Este domingo, Buenos Aires celebra la Piccola Italia en Palermo
El 25 de septiembre como todos los años desde 2013, habrá en Gorriti entre Arévalo y Bonpland cuadras de música y gastronomía italiana
MIÉRCOLES 21 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • 00:33
Adrián Francolini, uno de los impulsores de la Piccola Italia en Palermo Hollywood. Foto: LA NACION
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Imagine que este domingo puede recorrer el Vaticano, la Torre de Pisa, los canales de Venecia, el Coliseo, el Foro Romano o la Basílica de San Pedro. Y gratis.
Imagine que no necesita tomar aviones ni pasar por migraciones para estar envuelto en una alegre tarantela degustando los mejores platos italianos. Aunque sin los edificios, el domingo cualquier persona podrá recorrer la Piccola Italia en Gorriti entre Arévalo y Bonpland, en el festival Al Dente! #Vol4, que será conducido por Claribel Medina y Diego Iglesias.
Con la participación especial del periodista Daniel Malnatti, la DJ Cata Spinetta, Donato De Santis y Santiago Giorgini, entre otros, Palermo se convertirá por un día, desde las 10 hasta las 19, en una pequeña Italia.
La fiesta tiene como fin celebrar "la italianidad en el país", según comunicaron los organizadores, y entre los asistentes estará una generación joven de descendientes de italianos que busca homenajear sus orígenes a través de la comida, la música y el arte.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1939869-este-domingo-buenos-aires-celebra-la-piccola-italia-en-palermo
Se sabe: en todo orden de la vida, es usual que cantidad y calidad deambulen por caminos distintos. Pero siempre hay excepciones. Y en ese pequeño y floreciente universo de las cervezas artesanales, representado especialmente por los bares cerveceros que abren semana tras semana en cada punto del país, la realidad es otra. Allí, mucho y bueno no sólo no son opuestos, sino que incluso se refuerzan. Calidad entendida en este caso en cervezas constantes, en materias primas seleccionadas, en estilos bien representados. Y cantidad traducida en las múltiples opciones que se ofrecen en cada bar, que van mucho más allá de la ya caduca trilogía de rubia, roja y negra a la que nos habían acostumbrado hace apenas unos años. Hoy, cualquier hamburguesería que se precie de tal tiene al menos cuatro o cinco estilos de cerveza tirada. Y abundan los bares cerveceros con diez, quince, incluso veinte choperas listas, ofreciendo alternativas para todos los gustos y paladares.
La cerveza artesanal llegó a bares de coctelería (como Brukbar) y a restaurantes (como Green Bamboo). Pero el caso de Bierlife (Humberto Primo 670) es único: con 44 canillas (además de otras tres destinadas a llenar envases de tipo growler, y cinco al fondo del local, que suelen usarse para eventos privados), esta cervecería de San Telmo es el paraíso del fanático "birrero", provocando sensaciones homólogas a las que podría generar un maxikiosco multicolor frente a un niño. Mi misión: probar 40 cervezas distintas. Y como no sólo de bebida vive el hombre, las acompañaré de varios platos de comida, todos hechos también sobre la base de cerveza. Una misión difícil, sí. ¡Pero alguien debe encararla!
Martín Boan respira cerveza. Este ingeniero químico trabajó diez años dentro de la gran industria cervecera, hasta que decidió apostar por lo pequeño, propio y artesanal. Junto a un par de socios (Diego Collini y Carolina Pérez, también ingenieros químicos) creó el Centro de Cata de Cerveza (desde donde desarrollan cursos y estudios relativos a la degustación, análisis sensorial y producción de cerveza artesanal). También está detrás de BA-Malt, empresa que se dedica a la elaboración de maltas especiales para los microcerveceros y homebrewers; organiza anualmente la South Beer Cup, una suerte de Copa Libertadores de la cerveza artesanal, que reúne competidores de Brasil, la Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Bolivia y Colombia (la última edición fue en Curitiba, en junio pasado); y desde este año presenta la Copa Argentina de Cervezas.
Como uno de los responsables de Bierlife, Boan es hoy mi anfitrión. "La cerveza artesanal en el país representa apenas el 1,7% del consumo. Pero en cervezas tiradas, llega al 25%", asegura y vaticina que estos números seguirán creciendo de manera exponencial, tal como viene sucediendo desde hace unos años.
La casa donde está Bierlife supo ser antes una escuela, luego un hostel. En el primer salón está la mayoría de las canillas, como suelen llamarse a las choperas de donde salen las cervezas tiradas. Una imagen proyectada sobre la pared enumera qué estilos están disponibles. La 1, por ejemplo, hoy es una Golden, elaborada por la propia casa (que inauguró hace pocos meses microcervecería propia); la 4 es una Kaiserpils, una lager de los cordobeses de Peñón del Aguila (de la familia Roggio), marca que está en pleno plan de expansión nacional, con proyección de bares propios y cerveza artesanal en lata en la góndola; la 9 es una Chocoporter de Juguetes Perdidos, con 6% de alcohol y un IBU (sigla que se utiliza para medir el amargor) de 35; la 17, una Session Whit IPA de la quilmeña Coleman; la 31, una deliciosa y densa Nitro Irish Red de Kraken (es nitrogenada, al estilo de la famosa Kilkenny, de los mismos productores de Guinness); y la 41 es una American Amber Ale, bien floral y aromática de los multipremiados Cheverry, una de las marcas marplatenses que más está dando que hablar. Como nota de color, hay un sidra seca (canilla 28), elaborada por la Cooperativa La Delicia, de Cipolletti. Pero esto es apenas un pequeño resumen de lo bueno y variado que ofrece la casa.
Hoy buena parte del crecimiento, en calidad y cantidad, de las cervezas artesanales en el país se apoya en entender y respetar la diversidad de estilos que existen en el mundo. "Hay decenas de estilos para elegir, dentro de grandes tradiciones. Para la South Beer Cup usamos como referencia la guía de la World Beer Cup", explica Boan. Esa guía, disponible online, incluye 96 estilos distintos, en su mayoría divididos en varios subestilos. "Cada cervecería reinterpreta los estilos bajo su propia mirada, pero hay lineamientos básicos a seguir. Cuando hacemos concursos, es común que dejemos categorías vacantes, o sin alguna medalla -por ejemplo, que demos sólo bronce y plata, pero no un oro- porque ninguna logró la calidad e identificación necesaria. Para mejorar, las cervecerías precisan saber si están en el camino correcto, de nada sirve darles un premio para que mantengan todo igual, cuando hay mucho para aprender."
Llega la camarera, con una bandeja repleta de platillos elaborados por Carolina Pérez: tira de asado marinado en Stout, albondiguitas en Witbier, una delgada y crocante pizza con rúcula y jamón crudo (con masa a base de cebada mateada y cerveza), hamburguesas (de cerdo, de pollo y de cordero, todas preparadas con distintas variedades de cerveza). Junto a la comida, me sirven las copas, de a tandas de diez unidades, de todos los colores y sabores, desde un dorado cristalino a un negro profundo. Algunas son ligeras y fáciles de beber (como la German Pilsen, de Back), otras son amargas y lupuladas (la IPA de Cheverry, la Bitter de Kraken). Hay lugar para sabores especiales y profundos (los ahumados en la Smoke Scotch de Telma, la complejidad en la Abbey Trippel de Juguetes Perdidos), están las apenas dulces e invernales (la Brown Ale de Cartago, la Oatmeal Stout de Balameb), algunas son bien alcohólicas (la Imperial Stout de Eisenbrücke acusa 9%), otras ligeras (apenas 4% tiene la Dry Stout de Coleman). Las hay de Bariloche, de Mar del Plata, de La Pampa, de Córdoba, de Quilmes, de Ituzaingó, de diversos barrios porteños. Algunas me parecen deliciosas, otras no. Pero en todas se reconoce un producto fresco, cuidado y bien hecho. Lo mejor de todo es que, a pesar de representar 40 opciones, estas cervezas son una mínima muestra de lo que se está produciendo, en cada instante, a lo largo y ancho del país.
Un mapa de microcervecerías argentinas actualizado a este año -se puede llevar de la barra-, deja en claro la magnitud e importancia de este fenómeno: se contabilizan más de 500 microcerverías; hay en cada rincón del territorio nacional. "Los principales centros productivos son Mar del Plata, Bariloche, La Plata; también Buenos Aires y GBA. Pero se hace cerveza en todos lados -dice Boan-. En los Estados Unidos, la cerveza artesanal ya superó el 12% del mercado. Hay muchísimo para crecer. Pero siempre con calidad. El que no respete eso, quedará en el camino. Y calidad es sinónimo de constancia y de tomabilidad. Que después de tomar una cerveza, quieras otra."
En mi caso, esa otra la dejo para una próxima vez. Por hoy fue suficiente. Sobre la mesa quedan 40 copas, algunas casi vacías, otras apenas probadas. Y en conjunto forman su propio mapa cervecero; un mapa que no quiere quedarse quieto.
Si es una pinta mucho mejor
Lo que empezó como un hobby de los fanáticos de la cerveza terminó convirtiéndose en un gran negocio. En todo el mundo la cerveza artesanal empezó a competir con las grandes compañías al punto que en los Estados Unidos ya representa el 12% del mercado de cervezas.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1938625-una-noche-en-el-paraiso-de-la-cerveza-artesanal
La feria itinerante regresa a Zona Norte con sus food trucks, su patio gastronómico y su mercado de productores. La entrada es gratuita.
Buenos Aires Market regresa al Puerto de Olivos el próximo sábado 24 y domingo 25 de septiembre, de 10 a 18 horas, con entrada libre y gratuita.
La feria de alimentos saludables y gourmet tendrá acceso por Camacuá y el río a la altura de Av. Del Libertador 2600, Olivos. Allí habrá dos espacios bien diferenciados.
Por un lugar, un mercado con coloridos gazebos donde se podrán comprar quesos, panes, aderezos, aceites, bebidas, cereales y semillas, encurtidos, conservas, especias, frutos secos, frutas, verduras, productos de granja, delicatessen, harinas, hongos, infusiones, legumbres, lácteos, mermeladas, dulces, pastelería, plantas aromáticas, snacks saludables y productos aptos para celíacos.
En este espacio, estarán: 1888 (sidra), Arytza (aderezos y mostazas), Börner (bazar), Casa Vegana (alimentos veganos), Chabenet Gourmet (smoothies), Coeco (huevos y pollos pastoriles), Coffee Town (café orgánico), Compañia de Chocolates(chocolates), De allá para acá (quesos sin TACC), Finca Cave Canem (encurtidos), Finca del Paraná (productos orgánicos), Guapaletas (helado artesanal en paleta), Heredia Infusiones (blend de tés), Inti Zen - Koo (tés y cookies), Kalena (yerba mate), L´epi (panificados), La Chocolata (pastelería, cafetería), La Membresía (cerveza artesanal), La Motofeca (café), La Suerte (quesos), La Tranquilina (dulces y mermeladas), Las Brisas (jugos orgánicos), Las Quinas (mermeladas, dulce de leche y miel), Malvón (panificados), Nuestros Sabores (snacks y chips naturales sin TACC), Oliva Ilustre (aceite de oliva), Pampa Gourmet (aderezos y mostazas), Patagonia Berries (dulces y mermeladas), Porto (hongos parís, champignones y portobellos), Próspero Velazco (panificados), Purest Fields (miel natural y orgánica), Quinto Zalla (mix de especias), Ricco (sal marina), SAARA (hummus y babaganoush), Saros (especias), Sugar & Spice (cookies), Tallo Verde (productos orgánicos), Troncoso (pasta seca), Viva la Vida (licuados) y Wapi (quesos).
Por otro, un patio de comidas con food trucks donde los cocineros y restaurantes invitarán a disfrutar de originales propuestas de cocina gourmet para comer al paso, con precios accesibles. Allí encontrarás las delicias de 1915 (ribbs y pinchos), La Arepería Bs As (arepas), La Mar (ceviche y cocina peruana), María Félix (cocina mexicana), Platón (empanadas de carne vegetal), San Gennaro / Juno (spianatta, embutidos, limonadas y espiropapas), So Bagel (bagels), The Falafel & Co(falafels), Rodrigo Tosso, Cuk catering (comida de autor), Food Truck Argentina(cocina patagónica), Hierbabuena (cocina de autor), Logia Foodtruck(pulled pork), Rincón de Pau (fast food), Del Mar (langostinos), Créme Brulée (postre francés), Justine (queso Brulée), Rayo de Jalisco (tacos) y Luciano Lopez Fuente (burritos veggies).
Además, los visitantes encontrarán un amplio sector dedicado exclusivamente a los niños con juegos y entretenimientos.
Para más información, ingresar al sitio web de Buenos Aires Market o a su página en Facebook.
Link a la nota: http://www.planetajoy.com/?Buenos_Aires_Market_en_el_Puerto_de_Olivos%2C_el_24_y_25_de_septiembre&page=ampliada&id=9012
Hamdog, la hamburguesa pancho que está revolucionando Internet
La comida chatarra tiene un nuevo hit, inventado por un australiano que lo vende en ferias y mercados locales
MARTES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2016 • 16:29
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Las dos piezas más famosas del universo de la comida chatarra se unveron en una nueva creación que llega de Australia que está revolucionando Internet. Se trata del Hamdog: mitad hamburguesa, mitad pancho. Una salchicha y un medallón de carne jugosa conviven bajo el mismo pan en la creación de Mark Murray, un emprendedor que patentó su invento en 2009 y recién hace dos meses lo vende en ferias y mercados de su país.
Si bien tiene un aspecto bastante curioso, sobre todo por la forma de su pan cubierto por semillas de sésamo, ya es un éxito en las redes sociales y llama a fanáticos de la comida que van a las ferias solo a buscarlo.
¿La receta del Hamdog? Una hamburguesa partida en dos, con una salchicha en el medio, servida con lechuga, tomate, pickles de pepino, mostaza, queso, salsa de tomate y mayonesa. Murray le explicó al portal News de Australia que usa solo productos locales, con la excepción de los pepinos.
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1939666-hamdog-la-hamburguesa-pancho-que-esta-revolucionando-internet
En el mundo crece la idea de la comfort food, ni más ni menos que una comida que nos dé gusto entrarle. Ni esferas de olivas, ni espumas de espárragos: olivas y espárragos, punto. Y de la mano de esta nueva-vieja tradición de sabores, el vino también parece experimentar con esa vuelta a los gustos de otro tiempo.
Hoy se habla mucho de vinos gastronómicos y vinos de sed -basta con haber asistido a la última Premium Tasting en Mendoza para ver el ascenso del descriptor piletero- para referirse a una de las condiciones más deseables y al mismo tiempo menos comentadas de los vinos: la simpleza del sabor y la maravilla de la desnudez que viste bien la comida.
Así es que tenemos por delante un horizonte conocido, en donde campean milanesas y canelones, donde las papas al romero y el pollo al horno con sabor a pollo al horno viven su reivindicación, y en donde esos comfort taste se vuelven objetos de culto y de añoranza presente, ahora pasteurizados al inglés.
Y en esa nueva planicie de sabor, ¿qué vinos beber?
Están los históricos, pensados para la comida diaria, donde la ausencia varietal es reina y las marcas clásicas son cortesanos: desde Cepa Tradicional ($ 130) al más aggiornado Don Valentín Lacrado (70) y otros clásicos como Marcus Merlot (2014, $ 77), la excepción varietal a la regla. Tres ejemplares que ofrecen, remozados en parte, la sensación de lo conocido y el gusto por lo que ya es.
Y están los modernos, que a fuerza de haber dado la vuelta al mundo del vino apuestan por ofrecer un sabor cordial y definido: Portillo Malbec (2015, $ 90) en la base, Saurus Pinot Noir (2014, $ 120) y el flamante Finca La Colonia Cabernet Sauvignon (2015, $ 113) en las gamas medias, los menos conocido pero igual cumplidores bonardas Durigutti Clásico (2014, $ 190) o Colonia Las Liebres (2015, $125). Ahí hay un drink team que, sin ser los únicos, representan cabalmente la idea de que un vino fue elaborado para beber en la mesa y para, de paso, quitar la sed y perfumar la experiencia con fruta y frescura. Puede resultar nostálgico, es verdad. ¿Pero qué otra cosa es sino la bien ponderada vuelta a la comida de la abuela?
Link a la nota: http://www.lanacion.com.ar/1938685-la-hora-del-comfort-wine