viernes, 7 de octubre de 2016

La Nación - Gastronomía - Los pescados de río ganan lugar en el menú de los restaurantes porteños

Los pescados de río ganan lugar en el menú de los restaurantes porteños

Surubí, pejerrey, pacú y dorado figuran cada vez más en las cartas; sabrosos y de buena textura, los cocineros rescatan sus bondades y aseguran que el público los acepta cada vez más
LA NACION
JUEVES 06 DE OCTUBRE DE 2016 • 00:33

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Los de mar siempre llevaron la delantera. Pero los de río se hacen cada vez más fuerte en el menú de los restaurantes porteños. De buen tamaño y sabor -magros o semigrasos y sin gusto a barro como algunos de forma injusta le atribuyen- una nueva camada de cocineros salió a la búsqueda de los mejores proveedores de pescados de río para incorporarlos a sus platos, y darlos a conocer.
El público, dicen, los acepta cada vez más; y cocinándolos de la manera adecuada y con una buena guarnición que los acompañe se presentan como una opción ideal para esta época del año. De la gama de opciones, algunos como la trucha-aseguran los expertos consultados por La Nacion- nada tienen que envidiarle al salmón.
Así opina, por ejemplo, el chef peruano Eddi Castro, al mando de la cocina de Osaka, que confiesa haber descubierto deliciosas combinaciones y posibilidades en sus tiraditos y nigiris gracias a los pescados de río.
"Creo que es un producto poco utilizado en las cartas de los restaurantes porteños, a pesar de ser considerado una exquisitez. En la nueva carta de Osaka introdujimos pacú recientemente. Como peruano, lo probé y me gustó porque es sabroso y por su textura. Lo estamos presentando en el nigiri Ryo Kabayaki: pescado de río a la brasa con manteca kabayaki y cebolla china. También tenemos tiradito de trucha sellada y marinada con salsa cítrica oriental. Y todas las opciones con salmón pueden ser ofrecidas con trucha, un pescado que no tiene nada que envidiarle al salmón".
El pacú, señala Castro, y a diferencia de otras especies, es fácil de encontrar en el mercado, "y realmente tiene mucho sabor, es agradable al paladar". Advierte que hay que tener cuidado con las espinas al trabajarlo en la cocina, algo que resulta más sencillo con la trucha.
En Captain Cook, un restaurante de cocina del sudeste asiático, uno de los platos estrella es el Sousi Pati, surubí del Paraná cocido en crema de coco, echalotes y pimentón; acompañado de arroz, akusay, zanahorias, bamboo y hongos. "Los pescados de río en Buenos Aires son una tendencia. Creo que uno de los motivos es que pueden conseguirse ahora con mayor frecuencia que hace unos años, y no son de pesca furtiva -opina la chef Marta Ramírez-. En nuestro caso, incorporamos un surubí que lo vamos a buscar hasta Rosario. Allí hay una pescadería que trabaja con muy buenos productos y tienen una gran variedad de pesca procedente del río Paraná". En este sentido, Ramírez añade que, contrariamente a lo que piensan muchos comensales, los surubíes con los que trabaja no tienen mucha grasa ni gusto a barro. "Esto tal vez pueda suceder más a menudo con pesca que proviene de zonas como Zárate o Campana, lo que nosotros usamos viene de Misiones, de aguas más profundas y limpias".
Uno de los puntos a favor que considera la cocinera de Captain Cook, en Martínez, es que se le da lugar a un producto argentino. "Hay buenos criaderos de pacú, que es el más consumido en Buenos Aires, ya que es más fácil de conseguir y tiene constancia de entrega. Y las truchas de criadero en el Sur argentino, que son accesibles para nosotros a través de proveedores locales".
La chance de revalorizar los productos de cada región y de poder encontrar a esos pequeños productores que tienen la logística para trasladar la mercadería en buenas condiciones, en este caso sin perder la cadena de frío, es uno de los argumentos más sólidos que encuentra el chef Martín Rebaudino para incorporar pescados de río en la carta de Roux. "Ofrecemos pejerrey, con el que elaboramos el ceviche o lo servimos también a la plancha, y la trucha patagónica. Los elijo porque encontré buenos productores, que me los entregan frescos".
Como punto en contra, y en esto casi coinciden todos los cocineros consultados, es que "tienen más espinas, rinden menos y que, al ser de pequeños productores, es una pesca artesanal de poco volumen".
Para el chef de La Mar, Anthony Vázquez, "Argentina es un país muy generoso en la costa y en casi todas las regiones tienen algún vínculo con el río; hay muchos pescados pero el que amí más me ha gustado hasta ahora ha sido el pejerrey, que es increíble. Sirve para cebiche, para freírlo, guisarlo, estofarlo y queda delicioso". Pero el chef peruano también tiene elogios para la trucha, "un pez muy generoso, grande. Hicimos hace poco un evento en la bodega Zuccardi, en Mendoza, y había unas truchas maravillosas, y en Bariloche también, por supuesto, donde las hueveras son increíbles". El pacú, coincide con su colega peruano, de Osaka, es un producto riquísimo, "la cantidad de grasa que tiene es increíble".
Ricos en potasio, magnesio, ácidos grasos y fósforo, y también bajos en grasas saturadas, el pescado es dueño de muchas propiedades, como el omega 3 y las vitaminas A, D, E, B6 y B12; también contiene proteínas de calidad. En Portezuelo, al chef David Ribulgo, le gusta comunicar las bondades del pescado de río, que la gente conozca más, se informe. "Por suerte aparecen con mayor frecuencia en las cartas porque circula más información sobre sus cualidades, y eso contribuye a que los comensales lo acepten. En la pesca del día en Portezuelo ofrecemos pejerrey, corvina rubia y, a veces, dorado. El pejerrey tiene una carne fina y refinada, es fácil de despinar y contiene omega 3. La corvina rubia tiene carne blanca y firme, sus espinas son grandes y es un pescado con muchas proteínas. La carne del dorado es firme, de contenido semigraso, y delicioso".
Para Ribulgo, "no es un problema hoy conseguir lo que nos ofrece el Río de la Plata, y me parece muy importante darle lugar; los pescados de mar siempre han tenido mayor aceptación, pero es hora de hacerle justicia al río".

Listo para servir

Hacerlos en casa, y tener que despinarlos sin tener experiencia en al cocina, puede echar por la borda la idea de comer pescado de forma más habitual. Expertos en su preparación, en Fish at Home by Furusato, una nueva división de Furusato Sushi, se dedican especialmente al delivery de platos gourmet realizados exclusivamente con productos de mar... y de río.
Con más de 17 años en el rubro del delivery de pescados, su propuesta con pescados y mariscos gourmet surge de la dificultad actual de encontrar en Buenos Aires lugares que ofrezcan buenos platos de pescado para comer en casa.
"Se ha notado en el último tiempo una fuerte demanda de pescados, ya sea por una mayor conciencia del consumidor, que los elige por ser más saludables, o simplemente por gusto", cuentan los cocineros de este nuevo negocio.
Dentro de la oferta que llega del río, hay platos como surubí con soufflé de maíz acompañado de calabaza cabutia; dorado crocante con cous cous de verduras asadas y frutos secos o arrolados de pejerrey rellenos de verduras de temporada. Todos los platos son presentados en envases térmicos dobles para que la comida llegue a destino en perfectas condiciones y en la temperatura correcta.

Para conocer, y deleitarse

Captain Cook. Chef: Marta Ramírez, en Libertador 13652, Martínez. Restaurante de comida del sudeste asiático; de martes a viernes, de 13 a 16 y de 20 a 23.30; sábados por la noche y domingos al mediodía
Roux. Chef: Martín Rebaudino, en Peña esquina Azcuénaga. Con reserva previa. Cocina de autor; www.rouxresto.com
Osaka. Chef: Eddie Castro, en Soler 5608; también en Juana Manso 1164, Puerto Madero. Restaurante de cocina nikkei; reservasmadero@osaka.com.pe
Portezuelo. Chef: David Ribulgo, en Vicente López 2160, Recoleta. Reservas en portezuelo@portezueloweb.com
La Mar. Chef: Anthony Vázquez, en Arévalo 2024, en Palermo; reservas por el 4776.5543
Fish at home. Pedidos a través de la línea gratuita 0-800-777- FISH (3474); de martes a domingos, de 18.30 a 22.30hs. Lunes cerrado. Envios a capital federal sin cargo. www.fishathome.com.ar
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1944242-los-pescados-de-rio-ganan-lugar-en-el-menu-de-los-restaurantes-portenos

Página 12 - Radar - A comer cerdo

A COMER CERDO

 Por Sandra Martínez

IMPONENTE PERO ARTESANAL

En el mapa de las hamburgueserías porteñas, Williamsburg se ubica en una rara encrucijada, donde se mezcla un local imponente, con importante inversión económica a la vista, y una obsesión por la calidad propia de los emprendimientos más artesanales. Inaugurada unas semanas atrás, su diseño estuvo a cargo de un favorito de la gastronomía de moda, Horacio Gallo, cuya mano se nota en cada detalle.
Una buena idea es evitar lo más conocido y empezar probando la hamburguesa Tyson, un delicioso medallón de carne de cerdo asado a la parrilla (de gas), con queso cheddar, pepinos agridulces y crocantes aros de cebolla con aioli ($80 o $145 en combo). El pan de brioche tiene la consistencia perfecta, tierno pero firme, como para soportar los abundantes ingredientes sin desarmarse en la mano. Hay varias guarniciones para elegir: papas fritas “canoa”, mix de verdes, papas al horno con romero y manteca de limón, cuñas de batatas fritas y unos chips de mandioca que, acompañados por el relish casero, pueden convertirse en un vicio.
Por supuesto, además del cerdo, hay varias opciones de carne vacuna. En este caso, los medallones son elaborados con un mix de picaña y nalga bajo inspiración de una receta de Mathew Ramsey, cocinero estadounidense famoso por sus “porn burguers”. La Dylan, con cebolla caramelizada, queso azul fundido y rúcula fresca, ya se posiciona como una de las opciones más pedidas ($95). Y las hamburguesas de pollo (desde $70), burritos y ensaladas completan una carta breve pero bien pensada.
El apartado bebidas también tiene varios destacados. Las gaseosas tienen un refill gratuito, por las tardes ofrecen un happy hour de cerveza Patagonia tirada ($70) y en las próximas semanas sumarán una carta de tragos diseñada por nada menos que la bartender Inés de los Santos. Los dulces, eternos relegados en los fast foods, aquí están bien cubiertos por sus milkshakes ($80) y unos golosos frascos de banofee, chocotorta y más postres. En resumen, Williamsburg demuestra que una hamburguesería más no necesariamente es sólo una hamburguesería más.
Williamsburg queda en Armenia 1532. Teléfono: 3515-2200. Horario de atención: domingos a jueves de 10 a 24; viernes y sábados de 10 a 3.

FLOR DE BONDIOLA

Baraba es uno de esos restaurantes algo escondidos, cuya fama corre de boca en boca. En su caso en particular, el comentario que circula es que su bondiola braseada es imperdible. Y vale la pena ir hasta Villa Pueyrredón para comprobarlo. Esta esquina solía ser una pizzería, pero hace dos años fue remodelada, manteniendo la calidez de un reducto familiar, de barrio, pero con toques contemporáneos. Recientemente el salón se expandió a la planta alta, para sumar nuevas mesas que ya eran necesarias, sin resignar el abundante espacio entre ellas. El nuevo sector se usa también para festejos privados.
Con las bebidas llega a la mesa un pan casero, de ésos que cuesta no devorar en minutos, acompañados con algún dip. Para empezar, los bocaditos de osobuco ($80) son una excelente opción. Pero el caballito de batalla de Baraba es su bondiola, una pieza entera que se brasea durante ocho horas, y llega a la mesa en sartén de hierro, con unas papas cuña horneadas. Con un guiño de orgullo, ofrecen una cuchara para cortarla, y no es una bravuconda: realmente la carne se deshace al tocarla. Al servirla, lo mejor es aprovechar el delicioso fondo de cocción a modo de salsa, para darle un jugoso toque extra. Este plato cuesta $310 y es para compartir entre dos, e incluso tres.
Pero los amantes de la carne de cerdo deben saber que hay otra joyita escondida en la carta. El Bacon Sándwich es imperdible, con la carne de la panceta braseada en perfecta armonía con un coleslow crocante y bien aderezado, y un pickle de pepinos que suma frescura, en pan foccaccia de queso ($175 con guarnición).
La carta tiene además pastas caseras, como los ñoquis de zanahoria con wok de vegetales ($175) o la lasagna ($175) y, por la noche, algunas variedades de pizza a la parrilla (desde $154). Los postres se manejan en el terreno de los clásicos, con bananas flambeadas al ron con helado ($66) o volcán de chocolate, que en el caso de los cumpleañeros ofrecen como regalo.
Con una bondiola como estrella y varios platos más secundando, Baraba merece su fama.
Baraba queda en Pareja 2997. Teléfono: 4574-2822. Horario de atención: martes a viernes de 19:30 a 24; sábados de 12:30 a 15:30 y de 20 a 24; domingos de 12:30 a 15:30.

EL ROCK DEL CHANCHO

Rock and Ribs es parte de la ambiciosa renovación que está viviendo el ex Paseo de la Infanta, rebautizado como Paseo Marcela Brenda Iglesias y convertido nuevamente en un polo gastronómico. Pero, a diferencia de los locales vecinos, su propuesta tiene más vibra de bar que de restaurante, con la música a buen volumen, las luces más bajas, mesas bajas y banquetas altas para acomodarse en la barra. En la decoración abundan las referencias gráficas a Jack Daniel´s, Harley-Davidson y otras alusiones infaltables de la estética rockera y rutera, mientras que un trío de cerdos voladores esculpidos en madera señalan la segunda mitad fundamental del espíritu del lugar: las ribs que forman el nombre.
Las famosas costillas, uno de los pilares de la cocina norteamericana de exportación, son aquí el centro de la carta y no defraudan. Tiernas, sabrosas, bañadas en barbacoa y acompañadas por ricas papas fritas y ensalada coleslaw, tal como indica la tradición. Se puede pedir un rack completo ($280) o media porción ($210), que sin ser una porción gigante, alcanza para satisfacer a una persona con una entrada antes. Es buena idea combinar con otros clásicos de esta gastronomía, como la papa al plomo bañada en queso blanco, cheddar y ciboullete ($80), los aros de cebolla ($90), las alitas de pollo ($120) y las papas fritas con salsa de cheddar, panceta y ciboulette ($110), que funcionan como entradas o para armar un picoteo que acompañe la cerveza artesanal.
Otro favorito de los habitués es el ojo de bife ahumado con puré de papas y coleslaw ($280). Para los que busquen alguna opción más liviana, el Lousiana Fish es un salmón a la brasa que sale con mix de verdes ($290); el sándwich vegano, una hamburguesa de legumbres con tomate, lechuga y el toque dulzón del chutney de manzana ($150) o alguna ensalada, como la infaltable Caesar con pollo ($170).
Con shows de música en vivo, atención atenta pero informal y dos bonitos sectores al aire libre, Rock & Ribs apuesta a ser el lugar ideal para salidas veraniegas.
Rock & Ribs queda en Libertador 3883, arco 12, ex Paseo de la Infanta. Teléfono: 4774-3921. Horario de atención: martes a sábado de 12 a 2; domingos hasta las 19.
Link a la nota: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/18-11834-2016-10-07.html

La Nación - Sociedad - El original vino azul con que cinco jóvenes españoles quieren revolucionar la industria

El original vino azul con que cinco jóvenes españoles quieren revolucionar la industria


MARTES 04 DE OCTUBRE DE 2016 • 10:08

Los cinco españoles veinteañeros que crearon el vino azul han causado una polémica entre muchos enólogos y especialistas
Los cinco españoles veinteañeros que crearon el vino azul han causado una polémica entre muchos enólogos y especialistas. Foto: GIK
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La sangre es roja. Los limones son amarillos. La nieve es blanca. Los árboles son verdes. La noche es negra. Y el vino es blanco, tinto o rosado. ¿O tal vez ya no?
Cinco españoles veinteañeros están poniendo patas arribas algunas de esas rígidas convicciones.
Con tanta osadía como espíritu rebelde, han sacado a la luz un vino de color azul, intensamente azul, de un azul casi imposible, de un azul cobalto.
El brebaje en cuestión, bautizado como Gik, debe su inusual color a la mezcla de un pigmento llamado antocianina que se encuentra en la piel de la uva tinta con otro pigmento de origen natural llamado indigotina y en el año y medio que tiene de vida ya va por las 100.000 botellas vendidas.
Y eso que ha sido recibido como una auténtica blasfemia por muchos enólogos y especialistas en España, país que lleva a gala ser el mayor exportador de vinos del mundo, el tercer productor por detrás sólo de Francia e Italia y donde el néctar de uvas se conoce desde hace al menos mil años.
El vino tiene un pigmento llamado antocianina que se encuentra en la piel de la uva tinta y otro pigmento de origen natural llamado indigotina
El vino tiene un pigmento llamado antocianina que se encuentra en la piel de la uva tinta y otro pigmento de origen natural llamado indigotina. Foto: GIK
Pero todo el escándalo y las encendidas polémicas que está generado este nuevo vino color añil desatan sonrisas de satisfacción en los cinco amigos vascos que lo han creado.
Porque lo que pretendía ese pequeño equipo compuesto por diseñadores y artistas era precisamente eso: romper barreras, sacudir el mercado, encontrar una idea original, dar con un producto absolutamente nuevo, diferente, revolucionario.
Llevaban tiempo rompiéndose el cerebro tratando de dar con esa quimera. Y un día, ¡eureka!, se les ocurrió hacer un vino azul.
"Nos pareció una idea perfecta, que reunía todos los ingredientes que buscábamos", asegura Aritz López, de 22 años, uno de los padres de Gik.
"La del vino es una industria profundamente tradicional, con unas reglas muy estrictas y donde reina cierto elitismo, la convicción de que sólo los paladares expertos, curtidos en mil catas, pueden realmente apreciar en su plenitud un buen caldo".
En definitiva: un mundo perfecto para quien se proponía ponerlo del revés.

"Ni siquiera nos gusta el vino"

Ninguno de los cinco creadores de Gik es enólogo, ninguno procede de una familia con tradición bodeguera, ninguno de ellos tenía la más mínima idea de cómo se hace el vino.
"Ni siquiera nos gusta el vino", proclama con tono provocador Aritz.
Los creadores del vino dicen que han vendido unas 100.000 botellas del producto
Los creadores del vino dicen que han vendido unas 100.000 botellas del producto. Foto: GIK
Un año y medio necesitaron para poder hacer realidad su sueño de producir vino azul. Pero, con la ayuda de la Universidad del País Vasco (por donde todos ellos han pasado), lo consiguieron.
"El nuestro es un vino que rompe las tradiciones y las reglas y que además no sabe a vino, así que se puede considerar un antivino", aseguran sacando pecho.
Algo en lo que coinciden con muchos sommeliers, que directamente no aceptan que lo que producen estos cinco jóvenes merezca el calificativo de vino.
Porque, aunque está hecho a base de una mezcla de uvas blancas y tinta, Gik también incluye sustancias que no se encuentran en la uva como la indigotina, el pigmento que le concede el color azul.

"No calórico"

Y otra particularidad: aunque a algunos vinos se les añade azúcar antes o durante su proceso de fermentación para corregir la carencia puntual de esa sustancia en el mosto (un proceso que se conoce como chaptalización en honor al químico francés Jean-Antoine Chaptal, que fue quien lo inventó en el siglo XVIII), el vino azul se elabora con edulcorantes no calóricos.
"El azúcar fermenta y se convierte en alcohol dentro de la botella, los edulcorantes no. Y el exceso de azúcares genera sobrepeso, mientras que los edulcorantes son una alternativa más saludable y light", se justifican los creadores de este peculiar producto.
El nombre de Gik, según los productores, no significa nada
El nombre de Gik, según los productores, no significa nada. Foto: GIK
Todo eso encoleriza aún más a quienes reniegan de que ese líquido azul sea digno de ser considerado como un vino, la bebida de los dioses.
"Sí, hemos recibido varias críticas malas. Hay bodegueros que incluso nos han mandado emails diciéndonos que nos dedicáramos a hacer aplicaciones para móviles y dejáramos en paz el mundo del vino. Pero poco nos importa lo que digan. Lo que queríamos era romper las reglas, y lo hemos conseguido", afirma Aritz.
Gik, efectivamente, no sabe como saben los vinos tradicionales. Tiene un sabor peculiar, extraño, decididamente más empalagoso.
Sus propios creadores realizaron una cata en la que participaron varias personas con los ojos vendados a las que se les daba a probar la bebida azul sin copas (para no ponerlas siquiera sobre aviso de que se trataba de un vino) y hubo opiniones de todos los colores.
Algunos pensaron que era un refresco, otros dijeron que se trataba de una cerveza afrutada, y quien estaban convencidos de que estaban bebiendo una golosina líquida. Sólo un par de individuos dieron en la diana y concluyeron que era un vino.
Los productores del vino azul ahora intentarán llevarlo a América Latina
Los productores del vino azul ahora intentarán llevarlo a América Latina. Foto: GIK
A sus creadores estas discrepancias les causan tanto placer como la diversidad de modos en los que se consume su vino azul: hay quien lo toma muy frío, quien lo toma a temperatura ambiente, en Francia les gusta con hielo, en Gran Bretaña lo prefieren con ginebra y en Suecia caliente y con canela.

Sin dioses

Hasta a la hora de buscar un nombre a su producto también optaron por ir contracorriente.
Mientras muchos vinos llevan nombres de dioses griegos, títulos de condes o de marqueses, rimbombantes apellidos, ellos se decantaron por un nombre no que significara nada, que se compusiera de sólo tres letras y que fuera fácil de pronunciar en cualquier idioma. Gik.
Y la estrategia parece que les funciona, especialmente entre personas de entre 24 y 35 años, sus mayores clientes.
En España una botella cuesta alrededor de 8 euros.
Gik también vende en Holanda, Reino Unido, Francia, Alemania.
"Queremos dar el salto a América Latina y a Estados Unidos y Canadá. Tenemos muchísimo interés en llegar allá. Nos costará más que Europa, pero llegaremos", prometen.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1943930-el-original-vino-azul-con-que-cinco-jovenes-espanoles-quieren-revolucionar-la-industria

Clarín - Sociedad - Un famoso chef desató un escándalo con una receta

Un famoso chef desató un escándalo con una receta

El “paellagate”
El británico Jamie Oliver publicó en Twitter su versión de la paella. Y los españoles estallaron.

En España ya se lo conoce como el “paellagate” y creció hasta alcanzar las proporciones de un escándalo internacional-bilateral entre ese país y Gran Bretaña. Todo, a partir de una receta del popular cocinero inglés Jamie Oliver, quien le puso chorizo al plato más típico español, la paella.
“La paella de Jamie Oliver reúne a una España fracturada... contra él”, tituló el diario The Guardian. “’Fríen’ en Internet la receta de la paella de Oliver”, afirmaba la BBC. En declaraciones difundidas este jueves por medios canadienses, Oliver, que se encuentra en en el país norteamericano, defendió su propuesta. “Dije que era mi versión”, explicó. “Así que, es mi versión y la defiendo. Está buenísima”, sentenció.


Oliver es el cocinero más popular de Europa gracias a sus programas de TV, sus libros (están entre los más vendidos en su país, y también se consiguen en Argentina) y sus restaurantes: tiene cuatro en Londres además de una cadena de franquicias bajo el nombre de Jamies’s Italian. Está también acostumbrado a las polémicas: lidera una cruzada contra la obesidad, es un crítico despiadado de la industria alimen­taria y su charla TED de los terrones de azúcar fue una de las más viralizadas del ciclo de conferencias.
En su receta diaria en Twitter, el martes, el chef de 41 años difundió su versión de la paella, acompañada de una foto del plato irreconocible en un recipiente hondo, otra transgresión. “No hay nada mejor en la cocina española que la paella. Mi receta combina muslos de pollo y chorizo”, afirmó. Sin embargo, la Real Academia de la lengua española define la paella como “plato de arroz seco, con carne, pescado, mariscos, legumbres, etc..., característico de la región valenciana, en España”.



Good Spanish food doesn’t get much better than paella. My version combines chicken thighs & chorizohttp://jamieol.com/3vClFD  

En un país sin gobierno después de dos elecciones, y con tantas versiones de la paella como familias y regiones, la osadía de Oliver puso de acuerdo a moros y cristianos. “Quita el chorizo. No negociamos con terroristas. Primera advertencia”, rezaba un mensaje en Twitter de la usuaria Llimona. “Mi versión del ‘fish and chips’ lleva pato y berenjena”, se burlaba otro, Antonio Villarreal, refiriéndose al pescado rebozado con papas fritas tradicional británico.
Denostada por todo el mundo hasta no hace mucho, la gastronomía británica vive un “boom” que se tradujo en la proliferación de programas televisivos, libros de recetas, y amplio espacio en los diarios: casi todos tienen uno, y hasta dos suplementos semanales de recetas.
Una cocina nacional no da para tanto, y hay que recurrir con frecuencia a la de otros países, una apuesta arriesgada que se puede ver limitada por los estereotipos -que toda la cocina mexicana lleva frijoles, la india curry, y la española chorizo, por ejemplo- y la escasez de algunos productos -es más difícil encontrar marisco fresco en Manchester que en Lima o Barcelona.
El embajador británico en España, cocineros, la esposa española de un político británico, la BBC, el Times y otros medios nacionales han terciado en esta polémica. “El comidista”, la sección gastronómica del diario El País, recuperó un video de hace unos meses, cuando “llamó a consultas” al embajador británico en España, Simon Manley, por los “atentados” contra la comida española en el Reino Unido, citando el sándwich de paella o los “waffles” de chorizo. Manley se defendió de buen humor y atribuyó las herejías “al espíritu de innovación que tenemos los británicos”.
También los compañeros españoles de Oliver salieron en su defensa, como José Andrés, el cocinero español más popular de Estados Unidos, cuyos restaurantes en Washington tienen a los Obama como clientes. “¡Españoles! Ya sé que esa foto no parece una paella. Pero es un ‘arroz español’... dejemos en paz a Jamie”, reclamó.
Miriam González Durántez, esposa del ex viceprimer ministro británico Nick Clegg, y la española posiblemente más famosa del Reino Unido, también salió en defensa del chef. “Definitivamente no es una paella. Pero es absurdo pensar que los españoles se sienten insultados por la receta”, afirmó, en Instagram esta abogada, autora de un libro de cocina española en inglés, restando trascendencia al asunto.
Link a la nota: http://www.clarin.com/sociedad/famoso-chef-desato-escandalo-receta_0_1663633648.html