miércoles, 15 de mayo de 2019

Infobae - Tendencias - Un Malbec argentino fue destacado en uno de los concursos más importantes del mundo

Un Malbec argentino fue destacado en uno de los concursos más importantes del mundo

Entre 1000 vinos provenientes de todo el mundo, fue la bodega Trapiche quien recibió la máxima distinción que lo coronó como "el mejor Malbec del certamen" en Francia, con su vino Trapiche Terroir Series Malbec 2015, Finca Coletto en el concurso Les Citadelles du Vin. La opinión del experto Fabricio Portelli
El prestigioso concurso Vinexpo se lleva a cabo cada dos años en Francia y destacó al Malbec Argentino como el mejor del mundo
El prestigioso concurso Vinexpo se lleva a cabo cada dos años en Francia y destacó al Malbec Argentino como el mejor del mundo
Cada dos años en el mes de mayo se lleva a cabo en Bordeaux Francia, Vinexpo un importante evento de la industria vitivinícola mundial donde  se entregan los premios del concurso internacional de vinos "Les Citadelles du Vin". En una cata ciegas elegidos entre 1000 vinos procedentes de todo el mundo, Trapiche Terroir Series Malbec 2015 – Finca Coletto, fue galardonado como el "Mejor Malbec del certamen", recibiendo la máxima mención de la serie.
Para Fabricio Portelli, sommelier y experto en vinos, el vino destacado es uno muy bueno así como el hecho de que sean reconocidos en el marco de una prestigiosa competencia. "El concurso es uno de los más reconocidos del mundo conocido por sus jueces que son enólogos franceses y el nivel de exigencia que tienen. Sin duda el Malbec Trapiche Terroir Series ha logrado algo destacado", aseguró a Infobae Portelli. 
Durante varios días se reúnen para eligir entre más de 1000 muestras de vinos procedentes de más de cuarenta países de todo el mundo
Durante varios días se reúnen para eligir entre más de 1000 muestras de vinos procedentes de más de cuarenta países de todo el mundo
"El Trapiche Terroir Series Malbec, es una serie de vinos que expresa la riqueza de la diversidad de nuestros terruños. Cada año los enólogos e ingenieros agrónomos seleccionan los tres mejores vinos malbec elaborados con uvas provenientes de viñedos de nuestros productores independientes. Una forma de mostrar gratitud a quienes nos entregan sus uvas de la más alta calidad y contribuyen a dar identidad a nuestros vinos", destacó en su comunicado Trapiche Argentina.
El concurso 
Citadeles du Vin es uno de los concursos más prestigiosos a nivel internacional. Su jurado está integrado en su mayoría por enólogos de alto nivel aprobados por la O.I.V durante varios días se reúnen para eligir entre más de 1000 muestras de vinos procedentes de más de cuarenta países de todo el mundo. Las muestras en la competencia son anónimas y se clasifican por categoría. Durante una rigurosa degustación a ciegas, cada muestra se califica según estrictos y precisos criterios: tipo aromático, potencia, limpidez, evolución. Los vinos premiados son aquellos que obtienen la nota más alta en una escala del 1 al 100.
Vinexpo es una feria profesional en la que participan más de 1800 bodegas procedentes de todo el mundo
Vinexpo es una feria profesional en la que participan más de 1800 bodegas procedentes de todo el mundo
"La degustación es a ciegas y los jueces tienen muy pocos datos del vino que van a probar, seguramente el año de cosecha para poder ver si es un vino evolucionado o joven. El modo de de elección es regulado por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (O.I.V)  donde se tienen en cuenta aspectos cualitativos, empezando por la vista, aroma, gusto y finalmente una conclusión que define si el vino es galardonado o no", aseguró Portelli. 
Vinexpo es una feria profesional en la que participan más de 1800 bodegas procedentes de todo el mundo, a la que asisten periodistas y formadores de opinión. Durante la misma responsables comerciales y enólogos encuentran un ámbito de intercambio único para discutir planes y proyectar el negocio internacional.
La presencia de una bódega Argentina, es una oportunidad para tomar contacto con muchos de distribuidores e importadores, para presentar productos, discutir planes comerciales y actualizar información de negocios con otros países como Europa, Asia y Estados Unidos. Es un importante evento de la industria vitivinícola mundial así como un nuevo espacio de intercambio y conocimiento. Una oportunidad más para difundir el potencial de los vinos argentinos.

La Nación - Lifestyle - Langostinos: tres versiones del crustáceo favorito de los argentinos para probar

Langostinos: tres versiones del crustáceo favorito de los argentinos para probar

El maremoto de Puerta del Inca está entre las opciones asiáticas, nikkei y cajú elegidas

Nerviosas antenas y numerosas patas, ojos saltones y una larga cola, con una suerte de caparazón calcáreo flexible que protege una carne delicada y muy sabrosa. Así es el langostino argentino, ese pequeño crustáceo marítimo que abunda de manera silvestre en los mares del sur del país, como gran símbolo del lujo culinario albiceleste. Con su cocción rápida y versátil, allí suele aparecer, elevando la categoría de los caterings en las fiestas de 15, coronando un risotto de invierno, dándole vida a una parrillada de mariscos, asomando dentro de un roll de sushi o como parte de la típica paella porteña. Lo que hace 20 años supo ser una exquisitez reservada para pocos (en su versión más vintage, servida con abundante salsa golf y gajos de limón), ahora gana espacios en las mesas más diversas con un crecimiento imparable: de las 50 mil toneladas que se pescaban hace una década, el número supera actualmente las 250 mil toneladas, despertando alarmas conservacionistas. Y si bien su precio sigue siendo alto, delimitando así un consumo exclusivo, es a a la vez un lujo posible, con valores no tan distantes al de una buena carne o un embutido de calidad. Aquí, tres opciones para conocer a fondo a uno de los mariscos más deliciosos que ofrece la costa patagónica.

Langostinos salpimentados en Hong Kong Style

La receta de estos langostinos de Hong Kong Style nunca es revelada y tiene muchos fans
La receta de estos langostinos de Hong Kong Style nunca es revelada y tiene muchos fans
Destino favorito de cocineros -entre sus muchos clientes habituales aparecen nombres como el de Narda Lepes, Dolli Irigoyen o Christophe Krywonis, entre otros- Hong Kong Style se ganó a lo largo del tiempo una merecida fama como una las mejores propuestas de cocina china en el país. Un reconocimiento logrado a costa de infinitos dumplings al vapor, de su perfecto pato laqueado y de unos ya clásicos langostinos salmpimentados, uno de los best sellers de la carta de este restaurante ubicado en el Barrio Chino porteño. Son esos mismos langostinos que Lui Cheuk Hung (dueño y cocinero, nacido en Hong Kong hace ya más de cinco décadas) llevó a la feria Masticar en 2013, donde marcaron uno de los hits de aquella exitosa edición. La receta es simple en apariencia pero de gran complejidad en boca: ocho colas de langostinos limpias, marinadas en una deliciosa mezcla de especias secretas -se percibe la pimienta y un lejano aroma al mix de cinco especias chinas- que llegan a la mesa salteados junto a una mirepoix de ajíes rojos dulces y cebolla de verdeo. La cocción en wok es rápida, para mantener la carne jugosa y exhibir así lo mejor del marisco nacional.
Montañeses 2149

Anticuchos de langostinos en Puerta del Inca

Los deliciosos pinchos y las papas mojadas en su salsa
Los deliciosos pinchos y las papas mojadas en su salsa Crédito: Rodolfo Reich
Parte del histórico Pasaje Belgrano, en ese límite gradual que se da entre el frenético Microcentro y el más turístico San Telmo, el precioso Puerta del Inca se muestra como uno de los paraísos locales del langostino. La carta de este restaurante apuesta a los sabores peruanos -si bien se permite transgredir con algunas preparaciones de otrasgastronomías -, ofreciendo diversas variantes que tienen al famoso crustáceo patagónico como protagonista: desde un contundente risotto de langostinos (con abundante queso) al ceviche de mariscos, pasando por una causa, los rolls de sushi y el "maremoto", donde los langostinos salen envueltos en laminas de lenguado, junto a cubos de salmón rosado y callos de vieiras, todo bañado en una golosa salsa de maracuyá. Pero donde el langostino realmente brilla es sin dudas en el anticucho, ese clásico adobo peruano -mezcla de ají panca, orégano, comino, vinagre, ajo, todo procesado- que acompaña de maravillas el sabor intenso del marisco. Primero se marinan los langostinos en la salsa, luego se cocinan en plancha bien caliente vuelta y vuelta, y así llegan a la mesa, tan humeantes como deliciosos. Ideal para acompañar junto a un Chilcano muy bien servido por el bartender Tonga Rodríguez.
Bolívar 373

Gumbo de mariscos en Nola

El guiso insignia de Nola no se encuentra siempre en la carta, hay que tener suerte
El guiso insignia de Nola no se encuentra siempre en la carta, hay que tener suerte Crédito: Gentileza
Clásico estofado -muy cercano a una sopa- del sur de los Estados Unidos, el gumbo es un homenaje al cruce de culturas que da vida cotidiana al estado sureño de Luisiana, sobre el río Misisipi. Influencias africanas, francesas, españolas, caribeñas, todas unidas en un sabor tan propio como personal. "La base es un buen roux, una mezcla de grasa y harina que cocinamos por una hora", explica Liza Puglia, creadora y cocinera de Nola, el pequeño espacio palermitano (con flamante y más grande sucursal en los Arcos frente al Rosedal), que enseña parte de la mejor gastronomía de Nueva Orléans en Buenos Aires. El gumbo no es parte habitual de la carta de Nola, sino que se cocina en eventos festivos que se repiten un par de veces al mes (por ejemplo, cuando hay luna llena y luna nueva). Primero hacen el roux de cocción larga y profunda, hasta lograr un sabor oscuro; luego suman verduras (cebolla, morrón verde, apio y un caldo preparado con cabezas de langostinos y cangrejos, vino blanco y especias; hay pimentón, ajíes, posiblemente comino y orégano, entre otros). Por último, cuando ya todo está unido, agregan la carne de los langostinos pelados, mejillones y berberechos, que se cocinan en unos 15 minutos extras. A veces, agregan chorizo ahumado para ganar aún más intensidad y calorías. El plato llega a la mesa bien caliente, con una generosa cucharada de arroz blanco y un pan de maíz dulce al costado. Lo mejor de todo: guardar un poco de ese pan para el final, para pasar por el fondo del plato ya terminado y dejarlo reluciente.
Gorriti 4389

La Nación - Lifestyle - El restaurante que pasa del pulpo y la burrata a los chupitos en una noche

El restaurante que pasa del pulpo y la burrata a los chupitos en una noche

A primera vista y antes de las 21.30 parece un restó cualquiera, pero las cosas cambian con las horas

stedes son de otro palo, ¿no?", me dice nuestro camarero mientras observo a su compañero avanzar entre los comensales bailarines sin camisa, con una bengala en la boca y disfrazado de Axl Rose. Es la una de la mañana de un sábado y Bagatelle acaba de revelar de qué se trata, mientras un rato antes parecía no ser mucho más que un restaurante bien puesto dentro del Hipódromo de Buenos Aires.
La sucursal argentina de la cadena de Remi Laba y Aymeric Clemente, que nació en Nueva York y se replica en Londres, Miami, St. Barth, Dubai, Rio de Janeiro, San Pablo, Punta del Este e Ibiza, está casi vacía a las nueve de la noche, excepto por una familia que va a pedir la cuenta algunos minutos después. Entre las luces cálidas, la blanquería y la cristalería clásica, y las cavas que exponen vinos en su mayoría franceses, son pocos los elementos que podría adelantar que Bagatelle no es lo que parece. En la entrada al salón, las marcas de labial en forma de besos podrían ser un primer indicio, justo antes de poder ver el cuadro que retrata a Diego Maradona coronado como un rey. Otra pista podría ser el camarero que, aunque de atención correcta, revela que es nuevo en el universo gastronómico cuando le pedimos sugerencias de la carta: "¿saben lo que es la burrata?", nos pregunta mientras nos sirve agua Evian. Mi amiga Agustina y yo nunca le decimos que no a una burrata y además elegimos los Gnocchi á la Parisienne (que en vez de una parisienne clásica llevan una salsa de trufa) y el Filet de Saumon Grillé. Aunque la carta está totalmente escrita en francés y Bagatelle se presenta como un restaurante de comida francesa contemporánea, con leer por arriba la carta se puede deducir que se trata de una selección de platos clásicos que pintan elegantes. Nada en el menú es un descubrimiento mágico o un sabor jamás probado. Los platos son frescos, ricos y cumplen con lo que prometen, pero de ninguna manera son la estrella de la experiencia.
Cuando nos adelantamos a la onda noventosa y vamos por el volcán de chocolate, el restaurante empieza a llenarse. A las nueve y media había llegado una de las pocas mesas de varones de la noche, y a las diez empiezan a entrar uno tras otro los grupos de amigas, en su mayoría de chicas de entre treintilargos y cuarenta. Le hago señas a mi amiga Agustina para que se de vuelta cuando llega un grupito que grita por todos lados "despedida de soltera". "Esas coronas no las compraron en Once, ¿no?", le digo. "¿Te das cuenta que somos las únicas dos mujeres en todo el restaurante que no nos planchamos el pelo antes de venir?", me dice mientras las luces empiezan a bajar y la música del DJ empieza a subir.

La previa

Después de pasar del vino a los tragos de la casa, ya me animo a indagar y le pregunto al camarero cómo se sumó al equipo de Bagatelle durante su apertura en noviembre. Entonces, la gran revelación: tanto él como los otros mozos varones, que son mayoría contra dos camareras, llegaron a través de una agencia de modelaje. Sí, son modelos. ("¿No viste que todos son literalmente Ken, el novio de Barbie?", me dice Agus cuando el camarero se va y nos quedamos gritando en nuestra mesa). Algunos de ellos habrán descubierto hace poco qué es una burrata y puede que salpiquen un poco el vino al servirlo, pero eso no importa: según nos explica el camarero, la selección del personal privilegió que no tuvieran experiencia en el rubro. El corazón de Bagatelle es este elenco de infiltrados gastronómicos que con talento y simpatía vuelven posible la performance fiestera que empieza a ocurrir a partir de la medianoche, cuando el salón ya está estallado y casi no hay espacio entre mesa y mesa.
Con los primeros pedidos de chupitos arrancan las bengalas y los camareros pasan de despachar platos con pulpo a revolear las servilletas de telas sobre sus cabezas. Cuando el restaurante ya está a oscuras, empiezan a sonar remixes de todo hit radial de los 90 y 2000, como "Sweet Child of Mine" y "Oh, L' Amour", y quedarnos sentadas como observadoras ya no es una opción. Le hago señas a mi amiga para que tratemos de imitar en nuestros pasos a las únicas chicas menores de 25 aparte de nosotras. En el Hipódromo, se baila un poquito, pero no se perrea ni de cerca. Kendall y Kylie, como las bautizamos para identificarlas, se sonríe entre sus amigas y mueven un poco los hombros sin alterar sus peinados. Cuando me las cruzo en el baño, le pregunto a Kendall por qué Bagatelle y no un boliche, o una fiesta. "Nos invitaron", me explica.
Al volver a mi mesa, el encargado le pone una mano en el hombro a mi amiga para consultarle qué tal la está pasando en su primera visita al restaurante. Al lado, el camarero vuelca un trago dentro de la boca de una de sus las clientas. "¿Las mojé?", les pregunta a las amigas. Mientras que las interacciones entre las mesas son escasas y el plan "levante" no termina de armarse, es lógico que Bagatelle sea un escenario perfecto para una despedida de soltera. Como nos había spoileado nuestro camarero al comienzo de la noche, se busca que la mayoría de las reservas sean de mujeres y, en concordancia, el servicio está protagonizado por el elenco estable que podría ser sacado de un desfile de Calvin Klein. Aunque nadie se desnuda como si se tratara del Golden, la performance solapada de espontaneidad, que llevan adelante con maestría, está recubierta de erotismo del que no te arruga la ropa.
A las dos de la mañana las cuentas llegan a las mesas sin ser pedidas y los camareros alternan entre cobrar y seguir bailando sobre las sillas. La última vez que veo a mi camarero está fumando un cigarrillo electrónico subido a los hombros de uno de sus compañeros y se inclina a tomar mi propina, mientras me despide con un beso en el cachete. Al salir hacia Libertador con Agustina estamos de acuerdo: puede ser que Bagatelle no esté dirigido a nosotras, pero decir que no nos divertimos muchísimo sería una mentira.