Desde la Patagonia hasta los Valles Calchaquíes: los mejores destinos para pasar febrero entre viñas
Las bodegas argentinas comprendieron que el enoturismo es una de las mejores maneras de hacer conocidos sus vinos. Naturaleza, paisajes imponentes y placeres gourmet con vinos para todos los gustos
Por Fabricio Portelli
Año tras año, el enoturismo suma adeptos ya que son cada vez más los consumidores que descubren a través de una copa de vino que hay historias, lugares y personas para conocer detrás de cada etiqueta.
Enero es tiempo de vacaciones de bodegueros, enólogos y agrónomos, y si bien los viñedos ya están teñidos de hojas verdes, con los racimos en formación; algunos coloreándose (envero); y las bodegas están abiertas de para en par, en febrero ya están todos de regreso. La cosecha se respira en todas partes, y si se tiene suerte en alguna visita a bodega, se puede cruzar con el hacedor de los vinos y degustar junto a él sus creaciones.
La oferta es muy amplia y obviamente en todas las zonas vitivinícolas esperan con ansias las visitas de aquellos que eligen nuevas experiencias para sus vacaciones en el país, de norte a sur, y de la montaña al mar.
Justamente, desde hace un par de años hay una bodega a 12 km del mar en Chapadmalal,a 15 minutos del centro de Mar del Plata. Costa & Pampa (Trapiche) es la primer bodega argentina rodeada de viñas con clima de influencia marítima. Todo empezó con un sueño de Daniel Pi, el máximo responsable enológico del Grupo de Bodegas, quién elaboraba vinos en todas las regiones argentinas, pero le faltaban los vinos marítimos, algo muy común en las principales zonas de Europa. Pero el que busca encuentra y él llegó a la Estancia Santa Isabel en Chapadmalal.
Convenció a los dueños a plantar una pequeña viña, y al tiempo regresó para adquirir el viñedo y aumentar la superficie implantada. Primero optó por las variedades clásicas, pero el clima (vientos y marcada amplitud térmica) determinó que no era el mejor lugar para el Malbec, por ejemplo. Así fue que plantaron Pinot Noir y las principales variedades blancas (Chardonnay, Riesling y Gewurztraminer, entre otras). Con el objetivo de hacer vinos que reflejen el lugar y por consiguiente sean los mejores compañeros de la cocina de mar. Costa & Pampa abre todos los días y cuenta con un wine bar para disfrutar los blancos, espumantes y el Pinot Noir que allí se hacen. La visita comienza con un breve video en pantalla gigante que muestra de manera elocuente las características de los vinos con influencia del mar. Y sigue con una recorrida a la pequeña pero equipada bodega, un paseo por las viñas y culmina con la degustación de vinos. Realmente una oportunidad única para adentrarse en el mundo del vino si alejarse de la playa.
En Salta "la linda", el Valle de Cafayate es el epicentro del vino, con decenas de bodegas para visitar, campo de golf entre viñedos y hasta un museo del vino. En El Esteco se puede recorrer una bodega es estilo colonial, referente de los vinos de los Altos Valles Calchaquíes, y disfrutar de ellos almorzando o cenando en el hotel Patios de Cafayate al borde de la pileta y con vista a los cerros.
El atractivo de la Patagonia va mucho más allá del vino, pero hay varias bodegas para visitar y dejarse llevar por el carácter de sus vinos. Las más tradicionales están en el Alto Valle de Río Negro, y las más modernas en Neuquén , en el flamante Valle de San Patricio del Chañar, a menos de una hora de la ciudad. Allí Familia Schroeder ofrece visitas guiadas y un menú a la carta en su Restaurante Saurus, maridado con los vinos de la casa. También suelen presentarse distintos cocineros a lo largo del año invitados para cocinar con el chef ejecutivo, utilizando los productos de la zona.
Pero obviamente el destino más elegido y donde más oportunidades tienen los visitantes esMendoza, que alberga el 80% de las bodegas argentinas. Allí, hay cientos de opciones que suelen ser aprovechadas por turistas de todo el mundo ya que el nivel de las propuestas está a la altura de los mejores establecimientos internacionales. A casi media hora del centro, en Lujan de Cuyo hay muchas bodegas para visitar y almorzar, pero en Susana Balbo Wines hay dos opciones. Una más formal en Osadía de Crear, donde se podrá disfrutar de una propuesta gourmet especialmente diseñada por el reconocido Chef Hernán Gipponi. Esta temporada, además de la carta, se brindan dos menús de pasos bajo nuevos conceptos, maridados con vinos de las líneas Susana Balbo Signature y BenMarco. Para los que buscan algo más casual, el Espacio Crios es ideal. Ofrece una nueva y original propuesta que se puede disfrutar en mesas, sillones o en formato picnic para recrear un ambiente gourmet, pero relajado. La carta se basa en opciones de ensaladas, tablas, empanadas y sándwiches. También se ofrecen helados creados a base de vino y una refrescante propuesta de coctelería con vinos Crios. Para los que solo quieren pasar a visitar y degustar hay cuatro experiencias diferentes, pero los que quieren ir más allá pueden optar por sumarse al Blend Art, una experiencia basada en la interacción y el entretenimiento. Una invitación a jugar, probar y descubrir el desafío de un enólogo de crear, mediante la combinación de distintos varietales, un vino de corte como una expresión artística.
Renacer ofrece un innovador Centro de Turismo y Restaurante al aire libre rodeado de imponentes jardines, con deck flotante incluido. Cuenta con una terraza con vista 360º a la Cordillera de los Andes y a los viñedos de Perdriel, ideal para disfrutar la puesta de sol copa en mano escuchando buena música. La bodega fue pionera en incorporar la tecnología de realidad virtual (VR) donde el usuario puede utilizar su propio teléfono celular y decidir qué es lo que quiere ver del video en realidad virtual, muy entretenido para los chicos ya que les divierte mucho ver los viñedos con estos dispositivos. Además del recorrido por la bodega y viñedos, también se pueden degustar los vinos Punto Final Sauvignon Blanc, Punto Final Chardonnay reserva, Punto Final Malbec reserva y Milamore.
En el corazón tradicional de Maipú, más precisamente en (la República de) Chachingo el enólogo más famoso de la Argentina ha levantado una pequeña bodega y restaurante en el predio donde vive con su familia. Así Casa Vigil propone una experiencia enograstronómica única que le permitió llegar a la Guía Michelin verde (Voyage) catalogado como un lugar atípico y atractivo. Allí se lo suele ver merodeando por las mesas a Alejandro Vigil dispuesto a describir no solo sus vinos de autor sino todos los vinos argentinos (de bodegas y hacedores amigos) que están en la carta.
En la misma zona se encuentra quizás la bodega que más visitantes recibe a lo largo del año. Porque en Santa Julia los Zuccardi han creado dos restaurantes y un sin fin de actividades pensadas para los amantes del vino. El Bike & Tasting (Pedalear y Degustar) es una propuesta que conjuga deporte y vino, y permite disfrutar del paisaje de viñedos y cordillera, observar las actividades que se realizan en la finca, los distintos tipos de cepas y hacer tres paradas con degustación de Chardonnay, Syrah y Malbec en las que un guía explica las características de las variedades, el sistema de riego y el sistema de conducción de la vid. En la última parada los vinos se acompañan con una suculenta tabla de fiambres. El programa incluye bicicleta mountain bike, casco de seguridad, agua, seguro para el ciclista.
Se sabe que la gastronomía y el vino van de la mano, y para ello crearon dos propuestas: Vení a cocinar a Casa del Visitante, y Vení a cocinar a Pan & Oliva. En uno se utilizan productos regionales en la elaboración de platos tradicionales, mientras que en el segundo las protagonistas son las verduras y hierbas que los propios turistas recolectan de la huerta orgánica. En ambos casos, los ingredientes protagonistas de las clases de cocina son posteriormente degustados en un almuerzo junto a los vinos y aceites de oliva varietales de la bodega. Además, se ofrecen clases de cocina para chicos. También, en los jardines del restaurant de Casa del Visitante se puede disfrutar de un auténtico Picnic a la sombra de olivos y álamos, rodeados de viñedos.
El Espacio Trapiche ofrece un original menú del chef Lucas Bustos que recrea los paisajes y utiliza los productos orgánicos de producción propia. Cada paso está pensado para acompañar los vinos de Daniel Pi, el chief winemaker de la casa.
En Vistalba, cuna del Malbec, la bodega Kaiken se impone al atardecer con sus Kaiken Sunset animados por un DJ invitado.
Sin dudas el Valle de Uco, al sur de la capital provincial, tiene un gran poder de atracción por estar al pie de los Andes. Las propuestas son muchas y variadas, aunque hay que tener en cuenta las distancias.
El museo Killka en Bodega Salentein es una parada obligada, no solo por la propuesta artística, sino por su restaurante y wine bar, pensados para degustar los vinos apreciando la imponencia del Valle de Uco.
Como todos los veranos en Gualtallary, Andeluna propone un programa turístico completo de propuestas gastronómicas y actividades pensadas para disfrutar en familia, pareja o con grupos de amigos. Hay visitas guiadas, distintos menús del restaurante (de 6 pasos, Criollo, Descontracturado), en los que desde el chef al enólogo, se involucran para ofrecer la mejor combinación a partir de cada paso y cada vino. Y un espacio al aire libre para apreciar y disfrutar la caída del sol en los jardines de la bodega. En 2017 pasaron por allí alrededor de 17.000 personas de todo el mundo.
Muy cerquita de allí en Domaine Bousquet se puede vivir la experiencia Malbec, un menú de 5 pasos a cargo del chef Adrián Baggio en el Restaurante Gaia, acompañados por todos los Malbec de la bodega, pionera en viticultura orgánica en la Argentina.
Zuccardi Valle de Uco, también fue incluida en la sección dedicada a Mendoza de la Guía Michelin Voyage (verde), indicándola como una de las atracciones insoslayables del destino. Además, recomienda no dejar de degustar los vinos Zuccardi Aluvional La Consulta y Zuccardi Aluvional Gualtallary, a los que califica como "excelentes"; y el menú del restaurante Piedra Infinita está a la altura. Además, todos aquellos que quieran conocer cómo se hacen algunos de los mejores vinos argentinos pueden recorrer el edificio con una arquitectura única, enmarcada en un entorno natural y equipada con cientos de ánforas y piletas de concreto.
Por otra parte, en www.visitvalledeuco.com se proponen actividades tan diversas como cabalgatas entre viñedos, caminata en finca, tango y recitales en bodegas, agroturismo y excursiones a lugares emblemáticos (Laguna del Diamante, Manzano Histórico, Huayquerías de San Carlos y Cruce de la Cordillera, entre otros), y diversos programas como wine & art, rutas de sabor, visitas y degustaciones.
Naturaleza, paisajes imponentes y placeres gourmet con vinos para todos los gustos se pueden disfrutar desde Salta a Patagonia, ya que las bodegas argentinas comprendieron que el enoturismo es una de las mejores maneras de hacer conocidos sus vinos. Y febrero es el mes ideal para hacerlo.
Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos
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