miércoles, 24 de julio de 2019

La Nación - OHLALÁ - Desde Monserrat hasta Vicente López: propuestas para comer platos calientes

Desde Monserrat hasta Vicente López: propuestas para comer platos calientes


Frío, no te tenemos miedo. Una de las cosas más lindas de esta temporada es disfrutar y compartir comidas que nos abriguen el alma, nos enciendan los sentidos y transformen días grises o con temperaturas frías en instantes de calidez, de esos que nos hacen sentir bien. En todos estos lugares vas a poder encontrarte con esos pequeños instantes de felicidad y calor, con propuestas que van mucho más allá de un guiso, y te llevan a experimentar nuevos sabores, colores y texturas.

ALO'S

Alejandro Féraud es un apasionado por la alta cocina, los productos salvajes, los vegetales de estación y los alimentos orgánicos. Toda la creatividad que adquirió al pasar por cocinas de España, Tailandia, Nueva Zelanda y Argentina la vuelca en su bistró, que cuenta con un deck externo con mesas y plantas, calefaccionado en invierno. " La sopa es como el agua: no puede faltar", cuenta Alejandro. No llevan crema, varían de acuerdo a la estación y las acompañan con pan casero. Hay de remolachas, calabaza y curry, espinaca y queso azul, papa y puerro, cebollas, y más. Nuestra recomendada es la de cabutia, suave y cremosa, elaborada con este tipo de zapallo, cebollas, ajos, caldo casero, hierbas y polvo de cabutia.
  • Cuánto: $250 la sopa como entrada y $350 como plato principal
  • Dónde: Blanco Encalada 2120, La Horqueta.
  • Más info@alosbistro

FLEUR DE SEL

Un restaurant que te transporta a la campiña francesa a partir de los sabores creados por los chefs Valentina Avecilla y Jean Baptiste Pilou, una dupla exitosa que trabajó en los restaurantes más reconocidos de Francia. El nombre hace referencia a la expresión más fina de la sal marina, que se forma en los salares de las costas francesas. Ese espíritu de pasión por el detalle y la excelencia se ve en este lugar íntimo y acogedor, de solo 28 cubiertos, inspirado en un clásico bistró francés. Te reciben con panes como brioche, pan de pasas, pan integral con manteca de sal y de trufas, además de un "AmuseBouche", una pequeña delicia que invita la casa y cambia cada día. Desde ahí, el sabor no para de crecer. Nuestro recomendado para entrar en calor: los gnocchis con hongos de pino, tomates confitados y rúcula selvática. Una experiencia llena de sabor y color.

BUENOS AIRES VERDE

"Alimentación inteligente" es el leitmotiv de este restaurant vegetariano que llegó hace más de diez años y no paró de sorprender con sus creaciones. Comida vegetariana rica, sana, opciones veganas y también raw. Al frío lo combaten con su propuesta bautizada "Del fuego": platos calientes aptos para celíacos y veganos. Podés encontrarte desde un tofu napolitano, un curry de verduras, o una lasagna casera hasta un rissotto de quinoa. Nuestro elegido para subir la temperatura en instantes es la polenta con salsa de tomate, verduras asadas, salchicha veggie con queso pategrás, orégano, verdeo y ají molido, terminada con gremolata. Una opción literalmente "polenta", que fusiona a la perfección los sabores y texturas.
  • Cuánto: 365$ el plato de polenta.
  • Dónde: Gorriti 5657, Palermo
  • Más info@buenosairesverde

KOMYÛN

El "Japanese Kitchen & Hi Fi Bar" que te invita a experimentar el sudeste asiático con todos los sentidos. Inspirado en Tokio y en los comics de Moebius, adentrarse en este lugar es un verdadero viaje, lleno de estímulos, a cargo de Agustín Lucero y del nikkei Manuel Tenguan Asato. Mesas comunitarias, patios calefaccionados y hasta ¡una máquina de peluches! en el sótano para abrigarte en este frío invierno. Sus platos calientes más "hot" son las diferentes variedades de Ramen, las pescas del día al curry y el pad thai. Nuestro elegido es el Ramen Veggie, con fondo de vegetales y frutas, fideos japoneses, tofu marinado, tomates cherry salteados en mirin, huevo poché y vegetales de estación salteados.
  • Cuánto: $360 el plato de Ramen
  • Dónde: Avenida Libertador 3883, Arco 9, Palermo.
  • Más info@komyun

LA TORNERÍA DE CAMILA

Camila Pérez, la ganadora del reality "Dueños de la cocina" puso toda su magia, su historia y su pasión por los productos argentinos para hacer realidad su sueño en este descontracturado espacio en Colegiales, un garaje que antiguamente era una tornería y hoy es un galpón del que emanan sabores con mucho amor. Su carta se modifica cada quince días, está en constante transformación y movimiento gracias a la creatividad de esta inquieta chef. La cocina es abierta, así que podés ver todo el show de fuegos. Nuestro elegido para los días más fríos: El risotto de espinacas, queso patagonzola y nueces, una combinación bien power, con sabores potentes.
  • Cuánto: $420 el plato de risotto.
  • Dónde: Capitán General Ramón Freire 1082/86, Colegiales.
  • Más infolatorneriaresto.com

IZAKAYA

Un "izakaya" en Japón es un clásico lugar de after office donde se encuentra la gente a tomar algo, comer un plato diferente y relajar. Si de afters hablamos Buenos Aires está plagada, pero este tiene un toque asiático que lo transforma en una propuesta innovadora. Y más en invierno, cuando el cuerpo pide platos que nos levanten un poco. Podés elegir entre el salmón teriyaki con arroz, o el chop suey veggie con vegetales salteados en salsa teriyaki con castañas de cajú y cebolla de verdeo. Nuestro recomendado, es el más picante y exótico, el Pad Thai, un clásico de la comida tailandesa. Acá lo hacen salteado de langostinos, sobre fideos de arroz finos con huevo y verduras.
  • Cuánto: $346 el Pad Thai
  • Dónde: Avenida Libertador 1501, Vicente López.
  • Más info@izakayabardesushipop

AMALUR

El centro vasco Laurak Bat renovó su restaurante con una propuesta de sabores tradicionales vascos, renovados por una vuelta de tuerca hacia los productos locales, dada por la creatividad de su chef, Mariano Visus. Para levantar temperatura podés elegir su cazuela de txipirones, o la pesca a la vizcaína. Pero lo que realmente te va a llenar el alma y el cuerpo es su porrusalda con pesca del día, un plato vasco nacido en los pueblos más humildes, que con el tiempo fue adoptado por toda la población hasta volverse un clásico. Su ingrediente principal es el puerro. En Amalur lo elaboran con un caldo sabroso, puerros, papas, zanahoria y pesca fresca del día a la plancha. Se sirve bien caliente.

SUSHI CLUB

¿Sushi en invierno? ¡Sí! Afortunadamente estos sushimans pensaron en fusionar sabores y texturas que te hacen levantar la temperatura a partir de piezas calientes y spicy. Te recomendamos ir al de Puerto Madero y pedirte una buena combinación de sus creaciones más potentes para combatir el frío: el SC Evolution Roll (se sirve caliente, rebozado con panko y frito), el boom! (una pieza sin arroz con salmón y queso crema, cubierto de masa tempura), el Fuego Thai (con salmón aderezado con salsa thailandesa y salsa agripicante, aros de verdeo y escamas de sal con merken). Y nuestro elegido, vegetariano y picante: el Spicy Carrot Roll, relleno de palmito, morrón, pepino y pakchoi, recubierto de tamago, envuelto en zanahoria blanqueada, salseado con salsa agripicante y coronado con crocante de papa ($254 las cuatro piezas).

Clarín - Ciudades - Las Cañitas, el barrio de los restaurantes top donde ahora mandan los gimnasios

Las Cañitas, el barrio de los restaurantes top donde ahora mandan los gimnasios

Muchos locales gastronómicos cerraron por el alto costo de los alquileres. Y el perfil de esta zona de Palermo se está transformando.


Supo ser una de las zonas más concurridas de la noche porteña: dos cuadras de restaurantes y bares llenos y con colas en la entrada. Era un verdadero lugar de reunión a cielo abierto. Pero hoy, la extensión de la calle Báez entre el boulevard Chenaut y Dorrego, en Las Cañitas, bajó el perfil y esos tiempos parecen haber quedado atrás.
Todavía hay locales gastronómicos en Las Cañitas, pero ya no alcanzar para conformar un polo gastronómico. Foto: Federico López Claro
Todavía hay locales gastronómicos en Las Cañitas, pero ya no alcanzar para conformar un polo gastronómico. Foto: Federico López Claro
“Cambió mucho”, define el antiguo dueño de uno de sus locales paradigmáticos, que cerró hace poco. En su visión, no hubo un solo factor causante del declive, sino varios. “Cuando explotó estaba muy bueno por la seguridad y la variedad de la oferta. Todo se concentraba en un pasillo de pocas cuadras, con policías en cada extremo. Apuntábamos sobre todo a un público joven, con dinero. Pero cuando se armó la moda, los propietarios de los espacios vieron que funcionaba y nos empezaron a matar con los alquileres. También nos pesaba mucho tener que pagar por las mesas y sillas en la vereda”, explica.
Los empresarios gastronómicos cuentan que les aumentaron mucho los costos de los alquileres. Foto: Federico López Claro
Los empresarios gastronómicos cuentan que les aumentaron mucho los costos de los alquileres. Foto: Federico López Claro
Justamente, la disposición que obligaba a los restaurantes a tributar por este tipo de uso fue derogada recientemente por la Legislatura de la Ciudad. Otro problema era la normativa que dificultaba el establecimiento de nuevos locales gastronómicos. Por esa razón, cuando uno de ellos cerraba, era improbable que fuera reemplazado por otro. “Eso dejó de tener vigencia desde principios de este año, con la aprobación del nuevo código urbanístico, que impone áreas mixtas dentro de cada zona –es el caso de Las Cañitas- y posibilita combinar zonas de residencia con emprendimientos gastronómicos o comerciales”, señala Ariel Amoroso, titular de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés (AHRCC) de la ciudad, y uno de los principales impulsores de la actualización de las disposiciones sobre las mesas y sillas en la vereda.
Un factor que no ayudaba era tener que pagar para poner mesas en la vereda, pero la Legislatura derogó ese canon. Foto: Federico López Claro
Un factor que no ayudaba era tener que pagar para poner mesas en la vereda, pero la Legislatura derogó ese canon. Foto: Federico López Claro
Por último, pero no menos importante, estaba la escasez de lugares para estacionar. “Varios locales nos juntamos e hicimos gestiones para ver si podíamos usar un predio cercano, del Ejército o del hipermercado que está del otro lado de Dorrego, pero no logramos nada”, recuerda el gastronómico que decidió emigrar a otras zonas.
Las tres playas privadas de estacionamiento (una sobre Chenaut, otra sobre Báez y otra al fondo de la calle Arévalo) representaban un gasto extra que debían tener en cuenta quienes se acercaban para cenar o tomar unos tragos. Hoy, la hora de estacionamiento cuesta desde $ 80 y la media estadía, desde $ 280.
Los locales más grandes son ocupados por gimnasios. Foto: Federico López Claro
Los locales más grandes son ocupados por gimnasios. Foto: Federico López Claro
Una breve recorrida por esta zona de Palermo evidencia el cambio de época. En la esquina de Báez y Chenaut, donde antes estaba el restaurante Piegari Piazza, hay una local de una cadena de farmacias. Una heladería tradicional, un bar de jugos y un local de helados en roll reemplazan otros tantos restaurantes. Donde antes quedaba el mítico Jackie O, un cartel anuncia la inminente llegada de un gimnasio.
El Soul Café en una imagen de 2011. Foto: Diego Waldmann
El Soul Café en una imagen de 2011. Foto: Diego Waldmann
De hecho, hay siete gimnasios en cuatro cuadras: quizás el tipo de local que más fácilmente puede aprovechar el amplio espacio que dejaron los gastronómicos. La gran pregunta es si habrá clientes para todos. También hay dos barberías, la clase de emprendimiento que no estaba de moda cuando la zona era un masivo lugar de encuentro nocturno.
También hay dos barberías. Foto: Federico López Claro
También hay dos barberías. Foto: Federico López Claro
¿Quiénes sobreviven? “De lunes a miércoles a la noche cayó mucho la llegada de autos. De jueves a sábado a la noche cayó menos, pero los domingos tenemos la misma cantidad de gente. Van al mediodía a comer a la Fonda del Polo y a los restaurantes más clásicos y familiares”, observa Ricardo, que trabaja desde hace diez años en una de las playas de estacionamiento.
La Fonda del Polo, uno de los restaurantes familiares que siguen en Las Cañitas. Foto: Federico López Claro
La Fonda del Polo, uno de los restaurantes familiares que siguen en Las Cañitas. Foto: Federico López Claro
Roberto, el encargado de la Fonda del Polo, confirma esta apreciación. “A nosotros no nos cambió mucho. Tenemos los problemas de todos los restaurantes, como el precio de los servicios, por ejemplo. Pero a la noche y al mediodía, la gente sigue viniendo”, afirma. En sus palabras, las nuevas hamburgueserías o heladerías “no son competencia” porque apuntan a un público más joven. Sí puede enumerar todos los locales que cerraron, entre los que destaca El Primo –anterior incluso a la Fonda, que ya lleva 25 años allí- y Azul Profundo.
“Antes los días jueves a la noche, por ejemplo, había mucho más movimiento. Incluso teníamos el problema de que había trapitos, que se abusaban un poco cobrando cualquier cosa”, recuerda Roberto. Hoy mira los nuevos locales que abren con curiosidad y ojo experimentado. “En algunos casos me pregunto cuánto podrán durar”, sintetiza.
Cream Roll, el emprendimiento que ofrece helado en rollo es un recién llegado en Las Cañitas. Foto: Federico López Claro
Cream Roll, el emprendimiento que ofrece helado en rollo es un recién llegado en Las Cañitas. Foto: Federico López Claro
Otro de los que comparten el podio de los clásicos es el bistró Novecento, que llegó a la esquina de Báez y Arguibel en 1996 a partir del emprendimiento inicial en el Soho de Nueva York. Nano Babusci, gerente general del local de Las Cañitas, repasa el derrotero que siguió el barrio: “Cuando nosotros llegamos, estaba muy lejos de ser un polo gastronómico. Después sí, Novecento se volvió un ícono y la zona se convirtió en el polo de vanguardia, con restaurantes innovadores como La Corte, Azul Profundo o Soul Café. Estaba de moda, fue uno de los primeros lugares en nuclear propuestas gastronómicas diferentes”, indica.
Las propuestas gastronómicas que quedan son parrillas, hamburgueserías y bares. Foto:  Federico López Claro
Las propuestas gastronómicas que quedan son parrillas, hamburgueserías y bares. Foto: Federico López Claro
Desde entonces, Babusci nota una mutación. “En la ciudad crecieron otros emplazamientos con propuestas gastronómicas diferenciales, y en Las Cañitas quedaron las parrillas y los lugares más nuevos, estilo bar. Pero ahora el barrio está volviendo a sus inicios y la gastronomía está mejorando”, aporta, optimista.

Salpimenta - Se Come - Via Cosenza: auténtico helado artesanal en Zona Sur

Via Cosenza: auténtico helado artesanal en Zona Sur


Fundada en 1992, la tradicional cadena de helados de Zona Sur se prepara para llevar sus sabores a nuevos horizontes con el desarrollo de nuevas franquicias y su calidad de siempre.
El helado ocupa un lugar importantísimo en la vida de los argentinos, tanto así que en los últimos 20 años el consumo creció más de un 50%. Via Cosenza, que comenzó como una pequeña heladería de barrio en Florencio Varela en 1992, fue testigo y hoy es parte de ese crecimiento.
Fundada por una familia italiana, Via Cosenza siempre se distinguió por la excelencia de sus materias primas. Con el paso de los años y aprovechando el avance tecnológico, fue adquiriendo lo último en maquinaria para combinar tradición y tecnología y así ofrecer los más de 60 sabores permanentes y de estación que se presentan en las distintas sucursales. Hoy son 2 los locales propios, más 3 exitosas franquicias.
Pero esta «famiglia» heladera no se detiene y continúa con sus planes de expansión. Por un lado, con el lanzamiento de su nueva imagen y sitio web; por otro, con su flamante y moderna planta fabricadora de 600m2 que permite proveer a cualquier franquicia con un producto de máxima calidad. Con el sello de un Maestro Heladero y su staff de 10 personas altamente calificadas, la marca vela por la elaboración y la calidad de todos los productos, a la vez que mantiene un riguroso cuidado en higiene y manipulación de alimentos, con los más altos estándares de seguridad.
Via Cosenza busca posicionarse como mucho más que una heladería. Sus locales, de ambientación moderna y cálida, prometen ser lugares de encuentro a toda hora y en cualquier época del año. Además de los famosos helados, se ofrece café Illy, exquisita pastelería artesanal y una carta con opciones para desayuno, almuerzo o cena: desde deliciosos tartines y medialunas hasta wraps o sándwiches con pan casero, y con una variedad de bebidas especiales como smoothies, licuados y milk shakes.
Además, y en línea con las necesidades del negocio actual, Via Cosenza cuenta también con un FoodTruck para eventos atendido por empleados profesionales, que permiten vivir la experiencia de la heladería en cualquier lugar, y también cuenta con canales de venta como MasDelivery y PedidosYa para asegurar que el helado puede llegar a todo el que lo desee.
Con la misma dedicación con que Via Cosenza pasó de una heladería barrial a un verdadero clásico de Zona Sur, ahora el sistema de franquicias busca expandir esta tradición para que la familia heladera sea cada vez más grande, y que los que aman el helado puedan tener siempre un Via Cosenza cerca para disfrutarlo.
Conocé más en https://viacosenza.com.ar/