sabores vendidos en Helados Daniel es de la familia del dulce de leche, otro 20 de la del chocolate, 45 de las cremas y un 15 de las frutas como el maracuyá, el limón o la frambuesa.
La crema Tramontana, un golazo para los cucuruchos
De hecho la planta de Helados Daniel en Garín, provincia de Buenos Aires, produce un promedio de 1.5 millones de kilos de helado por año. Nada mal para un negocio que empezó en 1978 con máquinas de segunda mano en un garage de Victoria.
"Siempre tuve en claro que quería trabajar en mi propia empresa", expresó Paradiso, de 58 años, quien empezó a trabajar en una heladería de barrio a los 12 para llenar el tiempo libre durante el verano.
Años más tarde, cuando ya se había recibido del industrial y trabajaba como electricista, Paradiso se encontró por la calle con su ex jefe, Roberto, de Helados Roberto, quien le sugirió empezar su propio negocio, con los deliciosos resultados a la vista.
Link a la nota: https://www.minutouno.com/notas/3051939-la-historia-oculta-detras-del-super-dulce-leche-el-helado-favorito-los-golosos
2 restaurantes con estilo: el nuevo de Narda y una casona de 1918 en Belgrano R
Para inspirar las salidas del fin de semana, el interiorismo del restaurante diseñado por Horacio Gallo para la cocinera más sensata, y la historia de un bar que busca evocar las tertulias que su antiguo dueño francés organizaba a principios del 1900
Nace un ciclo que convoca a distintos cocineros a desarrollar una pizza con su propio sello, combinando sabores, texturas y con la premisa de que se pueda probar en todos los locales del país.
El lanzamiento está a cargo de Rodrigo Cascón, quien propone su PIZZA VERANO, que combina Mozzarella, Queso Brie, Queso Azul, Almendras tostadas y Peras caramelizadas, que se suman a los secretos que hacen de Almacén de Pizzas, un producto distintivo en la gastronomía argentina y de América Latina.
La Pizza de Rodrigo Cascón estará incluida en carta para todas las sucursales de Almacén de Pizzas del país, esta iniciativa forma parte de la “Actitud” de Almacén de Pizzas de innovar constantemente en su propuesta, con la apuesta de ofrecer nuevas propuestas a sus clientes, manteniendo su filosofía y calidad de producto. Durante todo el año entrante, se va incorporar un grupo de chefs de distintos estilos, para que cada uno, nos brinde una combinación de sabores propia y exclusiva para Almacén de Pizzas.
Cómo maridar las tapas españolas y el vermut porteño
MiniBio
Martín Beraldi (La Esperanza de los Ascurra)
Impronta familiar
En 2011 abrió sus puertas el primer local de La Esperanza de los Azcurra. Detrás del proyecto estaba Martín Beraldi, junto a dos primos, y para el proyecto se inspiraron en el legado de su abuelo español, Dardo Azcurra.
Expansión
A partir del primer restaurante en Villa Crespo fueron sumando sucursales en Palermo, Recoleta y Vicente López, y en 2016 pegaron el salto al mercado español.
Tradición y tecnología
El crítico Pietro Sorva definió la propuesta como "neobodegón" y en la cadena aseguran que buscan combinar la tradición gastronómica con el managment moderno.
La escala es la obsesión de muchos emprendedores: sin ella, sus costos no bajan y sus chances de supervivencia descienden. Martín Beraldi fundó junto a dos primos La Esperanza de los Ascurra lejos de la idea de una gran inversión y más cerca del proyecto de generar escala casi de manera artesanal: tickets promedio de $ 350, 70 comensales por noche y cuatro locales.
Con las recetas de su familia de origen español en mente e inspirados en su abuelo, Dardo Ascurra, los primos presentaron su propuesta en 2011 en Villa Crespo: una síntesis del tapeo español con vermut porteño que en su carta ofrece mollejas y gambas al ajillo. Luego de siete años de estabilidad, Beraldi espera que 2018 sea el año en el que el restaurante, que ya tiene cuatro sucursales en Buenos Aires y dos en España, despegue.
Las ventajas de ser un outsider
A veces, ser un outsider en el sector es una buena noticia. Ni él ni sus socios habían incurrido en la gastronomía antes de fundar La Esperanza de los Ascurra. Con la ingenuidad que da la mirada fuera del sector, pudieron darles una vuelta al vermut y las tapas. Beraldi venía del diseño, del marketing y del arte. Combinó sus tres pasiones y las volcó al proyecto: hoy, por ejemplo, en las paredes de sus locales cuelgan sus cuadros.
"La gastronomía es un negocio complejo y creo que es mejor saber de todo: desde la música hasta las relaciones laborales. A la hora de pensar la apertura, si no, tenés que contratar personas que lo hagan por vos y eso te compromete a nivel inversión de inmediato. Si no tenés una aprobación en todas las áreas, es muy difícil sobrevivir", opina el hombre que fue banchero, cajero, mozo y encargado de sus locales.
Otra ventaja de ser un outsider: Beraldi y uno de sus socios, Pablo Rohde, se dedicaron al marketing deportivo en vidas pasadas, por lo que, asegura, fue más fácil conseguir el apoyo de marcas apenas iniciaron la actividad.
Si bien las limitaciones de presupuesto son una restricción evidente en los comienzos de un emprendimiento, el malabarismo de los recursos económicos -siempre escasos- no debiera descuidar nunca la importancia de un plantel con los empleados más calificados que se puedan lograr. A la distancia, los dos socios no dudan en destacar el valor que implica contar con un equipo multidisciplinario talentoso. "Es un proceso superenriquecedor", destaca Silvetti. "Desde el primer momento quisimos traer a las mejores personas, sumar gente mejor que nosotros y aprendimos con ellos un montón", concluye.
Apostar al factor nostalgia
Un vermut porteño con inspiración en el tapeo español parece una fórmula complicada si no fuera por que reúne dos elementos que los argentinos aman. El restaurante se sumó a la ola de revival de marcas de aperitivos y vermut, donde la Argentina hoy está en el top 3 de mercados.
"La tradición del vermut porteño es muy parecido al español. Acá, no teníamos algo similar a lo que sucede en España salvo por la pizza de parado", detalla Beraldi. Para que funcionara en Buenos Aires, aggiornaron y adaptaron el concepto con algunas variaciones sobre platos más locales, como la entraña. Cuando abrieron su primer local en Villa Crespo, en 2011, Beraldi asegura que debieron pasar por un proceso de adaptación a los gustos locales para poder ofrecer tapeo por la tarde. "En los barrios no hay más que café con medialunas, y nosotros trajimos algo distinto. Fuera de los negocios del centro, muy poco funcionaba a las 7 de la tarde en ese momento. Pasó un tiempo y lo adoptaron", dice.
Cuestión de equilibrios
La gastronomía es un negocio con bajas barreras de entrada y salida, y Beraldi lo sabe. Los datos de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (Ahrcc) indica que en la ciudad de Buenos Aires cerró un restaurante por día en 2016. "Te podés equivocar una vez, dos o tres. pero si ya sumás varias en un período corto, perdiste. Los restaurantes no perdonan los errores", dice, y añade: "Y menos en la Argentina".
Para evitar cavar su tumba en el cementerio gastronómico, Beraldi y sus socios apuestan por dos conceptos: medir con precisión y adaptar en objetivos a corto plazo, aunque no sin un horizonte para seguir. "La diferencia económica se hace con el equilibrio en el alquiler, en el personal, en los proveedores y en todas las variables que pesan en nuestro negocio. Estoy inexorablemente encima de las finanzas de los locales, porque en un mes te podés desbandar", dice.
Animarse a probar zonas nuevas
Una combinación entre intuición y estrategia es la que Beraldi y sus socios aseguran utilizar a la hora de pensar dónde y cuándo abrir un local. El mantra de los agentes inmobiliarios, "location, location, location", no funciona en este proyecto, que prefiere ir a zonas periféricas de barrios que están de moda. "En los casos en los que quedamos en el centro, no lo planeamos. Elegimos el local, comenzamos nuestra actividad, y a los pocos meses hubo un crecimiento del área, como en el caso de Vicente López", afirma.
Villa Crespo, Palermo -pasando Juan B. Justo-, Recoleta -en un local escondido en un pasaje- y Vicente López son las locaciones del restaurante. "Sabíamos que queríamos varias sucursales porque apostamos por lo chico: superficies de 80 a 130 metros cuadrados que sean divisibles, para poder crear la sensación de una casa donde pasan cosas, y apuntar mucho al recambio. Con pocos cubiertos por local, necesitamos sí o sí tener varios para hacer la diferencia", puntualiza.
Beraldi admite que el precio del alquiler pesa mucho en la ecuación a la hora de elegir el lugar donde desembarcarán, pero que también siguen una tendencia de los jóvenes, gran parte de su público: "No se van a vivir a Palermo, quieren barrios donde tienen alquiler bajo", resalta, y dice que esa misma fórmula sigue a la hora de buscar ubicaciones.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/2090774-como-maridar-las-tapas-espanolas-y-el-vermut-porteno